Bolivia: Los indígenas en resistencia hacemos nuestro balance del año 2022

Al finalizar este año 2022, desde la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (CONTIOCAP), evidenciamos que lo único que ha avanzado en nuestro país es la destrucción de todas las bases fundamentales de la sociedad para una convivencia basada en el respeto a los Derechos Humanos. Destrucción promovida y propiciada por 16 años de gobiernos del MAS.



BOLIVIA
LOS INDÍGENAS EN RESISTENCIA HACEMOS NUESTRO BALANCE DEL 2022
 
Ante las mentiras sistemáticamente difundidas por los gobernantes, contraponemos las realidades del pueblo boliviano, destacando los casos del TIPNIS y el MADIDI.
Al finalizar este año 2022, desde la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (CONTIOCAP), evidenciamos que lo único que ha avanzado en nuestro país es la destrucción de todas las bases fundamentales de la sociedad para una convivencia basada en el respeto a los Derechos Humanos. Destrucción promovida y propiciada por 16 años de gobiernos del MAS, incluidos los 2 últimos años del gobierno de Arce y Choquehuanca. En este sentido, urge realizar un balance destacando algunos aspectos desde la mirada de las comunidades y pueblos indígenas que resistimos a un modelo que nos está llevando a la extinción:
 - Los gobiernos del MAS se han caracterizado por dar reiterados discursos de defensa de la Pachamama, de defensa de Pueblos Indígenas, de pacificación; mientras subsisten utilizando grupos de choque y usando a dirigentes indígenas para generar enfrentamientos y avasallamientos de territorios indígenas, convirtiéndolos en “pongos” al servicio de quienes someten a la Pachamama y a los propios pueblos indígenas a cambio de prebendas o incluso prostituyéndolos bajo el pretexto de “luchar contra la pobreza” y haciéndoles creer que son parte del poder. Nada más degradante y humillante para la Pachamama y para nuestros Pueblos Indígenas.
 - Los gobernantes del MAS, se atavían con ropajes de las culturas de nuestros pueblos, a las cuales según ellos honran; pero con sus acciones y políticas las pisotean. ¿Acaso es correcto que se escuden en el uso de ropajes culturales para legitimar sus acciones contra los propios pueblos indígenas? ¿O es correcto crear nuevas comunidades y exponer unas culturas dominantes con la pretensión de imponerlas como únicas y relegar la existencia de otras culturas de pueblos minoritarios que también tenemos derecho a existir en este Estado Plurinacional?
 - Nos mienten sobre la situación económica del país; cuando en 16 años gobernando Bolivia, no se han creado fuentes de empleo reales, sostenibles y suficientes, debido a que no han sido capaces de desarrollar ninguna industria, ni fomentar la creación de actividades económicas que diversifiquen los ingresos para el pueblo boliviano, empobreciéndonos cada día más. Y mantienen al país sumido en el extractivismo más brutal de materias primas, con empresas estatales insostenibles, e incrementado empleados públicos para generar ingresos para su partido político, con los impuestos con los cuales los bolivianos y bolivianas sostenemos a la burocracia gubernamental en los últimos 16 años.
 - Nos tratan de engañar con la ilusión de la existencia de inversión en mega proyectos de inversión pública, cuyas rentas alcanzarían para pagar bonos; pero en realidad existe un endeudamiento millonario que todos los bolivianos y bolivianas pagamos y que aun serán pagadas por las generaciones futuras. Es evidente que despilfarraron los recursos económicos generados por la venta de gas y reservas de las arcas del Estado. Si existe un cambio, es para los depredadores del Estado, donde el entorno más cercano al gobierno y sus aliados políticos son los nuevos ricos, a costa de la miseria del pueblo boliviano. Estos grupos gozan de la protección del gobierno; que con normas hechas a medida y subvenciones, se acumulan la riqueza; como los agroindustriales del Oriente, menonitas, y últimamente agroindustriales en la Amazonia, y por supuesto los empresarios mineros nacionales e internacionales, disfrazados de “cooperativistas” que están saqueando el oro boliviano pagando en el mejor de los casos un mísero 4,8% de impuestos, destruyendo nuestras áreas protegidas y territorios indígenas; mientras un emprendimiento comunitario de ecoturismo paga 3% por IT, 13% por IVA 13%, 25% por IUE, además de las AFPs, seguro en la caja de salud, y exorbitantes multas por incumplimientos o errores administrativos.
 - La corrupción obscena y descarada que impera en toda la estructura estatal, donde la denuncia se castiga y la corrupción en si misma, es premiada con designaciones en embajadas o altos cargos públicos, para que sigan propagando su discurso en países extranjeros y organismos como la ONU, donde pretenden representar a los pueblos indígenas. Por ejemplo, el caso del clan familiar de la señora María Eugenia Choque, ex presidenta del Tribunal Supremo Electoral, que fue acusada de cometer fraude en las elecciones de 2019.
 - La persecución y ataques contra personas y organizaciones que defendemos los derechos humanos, los territorios y la naturaleza; ataques que vienen desde los actores de un Estado hiper extractivista, desde el gobierno y sus sectores afines; ataques que vienen desde las empresas mineras y petroleras que se van apoderando de nuestros espacios de vida y nuestros recursos naturales; ataques que comienzan en hostigamientos y estigmatizaciones muy disimuladas y se intensifican hacia persecución judicial y amenazas contra nuestra integridad física y psicológica en nuestros territorios, con riesgo de lamentar pérdidas de vida.
 - Y la mentira más grande de los gobiernos del MAS es sobre el cumplimiento de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, la cual proclama la protección de nuestros derechos como pueblos indígenas originarios campesinos, la protección de 36 lenguas originarias que están vinculadas a la existencia de los pueblos que aun hablan sus idiomas originarios, la protección de la Amazonía y áreas protegidas, la protección de la biodiversidad y específicamente la protección de los recursos naturales. Pero todo ello ha sido transgredido, particularmente desde 2010. Veamos información actualizada de solo 2 casos: el TIPNIS y el MADIDI.
 - El caso del TIPNIS. Desde 2010, el gobierno del MAS inició un plan de destrucción del TIPNIS, promoviendo su invasión total por colonos afines al MAS, por actividades extractivas e incluso por actividades ilegales como el narcotráfico. Ante la resistencia de nuestros hermanos del TIPNIS, estos fueron violentamente reprimidos en Chaparina el 2011. Hoy mientras nos dicen que el gobierno no tiene planes para continuar la carretera Villa Tunari – San Ignacio, la construcción de esta sigue avanzando de manera silenciosa, con presencia permanente de maquinarias, a tal grado que está atravesando el Territorio Indígena Multiétnico TIM, y bastante consolidado con ripiado hasta Monte Grande del Apere por una empresa aparentemente militar. A partir de ahí continua una brecha hasta Jorori pasando por Santo Domingo, según información recogida en las últimas 3 semanas por personas que han recorrido esta área. El material para esta construcción procedería de la región de Rurrenabaque, según fuentes locales de transportistas sindicalizados que conocen gente que están trabajando en ese proyecto carretero, incluso con aprobación de algunos pueblos, mientras nos dicen que aún no hicieron la consulta a los pueblos indígenas que quieren proteger su territorio. Y, al parecer para no comprometer más la imagen del gobierno del MAS en este emblemático caso de resistencia indígena, a este avance silencioso de la carretera ha sumado el protagonismo de las gobernaciones de Cochabamba y el Beni.
 - El caso del MADIDI. La Minería aurífera avanza imperturbable e inexorablemente en el Parque Nacional MADIDI y otras áreas protegidas y ríos de la Amazonia, presionando a nuestros pueblos y comunidades para obligarles a aceptar la minería incluso por dirigentes indígenas cooptados o por sus intereses personales, pese a que el gobierno a través del SERNAP ha recibido recursos económicos de la cooperación Alemana para proteger paisajes como el Madidi, y pese a la firma de un acta entre las organizaciones indígenas representativas como CPILAP con el SERNAP, para anular el convenio gobierno-mineros que entrega las áreas protegidas a la minería aurífera. Todo esto solo ha servido para desmovilizar a la sociedad civil, que masivamente empezaba a manifestarse en defensa de las áreas protegidas frente al avance de la depredadora minería aurífera. La firma de esa acta le ha servido al SERNAP y al gobierno para mostrarse como cumplidores con la protección del Madidi ante organismos internacionales y la Cooperación Internacional, mientras organizaciones indígenas, campesinas, ex autoridades y actuales de gobiernos del MAS son parte activa de la expansión de la minería en Áreas Protegidas.
 
Ante todo este engaño en el que vivimos los últimos 16 años, donde nos van imponiendo un modelo económico que desborda violencia e irreparables violaciones de derechos humanos, derechos de nuestros Pueblos Indígenas y derechos de la Madre Tierra, hacemos un llamado al pueblo boliviano:
 1. Mantenernos en alerta permanente para la defensa del TIPNIS, porque esa carretera solo servirá para ampliar el área de influencia de esa especie de “mini República impenetrable” en que se ha convertido el Trópico Cochabambino, hasta los Territorios Indígenas del Beni. Llamamos a defender las áreas protegidas y promover en ellas solo actividades sustentables, con participación activa de las comunidades y pueblos indígenas ancestralmente dueños de estos territorios, como mecanismo para defender territorios libres del control cocalero y la vida para todos quienes hoy vivimos y para los hijos de nuestros hijos. Y sobre todo debemos mantener la esperanza de vivir en un Estado de respeto de los derechos fundamentales en Bolivia.
 2. A no dejarnos distraer y adormecer por el teatro de disputa política partidaria interna y las pasiones por el poder del MAS y sus aliados del agro negocio del Oriente boliviano, mientras los bolivianos y bolivianas estamos siendo despojados de nuestros medios de vida, siendo envenenados con mercurio y agrotóxicos, consumidos por el contrabando, avasallados por traficantes de tierras protegidos por el gobierno, e invadidos por carteles de narcotraficantes.
 3. Tomemos conciencia que al gobierno no le interesa gobernar para sacarnos del descalabro de las múltiples crisis creadas por ellos mismos en 16 años, y que el único interés del gobierno de Luis Arce es mantenerse en el poder y de los otros de volver a capturarlo. Para ese propósito cada propaganda con mentiras nos cuesta millones a las bolivianas y bolivianos, y existe el alto riesgo que un candidato del MAS de cualquiera de sus 3 alas o sus funcionales sean gobierno, para definitivamente quitarnos toda libertad como seres humanos. Es imperativo que nos unamos desde la sociedad civil, por el derecho que tenemos los bolivianos y bolivianas a aspirar a un gobierno que vele por el bienestar de todo el pueblo boliviano.
 4. Desde la CONTIOCAP también denunciamos la inercia de los organismos de derechos humanos nacionales e internacionales para defender los derechos fundamentales en Bolivia, porque en estos últimos 16 años han brillado por su silencio cómplice, salvo algunas excepciones que cumplen con sus mandatos. Pero desde la CONTIOCAP seguiremos exigiendo respeto a los derechos humanos y respeto a los derechos de nuestros pueblos indígenas y convocando al pueblo boliviano a la unidad para esa defensa como base para la convivencia pacífica en Bolivia.
 
¡LUCHAR POR EL TERRITORIO ES LUCHAR POR LA VIDA!!!