La emergencia del “yo”

La interpenetración armoniosa con la madre no es percibida como ‘necesidad’ por la criatura; la criatura no se percibe a sí misma como ser individualizado que necesita a la madre; la criatura es así, en la madre. Pero al faltar la madre, entonces percibe su individualización por la carencia,
y se percibe a sí misma como ser individualizado que carece.



La emergencia del “yo”

Del libro

El asalto al Hades
La rebelión de Edipo
PARTE

Casilda Rodrigáñez Bustos

 

La verdadera condición del deseo sexual no tiene nada de ego-céntrica.

En cambio, la sexualidad que emerge en nuestro mundo en la edad
adulta, después de años de represión, corrompido el deseo por la propia
falta de reconocimiento y por el falseamiento de su condición, sale como
una pulsión individualista, acaparadora y posesiva, propia de todo esta-
do de carencia grave, desviada de su sentido autorregulador y de la rea-
lización de la ayuda mutua.


Por un lado, en estado de carencia y de los deseos congelados,
sale el impulso de retener, frente al impulso de derramar propio del esta-
do de abundancia de la producción deseante. Pero además, ésto se esti-
mula con la idealización del anhelo de simbiosis refoulado, que hace
que todo individuo de esta sociedad busque la pareja en exclusiva para
realizar, por fín, la simbiosis; así se transforma el movimiento amoroso
en un movimiento posesivo; lo que se perdía si no se daba, se convier-
te en algo que se pierde si no media el compromiso de posesión mutua.
Devastada la maternidad y la sexualidad básica, las criaturas
humanas nos transformamos en individuos solitarios en busca de com-
pañía. El anhelo de ‘formar un hogar’, ‘formar una familia’, habla de esa
devastación, de esa falta de grupo humano.
La sexualidad coital que emerge en una sociedad con la sexuali-
dad básica devastada, es una sexualidad desligada de su función auto-
rreguladora, manipulada para establecer una jerarquización entre los
sexos y el Poder falocrático.


La emergencia del ‘yo’


La represión de la exterogestación y la falta de entorno ponen en
marcha una serie de reacciones de supervivencia para el mundo de la
carencia y de la necesidad. El movimiento espontáneo y los fluídos se
han congelado, y la criatura empieza a percibirse a sí misma por lo que
le falta y por el sentimiento de mal-estar que le produce lo que le falta.

En el ámbito de lo psíquico, Balint explica así el cambio:
Objetos, incluso el yo, comienzan a emerger de la confusión de las
substancias y de la ruptura de la armonía [negritas mías] de aquellos
espacios sin límites. Los objetos –a diferencia de aquellas substancias
amistosas– tienen firmes contornos y agudos límites que en adelante
deben ser reconocidos y respetados. La líbido ya no es más un fluir homo-
géneo que mana del ello al ambiente; a influjos de los objetos que surgen,
aparecen concentraciones y rarefacciones en el fluir de la líbido.39
Es importante retener la observación de Balint, que ve la emer-
gencia del ‘yo’ tras el estancamiento del flujo libidinal y la ruptura de la
armonía; un ‘yo’ que se delimita cuando el fluir de la líbido se congela
y cuando la regulación espontánea y armónica deja de funcionar; la sen-
sación de bienestar desaparece y aparece el mal-estar, y empiezan las
reacciones de supervivencia en el entorno devastado; entonces se forma
la percepción de un@ mism@ como un ser carente, desposeído. Como
dice Balint, no sabemos lo importante que es el aire hasta que nos falta;
ni siquiera reparamos en ello, ni lo conceptualizamos como necesidad,
porque es obvio que está ahí y nosotr@s también, rodeados de aire. La
interpenetración armoniosa con la madre no es percibida como ‘necesi-
dad’ por la criatura; la criatura no se percibe a sí misma como ser indi-
vidualizado que necesita a la madre; la criatura es así, en la madre. Pero
al faltar la madre, entonces percibe su individualización por la carencia,
y se percibe a sí misma como ser individualizado que carece. Cuando se
vive ‘disuelto’ las fronteras con l@s demás se perciben de otro modo;
como l@s niñ@s de nuestras escuelas se perciben a sí mism@s de mane-
ra diferente de como se perciben l@s niñ@s de las tribus indígenas cata-
logadas por los antropólog@s como tribus con ‘sistema de identidad
grupal’.


El anhelo frustrado alienta tras la carencia y los deseos refoulados.
Ahí aparecen entonces el padre y la madre patriarcal con su sucedáneo
de `amor’ que actúa sobre el anhelo frustrado para seguir frustrándolo con
apariencia de normalidad, estableciendo la normalidad.
Mantener la apariencia de normalidad supone un gran esfuerzo
para los padres, porque desde el punto de vista de la vida humana, la nor-
malidad establecida es un atropello, y tienen que ir contra-corriente,
contra la vida de sus hij@s.


Así nos meten en la horma del amor espiritual y edípico, ellos en
su cuarto, nosotr@s en el nuestro, cada cual en su cama y en su cuna.

Poco a poco se irán instalando el chantaje y la manipulación de
nuestra soledad para educarnos en lo que debemos sentir y ser. El padre
y la madre desnaturalizada son la autoridad que detenta el Poder de
hacer que la criatura duerma sola, viva sola: en su cuarto, en su cuna, en
su cochecito y en sus múltiples sillitas. El Poder de reprimir y de hacer
refoular los deseos de las criaturas.
El padre y la madre patriarcal institucionalizados en la familia,
realizan la operación mediática entre el Estado y la criatura, produ-
ciendo en ella el mecanismo de refoulement y engarzándolo con la repre-
sión general de la sociedad: el sistema refoulement-represión que decí-
an Deleuze y Guattari.


Así se empieza a formar nuestro ‘yo’ sometido a los otros dos
‘yoes’, jerárquicamente subordinado a ellos, que se reconoce y se defi-
ne por la autoridad de los otros dos ‘yoes’; el ‘papá’ y la ‘mamá’ a quie-
nes debo todo lo que soy y que me quieren como se debe querer, como
todos los padres quieren a sus hijos. Es el ‘yo’ que los psicoanalistas lla-
man triangular y edípico.
La represión de la exterogestación no sólo consuma un proceso
de devastación en cada criatura humana; estrechamente unida al tabú del
incesto, como hemos dicho antes, supone la desaparición de la sexuali-
dad básica humana que alcanza un punto de inflexión hacia los dos años
de edad y otro en la adolescencia. Supone la desaparición de la socie-
dad humana autorregulada, la devastación social sobre la que se levan-
tan los individuos y las relaciones jerárquico-expansivas de Poder.


Como decía Amparo Moreno:
No en vano el tabú del incesto, que bloquea la aspiración a la
confusión con ‘la carne de mi carne’, es el gran cancerbero del siste-
ma jerárquico que sirve para transmutar las relaciones de tú a tú en rela-
ciones reglamentadas de acuerdo con el sistema jerárquico expansivo
patriarcal.

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Índice del libro


Dedicatoria …………………………………………………………………………………….. 7
Nota a la presente edición ………………………………………………………………. 8
Presentación …………………………………………………………………………………. .. 17
El asalto al Hades …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 29
1.- La biología destapa algunos secretos importantes: ………………………………………………………31
Autopoyesis autorregulación y an-arquía …………………………………….. .. 39
Cooperación ……………………………………………………………………………. . 43
La devastación ………………………………………………………………………….. 70
La devastación es una desposesión ……………………………………………… 72
La devastación y la propiedad ……………………………………………………. .. 74
La sinergia ………………………………………………………………………………. 77
Los anillos constrictores de la vida humana para una socialización
anti-gaiática …………………………………………………………………………….. 80
Las relaciones jerárquico-expansivas de dominación ……………………. .. 83
2.- La arqueología desnuda al patriarcado ……………………………………………………………………………………………… 89
La arqueología y las deducciones a partir de la literatura
y la mitología arcaiaca ……………………………………………………………… …. 92
Las evidencias del paleolítico ……………………………………………………. 97
La matrística en el neolítico ……………………………………………………… 125
La serpiente: una clave simbólica ……………………………………………… 158
El agua y la serpiente en la simbología neolítica ………………………… .. 171
El útero en la Vieja Europa ………………………………………………………. . 176
La rana, el pulpo/medusa y el toro ……………………………………………. .. 179
La serialidad, el movimiento y las columnas de la vida ………………. .. 182
3.- La somatización del matricidio ……………………………………………………………………………………………………………………….. 185
¿Qué es el útero? …………………………………………………………………….. 192
Recuperar la sensibilidad del útero es posible …………………………….. 203

4.- La devastación de la criatura humana y de la sexualidad básica 207
1°) El embarazo ……………………………………………………………………… 213
2°) El parto/nacimiento …………………………………………………………… 223
3°) La extero gestación …………………………………………………………… 232
La devastación de la exterogestación es también la devastación de
toda la sexualidad básica del género humano …………………………….. 246
La emergencia del `yo ́ ……………………………………………………………. 248
5.- El proceso de construcción del ego edípico ………………………………………………………………………. 251
Las reacciones de supervivencia ……………………………………………….. 258
El acorazamiento ……………………………………………………………………. 258
La sumisión …………………………………………………………………………… 259
El sentimiento de culpabilidad………………………………………………….. 261
La posesividad ………………………………………………………………………. ….. 263
La toma de posiciones ó dinámica jerárquico-expansiva …………….. …. 265
El chantaje emocional …………………………………………………………….. 266
El ego y el Capital ………………………………………………………………….. .. 269
El ego es un mecanismo de supervivencia ………………………………… …. 271
Marcando el rumbo: tender la urdimbre y rendir el ego ……………… …. 274
Notas ……………………………………………………………………………………. .. 283
Apéndice I: Cuadros comparativos de Arnaiz y Alonso………………. 298
Apéndice II: Arenga de don Quijote a los cabreros
(fragmento de la obra de Cervantes)………………………… 299