Rompecabezas
Red de solidaridad con Chiapas de Rosario
“Quemas de humedales, eslabón del modelo productivo”. Extractivismo como política de Estado
Porque aquí vivimos, atravesados por un río Paraná de aguas turbias, de barcos, canoas y pescadores, un río con historia, un río que nos dio fuerza, alegrías, nos dio poesías, música, alimento, nos dio vida, pájaros y peces, nos dio un paisaje isleño que fue muy verde, con su escuelita del espinillo, sus hijos del río, sus casitas, sus bañados, sus pajonales, su fauna nativa. Porque aquí vivimos y se están devorando nuestras vidas, avasallando nuestra naturaleza, tiñéndonos de sangre, con sus armas del fuego. Por todo esto hoy estamos denunciando una vez más a ese poder que nos intenta aplastar, a ese Estado ausente por años y años ante tanta evidencia, y para ello comenzamos con dar la palabra a quienes desde hace tiempo luchan contra este ecocidio.
Hoy entrevistamos a Mauricio Cornaglia, Perito Comunitario en Derechos de la Naturaleza, integrante de Propuesta Sur, miembro de la Multisectorial Paren de fumigarnos (Santa Fe), miembro de la Marcha Plurinacional de los Barbijos, de la Campaña Plurinacional en Defensa del Agua para la vida y del colectivo Ojo Verde-Cine Socioambiental.
¿Por qué están hoy en peligro los humedales del delta del Paraná?
-Los humedales del Delta del Paraná están en riesgo desde hace muchos años, pero claramente la situación empeoró en los últimos casi tres años (desde principios del 2020) cuando se comenzó a dar una avanzada muy, pero muy grande de los proyectos inmobiliarios, que siempre estuvieron pero que evidentemente se profundizaron en estos últimos tiempos y fundamentalmente por la extensión de la frontera agrícola en el Continente, en relación al monocultivo de soja que fue ganando territorio y entonces la cría intensiva de ganado es trasladada y producida en los humedales de la mano de grandes ganaderos. Cientos de miles de cabezas de ganado son llevadas al territorio de Islas, donde para generar nuevas pasturas se prenden fuego a los pastizales, y es así como se viene devastando literalmente la naturaleza. Paralelamente se vienen violando los derechos humanos de quienes allí habitan y de cientos de miles de personas de ciudades cercanas a estos territorios alcanzadas por el humo proveniente de estas quemas. Cientos de miles de cabezas de ganado han invadido estos territorios no preparados para semejante carga y se ha profundizado y agravado esta situación por la enorme y sostenida sequía y la bajante del río Paraná que provoca entre otras cosas, por ejemplo, que los riachos y lagunas que siempre existieron en territorios de humedales se transformen en áreas de máxima combustión. Cuando en épocas normales los niveles del río Paraná están estables, esos riachos y esas lagunas sirven precisamente como cortafuegos, cortan las líneas del fuego de manera natural. Están en riesgo entonces por el avance del modelo de producción instalado en Argentina desde hace 30 años aproximadamente, sostenido, adoptado como política de estado y profundizado obscenamente en los últimos años.
A partir de lo que significaron las quemas, durante los primeros meses del año 2020, se presentaron en el Congreso Nacional, más de 10 proyectos de Ley de humedales. Fueron discutidos muy seriamente en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, durante muchos meses, desde donde fueron convocadas alrededor de 400 organizaciones socio-ambientales, científicos y científicas referentes de la “ciencia digna”, profesionales, comunidades que habitan territorios de humedales y todo ese abanico de voces y diferencias sirvió para consensuar un proyecto de ley. Este proyecto avanzó entonces en el Congreso de la Nación y debía ser girado a otras comisiones con la esperanza de que para finales del año 2020 se pudiera sancionar una ley de humedales, tan pero tan esperada.
Ya habían fracasado otros intentos en años anteriores. Finalmente se impidió que dicho proyecto avance, y lo propio sucedió durante todo el 2021 y como consecuencia perdió estado parlamentario. En marzo del 2022 ese proyecto consensuado por cerca de 400 organizaciones se volvió a presentar, pero casi en paralelo el MINISTERIO DE AMBIENTE DE LA NACION, junto al COFEMA (Consejo Federal de Medio Ambiente) anunciaron la presentación de un nuevo proyecto como si se hubiera borrado todo lo anterior. Es decir, como si esos más de 10 proyectos no se hubieran presentado y sin considerar las cientos de organizaciones socio-ambientales que participaron, o como si no se estuviese incendiando una tremenda cantidad de hectáreas. (Hay que recordar que para el año 2020 se habían quemado algo más de 300.000 hectáreas. para el año en el año 2021 se quemaron alrededor de 500.000 hectáreas y en lo que ya va del 2022 una cifra similar a la del año 2020, o sea estamos hablando de un número que puede estar alrededor del millón de hectáreas en menos de 3 años). Sin embargo, el gobierno nacional, encabezado por el Ministerio de Ambiente presenta un nuevo proyecto de ley de humedales. Por supuesto nuestras organizaciones no toleran semejante falta de respeto e irresponsabilidad, por lo que literalmente hemos tomado las calles, organizando múltiples actividades .
La reacción es lógica no solamente para las organizaciones que participan, sino también para las personas que ven afectada su salud porque les está alcanzando el humo y las cenizas proveniente de las Islas prendidas fuego. Y porque en todo este tiempo, han ido comprendiendo que esto es un eslabón más del modelo de producción basado en semillas transgénicas, en el uso abusivo de millones de litros de agrotóxicos todos los años, de fertilizantes sintéticos. Modelo que fue deforestando de manera tremenda a la Argentina, que fue contaminando con sus venenos las napas y cursos de aguas provocando entre otras cosas el envenenamiento masivo de peces.
Esto fue expulsando comunidades de campesinos y de campesinas, hoy viviendo hacinadas en las villas de las grandes ciudades (el 95 % de la población vive en zonas urbanas). Por otro lado, se fueron impermeabilizando los suelos por tanto uso de agrotóxicos y en consecuencia provocando inundaciones. Este modelo es sinónimo de la privatización de los ríos y fundamentalmente del río Paraná donde están instalados cerca de 40 puertos, privados todos y extranjeros, instalados allí para llevarse las riquezas, para llevarse los bienes comunes naturales del país.
¿Qué son los humedales y para qué sirven?
-Los humedales son reservorios de importantes bienes naturales que albergan una enorme cantidad y variedad de especies animales y vegetales, suministran agua, alimentos y también medicinas. Ofrecen además la función de entrada y de retención de nutrientes y contaminantes, amortiguan inundaciones, regulan las cuencas hídricas. Pero además retienen carbono, controlan la erosión costera, recargan acuíferos. Por otro lado permanecen durante períodos considerables en condiciones de inundación o por lo menos con su suelo cubierto por agua. Las especies que lo habitan se encuentran totalmente adaptadas a estas particulares condiciones ambientales. Ocupan algo más del 21% de nuestro país, destacándose los deltas, los esteros, los bañados, llanuras de inundación de ríos, lagunas, turberas, costas marinas y salares altoandinos. Algunos ejemplos son los glaciares, los esteros del Iberá, las turberas de Tierra del fuego, las lagunas altoandinas, la costa Marina bonaerense y también patagónica y el delta del Paraná. Este nuestro delta del Paraná regula el nivel del río Paraná y es un enorme sistema de humedales que comprende 19.300 km cuadrados y allí alberga 700 especies de vegetales, más de 500 especies de vertebrados y una gran riqueza de aves.
¿Qué pasa con las investigaciones recientes sobre los dueños de los campos donde se realizan las quemas y las responsabilidades de quienes tienen que tomar decisiones y hacen silencio?
-Con respecto a los responsables de las quemas, prácticamente nada se ha hecho en todo este tiempo. En estas últimas semanas algunas autoridades nacionales, algunos gobernadores, intendentes de grandes ciudades, han tenido discursos muy encendidos, han presentado en algunos casos listas con nombres y apellidos y también de empresas, titulares o explotadores de gran parte de los territorios incendiados, pero lo cierto es que la justicia no ha avanzado en investigaciones serías y responsables en este sentido. La justicia, una vez más (como nos tiene acostumbrados en este país) amparando a los grandes terratenientes y en este caso a los grandes empresarios. Gran parte de la clase política, fundamentalmente los gobiernos locales de las ciudades involucradas, los gobiernos provinciales y el gobierno nacional no solo no han hecho nada, sino que todos los días dan señales de donde realmente están parado, qué es lo que defienden. Decimos esto porque en plena pandemia cuando estábamos todos encerrados a partir de la cuarentena, las actividades más contaminantes, las vinculadas a todos los extractivismos: megaminería, hidrocarburos, agronegocios, no se detuvieron y fueron consideradas actividades esenciales. Quiere decir que los gobiernos nacionales, provinciales y locales han apostado y siguen apostando al modelo extractivista en su conjunto, fundamentalmente al modelo de agronegocios porque es quien permite el ingreso de mayor cantidad de divisas al país y claramente los gobiernos han decidido de qué lado del mostrador estar. Entonces no hay señales serías y verdaderas con intenciones de poder detener esta locura y de comenzar en todo caso una transición hacia otros modelos de producción. Se profundizan los modelos extractivistas en la Argentina. Hay que agregar a todo esto que el gobierno nacional avanzó con acuerdos para generar megagranjas porcinas. Sin lugar a dudas, futuras fábricas de pandemias si esto se profundiza.
Lo más aberrante la reciente aprobación del trigo transgénico HB4, semilla transgénica que lleva el uso glufosinato de amonio, mucho más dañino que el glifosato.
Esto implica una extensión mayor de la frontera agrícola, territorios que hasta ahora no habían sido alcanzados por la agroindustria. A partir de la aprobación del trigo transgénico que tiene como característica la resistencia a la sequía, pero fundamentalmente la tolerancia al glufosinato de amonio ahora se va a avanzar sobre territorios que no habían sido alcanzado por este modelo de envenenamiento, implicando mayor consumo de agrotóxicos.
Ya en Argentina se están consumiendo alrededor de 600 millones de litros de agrotóxicos, una verdadera locura. La aprobación del trigo transgénico va a implicar mayor consumo de venenos de las personas que habitamos estos territorios, se va a seguir devastando la naturaleza, perdiendo biodiversidad. Implica menos territorio para la cría de ganado, en consecuencia, vamos a tener más quemas en los humedales porque van a seguir llevando cientos de miles de cabeza de ganado si es que no se hace nada.
¿Qué trastornos traen estas quemas?
– Los trastornos por supuesto tienen que ver, por un lado, con el humo que, según como corran los vientos alcanzan a localidades enteras causando enormes daños en la salud de la población, deteriorando aún más la salud de aquellas personas que ya tienen algún problema y generando sobre todo en niños y niñas afecciones muy, muy pero muy dañinas. Por supuesto para aquellas personas que habitan esos territorios esto es una verdadera tragedia, no solamente por el humo, sino que literalmente el fuego en muchísimos casos ha alcanzado viviendas, quemado sus animales y sus plantas. Muchísimas de estas comunidades han transformado su vida en estos últimos tiempos, se han tenido que perfeccionar en apagar fuegos, sin poder descansar tratando de evitar que les alcance sus viviendas. Chiquitas y chiquitos ya no juegan cómo solían hacerlo. Los lugareños han perdido sus lindas costumbres en estos territorios y están en alerta permanente porque no han cesado los fuegos. A veces parece que no hubiese focos de incendio porque el humo no llega a nuestras ciudades, pero lo cierto es que desde principios del 2020 no se han interrumpido.
Si cesaran estas quemas, ¿cuánto tiempo llevaría recuperar los humedales?
-Claro está que cuando logremos detener toda esta barbarie, hay que comenzar una restauración, recuperación de esos territorios. Va a llevar muchísimo tiempo, aunque ya sabemos que la naturaleza de manera mágica logra cosas increíbles. Pero lo cierto es que estos territorios han sido múltiples veces incendiados.
Va a costar muchísimo tiempo y para esto hace falta desde ya, la decisión política de hacerlo y en esa decisión política, claro está que van a hacer falta fundamentalmente recursos de Nación, recursos de las provincias involucradas, recursos de las localidades, recursos de todo tipo, económicos y humanos. Y desde ya que será necesario el aporte de científicos, científicas, de profesionales de todas las áreas. Pero fundamentalmente, si honestamente se pretende una reparación seria, y con el tiempo, devolverle a estos territorios toda la vida que supieron tener, va a ser necesaria el aporte de quienes habitan esos territorios. Son las únicas personas, los primeros y primeras guardianas, guardianes de esos territorios. Todo lo que se haga, todo lo que se disponga, todo lo que estratégicamente se piense llevar adelante debe ser consensuado, debe ser consultado con quienes los habitan. Porque nadie como ellos y ellas conocen esos olores, esos colores, sus vientos, sus aguas. Solamente ellos y ellas van a poder acompañar verdaderamente una reparación responsable y respetuosa, que requiere previamente de la decisión política por parte de los estados. Las organizaciones socioambientales que vienen militando y trabajando estos temas, van a tener que estar apuntalando y acompañando a los especialistas de las distintas materias. Esas organizaciones socioambientales que fueron las que nutrieron el proyecto consensuado de ley de humedales junto a quienes habitan esos territorios van a ser quienes puedan lograr la reparación que necesitan esos espacios tan vitales para la vida toda.
Personalmente no creo que con la ley de humedales demos solución a lo que está pasando o lo que pueda seguir sucediendo en los humedales. Claro está que no es lo mismo contar con una ley que no contar con ella, pero evidentemente en nuestro país no es garantía de que las cosas funcionen porque tengamos una buena ley. En nuestro pais tenemos una muy buena ley de bosques a nivel nacional y sin embargo Argentina está dentro de los 10 países que más ha deforestado en el mundo, en estos ultimos años. Tenemos una excelente ley de glaciares y sin embargo esos espacios siguen siendo tomados literalmente, fundamentalmente por las empresas mega-mineras con la complicidad de los gobiernos. Entonces claramente no va a ser la solución la ley de humedales. En Argentina, (no solamente con la quema de los humedales) se viola permanentemente la ley general del ambiente, se viola la ley del manejo del fuego y fundamentalmente el artículo 41 de la Constitución Nacional, así que no creo que con la sanción de una ley de humedales solucionemos los problemas y va a depender también de que verdaderamente se aplique la ley. Cuando la tengamos, va a demandar, sin duda, el involucramiento de la sociedad civil, el control, el seguimiento para que esto se cumpla. Por otro lado, en el Delta del Paraná a partir de otras quemas muy importante que hubo en el año 2.007, 2.008, no tan dramáticas como éstas pero si muy importantes se creó el PIECAS, el famoso Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná. Es un muy buen trabajo, también en él han trabajado las organizaciones socio- ambientales. Este plan no fue aplicado nunca, nunca recibió el presupuesto para llevarse adelante, o sea que de aplicarse el PIECAS, tendríamos allí un principio de salida a todo este desastre socio-ambiental. Por supuesto que hay que seguir insistiendo con la exigencia, con el pedido de una ley de humedales, que es una herramienta muy importante para seguir militando estos temas, para seguir involucrando a muchísima gente que todavía no comprende no solamente la importancia de los humedales, sino que las quemas de los humedales son un eslabón más de ese plan siniestro instalado en la Argentina desde hace 3 décadas y profundizado en los últimos años.
Por último, y volviendo a las responsabilidades y que es lo que se está haciendo o no se está haciendo, el gobierno nacional ha decidido y celebrado con el gobierno de la provincia de Santa Fe, el arribo de las fuerzas armadas al territorio de humedales. Me parece, no solo un acto demagógico, sino algo realmente peligroso. Entendemos que no tienen nada que hacer las fuerzas armadas en estos territorios ni en ningún otro de la Argentina y nos parece muy peligroso por lo que estamos viendo en otras provincias, en otras localidades. Las comunidades que están en lucha defendiendo los territorios, intentando impedir el avance de los proyectos mega-mineros, de la exploración de hidrocarburos inclusive en el Mar Argentino, comunidades en la provincia de Córdoba intentando impedir el avance de la autovía, siguen siendo hostigadas por las policías locales, por la policía federal, la gendarmería, prefectura cuando es necesario y reprimen sin ponerse colorados. Por lo que creemos que la aparición en escena de las fuerzas armadas en estos territorios, en nuestros territorios, va a generar muchos más problemas que las soluciones supuestas que fueron enunciadas que puedan traer.