Pronunciamiento Guardias Indígenas de Colombia
Nosotros y nosotras, guardias indígenas de AISO, CRIC, ONIC, OPIAC, CIT, Gobierno Mayor y AICO, como pubenenses, kiwe thegnas, pu’yaksa we’sx, wasikamas, shagreros, isimali, cuidanderos, y todas las expresiones de guardia reunidas en Silvia, territorio ancestral del pueblo misak, nos pronunciamos en esta Cumbre de Pueblos Originarios.
La guardia indígena camina una lucha milenaria. Desde el momento de la invasión estamos en resistencia. Nuestras raíces están en el territorio y en el corazón de la comunidad. Por defender la vida y la dignidad de nuestros pueblos, nos han perseguido, señalado y asesinado. Son decenas de compañeros que han caído y cientos más han quedado heridos en los ejercicios de control territorial y movilización. En esta Cumbre nos encontramos entre guardias de todo el país, respondiendo al llamado de unidad que el movimiento indígena hace en un momento trascendental de nuestra historia.
Queremos pronunciarnos con espíritu colectivo para posicionar en este importante encuentro las necesidades que identificamos en esta coyuntura nacional.
1. Reconocemos esta oportunidad histórica para debatir el presente y el futuro de la guardia indígena, que ha vivido un proceso de crecimiento y visibilidad en todos los territorios a nivel nacional. Nos reconocemos como parte de una lucha milenaria por la pervivencia de los pueblos.
2. Nos sumamos a las voces que desde distintos sectores reclaman un verdadero fin del conflicto armado. Para nosotros y nosotras la paz es la armonización del territorio, en buen vivir y el equilibrio. Hemos tenido que vivir la guerra en nuestros territorios y conocemos de cerca el dolor que siembra. En nuestro camino como actores de paz, no hemos parado de proponer una salida dialogada al conflicto que todavía hoy permanece. Estamos listos para contribuir con nuestra experiencia, trabajando unidos.
3. La vocación de la guardia indígena es comunitaria, por eso no puede incluirse en el aparato estatal; por el contrario, necesita conservar y fortalecer su autonomía bajo las decisiones de la asamblea comunitaria y la orientación de las autoridades políticas y espirituales.
4. La guardia seguirá movilizándose en minga, hacia adentro y hacia afuera. Le defensa y reivindicación de los derechos es permanente, en el diálogo y también en la exigencia.
5. Las instituciones del Estado colombiano deben respetar el trabajo de la guardia en sus territorios y en las expresiones de movilización.
6. Exigimos el desmonte efectivo del ESMAD y la creación de una política pública clara que garantice la defensa de la vida, el territorio y los derechos humanos que vincule la diversidad de las prácticas comunitarias de protección colectiva.
7. Para cumplir con el mandato espiritual y comunitario, la guardia necesita garantías en su ejercicio del control territorial y la defensa de la vida como parte del gobierno propio. Esto no debe entenderse como una transacción monetaria, sino como garantía de todo el proceso de manera integral.
8. La guardia indígena nace de las bases y se debe a las bases, por eso no nos articulamos en una única coordinación nacional de guardias, sino en las coordinaciones territoriales de cada proceso con sus dinámicas y sus vocerías.
9. La guardia indígena exige ante el Estado un reconocimiento como gestores de paz, como cuidadores del territorio, las lenguas originarias, la cultura y el medio ambiente, como defensores de la vida, con garantías presupuestales colectivas para su protección. Esto requiere acciones institucionales específicas que no comprometan su capacidad operativa y comunitaria.
10. El y la guardia son defensores de la vida en todas sus expresiones. Su relación con el territorio y la comunidad es fundamental para la pervivencia como pueblos. Por eso, cuando se agrede o se asesina a un compañero, se está destruyendo a los pueblos originarios. Esto es un crimen de lesa humanidad y exigimos que la justicia nacional e internacional así lo reconozca.
¡Cuenten con nosotros para la paz, nunca para la guerra!
¡Guardia, guardia! ¡Fuerza, fuerza!
¡Por mi raza! ¡Por mi tierra!