Romper el Cerco
Racismo, posfascismo y desinterés electoral en Italia
Andrea Cegna
Me gustaría hablar de las manifestaciones antirracistas oceánicas que ocupan las plazas y el debate político italiano. En cambio, sólo el silencio acompañó el terrible asesinato de Alika Ogochukwu, en el centro de Civitanova Marche, a plena luz del día, roto solo, de hecho, por palabras de conveniencia.
Un joven de poco más de 30 años mató a Alika con sus propias manos y usando la muleta de su víctima. Ogochukwu, nigeriano de 39 años, supuestamente fue matado debido a su solicitud de limosna. Una justificación que, aunque resultara cierta, mostraría el racismo inherente a la historia. Al día siguiente del asesinato, sólo la comunidad nigeriana de la región Marche, donde se encuentra Civitanove, salió a la calle. Las redes sociales reportaron un poco de indignación pero nada más, si no algunas manifestaciones aquí y allá por la península, mostraron siquiera un poco de humanidad al hecho.
Hace apenas unos años en Fermo, también en la región de Marche, un joven extranjero fue asesinado a plena luz del día por un italiano blanco, mientras que en Macerata, Traini, un militante de la derecha local disparó a unos ciudadanos extranjeros. En pocos años es el tercer episodio similar en la pequeña región del centro de Italia que, quizás no por casualidad, está gobernada por «Hermanos de Italia», un partido posfascista y gran favorito en las elecciones del próximo 25 de septiembre.
La campaña electoral trata de canibalizar el debate, pero el hastío hacia la política y lo que pasa en la sociedad actual es mayoritario. En Italia al menos el 40% de las personas no saben por quién votar, o más bien si quieren votar. El gran calor que muestra el relato de la devastación que el ser humanos está trayendo al planeta hace más difícil cualquier reacción, o al menos el calor anómalo se convierte en la excusa para la inacción.
Para hacer aún más sombrío el panorama de Italia, este mes de agosto de 2022 están en curso las investigaciones contra movimientos sociales, investigaciones por conspiración no sólo contra centros sociales u ocupantes de viviendas sino también contra la actividad sindical. El desolador espectáculo de la campaña electoral se asienta sobre el inquietante período de dificultades de los movimientos sociales. En este escenario no es casual que la «izquierda» electoral quede relegada a porcentajes irrisorios, también porque en cualquier caso los partidos tanto como los movimientos no están siendo capaces de hablar a las personas socialmente más débiles y marginales.