Manifiesto: Los pueblos quieren

Defendemos un internacionalismo que traspasa las fronteras de las naciones y de los cuerpos. Un internacionalismo desde abajo, arraigado en una miríada de espacios y territorios que deciden gobernarse a sí mismos. Un internacionalismo de los pueblos que sueña con ver cada vez más territorios liberados del capital y de los tiranos. Los que venimos del Sur hemos aprendido a resistir a todos los imperios: el occidental, pero también el ruso, el turco, el chino, el iraní o el israelí.



Manifiesto: Los pueblos quieren

 

Invitación: por un internacionalismo desde abajo

Participantes, hijes y amiges de la revolución siria, nos reencontramos con un deseo para el futuro: el de no aceptar nunca más, cualquiera sea su geografía, el abandono de la justa revuelta de un pueblo. 

“Los gobiernos nos han traicionado, ¿dónde están los pueblos?”, se preguntaban los revolucionarios sirios. 

De la rabia y la amargura de nuestras experiencias, pero también de la necesidad de sentirnos menos solxs, nació el deseo de conocernos y vincularnos. En nuestros exilios y viajes, hemos ido encontrando a lxs rebeldes. Nos encontramos en las intersecciones de un mundo enfermo. Entendimos que formábamos parte de una lucha transnacional. Que nos enfrentamos a una élite organizada internacionalmente, con sus redes de represión y explotación.

Podemos sufrir de forma diferente, pero nuestros enemigos son los mismos. A veces no entendemos lo que sufre unx otrx, a menudo no hablamos el mismo idioma, pero eso no impide escucharnos.

Así que, desde hace algunos años, de un continente a otro, viajamos dentro de los movimientos por la vida y la dignidad. En las “primeras líneas” de las revueltas, nuestros deseos han tenido eco: de Chile al Líbano, de Hong Kong a Sudán, de Irak a Colombia, de Siria a Francia. Siguiendo los pasos de las potencias zapatistas y feministas, empezamos a tejer una red de conexiones globales. No como una ética abstracta, sino como una estrategia de supervivencia. No pudiendo contentarnos con las respuestas a las urgencias o a las crisis, forjamos, desde donde vivimos, relaciones de ayuda mutua, de aprendizaje y complicidad que van más allá de las fronteras estatales. Tejemos a partir de lo que nos une, dibujamos nuestros propios mapas.

Es en París, corazón de una metrópolis del capital, pero gran encrucijada de exiliados, donde nuestros pasos nos han llevado a vivir y luego a construir un espacio de encuentro entre revolucionarios del mundo.

Sabemos que venimos de territorios diferentes, con sus propias dinámicas, complejidades e historias. Pero también sabemos cómo resuenan nuestras luchas, cómo nuestras revueltas lanzan los mismos gritos, cómo nos reconocemos en nuestras dudas y en nuestra rabia. No tenemos miedo al desacuerdo; cultivamos la multiplicidad de nuestras experiencias.

Intentamos explorar nuevos caminos, pero de los intentos pasados extraemos nuestras lecciones más determinadas. Estamos en continua búsqueda, nuestras preguntas siguen abiertas, impulsadas por una certeza: sólo los pueblos salvan a los pueblos.

Defendemos un internacionalismo que traspasa las fronteras de las naciones y de los cuerpos. Un internacionalismo desde abajo, arraigado en una miríada de espacios y territorios que deciden gobernarse a sí mismos. Un internacionalismo de los pueblos que sueña con ver cada vez más territorios liberados del capital y de los tiranos. Los que venimos del Sur hemos aprendido a resistir a todos los imperios: el occidental, pero también el ruso, el turco, el chino, el iraní o el israelí.

Seguimos soñando con la victoria. De la victoria de los consejos locales en Siria, de los comités de resistencia en Sudán y de las asambleas territoriales en Chile; de una Francia autogestionada por sus 150.000 rotondas. Y para revivir los fantasmas de Daraya, Kronstadt o Shanghai podemos contar, como dicen nuestras amigas chilenas, con la memoria del futuro

En los largos y difíciles caminos de las luchas que libramos en todas partes, queremos trazar, juntos, nuevos horizontes. A todos los que, a menudo mucho antes que nosotres, han comenzado a construir esta ayuda mutua entre los pueblos, a todas las fuerzas autónomas que trabajan por la liberación de todes sin distinción, les hacemos una invitación:

Si puedes, ven a vernos al festival internacionalista “Les Peuples Veulent” (Los Pueblos Quieren) los días 21, 22 y 23 de octubre de 2022 en París, nuestra contribución a la creación de espacios de encuentro e intercambio entre pueblos revueltos a escala planetaria. Si no puedes, escríbenos y cuéntanos tus intentos. Encontrémonos en el camino.

Los que queremos hacer arder este mundo para verlo florecer de nuevo no tenemos más remedio que reunirnos, conectarnos y luchar codo con codo.

Estaremos atentes a todos los ecos de esta invitación

Nos vemos pronto aquí o en otro lugar.

¿QUÉ ES “LOS PUEBLOS QUIEREN”?

Los encuentros internacionalistas “Les Peuples Veulent” se celebran desde hace 3 años en Montreuil, un suburbio de París. Iniciados por la Cantina Siria a raíz de las revueltas de 2018-2019, estos encuentros son una propuesta para intensificar las circulaciones revolucionarias entre territorios y continentes. En octubre de 2022, nuestra cuarta edición reunirá a una treintena de colectivos de Europa del Este, América Latina, el subcontinente indio, África y Oriente Medio durante tres días de fiesta pública con proyecciones, conciertos, mesas redondas y exposiciones. La difusión y la traducción se realizarán en varios medios de comunicación.

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