Salsipuedes y el grito de la memoria charrúa
A casi 200 años de la Masacre de Salsipuedes contra el Pueblo Charrúa, el Estado uruguayo se hizo eco de la lucha sostenida por las comunidades indígenas en pos de que aquel exterminio sea reconocido por la historia colectiva de ese país. Imágenes de un lugar que es punto de encuentro para honrar a los ancestros allí “presentes» y que hoy es un Sitio de Memoria.
«Un hito en la historia del movimiento charrúa». Eso significó la colocación de la placa de señalización del Paso de Salsipuedes como Sitio de Memoria en Uruguay, reconocido por la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria (Ley N° 19.641). Se trata de un merecido acto de reparación histórica, ya que es la primera vez que el Estado uruguayo reconoce oficialmente la grave violación a los derechos humanos cometida contra los pueblos originarios.
Los muertos del genocidio viven en los pueblos
Desde la década del 80 los colectivos y organizaciones indígenas fueron instalando la necesidad de recordar la matanza de Salsipuedes —ocurrida el 11 de abril de 1831— en la sociedad. En distintas ocasiones demandaron al Estado el reconocimiento del genocidio charrúa, silenciado sistemáticamente por la narrativa hegemónica de las élites nacionales.
Salsipuedes, el lugar de la masacre, es considerado por las comunidades un sitio sagrado; un sitio de memoria construido colectivamente desde 1997, durante un encuentro en el que participaron más de ochocientas personas. Desde entonces, cada 11 de abril, el lugar es un punto de encuentro para honrar a los ancestros allí “presentes”. Los muertos de Salsipuedes no están faltos de poder: viven en los pueblos.
Buscar verdad, sembrar memoria
A pesar del silencio impuesto por la historia oficial, nuestra Oyendau (memoria) es una memoria de resistencia y resiliencia, que fue capaz de sobrevivir por casi doscientos años. Al colocarse la placa conmemorativa, el pasado 16 de octubre, el silencio se transformó en un grito colectivo; un grito que, a diferencia de otros años, se escuchó con otra vibración. Esta vez las voces colectivas emanaron desde una profunda reconciliación interna.
El petitorio para la inauguración del Sitio de Memoria fue presentado por la Asociación de Descendientes de la Nación Charrúa (ADENCH), el Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA), Clan Choñik y Hum Pampa. Participaron además otras comunidades y organizaciones indígenas de diferentes puntos de ese país.
¡El Pueblo Charrúa está vivo y de pie, construyendo su propio destino! Hoy proclaman: ¡Tidá etriek, geppian oyendau! (¡Buscando la verdad, sembramos memoria!).
*Edición: Tierra Viva
Publicado originalmente en Agencia Tierra Viva