Fe
Merceditas Dolores
Tengo fe en Chile y su fracaso.
Tengo fe en su magnífica máquina de impunidad e inoculación anestésica que opera ante el horror presente.
Tengo fe en que el feminismo que busca un Estado grande y protector, buenas leyes, correctas políticas públicas e inclusión, pueda hacer cada vez más sofisticado su extra-activismo sobre las luchas de todas las existencias que jamás calificarán como “sujetes de derecho”, ni tendrán tiempo ni ganas de participar de asambleas que finalizan en abrazo de caracol.
Tengo fe en que perdure la unión de la izquierda y la derecha para seguir sosteniendo relatos funcionales y serviles a la comodidad de sus culos.
Tengo fe en la Universidad y las agencias de cooperación, en las ONG´s y las consultoras, los expertos y las estadísticas, todos y todas dotados de precisión quirúrgica a la hora de justificar un buen negocio.
Tengo fe en la muerte lenta y sufriente que proporciona la asfixia del saqueo financiero.
Confío en Chile y su fracaso republicano
Confío en la memoria mestiza que supo rebelarse materialmente a las máquinas de muerte.
Confío en esa memoria mestiza que duerme junto al ciudadano/cliente neoliberal, y que despierta ante las vibraciones del cuerpo-territorio que lo parió. Esa memoria que orientó la articulación de un cuerpo colectivo capaz de enfrentar organizadamente a los aparatos represivos del Estado y que tiene como único lenguaje los gemidos, cantos y gritos para defender/nos y reírnos un rato del poder constituido.
Confío en la memoria que se compone en esta Tierra llena de sangre y desconsuelo, basural pestilente llamado ciudad.
Confío en Chile y su fracaso, en sus monumentos ajenos, exhibicionistas, ominosos.
Confío en el desfondamiento, en la astucia para hacer siempre de esta ficción política un peor lugar, más ingobernable, más ridículo, más desobediente, más desconfiado de todas las élites y su inclusión.
Confío en Chile y su fracaso
Confío en Chile y su desprecio
Confío en Chile y su fragilidad, huacho hambriento sin esperanza ni miedo
Confío en Chile y nuestra inagotable capacidad para romperlo todo.