Dos Guerras: una global en Ucrania y otra regional en México

A su vez, en México, la guerra tiene muchos rostros: un exterminio masivo plagado de desapariciones, asesinatos, feminicidios, desplazamiento de población; un exterminio selectivo sobre todo de activistas sociales y defensores de derechos humanos; y una guerra sucia económica político-electoral instalada sobre todo desde la oposición y su siembra perversa de la espiral del odio y el “infantilismo social” mediático contra cualquier acción del gobierno.



Pensar en voz alta la justicia y la paz

Dos Guerras: una global en Ucrania y otra regional en México

 

Pietro Ameglio

 

La espiral de la guerra y la violencia tiene muchas etapas, estadios y niveles, y resulta central continuamente intentar ir midiendo y comparándolos en su desenvolvimiento, para ser capaces de hipotizar y prevenir tendencias de crecimiento posteriores. Sea en el territorio que habitamos, que a niveles más regionales y globales, pues estos efectos en el corto o mediano plazo nos afectarán. La humanidad está al borde de dos grandes catástrofes: una inmediata (guerra de Ucrania) y otra casi (cambio climático). En este sentido, no podemos dejar de observar y analizar con mucha atención y teoría el proceso y la escalada de la guerra cuasi-nuclear (¿o no?) en Ucrania. Así como el otro gran proceso de violencia y extinción que nos atraviesa como especie: el cambio climático en todos sus gravísimos aspectos. Al respecto, el secretario de la ONU, Antonio Guterres -quien seguramente cuenta con información y análisis muy profundos del tema, aunque muy poco logra hacer- lleva mucho tiempo advirtiendo de la posibilidad de una pronta “catástrofe”, de un “suicidio” humano, de la “caída a un precipicio” debido a la “adicción irracional al poder, la ganancia y el dinero” y a que “los últimos ocho años han sido los más cálidos jamás registrados en la Tierra”.

La guerra de Ucrania, comenzada hace un año, no ha dejado de estar atravesada por una espiral armamentista y de acciones inhumanas y brutales permanentes, con enormes riesgos de ataques o accidentes nucleares de proporciones y alcances inimaginables, pero en estas últimas semanas los gobiernos occidentales y la OTAN, en reacción a ataques rusos, han incrementado mucho sus acciones armamentistas de apoyo a Ucrania y amenaza a Rusia: particularmente, Estados Unidos y Alemania acaban de enviar poderosos tanques Abrams y Leopard. Por su parte, Putin re-instala el terror de la historia de la 2ª guerra mundial relacionando esta amenaza con los ataques de tanques nazis y afirmando que “la OTAN está implicada por completo en el conflicto”, mientras el ex_presidente Medvedev amenaza con hacer “arder” Ucrania.

¿Podríamos estar entrando a otra fase (¿nuclear?) y con un rol atacante directo de la OTAN en esta guerra? Las más felices serán las empresas armamentistas que aumentaron 18% sus ganancias en 2022.

Exterminio masivo y selectivo en México: dos ejemplos recientes cercanos

A su vez, en México, la guerra tiene muchos rostros: un exterminio masivo plagado de desapariciones, asesinatos, feminicidios, desplazamiento de población; un exterminio selectivo sobre todo de activistas sociales y defensores de derechos humanos; y una guerra sucia económica político-electoral instalada sobre todo desde la oposición y su siembra perversa de la espiral del odio y el “infantilismo social” mediático contra cualquier acción del gobierno. En estos últimos días nos atravesaron de muy cerca dos hechos sociales emblemáticos de ambos tipos de exterminio.

El exterminio selectivo siempre ha existido en nuestra historia, es una especie de “piso represivo constante”, pero se ha agravado en la última década por el nivel de despojo y explotación con alta impunidad -y la variable del delito organizado asociado al capital trasnacional- que el neoliberalismo y los gobiernos anteriores han fomentado hacia todo tipo de recursos naturales, así como la valiente resistencia civil de las comunidades y barrios ante ello. Las comunidades indígenas y campesinas -especialmente con sus líderes- han sido las más atacadas y violentadas. Así, según la ONU, América Latina y el Caribe son la región mundial más peligrosa para los defensores ambientales y México es el segundo país del continente con más represión (https://zenodo.org/record/4312898#.Y-GMT3bMLZ4).

Reflexionemos a continuación dos hechos sociales que nos han tocado recientemente de cerca, que representan perfectamente dos “fotografías” que retratan con claridad ambos exterminios.

Foto 1– En este contexto selectivo, la comunidad de Ostula con su bastión en Xayakalan -situada en la costa michoacana frontera con Colima y adherida al Congreso Nacional Indígena- ha sido un territorio nahua emblemático de la organización y resistencia autónomas contra el despojo y el delito organizado. Su proceso ha sido atravesado por muchas etapas distintas, rupturas, cambios en la Guardia Comunitaria, asamblea y liderazgo comunitarios, pero se ha mantenido valientemente y muy firme pese a todo. Como Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, nos tocó acompañar en su regreso a la región dentro de una misión de observación de DDHH el 6 de diciembre del 2011, al líder histórico comunitario don Trino de la Cruz, quien fue brutalmente asesinado ese día. Los asesinatos de líderes y miembros de la comunidad no han cesado por más de una década (35 comuneros asesinados y 5 desaparecidos desde 2009 hasta hoy), aún con una base de la Marina ahí cerca: el pasado 12 de enero fueron asesinados -cerca de la cabecera municipal de Aquila- tres integrantes de la Guardia Comunitaria (Isaul Zambrano, Miguel Estrada y Rolando Zambrano) por presuntos integrantes del cártel Jalisco Nueva Generación “con un comando de aproximadamente 20 sicarios”.

Tres días después, fueron desaparecidos hasta hoy en la misma región pero en Colima, el abogado y defensor de los derechos colectivos y de las tierras ejidales y comunales Ricardo Lagunes y el dirigente-maestro de la comunidad de Aquila, Antonio Díaz. Actualmente la defensa legal y comunitaria era contra la empresa minera de hierro ítalo-argentina Ternium que lleva operando por años con mucha violencia e ilegalidad, íntimamente asociada al delito organizado y a las corruptas autoridades políticas de todos los niveles, la cual no ha cumplido con los acuerdos de un “pago justo” en regalías por la ocupación de las tierras comunitarias. Ahí está también el gran puerto Lázaro Cárdenas, centro de sus exportaciones a China. Se trata de una primera foto perfecta de la falsa “guerra al narco” y las complicidades delictivas en el país.

La acción de las autoridades, fuerzas armadas y policiales, ha sido muy lenta e ineficiente -¿y cómplice?- ante estas brutales violencias, y sería gravísimo que no aparecieran los dos desaparecidos y no se aplicara verdad, justicia, reparación y no repetición ¡ya! ¿¿Cómo pueden la minera, las autoridades y los cárteles permanecer impunes?? Mientras tanto, la comunidad de Ostula y trabajadores de la mina Las Encinas han bloqueado el entronque carretero y están en huelga desde el 22 de enero.

Foto 2– Los feminicidios son parte central del exterminio masivo en México, por el volumen y la constante en las últimas décadas. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, en su última actualización con 110 mil 500 en todo el país, de los más de 5 mil desaparecidos en la Ciudad de México un tercio son mujeres. Todos los días hay hechos sociales de este tipo por todo el país, se trata de una realidad lacerante y también de gran normalización e impunidad. El pasado 3 de febrero un grupo de jóvenes de nuestra organización con quienes estamos construyendo un documental sobre las formas de luchas de las y los familiares de desaparecidas y desaparecidos, que iba paradójica e irónicamente a una reunión de edición, se vio detenido en pleno Insurgentes Sur por un bloqueo de familiares y amigos de Carolina Islas Dorantes, madre de tres hijos, desaparecida una semana antes en esa zona. La familia recurrió varias veces a la Fiscalía capitalina -que está encabezada ahora por una persona que conozco de décadas y a quien aprecio mucho- en busca de apoyo para la búsqueda, sin suceso, por lo que decidió recurrir a una acción de noviolencia ejemplar y radical, proporcional a la violencia que sufren: la desobediencia civil.

Prácticamente todos los días la prensa registra este tipo de acciones noviolentas de desobediencia civil con bloqueos carreteros inmediatos a la desaparición, he aquí unos ejemplos recientes: familiares y amigos de María Angela Olguín de 16 años, desaparecida en los baños del metro Indios Verdes el 19 de enero pasado, bloquearon Insurgentes Norte; igual sucedió con Abril Montes, joven de 16 años desaparecida en Ecatepec, donde bloquearon la avenida principal del municipio; y también pasó en la costera de Acapulco exigiendo la aparición de Lesli Palacios, joven de 20 años. Al norte en Zacatecas, junto al bloqueo del entronque de tres carreteras, el gobernador David Monreal fue retenido por horas en la comunidad de Sauceda de la Borda, en reclamo por la desaparición Anthony Núñez, niño de 6 años. Etc., etc…

Cada vez más en México, como lo venimos escribiendo y demostrando desde el año pasado (https://desinformemonos.org/cien-mil-desaparecidos-en-mexico-desobediencia-civil-inmediata-a-la-desaparicion/), existe una vuelta de tuerca en la forma y nivel de la lucha contra las desapariciones, donde al saberse ya que las primeras horas son las decisivas, los familiares y vecinos deciden recurrir a la mayor radicalidad civil noviolenta, colocando la legitimidad por encima de la legalidad, como enseñan la mejor historia de la humanización de nuestra especie, Gandhi, los pueblos y movimientos de base, y muchísimos más. Con 8 horas de bloqueo que paralizó al sur de la ciudad en un puente feriado, se logró en forma concreta avanzar en las acciones de las autoridades para agilizar la búsqueda de Carolina. He aquí una segunda foto perfecta del exterminio masivo feminista y de la lucha social y familiar contra ello.

Miguel Concha: un ser humano sabio y de paz

No podría terminar este artículo sin decir una palabras con un hombre con quien me tocó cruzarme en varios momentos importantes de la conflictividad social de México, por décadas. Compartimos no demasiado, pero sí en profundidad y con alta estima recíproca en diferentes acciones y coyunturas. Siempre tuve muy presente que don Miguel fue el único orador, consensuado por muchas organizaciones civiles y sociales, en el acto masivo del zócalo del DF para exigir al gobierno el cese de los bombardeos y la guerra contra los zapatistas en Chiapas, el 12 de enero de 1994 (https://www.caminoalandar.org/post/in-memoriam-discurso-de-miguel-concha-orador-al-termino-de-la-marcha-por-la-paz). Eso habla de su gran fuerza moral y poder social.

Posteriormente, recuerdo también durante una reunión en abril del 2011 en Cencos, a los inicios de la masiva movilización social nacional en solidaridad con las víctimas de la llamada “guerra de Calderón”, convocada para discutir el nombre para el naciente movimiento, cómo la intervención de don Miguel hacia el final fue decisiva para que se acuñara el nombre de Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Y dentro de ese proceso de al menos un año, tengo presentes múltiples discusiones y reflexiones con él en medio, siempre comprometido y mediando, pero sin renunciar a la radicalidad evangélica de la justicia y el acompañamiento a las víctimas.

Para finalizar, quisiera citar otra acción de construcción de paz, no conocida públicamente, que nos unió un tiempo y muestra su compromiso con la verdad y la justicia. Miguel era profesor de la Unam por mucho tiempo, y en ese momento (2016-17) impartía clases de DDHH en un posgrado de Administración. La entonces abogada general de la Unam, nos pidió a don Miguel y un grupo pequeño de profesores y estudiantes de la facultad de Filosofía y Letras de poder intentar un diálogo y mediación con las personas y grupos que ocupan desde el año 2000 el auditorio Che Guevara-Justo Sierra de dicha facultad. Se trató de un proceso e iniciativa muy intermitente que duró un año, con poco diálogo real entre las partes más allá de escritos, un foro abierto muy concurrido en la facultad…pero también fue una acción de construcción de verdad, justicia y paz muy necesaria, actual aún hoy y emblemática para no caer en la normalización y parálisis comunitaria, con los ocupantes y parte de la comunidad de la facultad. Había tres objetivos iniciales que se plantearon desde el inicio a los ocupantes: “Una cogestión del auditorio a través de una comisión plural…; elaboración conjunta de un proyecto de rehabilitación del auditorio…; elaboración conjunta de lineamientos para el uso plural, público e incluyente del auditorio…”.

Sería un lindo homenaje a don Miguel Concha por parte de la Unam retomar de alguna forma un proceso comunitario amplio de diálogo y mediación, con principios de realidad e igualación, respetando a todas las partes, para re-convertir a ese emblemático, tan querido e indispensable auditorio en un espacio donde quepan todas y todos.