“La caza de brujas se ha olvidado y se ha ridiculizado”: Silvia Federici
Susana Albarrán Méndez
Esta no quiere ser otra historia de brujas, sino la historia de todas ellas. Desde hace algunos años, en el caso de Terrassa desde 2017, grupos de lectura e investigación en distintas partes del territorio español y a nivel internacional vienen trabajando en recuperar las historias, es decir la memoria histórica (y su reflejo actual) de aquellas mujeres ajusticiadas como brujas y disidentes del rol femenino. Como detonante común entre estos grupos ha sido la lectura y trabajo a partir del libro Calibán y la bruja (Ed. Traficantes de Sueños), de Silvia Federici, y que a iniciativa de la autora se formó en 2018 como la “Campaña por la memoria de las mujeres acusadas de brujería”. “Mi libro ha recuperado la historia que yo he aprendido de otras mujeres. Estoy muy contenta de que mi obra haya podido ser útil y que haya dado una perspectiva para repensar la historia del capitalismo, de la acumulación originaria y qué ha significado la caza de brujas en este contexto y que pueda servir cómo una guía”, respondía Federici en entrevista a El Salto, durante el encuentro en Madrid.
«Estoy muy contenta de que mi obra haya podido ser útil y que haya dado una perspectiva para repensar la historia del capitalismo, de la acumulación originaria y qué ha significado la caza de brujas en este contexto y que pueda servir cómo una guía”
Un primer encuentro se realizó en Iruña, en 2019, con la idea de conformar una red interdisciplinar (académicas, activistas, cineastas, precarias, profesoras de secundaria, madres, periodistas…) que en conjunto recuperarían el fenómeno histórico de la caza de brujas que duró tres siglos (S.XV a XVIII) y que ha sido borrado de los libros de textos, pero también para visibilizar las conexiones que existen a día de hoy con las persecuciones que siguen viviendo miles de mujeres. Porque la caza de brujas no terminó entonces, se fue acomodando a los tiempos del capitalismo.
Así lo considera la misma Federici: “Basándonos en la experiencia del pasado podemos ver otra vez que esta caza de brujas está conectada con la expansión capitalista que crea el empobrecimiento de las masas, la escasez de tierras, la privatización y la exclusión, la expulsión de comunidades enteras que agudizan los conflictos sociales”. Hoy en África, por ejemplo, la caza sigue despojando a las mujeres de sus tierras o se ven forzadas a exiliarse en los ‘campamentos de brujas’ del norte de Ghana. O en Ecuador, India y otros países, el extractivismo de recursos minerales de las multinacionales empobrece no solo a las tierras sino a las familias que se ven obligadas a dejar sus comunidades, e incluso a migrar, en busca de sustento.
Otra de las razones por la que se inició hace tres años la campaña de la recuperación de la memoria de las brujas, y que tiene un manifiesto, surgió durante el recorrido que el grupo del primer encuentro hizo al museo y la Cueva de Zugarramurdi del que Federici recuerda que “hemos visto como lugares que han sido testigo de caza de brujas ahora se han convertido en una gran atracción turística. Allí dijimos que íbamos a hacer una llamada al movimiento feminista para poner fin a este escándalo: el olvido de la caza de brujas y su ridiculización que ocultan todas las atrocidades que se han hecho contra estas mujeres que son nuestras ancestras, y cómo todo esto se conecta con todas las formas de explotación a las que estamos sujetas hoy como mujeres”.
En aquella visita de marzo de 2019, solicitaron reunión con los responsables del museo para trasladarles algunas propuestas con respecto al contenido del mismo. Sin recibir respuesta, un grupo se concentró en la cueva para exigir el fin de la venta de muñecas que representan de forma degradante a las mujeres asesinadas acusadas de brujería. De las cosas que resultan más chocantes para Federici es precisamente la ridiculización que se sigue haciendo del personaje con escoba, sombrero puntiagudo y larga nariz. “Las brujas se han traducido en un escándalo, una vergüenza. es la primera vez que sujetos oprimidos y sujetos a una persecución son ridiculizados y se transforman en una atracción turística”, asegura. Para transformar esta imagen considera que “Nos hace falta producir materiales pedagógicos porque hay toda una generación de infantes que crece con toda una distorsión sobre quiénes son las brujas y es porque la caza de brujas se han olvidado y ridiculizado”.
“Nos hace falta producir materiales pedagógicos porque hay toda una generación de infantes que crece con toda una distorsión sobre quiénes son las brujas y es porque la caza de brujas se ha olvidado y ridiculizado”
El II encuentro
Hasta casi cien mujeres venidas de diferentes territorios del estado español se reunieron en torno a conferencias, proyecciones y un paseo-acción el pasado fin de semana en Madrid, organizado de manera independiente y auto gestionada por las componentes de la “campaña de la memoria de las brujas” de Madrid. ¿En qué consistió el fenómeno de la ‘Gran Caza de brujas’ que duró más de 300 años? ¿Quiénes eran en realidad esas mujeres ejecutadas bajo la acusación de brujería? ¿Qué fin último tenían las acusaciones? ¿Qué está ocurriendo en la actualidad con las mujeres acusadas de brujería en países como India o Ecuador? ¿Qué coincidencias hay con la caza de brujas histórica? Estas fueron algunas de las preguntas que se plantearon durante este segundo encuentro.
Tres días que dieron lugar a interactuar con conferencistas como la activista india Sashiprava Bindhani, estudiosa de las cazas de Odisha (India) y que participó en la redacción de la ley contra las cazas de brujas de este territorio en 2014, o el testimonio de primera mano de Hedi, activistas de Ecuador de Mujeres de Frente, sobre las luchas antiextractivistas y la persecución a mujeres que se están dando en la Amazonía andina. Sobre narrativas y memoria de la caza de brujas tomando en cuenta el paradigma de Salem se presentó el documental A Witch Story, dirigido por la cineasta documental Yolanda Pividal y protagonizado por la joven periodista estadounidense Alice Markham-Cantor y Silvia Federici. Este documental espera ya su estreno para finales del mes de noviembre.
Otra mesa incidió en la importancia de aplicar una perspectiva feminista en el estudio de la caza de brujas y la creencia en la brujería. Aquí se compartieron los aportes de trabajos académicos de autoras de Francia, Cataluña y Navarra para aportar contenidos enriquecedores para las reivindicaciones actuales. En esta mesa participaron las expertas Christelle Taraud, docente en la Universidad de Columbia (NY-París) y quien presentó la publicación Feminicidio: Una historia del mundo; Carme Xam-Mar Alonso, historiadora y especialista en la caza de brujas y otras formas de control social en el Alt Urgell (Cataluña) y Amaia Nausia Pimoulier, doctora en Historia y miembro del Eusko Ikaskuntza- Sociedad de Estudios Vascos, quien compartió sus aportes como especialista en historia de las mujeres, viudez y adoctrinamiento social en Navarra.
Para abordarla caza de brujas en América Latina, África y Asia, desde su carácter histórico, con la dominación colonial y el protagonismo de la Iglesia católica, hasta la actualidad, y que arremete principalmente contra mujeres indígenas o afrodescendientes, mujeres mayores o lesbianas, defensoras territoriales o lideresas sociales y ambientalistas se formó una mesa con Bindhani, Federici, Markham-Cantor y Cristina Vega, teórica feminista que estudia los fundamentalismos religiosos y su implicación en la criminalización de mujeres y comunidades en lucha, y moderada por Eva Vázquez, activista feminista vinculada a la ecología política, editora del libro Brujas, salvajes y rebeldes sobre la caza de brujas pasada y presente en Ecuador.
Como cierre de las jornadas se planteó una mesa sobre los horizontes y el futuro de la actual campaña para continuar con el trabajo a partir de propuestas de los nodos ya constituidos. “Han salido muchas propuestas para organizarnos, qué materiales vamos a producir, cómo vamos a movilizarnos para llevar iniciativas a las instituciones, las leyes que vamos a construir dentro y fuera de España, y más allá de Europa”, resumía Silvia Federici.
Para Federici siguen habiendo muchas razones para seguir movilizándonos ”porque la caza de brujas es el centro de muchas problemáticas que nos tocan como mujeres y como sujeto que es consiente de que hay que construir una sociedad fuera de la lógica del capitalismo“
La investigadora y profesora italoamericana se ha referido al segundo encuentro por la memoria de las brujas como muy potente y “porque ha mostrado cómo la temática de la caza de brujas tiene mucha resonancia en los problemas que encontramos como mujeres, sujetos sexuales disidentes hoy y todas las formas de violencia: la económica, la violencia contra el cuerpo, contra la naturaleza…”. Por ello, para Federici siguen habiendo muchas razones para seguir movilizándonos ”porque la caza de brujas es el centro de muchas problemáticas que nos tocan como mujeres y como sujeto que es consiente de que hay que construir una sociedad fuera de la lógica del capitalismo“. Todas las novedades sobre la campaña se pueden seguir a través de su web.
Madrid y la caza de brujas
También como parte del segundo encuentro, el domingo se realizó un paseo-acción por el “Madrid de la caza de brujas” con un recorrido por “quemaderos” y lugares de Actos de Fe como la Plaza Mayor, la Plaza de la Cruz Verde o la Plaza de la Cebada, edificios de la Inquisición en Santo Domingo, así como algunos domicilios concretos de mujeres con procesos de brujería, como en la Cava de San Miguel. Conforme se hacían las paradas en los diferentes sitios se colocaron placas-memoriales como acción reivindicativa. Con ello la campaña señala la intención de solicitar formalmente una petición al Ayuntamiento de Madrid para que esta memoria sea reconocida por las instituciones y debidamente señalizada en estos lugares.
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