Periferias en lucha
La periferia produce agroecología: la Ocupación Tomás Balduíno (Ribeirão das Neves/Minas Gerais) proporciona alimentos sanos a la ciudad
Timo Bartholl
En colaboración con Vivian Tofanelli y Thiago Canettieri
Región Metropolitana de Belo Horizonte: en cuanto es un privilegio tener un techo, ocupar es un derecho
Entre 2009 y 2019 surgieron más de sesenta ocupaciones en Belo Horizonte y su Región Metropolitana2. Son ocupaciones que albergan a miles de personas que luchan por el derecho a la vivienda en la metrópolis3. Es en este contexto de efervescencia de las periferias en lucha que se inserta la Ocupación Tomás Balduíno (@comunidadetomasbalduino), que existe desde 2013 y está compuesta por aproximadamente 450 familias. Se encuentra en la región de Areias, en el municipio de Ribeirão das Neves, Región Metropolitana de Belo Horizonte (RMBH) en Minas Gerais – una región de alta vulnerabilidad social y exclusión socioeconómica. El municipio está marcado por una reciente y vertiginosa ocupación urbana, con la cuarta menor renta per cápita del país y el menor Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la RMBH. Se la conoce como «ciudad dormitorio»: la mayoría de sus habitantes se ven obligados a desplazarse diariamente a otros municipios para ganarse la vida, debido a la falta de integración entre su lugar de residencia y los lugares donde trabajan y estudian. También hay altos niveles de violencia urbana, lo que contribuye a la formación del estigma negativo del municipio, que agrava su marginación simbólica y material. Ocupar tierras en zonas como éstas es luchar por mucho más que una vivienda: es luchar por condiciones dignas de reproducción de la vida, es luchar por un trabajo digno, por el acceso a la educación, a la salud y al ocio, es luchar por una vida en comunidad. Y es luchar por el acceso a una alimentación sana. Y en relación con esta lucha, los ocupantes de Tomás Balduíno que emigraron a la ciudad con conocimientos agrícolas producen sus propios alimentos.
La periferia produce para la ciudad: la Agricultura Apoyada por la Comunidad (CSA por su sigla en ingles) Ora-pró-nobis
La región de Areias, donde se localiza la Ocupación Tomás Balduíno, se encuentra en uno de los frentes de expansión de la red urbana de la Región Metropolitana de Belo Horizonte.Por eso, presenta características rurales y urbanas: áreas de pastos o vegetación nativa, con cursos de agua, manantiales y actividades típicas del medio rural; así como problemas comunes a las periferias urbanas: flujo vehicular sin estructura adecuada de la red vial, disposición irregular de aguas residuales, contaminación hídrica, deforestación, entre otros. En este campo de tensiones, la región tiene vocación agrícola y en el pasado se destacó como la mayor productora de hortalizas de la Región Metropolitana de Belo Horizonte. Es en áreas como éstas donde se rompe la supuesta oposición entre lo que se considera urbano y lo que es rural. Si el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) dice con razón: «Si el campo no planta, la ciudad no cena», la experiencia en la ocupación de Tomás Balduíno suena como una respuesta que complementa esa expresión: «¡La ciudad también planta!
En 2014 se formó en Belo Horizonte la red Agroecología en la Periferia como un esfuerzo conjunto entre movimientos sociales, residentes de ocupaciones y apoyos como grupos de investigación universitarios. Y en el contexto de esta red, desde 2016, las prácticas agroecológicas se han consolidado en la Ocupación Tomás Balduíno. Reuniones, talleres y esfuerzos conjuntos apoyan los traspatios productivos mantenidos por los residentes. Desde 2017 la red trabaja apoyando la consolidación de unidades productivas agroecológicas para la generación de ingresos y el desarrollo de estrategias de comercialización.
Así nació la Agricultura Apoyada por la Comunidad (CSA) Ora-pro-nóbis (@orapronobis_csa). La planta que da nombre a esta CSA, ora-pró-nobis, tiene todo que ver con la propuesta: altamente nutritiva, resistente, abundante, una planta poderosa que se ha ido sumando a los platos de quienes se conectan con redes alternativas de distribución de alimentos.
Una CSA se basa en un sistema de entrega de canastas de productos agroecológicos, en el que productores y consumidores se unen y construyen una relación de cooperación, confianza y lealtad. Es una forma de reorganizar los circuitos alimentarios y escapar de las cadenas de valor hegemónicas. Los agricultores producen siguiendo los principios de la agroecología y los consumidores pagan una cuota mensual que garantiza la estabilidad de los ingresos y la seguridad de los agricultores para producir e invertir en el funcionamiento de todas las fases de la cadena de producción, desde la producción hasta la entrega.
Las cestas agroecológicas se componen de hortalizas, condimentos y hojas de té, PANC (Plantas Alimenticias No Convencionales – aquí la idea es, evidentemente, que el consumo de estas plantas sea cada vez más convencional), verduras y frutas. Para lograr una mayor diversidad de productos, las cestas también incluyen alimentos de otros productores asociados de los alrededores. Las cestas vienen en tres tamaños diferentes y se entregan dos veces al mes en los barrios de Belo Horizonte.
La periferia produce alimentos contra el hambre en la pandemia y más allá: @projeto de segurança alimentar comunitária
El poder de crear lazos comunitarios a través de la CSA también se puso de manifiesto durante la pandemia de Covid-19. En asociación con el movimiento Brigadas Populares y la Casa Palmares, y apoyándose en una red de simpatizantes, la ocupación obtuvo recursos para apoyar acciones de emergencia en un aviso público promovido por la Fundación Pública Oswaldo Cruz (FIOCRUZ). Además de apoyar a costureras de ocupaciones urbanas, como Tomás Balduíno, para coser máscaras, el proyecto apoyó a familias de agricultores agroecológicos para ampliar sus cultivos y subsidiar la distribución de alimentos a las comunidades en las que viven. Así, fue posible distribuir unas 3.000 cestas de alimentos agroecológicos a las familias de las ocupaciones. Esto supuso el acceso a alimentos de calidad y libres de tóxicos para cientos de personas en un momento en el que el país atravesaba una grave crisis de inseguridad alimentaria, además de garantizar ingresos a las familias agricultoras.
Actualmente, las familias productoras de productos agroecológicos de la Ocupación Tomás Balduíno y de la Ocupación Vitória participan en el Proyecto de Seguridad Alimentaria Comunitaria. Se trata de una iniciativa de movimientos y simpatizantes para seguir promoviendo la generación de ingresos para quienes se dedican al cultivo de alimentos sin veneno y subvencionar la distribución gratuita de estos productos en las comunidades donde viven las familias agricultoras. Cualquier persona puede apoyar el proyecto a través de la página web https://benfeitoria.com/projeto/projetodesegurancaalimentarcomunitaria.
La experiencia de Tomás Balduíno se revela así como una importante iniciativa que puede inspirar a otras periferias en lucha4. Representa una forma de promover el desarrollo territorial de manera que se refuerce el sentido de comunidad, basado en el trabajo agroecológico, produciendo alimentos de calidad sin veneno. Es la periferia reinventando la ciudad: en efecto, es posible vivir, colaborar y articularse sobre la base del espíritu de apoyo mutuo y luchar así por una ciudad donde la vivienda digna y la alimentación sana sean posibles para todos. Si es un privilegio tener un techo, ocupar es un derecho. Y si comer bien es un privilegio, ¡plantar nosotres para nosotres es un camino!
Notas
* Los co-autores de esta columna son Vivian Tofanelli y Thiago Canettieri, que participan en la red Agroecologia en la Periferia y contribuyeron a la construcción del CSA Ora-pró-nóbis. Muchas gracias a ellos y a los agricultores de la Ocupação Tomás Balduíno por compartir esta inspiradora experiencia.
2. Consulte el inserto Geohistoria de las ocupaciones urbanas en RMBH, como los demás artículos, en el libro “Não são só quatro paredes e um teto: uma década de luta nas ocupações urbanas da Região Metropolitana de Belo Horizonte”, organizado por Thiago Canettieri, Marina Sanders Paolinelli, Clarissa Cordeiro Campos e Rita Velloso (Cosmopólis, 2020). Disponible en: https://bit.ly/42NiIjb
3. Se calcula que se han construido unas 19.802 viviendas con el apoyo de movimientos populares desde 2009. En el mismo período, 18.233 unidades habitacionales fueron producidas por programas como Minha Casa Minha Vida, Orçamento Participativo da Habitação y Programa de Arrendamento Residencial.
4. Para saber más sobre la experiencia, consulte el capítulo «Experiencias cotidianas y vida cotidiana como experiencia: trabajar con la agroecología en ocupaciones urbanas» de Vivian Tofanelli que está disponible en el libro citado en la nota 2.