Las revoluciones de mujeres proporcionan una vida libre alternativa

Besê Erzincan, miembro de la Coordinadora KJK, afirmó que las revoluciones de mujeres proporcionan una alternativa de vida libre contra el Estado y el poder, y añadió: “La humanidad necesita revoluciones de mujeres.”



Besê Erzincan: “Las revoluciones de mujeres proporcionan una vida libre alternativa”

Besê Erzincan, miembro de la Coordinadora KJK, afirmó que las revoluciones de mujeres proporcionan una alternativa de vida libre contra el Estado y el poder, y añadió: “La humanidad necesita revoluciones de mujeres.”

En una entrevista publicada en la página web oficial de KJK, Besê Erzincan evaluó el año 2022.

Erzincan trató muchos temas, desde la revolución de las mujeres hasta el serhildan que se desarrolló en torno al lema de Jin, Jiyan, Azadi, desde los ataques dirigidos contra las mujeres de la vanguardia hasta el significado del líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan para el movimiento de las mujeres.

¿Cómo valora el año 2022 desde el punto de vista de la lucha por la libertad de las mujeres?

Como movimiento por la libertad de las mujeres, acabamos el 2022 con espíritu de resistencia, libertad y lucha. Cada vez está más claro que se necesita más liderazgo del movimiento de liberación de las mujeres para la solución de las crisis diarias y contemporáneas a las que se enfrenta la humanidad. Las mujeres, llamadas la colonia más antigua, lideran la oposición contra las injusticias, las desigualdades y la destrucción ecológica. Hoy en día, todo el mundo acepta el impacto de los movimientos de liberación de las mujeres. Los movimientos de mujeres, dispersos y fragmentados, evolucionan poco a poco hacia una lucha más integrada.

Las crisis que vive la humanidad sólo pueden superarse con revoluciones de mujeres. A pesar de toda la opresión y la violencia de los Estados-nación y del fascismo contra las mujeres y la sociedad, nuestro objetivo de realizar la revolución de las mujeres sigue en pie. Por eso decimos que “el siglo XXI será el siglo de las mujeres”.

Con el auge de las luchas de liberación de las mujeres en el mundo, el sistema masculino dominante desarrolla estrategias y tácticas para intentar anular los logros de las luchas de liberación de las mujeres, haciendo invisible la resistencia de las mujeres, desviando la lucha radical de liberación de las mujeres y prolongando su propia vida. Hay una guerra de agresión muy completa contra las mujeres.

Vemos que la revolución de las mujeres, encarnada en Rojava, tiene cada vez más eco en el mundo. ¿Cómo define la revolución de las mujeres?

La revolución que tiene lugar en Rojava es una fuente de inspiración. La revolución de Rojava está tomando forma como revolución de las mujeres. Se intenta crear un sistema democrático contra el Estado y el poder. Históricamente, en las perspectivas de nación y de clase de los siglos XIX y XX, las mujeres se pusieron del lado de los hombres. Desempeñaron un papel protagonista con gran valentía y abnegación en los momentos más críticos de las etapas de formación de las revoluciones. Pensaron bienintencionadamente que los problemas de las mujeres se resolverían de forma natural en las revoluciones tradicionales. Sin embargo, no fue así. Como las mujeres no pudieron crear su propia ideología, organización y sistema en estas revoluciones, no pudieron establecer el mecanismo de vida libre que pensaban. Se volvieron a implicar en el viejo sistema existente. Era necesaria una revolución de las mujeres dentro de la revolución. Esto podría haber sido posible con el desarrollo del sistema de las mujeres y el confederalismo democrático de las mujeres sobre la base de una lucha mucho más radical, estética, sofisticada, cultural y social.

La humanidad necesita revoluciones de mujeres. Nuestra dirección quería desarrollar las revoluciones de las mujeres con la ciencia de las mujeres, Jineoloji. La revolución de las mujeres significa la realización más radical y arraigada del socialismo, y la práctica de la democracia y las libertades a nivel social. La revolución de las mujeres es la creación de una nueva vida libre alternativa contra el Estado y los poderes.

El levantamiento, dirigido por mujeres en Rojhilat e Irán, sigue resonando en todo el mundo con el lema Jin, Jiyan, Azadi. ¿Qué puede decirnos de los orígenes de este lema?

Con el asesinato de una joven kurda de Saqız, Jîna Amini, a manos del Estado iraní, los levantamientos que surgieron en torno al lema Jin, Jiyan, Azadî se extendieron por todo Irán, empezando por el Kurdistán. En la persona de Jîna Amini, conmemoramos a todas las personas que fueron asesinadas y ejecutadas en Irán, y expresamos nuestras condolencias a sus familias y a nuestro pueblo.

La consigna Jin, Jiyan, Azadi elaborada por el Líder Abdullah Öcalan fue reconocida y universalizada por las mujeres y los pueblos de todo el mundo. La justicia de la perspectiva de nuestro líder respecto a las mujeres ha sido probada una vez más. Nuestro líder, Abdullah Öcalan, ha estado detenido en Imrali durante 24 años bajo un severo sistema de aislamiento y tortura. Nuestro Liderazgo logró un avance extraordinario en estas condiciones tan difíciles. Su manera de tratar la camaradería, la amistad y la lucha por la libertad de las mujeres es un ejemplo para toda la humanidad.

Creó los núcleos del desarrollo de un modelo de vida nuevo, libre e igualitario principalmente en su propia persona. Desarrolló con sinceridad una auténtica camaradería y sinceridad con las mujeres. Siempre ha trabajado por el desarrollo de un entendimiento igualitario y libertario a favor de las mujeres dentro del PKK y por su sistematización en la práctica. Ha destruido los tabúes que se habían desarrollado sobre la mujer. La mujer ha revelado su energía, su mente, su potencial. La revolución de Rojava ha sido un ejemplo para el mundo. Ha creado esperanza. En este contexto, le debemos mucho a nuestro liderazgo como mujeres.

Hace 22 meses que no hay noticias del líder Abdullah Öcalan. Una de las principales razones de la conspiración internacional fue la lucha de nuestro Líder por la libertad de las mujeres. El sistema capitalista, hostil a la liberación de la mujer, había desarrollado una conspiración contra nuestro Líder, que situó la liberación de la mujer en el centro de la lucha. Derribar los muros del sistema Imrali, el más brutal de la historia de la humanidad, es el deber más fundamental de nosotras, las mujeres. La libertad de nuestro líder es la libertad de las mujeres. Podemos derribar los muros de Imrali con nuestro trabajo, nuestras acciones y el desarrollo de nuestro sistema de mujeres.

Mientras preparábamos las ceremonias del 10º aniversario del asesinato en París de Sakine Cansız, Fidan Doğan y Leyla Şaylemez, tuvo lugar una nueva masacre en el mismo lugar. Tres personas fueron asesinadas, entre ellas la representante del movimiento de mujeres del Kurdistán. ¿Cómo valora este hecho?

El Estado turco asesinó a nuestros camaradas Evîn Goyî, Mir Perwer y Abdurrahman Kızıl el 23 de diciembre en París. Francia también es responsable de esta masacre. Evîn Goyî era el objetivo buscado.

El Estado turco cree que obtendrá resultados con tales masacres. Sin embargo, por el contrario, tales masacres causan mucha más ira y reacción entre las mujeres.

¿Qué espera de 2023 en cuanto a la lucha de las mujeres?

Creo que los acontecimientos en el Kurdistán, Oriente Medio y el mundo muestran que 2023 será un año crítico para las mujeres, los kurdos y todos los segmentos que quieren liberarse. En primer lugar, las mujeres deben concienciarse a sí mismas y a la comunidad. Deben desarrollar nuevas formaciones en los ámbitos de la autodefensa, la economía, la política, la educación, el derecho, la sociedad civil, la prensa y la cultura, y seguir desarrollando las ya existentes.

El año 2023 será un reto, pero también un año en el que se desarrollarán oportunidades de liberación. Como mujeres, nuestra postura de lucha y nuestra resistencia serán decisivas en este sentido. El desarrollo de la filosofía de la vida libre será posible con los logros de la lucha por la libertad de la mujer y el desarrollo del sistema de la mujer.

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Ruksen Mihemed: “Juntas resistiremos por una vida libre, democrática y segura”

Integra las Unidades de Protección de las Mujeres, la organización militar formada por mujeres kurdas, fundamental para derrotar a ISIS en Siria.

Ruksen Mihemed, una de las voceras de las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ) en Rojava (Kurdistán sirio), no deja dudas en sus declaraciones: afirma, sin medias tintas, que el Estado turco, con el presidente Recep Tayyip Erdogan a la cabeza, intenta por todos los medios dividir Siria, ocupar la mayor cantidad posible de regiones del país, e implementar un sistema basado en la represión.

En una entrevista realizada vía correo electrónico, Mihemed habló sobre la situación crítica que viven los pueblos del noreste sirio, asediados por los ataques militares lanzados por la aviación y la artillería de Turquía. Desde el 19 de noviembre, el gobierno de Ankara recrudeció los bombardeos contra civiles e instalaciones petroleras y de agua potable, hospitales y escuelas. Uno de los resultados son casi 30 muertos, entre civiles, integrantes de las Fuerzas Democrática Sirias (SDF donde están integradas las YPJ) y soldados del Ejército Árabe Sirio, este último bajo control de Bashar Al Assad.

Las YPJ se conformaron en 2012, cuando en Rojava se anunció una revolución que al día de hoy sigue su curso. Con Siria envuelta en protestas contra el régimen de Damasco e incipientes grupos armados irregulares que comenzaban a cometer crímenes y atentados, los pueblos del norte del país, encabezado por los kurdos, declararon la autonomía de la región fronteriza con Turquía y se lanzaron a defender su tierra y los derechos políticos y culturales que durante décadas les habían sido negados.

Las Unidades de Protección de las Mujeres, junto a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), fueron las primeras fuerzas militares de autodefensa que hicieron retroceder, en un principio, a Al Qaeda y luego al Estado Islámico (ISIS o Daesh), que intentó tomar el control de Rojava. Cuando las YPJ y las YPG derrotaron a ISIS en la ciudad de Kobane, en 2015, luego de tres meses de enfrentamientos, el “califato” que había sembrado el terror en Irak y Siria comenzó a desmoronarse. En 2019, en la aldea siria de Bahouz, Daesh encontró su derrota militar total en manos de las SDF.

Las razones de Turquía

Para Mihemed, hay varias razones por las cuales el Estado turco lanzó estos nuevos ataques. La justificación que encontró el presidente Erdogan fue el atentado del 13 de noviembre en el centro de Estambul, en el cual murieron seis personas y 81 resultaron heridas. Aunque hasta ahora no hay claridad de quién fue el responsable de ese hecho, el gobierno turco se apresuró a acusar al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y a las YPG/YPJ, algo que estas organizaciones rechazaron de forma tajante.

“Los ataques que el Estado turco ha realizado en el norte y el este de Siria fueron ininterrumpidos desde el inicio de la revolución –asegura la portavoz de las YPJ-. El Estado turco ha utilizado bandas de mercenarios para ocupar la región. Sin duda, esto comenzó con ataques amplios en distintos lugares, porque estamos ante una guerra abierta, para cometer un genocidio en esta región y en Siria. La razón de estos ataques es profundizar los problemas económicos y dificultar la vida, porque el tiempo de las elecciones (en 2023 en Turquía) se acerca, y para continuar la dominación fascista sobre las y los trabajadores. Estos son los motivos principales por los que se realizan estos ataques”.

Mihemed además explica que “otra razón es acabar con el proyecto de nación democrática que existe en el norte y el este de Siria, sobre el que se ha construido la Administración Autónoma”. Esta entidad, denominada Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), se conformó para institucionalizar la revolución. En la actualidad, controla más del 30 por ciento del territorio sirio. En la AANES convergen todos los pueblos de la región, no sólo los kurdos.

“Para todos sus habitantes, sean kurdos, árabes, asirios, armenios, circasianos, turcomanos o cualquier otro, hoy vemos que el norte y el este de Siria es un modelo nuevo de solidaridad y unión de los pueblos, de todos los pueblos viviendo conjuntamente –indica la portavoz-. Este modelo democrático que se ha desarrollado es visto como una amenaza para Erdogan y su fascismo. Cada persona que lucha por la democracia y la libertad es considerada como peligrosa, como terrorista. Por eso, nosotras queremos que el pueblo kurdo trabaje duro para garantizar su existencia, su cultura y el estatus obtenido en el norte y el este de Siria. Queremos que todas las naciones vivan juntas, democráticamente, y que haya seguridad para todas las regiones”.

El plan otomano

Desde hace varios años, la AANES denuncia que el plan final de Turquía es reconstruir el poderío territorial del Imperio Otomano. Para eso, Ankara sostiene operaciones militares no sólo en Siria. En la actualidad, la aviación turca bombardea continuamente Bashur (Kurdistán iraquí), en muchos casos con armas químicas. También respalda a Azerbaiyán en su escalada bélica contra Armenia, y despliega fuerzas mercenarias en países como Libia.

“El plan principal del Estado turco fascista es apropiarse y ocupar todas las regiones, llevar a cabo un genocidio y realizar un cambio demográfico para destruir el pueblo y la cultura popular junto con el proyecto de la nación democrática, que hoy es un modelo para todos los pueblos del mundo”, remarca Mihemed al referirse a la situación en Rojava.

Otra denuncia que reiteran desde la AANES es que el Estado turco es el principal promotor del Daesh, organización que por estos días cuenta con, al menos, diez mil integrantes. En el norte de Siria, en los campos de refugiados de Al Hol y Al Roj hay un total de setenta mil personas, en su mayoría miembros de ISIS y sus familias. A esos lugares, que son bombas de tiempo a punto de explotar, apunta Turquía con el objetivo de liberar la mayor cantidad de personas.

“Vemos una y otra vez que el Estado turco y Erdogan no aceptaron la derrota del Estado Islámico en la resistencia de la ciudad de Kobane –explica la integrante de las YPJ-. Con la derrota que vivió el ISIS, el plan general de Erdogan se vino abajo. Para Turquía y para Erdogan fue un agravio, y para vengarse usa a bandas de mercenarios para debilitar la estabilidad y seguridad de las diferentes regiones”.

Mihemed detalla que “al principio, los ataques fueron en las ciudades de Kobane, Manbij y Tel Rifat, pero no solo se restringen a las áreas fronterizas, sino que se llevan a cabo en todas las regiones, que sufren los desastres producidos por estos ataques. Los ataques que empezaron el 19 de noviembre con aviones de guerra fueron contra las estaciones regionales de petróleo y gas, hospitales, escuelas y demás infraestructura, que cubren las necesidades de la vida del pueblo para que la vida continúe”.

La portavoz de las YPJ advierte que los bombardeos turcos se realizaron en “los alrededores de las prisiones del Estado Islámico y contra las fuerzas de vigilancia del peligroso campamento de Al Hol, donde residen familias del Daesh. Hasta ahora, hubo seis mártires entre las fuerzas de seguridad que defienden a la humanidad de estos peligros. Todos estos ataques visibilizan la estrecha relación entre el Estado turco y el Daesh. El peligro de la reconstrucción del Estado Islámico no solo afecta a la región, sino a la humanidad. Hemos visto cómo el Estado Islámico ocupó territorios y realizó matanzas imponiendo su mentalidad”.

Las ocupaciones

El Estado turco ocupa de forma ilegal el cantón kurdo de Afrin, desde 2018, y desde 2019 la franja fronteriza que va desde la ciudad de Tel Abyad hasta Serêkaniyê. Además, tiene un control férreo sobre una porción importante de la provincia siria de Idlib. En todos esos lugares, Turquía respalda a grupos armados radicales, que basan sus acciones en el saqueo, los asesinatos y secuestros de civiles, y en la implementación de políticas represivas, situaciones que ya fueron denunciadas por la propia Naciones Unidas. En el caso de Afrin, Turquía dio un paso más: inició de forma acelerada la “turquificación” de la población originaria, con la instalación de escuelas, una administración conformada por grupos terroristas y la explotación de los recursos naturales. Para eso, los bombardeos turcos desplazaron a la fuerza a 300 mil habitantes, que ahora sobreviven en el norte de la provincia de Alepo.

Turquía “quiere aprovecharse de nuevo de esta situación que vive la región, y de la situación mundial, con la guerra que acontece en Ucrania, para así silenciar los ataques en la región, dividir la tierra de Siria y tener influencia sobre todas las regiones árabes”, señala Mihemed.

“Cada persona, cada pueblo que lucha por la libertad, la democracia y la igualdad, ve a Erdogan como un peligro, en especial para el proyecto de nación democrática que existe hoy en día en el norte y el este de Siria –sostiene la portavoz de las YPJ-. La unidad del pueblo de las regiones de esta tierra sagrada, y los logros que ha conseguido esta revolución, se lleva a cabo con la sangre de miles de mártires y heridos de guerra. Erdogan ve esta lucha, esta vida compartida, como un peligro para sí mismo. Por eso, para vengarse de ello, ataca una y otra vez a los pueblos de estas regiones, para vaciarlas”.

Mihemed apunta como uno de los principales peligros el silencio de las principales potencias mundiales. En el norte y el este de Siria hay presencia militar de Rusia, Estados Unidos e Irán. Moscú y Washington comparten el control aéreo de toda la región. Por eso, desde la AANES apuntan en su contra –pese al diálogo que sostienen con ambos países- por permitir que Turquía bombardee de forma indiscriminada.

“Hoy existe un silencio por parte de las fuerzas internacionales contra los ataques que realiza Erdogan. Es verdad que se difundieron comunicados para que no se produjeran ataques en el norte y el este de Siria. Pero estos comunicados no tuvieron fuerza para frenar los ataques. Turquía también se aprovecha de la guerra entre Rusia y Ucrania, y de la crisis económica que vive Europa”, enumera Mihemed. 

Para la integrante de las YPJ, “el silencio acordado por las fuerzas internacionales permite que la lucha que juntas labramos contra Estado Islámico, se encuentre ante una situación peligrosa. Porque hoy, el Estado turco realiza ataques sobre la región y quiere revivir al Estado Islámico. Este peligro al que se enfrenta la humanidad se va renovando con estos ataques.  Si Estados Unidos quiere que se detengan los ataques, que se frene el genocidio que lleva a cabo el Estado turco, es necesario que haya un acuerdo y decisiones en el nivel más alto. Se necesita que la Coalición Internacional (contra el Daesh) y el Congreso de los Estados Unidos tomen decisiones”.

Contra la revolución de las mujeres

La principal característica de la Revolución de Rojava es que es impulsada por las mujeres. Dentro del Movimiento de Liberación de Kurdistán, el paradigma de mujeres libres, sintetizado en el concepto “Jin, Jiyan, Azadi” (Mujer, Vida, Libertad), es la piedra angular para el cambio social y político. Y en Rojava, la autonomía y el proceso revolucionario se basan en ese concepto.

Mihemed estima que los ataques turcos “tienen como objetivo alejar a las mujeres de la lucha por los derechos y la libertad. Por eso, ahora nuestras amigas y jóvenes deben reforzar y activar las acciones, trabajar para ampliar el efecto de la revolución de las mujeres y de los pueblos, y defender sus valores. Nosotras también, como SDF y como YPJ, hemos hecho una promesa de corazón, con fe, para defender a nuestro pueblo y nuestra tierra. Nosotras lucharemos y resistiremos”.       

“Juntas somos responsables de la revolución, de los logros surgidos de la revolución de las mujeres, de las mártires que han dado su sangre por la humanidad y de defender a la humanidad –resume-. Nosotras también lucharemos y resistiremos por una vida libre, democrática y segura, por la vida de nuestro pueblo”.

La portavoz de las YPJ además destaca que “para detener los ataques del Estado turco y Erdogan, todos los pueblos de Oriente Medio, todos los pueblos del mundo y los amigos de nuestro pueblo, están encabezados por mujeres que gritan ‘Jin, Jiyan, Azadi’. Con este paradigma se manifiestan por una vida libre y digna, basada en la democracia. Cada mujer y cada pueblo luchan por su libertad y defiende la Revolución de Rojava y la revolución de las mujeres. Es un apoyo histórico”.

Desde el comienzo del proceso revolucionario en Rojava, “nosotras luchamos por el camino hacia una solución que toma como centro una Siria democrática –reflexiona Mihemed-. Luchamos contra los ataques que el Estado turco fascista en toda la tierra siria. El gobierno de Siria está defendiendo sus regiones fronterizas, todos sus pueblos y habitantes. Quizás, hasta ahora, su posición no ha sido firme, hay algunos acuerdos pero son débiles, no son suficientes para enfrentar los ataques. También nosotras queremos parar conjuntamente estos ataques, defender la tierra siria. Por eso nuestro diálogo continúa, porque es mejor defendernos juntos. Es verdad que hasta ahora no ha habido un acuerdo firme (con Damasco), pero se llevan a cabo insistentes intentos de defender en conjunto el territorio sirio”. 

Según Mihemed, para los pueblos del norte y el este de Siria la resistencia contra el Daesh y el Estado turco es “sagrada” y es parte de una “guerra popular revolucionaria” contra los actuales ataques e intentos de ocupación. “La resistencia y la unidad popular, junto con  la sangre de los mártires, ha puesto límites a los objetivos del Estado turco –sentencia la integrante de las YPJ-. Se ha construido una resistencia sagrada, una resistencia histórica. Hoy también hay un acuerdo fuerte y decidido de sacrificio para detener los ataques. Pese a las dificultades, los ánimos siguen altos”.

Por último, Mihemed sintetiza: “Los ataques quieren dejarnos sin ánimos, sin unión popular, y arrancarnos los logros de la revolución. Pero los pueblos del norte y el este de Siria han prometido resistir hasta el final, defendernos a nosotras y nuestra tierra, y así aumentar nuestra resistencia y lucha”.

Fuente: Por Leandro Albani para Tiempo Argentino/ANF