Mientras en Washington intentan aparentar calma por el resultado de la visita oficial del presidente chino Xi Jinping a su feudo el Reino de Arabia Saudí (RAS), que tuvo lugar en la primera semana de diciembre, en Teherán están que echan humo, y sin salir de su asombro ya hablan del “giro en la política de Beijín” respecto a la Teocracia Islámica (TI).
Este viaje-hito sucede en el siguiente contexto:
– El traslado de una parte de las tropas de EEUU de Oriente Próximo y Asia Central (Afganistán) para estrechar aún más el cerco alrededor de China.
– La negativa del RAS a la solicitud de Joe Biden a aumentar la producción de petróleo, y no sólo para que Europa no se congele durante el invierno, sino también para bajar el precio del crudo y perjudicar a Rusia en la guerra con Ucrania. Riad, al igual que Pekín, no ha condenado la “Operación militar” rusa ni ha votado en favor de las sanciones contra el Kremlin en la Asamblea General de la ONU. No es que los jeques se hayan vuelto “antimperialistas”, sino que han descubierto que pueden utilizar su poder energético para hablar de tú a tú con el viejo amo.
– La muerte definitiva del acuerdo nuclear entre EEUU e Irán, cuyos términos no los conoce el pueblo ni siquiera el Parlamento islámico (por traicionar en sus líneas los intereses nacionales de Irán). Joe Biden a pesar de su promesa electoral, como dijimos, no lo iba a firmar por las presiones de Israel. Por ende, a) el aumento de la tensión bélica entre Irán y EEUU debido al programa nuclear de los ayatolás, y b) la imposibilidad de hacer negocios con la primera reserva mundial del gas (palabra de origen persa «gaz») y cuatro de petróleo («naft» en persa, de allí el término “naftalina”).
– El aumento de la importancia de Oriente Próximo, por: a) las sanciones energéticas contra hace volver las miradas hacia esta región que albergar el 65% del petróleo y gas del mundo; b) los puertos logísticos de los estados ribereños; c) sus inmensos mercados financieros, y d) ser un pozo sin fondo para almacenar armas y más armas de las potencias mundiales.
Y el ganador es: Mohamad Ben Salman
Para ciertos círculos políticos “no occidentales” del mundo, la visita de Xi lava los pecados del príncipe destripador Mohammad Ben Salman, como agua bendita, y afianza su figura en el tablero mundial. Por lo que el jeque:
– Piensa que teniendo a su lado a la superpotencia oriental podrá dormir tranquilo (y se equivoca), ignorando las amenazas de “Change regime” de Washington;
– Dispondrá de un cliente seguro para su petróleo para las próximas décadas. Hoy el RAS es el mayor proveedor de crudo a China, suministrándole el 18 % de las necesidades del país de Mao. Fue el 14 de febrero de 1945, cuando Franklin Roosevelt se reunió con el rey Ibn Saud en el buque USS Quincy en el Canal de Suez, para firmar el pacto por el que EEUU brindaría protección a la familia gobernante Al-Saud, de las amenazas internas y externas, a cambio de la garantía de suministro de su petróleo a EEUU por 60 años, acuerdo que fue renovado por George W. Bush en 2005, para otro periodo igual con. Las cosas han cambiado: ahora es el propio EEUU la principal amenaza para la supervivencia del régimen saudí.
– Ha firmado 34 acuerdos de inversión en energía verde, investigación espacial, economía digital, transporte, construcción, la digitalización del sector energético del RAS, etc. por un valor de 30.000 millones de dólares.
Beijing se protege de la situación de Irán
Si bien explota con habilidad las tensiones entre Riad y Washington, China, que hasta ahora intentaba mantener una política equilibrada en sus relaciones con Irán y los árabes, ha decidido alinearse con los jeques contra los ayatolás. Veamos:
Durante su gira en la región, el presidente Xi, a diferencia del año 2016 que eligió a las tres potencias de la zona -el RAS, Egipto e Irán-, para dar un empujón a la política china en Oriente Próximo, esta vez no paró en Teherán y aterrizó directamente en Riad, donde los saudíes habían llevado a unos 20 líderes de los países que forman el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) pérsico (nombre que han eliminado de los mapas, pagando), para celebrar la primera Cumbre China- árabe,
En los comunicados finales, el presidente Xi puso su firma en los siguientes puntos contra los ayatolás chiitas de Irán:
– Apoyar la participación de los “países de la región” en los encuentros sobre el “expediente nuclear iraní“, cuestión planteada por EEUU (para incluir a Israel), y rechazada por la TI. Anteriormente, China ya había votado en seis ocasiones en contra del programa nuclear de la teocracia en el Consejo de Seguridad de la ONU o se había abstenido.
-Calificar de “desestabilizadoras” las actividades de la TI en la región, condenando el “apoyo de Irán a grupos terroristas y sectarios y organizaciones armadas ilegales“.
– Y la guinda: respaldar “la iniciativa de los Emiratos Árabes Unidos para una solución pacífica al problema de las tres islas Bum-e Musa, y las Tunb mayor y Tunb Menor. Dichas islas pertenecieron al Imperio Persa hasta principios del siglo XX, cuando el Reino Unido las anexionó, para en 1968 abandonarlas. Cuatro años después, el Gendarme del Golfo Pérsico, el Sha impuso la soberanía de Irán sobre las estratégicas islas desde donde controlaba el tráfico marítimo en el Estrecho de Ormuz (nombre abreviado de Ahura Mazda, el Dios de la religión iraní el mazdeísmo). La caída del Sha, y la toma del poder por un incompetente clérigo que le importa el poder y el chiismo que no Irán, animó:
Primero, a Irak a reclamar las aguas del Río Arvand (Chat el Árabe), romper el Acuerdo de Argelia (1975), y lanzar la devastadora guerra contra Irán en 1980;
– Luego, a los países recién formados en las orillas del mar Caspio resultado de la desintegración de la Unión Soviética, quedarse con buena parte de aquellas aguas que pertenecían a Irán: deberían haberse repartido las costas de la URSS y no dividir este lago entre los vecinos en proporción de sus fronteras.
– Y después, a EAU la propiedad de las islas. En este asunto, la novedad es que China ha aparcado su tradicional política de no injerencia en las cuestiones conflictivas entre otros estados, tomando una posición tan polémica.
Hay que tener en cuenta que, China, a pesar de las insistencias de Rusia, hasta el septiembre de 2022 rechazó la integración de Irán en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que lidera.
Entre los motivos de China:
– Decepción por la política exterior de la TI, a) por no disipar las dudas respecto a la naturaleza no militar de su programa nuclear. Y b) Por una confusión estratégica en la política de los islamistas y su ansia por tener antes a EEUU y Europa como sus socios comerciales que a China. Pues, los islamistas son profundamente anticomunistas y, al igual que hicieron durante la Guerra Fría, unirse con la superpotencia “cristiana, conservadora y defensora de la propiedad privada” contra la “atea, moderna y progresista”, habían decidido volver a hacerlo. Ahora, han despreciado las posibilidades que el gigante asiático les ofreció, dejando el “misterioso acuerdo de 25 años” entre Teherán y Bejín en el limbo.
– Considera que la actual revolución del pueblo iraní puede acabar con la TI.
La caótica y débil reacción de la teocracia chiita, acorralada desde dentro y desde fuera, a tales agravios fue duramente criticada en el propio seno del poder, por cometer error tras error: no se atrevió a protestar ante China, y mandó al propio presidente del régimen Ebrahim Raisi (el más perdido, además de siniestro que ha tenido la TI), para tratar el tema, no con su homólogo sino con el embajador; luego en vez de “convocarle”, le “invitó” a una reunión, y en lugar de protestar por haber cuestionado la integridad territorial de Irán sólo se quejó. Eso sí, el diario islamista Arman escribió: “La independencia de Taiwán es un derecho legítimo“, y habló de la “dura represión de china contra las libertades” en esta isla.
Las exportaciones del petróleo iraní al viejo imperio se han reducido en 2022 casi a la mitad (a pesar del fuerte descuento en los precios) en medio de las exportaciones del petróleo ruso a su vecino, con más descuentos, así como las protestas de la nación iraní contra el capitalismo totalitario religioso regentado por el clero y su brazo armado, los Guardianes Islámicos. Entre 2019 y 2020, el rango de Irán entre los socios de China ya había caído del puesto 38 al 43, mientras que el del RAS subió del 25 al 24.
Incapaces de hacer un análisis objetivo de la situación, los enviados de Dios, como se autodenominan, han tachado este giro en la política china de “influencia israelí”, su gran Hombre de Saco que les sirve para un roto y para un descosido.
El Partido Comunista de China ha asimilado que Irán es un “daño colateral aceptable” para sus siguientes pasos geopolíticos (sobre todo para la iniciativa Un Cinturón, Una Ruta) en esta vital región del planeta: Cuanto más aumentan las amenazas de EEUU contra China desde Taiwán, los líderes chinos harán más movimientos de este tipo en los feudos tradicionales de Washington.
Aun así, no hay bloques. Hay que tener en cuenta que:
– EEUU es el principal socio comercial de China
– China no pretende reemplazar a EEUU, sobre todo en cuestiones militares, haciendo de Policía Mundial desde sus cerca de 800 bases esparcidas por el mundo.
– La seguridad, incluso la integridad física de los reyes del RAS está en manos de la CIA y el Pentágono: sigue habiendo tentaciones en Washington para deshacerse del príncipe asesino. Tanto el ejercito saudí (si se le puede llamar así, al estar lleno de mercenarios pakistaníes), como los servicios de inteligencia del RAS están bajo el dominio del CENTCOM (Mando Central de los EEUU), y está atado con mil cadenas militares a Washington. Mientras, entre 2003 y 2021, la venta de armas de China al RAS (el país que Donald Trump llamó “la Vaca lechera” de EEUU) fue solo por 245 millones de dólares, la de EEUU han sido 17,85 mil millones en el mismo periodo.
-A pesar de que en la cumbre chino-árabe, el presidente Xi propuso el pago del petróleo y el gas en yuan, el comunicado final no lo mencionó: Riad intenta evitar que empeoraran sus relaciones con Biden y no va a “desdolarizar” el comercio de su petróleo, aunque sí pretende romper el monopolio del billete verde en las transacciones energéticas de su país. Por el momento no habrá un “petroyuan” masivo, pero solo por ahora.
– Debido al mimo motivo, ante la invitación de China a que los árabes se unan a la alianza euroasiática de la OCS, ellos solo aceptaron participar en las conversaciones.
En realidad, los jeques, simplemente, están “repartiendo los huevos en varias cestas“. China avanza siguiendo el enfoque de “Inclusión” y establecer buenas relaciones con todo el mundo (con unos más que con otros), opuesto a la diplomacia de “suma cero” de EEUU.
Al Caudillo Ali Jameneni se le desmorona la política de “Mirando hacia el este”: ahora no tiene a ninguno de los “polos geográficos”, entre otros motivos, porque en el Libro Sagrado del siglo VII no hay mención alguna sobre las bondades de la diplomacia, construir puentes, y tener una política exterior no belicista.