¡Todas a una, Fuenteovejuna!

Es en la distribución de alimentos, donde el reto ha sido mayor debido a los bajos márgenes de los recargos acostumbrados en el sector, la proliferación de ofertas de expendidos de alimentos que evaden los impuestos, así como por el mayor énfasis del gobierno en cuanto a la regulación de precios de estos rubros. De hecho, las dos mayores compañías distribuidoras de alimentos del país se descapitalizaron y cerraron sus puertas en los momentos más álgidos de la hiperinflación. Una de las claves que nos ha permitido surfear esta realidad ha sido garantizar que todos y todas tengamos acceso oportuno a indicadores básicos de los resultados operativos.



Transitando nuevos senderos

Cecosesola

¡Todas a una, Fuenteovejuna!

Desinformémonos

 

Auto gestionamos nuestras actividades sin líneas de mando con la intención de generar un proceso educativo, construyendo una organización abierta y flexible, intentando profundizar un nosotr@s que se va ampliando. A la par, buscamos contribuir al bienestar en los sectores populares dentro de una economía tan volátil y muy competitiva, y además, garantizarnos unos ingresos familiares que contribuyan a nuestro buen vivir.

En nuestro último artículo decíamos que intentábamos así asar varios conejos a la vez. Y nos planteábamos la pregunta ¿Cómo lograr que nuestros emprendimientos económicos, no solo se desenvuelvan y persistan en el tiempo, sino que, además, brinden bienestar y sean el caldo de cultivo de nuestro  proceso educativo? Insistíamos en la necesidad de que todos y todas, como parte de nuestro proceso educativo transformador, nos vayamos responsabilizando sobre los aspectos globales que afectan la operatividad, yendo mucho más allá de las responsabilidades concretas. 

En Cecosesola desarrollamos un proceso educativo iniciado hace unos 50 años basado en la reflexión colectiva sobre las relaciones que se tejen en el quehacer diario,  donde nos relacionamos sin líneas de mando, abiertos a una participación plena, sin intermediación. Conformamos una red de más de cincuenta organizaciones comunitarias ubicadas en los sectores populares, principalmente de la región centro occidental de Venezuela. Entre las múltiples actividades que gestionamos unos 1.300 trabajadores y trabajadoras asociadas destacan un servicio funerario, 20 mercados comunitarios, 18 agrupaciones de productores agrícolas, 7 pequeñas unidades de producción comunitaria, 7 iniciativas de salud comunitaria y un centro cooperativo hospitalario. Los precios de nuestros servicios representan anualmente un ahorro comunitario cercano a los 20 millones de dólares. www.cecosesola.or

Aquí insistiremos en la necesidad de que todos y todas tengamos acceso al fluir oportuno y periódico de la información económica. Se trata de informes sencillos y prácticos que nos orienten  y nos vayan dando  la posibilidad de tomar decisiones oportunas sobre la marcha, basadas en los criterios colectivos que vamos consensuando. Esto ha sido especialmente necesario ante la inflación desatada en nuestro país desde el año 2018, una de las más altas y de más larga duración en la historia de la humanidad, y que hasta ahora ha requerido eliminarle 14 ceros a nuestra moneda.

Si bien la volátil situación económica de Venezuela ha afectado a nuestras actividades de funeraria, salud y ahorro y crédito, aquí hablaremos específicamente de nuestros mercados comunitarios. Es en la distribución de alimentos, donde el reto ha sido mayor debido a los bajos márgenes de los recargos acostumbrados en el sector, la proliferación de ofertas de expendidos de alimentos que evaden los impuestos, así como por el mayor énfasis del gobierno en cuanto a la regulación de precios de estos rubros. De hecho, las dos mayores compañías distribuidoras de alimentos del país se descapitalizaron y cerraron sus puertas en los momentos más álgidos de la hiperinflación.

Una de las claves que nos ha permitido surfear esta realidad ha sido garantizar que todos y todas tengamos acceso oportuno a indicadores básicos de los resultados operativos.

Algunos ejemplos:  Todos los lunes en la mañana en reunión abierta a todas las asociaciones participantes de la red y con la asistencia de unas 120 a 150 personas, se analizan las ventas de la semana anterior  y se hacen propuestas de cómo mejorar el proceso y los resultados, tomando en cuenta las necesidades comunitarias. Esta misma información, así como las propuestas, se llevan al análisis en la reunión semanal de cada mercado comunitario donde se enriquecen con la participación de todas las personas participantes en esos espacios. Con esta información, cada dos semanas y en cuanto haya mejorado nuestra productividad, nos ajustamos los ingresos que devengamos semanalmente los trabajadores y trabajadoras asociadas.

A través del mismo procedimiento participativo se analiza el movimiento de la liquidez semanal, aclarándonos los criterios colectivos que nos guían en la toma de decisiones sobre las inversiones necesarias  sin poner en riesgo la liquidez disponible. De esta manera, de nuevo, todas y todos tenemos la posibilidad de informarnos y participar en la toma decisiones, ya sea en las reuniones o individualmente con base en estos criterios colectivos

Por otro lado, los faltantes que tienden a ocurrir en las ventas por autoservicio, se detectan con base en inventarios que levantamos semanalmente. Esta información es compartida de igual manera en las reuniones mencionadas, lo cual, de nuevo, nos permite, a todos y todas, tomar decisiones oportunas.

Y en cuanto al área de verduras se hace el mismo procedimiento participativo. Partiendo del control semanal que llevamos del desperdicio y la fuga que pudiese existir y comparando los resultados con indicadores previamente acordados, tomamos colectivamente las decisiones pertinentes.

Al comparar la frecuencia de la información y la participación en la toma de decisiones de nosotros, con los procedimientos acostumbrados en las empresas económicas, tanto privadas  como del Estado, vemos que las diferencias son abismales.

En cuanto todos y todas vamos manejando una información oportuna y  nos animamos a  participar en la toma de decisiones con base en los criterios colectivos que vamos consensuando en conjunto, se va profundizando nuestro proceso educativo y va surgiendo una sinergia cada vez mayor.

Por eso: ¡todos y todas a una, Fuenteovejuna!