Chile: Mientras discuten como hacer nueva constitución, nosotros actuamos acá abajo

La izquierda institucional que es realmente la izquierda domesticada, dice que el pueblo ha perdido una elección, pero en realidad el pueblo actuó como en el estallido dando un portazo a lo instituido. Tanto izquierda como derecha piensan que la población “prefiere” la constitución de Pinochet, pero en realidad esa constitución ya no existe pues la que es válida es la constitución reformada en el gobierno de Lagos y tanto izquierda como derecha han mentido en su afán de polarizar la discusión.



Mientras discuten como hacer nueva constitución, nosotros actuamos acá abajo.
 
Jaime Yovanovic (Profesor J)
 
La izquierda institucional que es realmente la izquierda domesticada, dice que el pueblo ha perdido una elección, pero en realidad el pueblo actuó como en el estallido dando un portazo a lo instituido. Tanto izquierda como derecha piensan que la población “prefiere” la constitución de Pinochet, pero en realidad esa constitución ya no existe pues la que es válida es la constitución reformada en el gobierno de Lagos y tanto izquierda como derecha han mentido en su afán de polarizar la discusión entre una y otra, es decir, en su pacto de acuerdo para llamar a la convención había el interés mutuo de frenar el estallido y sus efectos dado que las fuerzas armadas no se la pudieron con el pueblo en la calle.
 
O sea que el hilo conductor de la estrategia de la partidocracia y del empresariado nunca fue la paz social, nunca la gente ni nuevas y mejores reglas, sino la voluntad y los métodos de mantener la disciplina de cuartel con máscara “democrática” que fue el acuerdo entre militares y partidos cuando los milicos entregaron el gobierno a los civiles, acuerdo que el Partido Comunista no firmó quedando fuera de la Concertación pero mendigando espacio para aplicar su política de un pie en las instituciones del poder y otro pie entre las masas, lo que al fin consiguió con la Nueva Mayoría, pero el estallido les pasó la cuenta a todos ellos y tuvo que aliarse a los jóvenes ilustrados del Frente Amplio que intentaron posar de buenitos que ellos no fueron, pero cuando llegaron al gobierno llevaron consigo a los mismos que fueron cuestionados por el estallido y ahora aprovechan de “ampliarse” aún más diciendo al mundo ya sin tapujos que son lo mismo que la Concertación, y el Partido Comunista que esta vez tampoco firmó el pacto de la paz social no tuvo pelos en la lengua para abrazarlo plenamente, o sea, al igual que los otros partidos, nos lleva para acá y para allá en un baile desenfrenado haciendo creer que vamos “avanzando” mientras ellos profitan de los puestos del poder.
Ellos perdieron este plebiscito, claro que si, pero no lo ha ganado la derecha, eso es falso, pues quien gana en cualquiera de ambos casos es el empresariado. El pueblo no gana nada ni con uno ni con el otro, por eso este nuevo estallido de tres millones y medio que no votaron o votaron nulo y blanco, y varios millones que rechazando los mandan a todos a la punta del cerro. Los que creen que es vacío de conciencia son arrogantes y racionalistas al pedo, pues no entienden o no quieren entender que también funciona el instinto, que ha permitido sobrevivir especies a pesar de que el capitalismo está destruyendo todo a su paso.
 
La gente no ha visto resueltas las necesidades y razones del estallido, que son más importantes que la eterna pugna izquierda-derecha por los puestos del poder, así como tampoco las ve ahora con este gobierno que nos ha engañado colocándose máscaras de guerrilleros, barbudos y revolucionarios en tanto ocultaban su vocación socialdemócrata de ser izquierdistas de discurso y capitalistas de hecho. Y si esas necesidades aún no se resuelven y vamos de mal en peor en medio de una crisis mundial que ya ha comenzado a apretar aún más los bolsillos y estómagos de la gente, menos vamos a interesarnos en decorar las reglas del juego que defienden a las empresas que son en el fondo las que nos tienen en esta situación, y por tanto tenemos el pleno derecho a rebelarnos, pero no de forma ilegal, pues la ilegalidad es la otra cara de la legalidad que instala el poder, ya que lo legal nos mata de hambre y lo ilegal llena las cárceles de pobres. Lo adecuado es trabajar lo alegal, sin ley. Sin seguir ni aceptar las reglas del juego, pero sin oponernos a ellas.
 
Por eso en vez de dejarnos llevar por una “mejor” constitución que determina las reglas del poder del aparato del estado, resulta más práctico, justo, humano y razonable hacer nuestras propias reglas de vida y relaciones entre nosotros y con la madre tierra. Pero no podemos hacer reglas para que determinen nuestras conductas, sino al revés, debemos hacer, construir, relacionarnos, querernos, producir nuestros alimentos y medicinas, compartirlos porque todo es de todos, en fin la autogestión de hacerlo todo con nuestras propias manos, y según como vayamos haciendo y viviendo iremos generando nuevos hábitos, usos y costumbres que tomarán cuerpo en nuestros cuerpos y cuerpas, esas serán nuestras normas y reglas, que no son formas disciplinarias provenientes del poder, sino que son las formas de vivir en común, esa es la comunidad, la forma de vida que supera el patriarcado, el capitalismo y el individualismo, ya no como utopías a alcanzar “una vez que tomemos el poder”, sino que podemos empezarlo hoy y aprender (no seguir o copiar, lo que nos haría reproducir como monos o clones, pues hay que tocar nuestros instintos debido a que cada cuerpo y cuerpa es portador de la memoria histórica de la especie) de otras experiencias y vivencias en otras regiones, comunas o territorios ocupados por otros estados especialmente de la Alianza Territorial Mapuche.
 
Para empezar puede hablar con alguno de su familia, vecino del barrio o amistad de confianza y aprender a hacer huertas para salir de casa huerteando espacios verdes fuera de otras casas o sitios usados como basurales invitando a quienes viven cerca de ese espacio a cuidarlo regando cada semana y así, encontrarnos entre nosotros con otros vecinos del barrio con y a través del verde y los animales.
Suponemos que usted comprende claramente que las huertas y el encuentro afectuoso con vecinos no puede ni debe tocar los temas de las disputas izquierda-derecha por el poder, tenemos que pasar por encima de esas diferencias y superarlas sabiendo que los partidos no lo permitirán. Zapatero a tus zapatos y en días de elecciones que cada quien haga lo que quiera sin intentar vender la pomada.
Suponemos también que comprende que este trabajo puede topar con un espacio mayor y podremos producir alimentos y medicinas que nos ayuden a superar la dependencia al estado y al mercado.
 
Piense que es sólo una idea más, tan buena como muchas otras o que puede hacer sus propias ideas, pero que se multipliquen, que inviten con sólo mirarlas, trate de hacer comunidad, formas de vida compartida en común, si no quedará como monja encerrada sin relaciones humanas adorando un ídolo mientras “trabaja” para ganar el dinero que lo somete a las relaciones capitalistas.
 
Para conversar del tema: unlibre@gmail.com