Lucha por la autodeterminación: los kurdos y el indigenismo mesopotámico
La centenaria lucha kurda continúa en cuatro Estados-nación: Irán, Irak, Siria y Turquía, basada en principios fundamentales como la reivindicación del reconocimiento de su identidad, de Kurdistán como su tierra ancestral, de su lengua y cultura únicas y del derecho a la autodeterminación. Las reivindicaciones kurdas de autodeterminación se hacen eco de las luchas de los pueblos indígenas, que fueron reconocidas por la ONU en 2007 como uno de los derechos importantes de los pueblos indígenas, según el derecho internacional.
Este documento se basa en una investigación doctoral, que examinó el aspecto indígena de los kurdos y cómo se expresa dentro del movimiento político kurdo en Turquía. Al centrarse en las diferencias entre etnicidad e indigenismo, esta investigación pone de relieve el carácter indígena de los kurdos, que han sido ampliamente considerados minorías étnicas en Oriente Medio o cuya existencia ha sido negada:
Lucha por la autodeterminación: Los kurdos y el indigenismo mesopotámico
Aynur Unal – 30 diciembre 2022
Resumen
La centenaria lucha kurda continúa en cuatro estados-nación: Irán, Irak, Siria y Turquía, basada en principios
fundamentales como la reivindicación del reconocimiento de su identidad, de Kurdistán como su tierra
ancestral, de su lengua y cultura únicas y del derecho a la autodeterminación. Las reivindicaciones kurdas de
autodeterminación se hacen eco de las luchas de los pueblos indígenas, que fueron reconocidas por la ONU
en 2007 como uno de los derechos importantes de los pueblos indígenas según el derecho internacional. Este
documento se basa en mi investigación doctoral, que examinó el aspecto indígena de los kurdos y cómo se
expresa dentro del movimiento político kurdo en Turquía. Al centrarse en las diferencias entre etnicidad e
indigenismo, esta investigación pone de relieve el carácter indígena de los kurdos, que han sido ampliamente
considerados minorías étnicas en Oriente Medio o cuya existencia ha sido negada.
Introducción
Este artículo, en primer lugar, analiza las diferencias entre los conceptos de indigenismo y etnicidad. Es
importante aclarar estos conceptos para comprender las implicaciones de las leyes nacionales e
internacionales sobre los pueblos indígenas y los kurdos. Aunque las cuestiones indígenas han sido un tema
viable en todo el mundo desde finales de la década de 1960, el Diccionario Oxford no tiene una definición de
“indigeneidad”1, aunque define indígena, etnia y autóctono de la siguiente manera:
- Indígena: originario o natural de un lugar determinado; autóctono.
- Etnia: condición de pertenencia a un grupo considerado en última instancia de ascendencia común o
con una tradición nacional o cultural común; carácter étnico.
- Autóctono: (de un habitante de un lugar), autóctono y no descendiente de emigrantes o colonos (1).
Hay acuerdo general en que la época colonial tuvo un grave impacto en los pueblos indígenas en términos de
prácticas administrativas, incluida la aplicación de leyes especiales para segregar, asimilar y oprimir (2).
Asimismo, se argumenta que el colonialismo no sólo traumatizó masivamente a las naciones colonizadas, sino
que también ha mantenido su control de diferentes formas: “El colonialismo no termina, excepto en un sentido
legal, ya que los efectos de la colonización son duraderos tanto para los colonizadores como para los
colonizados” (3). Aunque la práctica colonial hacia los pueblos indígenas ya se había establecido en el contexto
del colonialismo de asentamientos de migrantes, también ha existido en sociedades heterogéneas hacia
pueblos indígenas no reconocidos. Las sociedades heterogéneas en las que se define la colonia interna se
fundaron como estados-nación privilegiando a grupos étnicos y religiosos que niegan a otras comunidades
nativas preexistentes. Este concepto, por tanto, se considera una perspectiva crítica a la hora de abordar las
cuestiones indígenas. Aunque los debates en torno a los conceptos de etnicidad e indigenismo siguen siendo
importantes en el mundo académico, Trigger y Dalley afirman que “las definiciones críticas defienden una clara
diferenciación entre indigenismo y raza o etnia, con una categoría específica de pueblos indígenas
merecedores de derechos e intereses” (4). Por lo tanto, el movimiento por los derechos indígenas ha tenido
1 Nota de la traductora: la palabra “indigeneidad” tampoco aparece en el diccionario de la RAE, mientras que “indigenismo” lo hace
únicamente referido al entorno iberoamericano (¿!). Se ha optado por el término “indigeneidad” para acercarse en lo posible al término
“indigeneity” utilizado por la autora.
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un impacto significativo en la diferenciación entre indigeneidad y etnicidad y “allanó el camino para que los
Pueblos Indígenas se nieguen a ser considerados simplemente como minorías étnicas dentro de un estado-
nación” (5). La negación de los pueblos indígenas dentro de los estados-nación se justifica a menudo por la
suposición de una amenaza a la soberanía de un Estado.
En concreto, la diferenciación entre minorías étnicas y pueblos indígenas es significativa en cuanto a los
derechos que otorga el derecho internacional. La Declaración sobre los Derechos de las Personas
Pertenecientes a Minorías Nacionales o Étnicas, Religiosas y Lingüísticas, en adelante Declaración de las
Naciones Unidas sobre las Minorías (1992), reconoce la existencia de las minorías y sus esfuerzos por garantizar
sus derechos a la no discriminación y la igualdad, promueve la educación multicultural e intercultural a nivel
nacional y local, y fomenta su participación en todos los aspectos de la vida pública. Por otro lado, la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI) (6) es clara al incluir
todos los derechos concedidos a las minorías étnicas, añadiendo los derechos de autodeterminación de los
pueblos indígenas y los derechos a acceder y tener control sobre los recursos naturales de sus tierras.
Según los estudios indigenistas, las reivindicaciones de autodeterminación de los pueblos indígenas siguen
siendo controvertidas y se producen de diferentes maneras (7; 8). El debate gira más en torno a la soberanía
estatal. Puede que el concepto de autodeterminación no tenga exactamente el mismo significado en los
estudios indigenistas que en la política kurda, pero existen similitudes notables. Además, cuando se trata de
indigenismo, la autodeterminación adopta muchas formas. Además, la reivindicación de los derechos
territoriales y culturales junto con el derecho a la autodeterminación no implica necesariamente una
separación política (9). Cuando el movimiento kurdo resurgió a partir de la década de 1960 para perseguir las
reivindicaciones de los kurdos, la influencia de una ideología de izquierdas era claramente visible en la
ideología marxista-leninista del PKK (10). Aunque los partidos prokurdos incluidos en esta investigación no
hacen reivindicaciones secesionistas, han sido acusados de estar vinculados al PKK.
Teniendo en cuenta que el Estado turco está considerado como una forma de democracia en la región, sus principios
fundacionales resultan contradictorios, lo que se traduce en la criminalización de la reivindicación de autodeterminación
de los kurdos. Por un lado, como régimen democrático, implica algunas representaciones de diversas ideologías, como la
liberal/conservadora, la socialdemocracia, la derecha nacionalista/radical y el islamismo. Por otro lado, rechaza a algunos
grupos que “considera una amenaza para la “nación” o para sus elementos fundacionales.”
En este punto, analizando la lucha kurda por la autodeterminación, sus reivindicaciones y la respuesta del
Estado parecen sorprendentemente similares a las luchas indígenas. Dado que el Estado turco niega a los
kurdos sus derechos, incluido el reconocimiento de su identidad, la igualdad de representación y, sobre todo,
la autodeterminación, los kurdos han tenido grandes dificultades para reivindicar sus derechos fundamentales.
Al no ser reconocidos por el sistema judicial turco, los kurdos son criminalizados mientras su reivindicación de
los derechos fundamentales se interprete como una amenaza para la unidad turca (11). Aunque desde finales
de la década de 1990, la ideología subyacente de la autodeterminación ha cambiado de una visión [más radical]
de un Kurdistán unido y democrático a una forma de autonomía (12), ahora incluso la demanda de autonomía
se utiliza como motivo para oprimir la lucha kurda. Teniendo en cuenta que el Estado turco está considerado
como una forma de democracia en la región, sus principios fundacionales son contradictorios, lo que se
traduce en la criminalización de la reivindicación de autodeterminación de los kurdos. Por un lado, como
régimen democrático, implica algunas representaciones de diversas ideologías, como la liberal/conservadora,
la socialdemocracia, la derecha nacionalista/radical y el islamismo. Por otro lado, rechaza a algunos grupos que
“considera una amenaza para la “nación” o para sus elementos fundacionales.” Por otro lado, rechaza a algunos
grupos que:
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…considera una amenaza para la “nación” o para sus elementos fundadores: los kurdos (que forman el principal
grupo no turco lingüísticamente distinto) y los alevíes (que forman el principal grupo no suní, es decir, un grupo
que no pertenece a la religión mayoritaria del Estado) (13).
La Constitución de 1982, en su artículo 66, establece que: “Toda persona unida al Estado turco mediante el
vínculo de la ciudadanía es turco” (14) que era la única identidad étnica aceptada. La negación de la identidad
kurda surgió tras la Guerra de Independencia de Turquía. Es evidente que no solo la existencia de los kurdos
era conocida y reconocida antes de la República, sino que, entre 1919 y 1922, turcos y kurdos fueron aliados
durante la guerra de independencia (15). La lucha de los kurdos por la autodeterminación ha existido desde
los últimos periodos del Imperio Otomano. Ha continuado en diferentes formas, como levantamientos,
rebeliones y movimientos guerrilleros desde la instauración de la república. La ideología política que llega hasta
la actual representación parlamentaria del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) comenzó con la creación
del partido pro-kurdo en 1990. Desde entonces, ha habido ocho partidos políticos pro-kurdos siguiendo los
procedimientos legales para fundar un partido político en Turquía. Como primer partido político pro-kurdo de
Turquía, Halkin Emek Partisi (HEP, o Partido del Trabajo del Pueblo), que se fundó el 7 de junio de 1990, tuvo
un impacto pionero al “promover el reconocimiento formal del pueblo kurdo como su plataforma política
central” (16), lo que supuso una nueva situación para el parlamento turco.
Indigenismo y discurso sobre el kurdismo: el movimiento político kurdo en Turquía
En este artículo, examino las experiencias de los kurdos desde la perspectiva de la indigeneidad, que se
estudiaron analizando el recorrido ideológico de su reivindicación de autodeterminación durante el periodo
comprendido desde la década de 1970 hasta 2018, que se ha estudiado a través de los programas de los
partidos políticos pro-kurdos desde los años noventa, las declaraciones sobre asuntos kurdos de los dos
partidos políticos pro-kurdos más recientes (Partido Democrático y de la Paz [BDP] y Partido Democrático de
los Pueblos [HDP]) y entrevistas con diputados del HDP. El diagrama 1, a continuación, presenta cómo se han
expresado en el movimiento político kurdo de Turquía los principios fundamentales del indigenismo, como la
autoidentificación, la cultura y la lengua, la tierra histórica y las reivindicaciones de autodeterminación.
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Principales principios del concepto de indigenismo en el discurso sobre el kurdismo; Fuente: Datos de
datos de investigación, 2019
Autoidentificación de la indigeneidad y el kurdismo: reivindicaciones de preexistencia de una
nación autóctona de Mesopotamia y constituyente primaria de la República de Turquía
En mi investigación, examino el significado del concepto de autoidentificación y muestro por qué la
autoidentificación es un principio esencial de la indigenidad y el movimiento político kurdo. El análisis se basa
en dos categorías principales de identificación de la identidad kurda. Así, el análisis se estructuró en base al
lenguaje institucional de los programas de los partidos pro-kurdos y en las interpretaciones individuales dentro
de las entrevistas realizadas a los diputados del HDP. El análisis del lenguaje institucional utilizado en los
programas y declaraciones de los partidos políticos muestra que estos documentos adoptan un lenguaje oficial
que evita el “nosotros” para referirse a los kurdos, con una única excepción, el manifiesto fundacional del
Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Se ha prestado especial atención al manifiesto fundacional del
PKK debido a la diferencia de su lenguaje en comparación con posteriores partidos políticos pro-kurdos.
Mientras que el manifiesto fundacional del PKK presenta una fuerte autoidentificación del kurdismo, como
“nuestra nación”, “nuestro país” y “nuestro pueblo”, refiriéndose a los kurdos y a Kurdistán, los programas de
los partidos políticos pro-kurdos ilustran la identificación del kurdismo basada en el reconocimiento dominante
y la defensa de los kurdos, como la “cuestión kurda” o el “problema kurdo”.
Por ejemplo:
Nuestro partido aboga por la paz, la igualdad y una solución democrática a la cuestión kurda. Además, defiende
el carácter multiidentitario, multicultural y multilingüe de Turquía, y garantiza que todas las identidades estén
protegidas y se les proporcionen recursos sin discriminación ni opresión. Como principio central, reconoce que
todos nuestros ciudadanos tienen derecho a ser ciudadanos libres e iguales ante la ley (17).
La segunda forma de autoidentificación es a través de expresiones e interpretaciones individuales de una
identidad nacional kurda. Aquí habría que considerar un aspecto más amplio en la definición de la identidad
kurda haciendo hincapié en la existencia y el reconocimiento de los kurdos y sus derechos. Las implicaciones
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históricas y jurídicas parecen significativas en la identificación discursiva del kurdismo. Es importante señalar
que tanto los autóctonos (kadim en turco) como los primarios constituyentes primarios (asli unsur en turco)
hacen referencia a su existencia antes de la creación del Estado turco. Mientras que kadim halk (pueblos
autóctonos) implica ser una antigua nación de Oriente Próximo (Mesopotamia), un asli unsur (constituyente
primario) se define como socio en el proceso de fundación de la República de Turquía. Además, kadim halk
(nación autóctona) es una reivindicación aún más fuerte del movimiento político kurdo en Turquía, ya que
implica la ampliación de la historia y las reivindicaciones territoriales históricas de los kurdos en la región (18).
Como declaró el diputado Lezgin Botan del HDP en una entrevista:
Como kurdos, no somos una minoría en Oriente Próximo. En primer lugar, estamos hablando de una nación con
una población de entre 40 y 45 millones de personas. La segunda razón es que no somos una nación que llegó
aquí después (19).
A continuación, profundizaré en la importancia de la autoidentificación para una identidad colectiva, tanto
indígena en general como kurda en particular. La autoidentificación como indígena y el rechazo simultáneo a
definirse como minoría étnica son elementos destacados en la construcción de la identidad nacional kurda.
El modelo de democracia radical o democracia directa me recuerda un poco a un panal. Si observamos un panal, veremos
miles de poros diminutos. Cada poro está lleno de néctar de una flor diferente. Es importante señalar que todos los poros
son horizontales, lo que no implica una jerarquía.
Cultura y lengua: El kurdo como lengua materna
Aunque la lengua es uno de los componentes básicos de una nación y una identidad nacional, el aspecto
autóctono es especialmente importante. Los estudiosos sugieren que el vínculo entre lengua y nacionalidad
se remonta a la antigüedad: “En la antigua Grecia, los que no hablaban griego eran calificados de “bárbaros”
(20); o en tiempos bíblicos: “Pueblo santo, tierra santa, lengua santa” (21). Partiendo de la importancia de la
lengua para la identidad nacional, el kurdo también se ha descrito como una lengua preexistente, “arraigada”
y rica. En cuanto a la educación, el movimiento kurdo también define como derechos fundamentales todos los
demás aspectos de la práctica de una lengua materna (22). Los datos sugieren que el movimiento político
kurdo ha venido exigiendo derechos lingüísticos, aunque el Estado turco haya impuesto prácticas de
asimilación, desde la fundación del Estado. “Así pues, cuando un grupo lingüístico lucha por preservar su
lengua, nunca se limita a preservar una herramienta de comunicación”. También preserva las identidades
nacionales, los desarrollos culturales y las instituciones autónomas (23).
El análisis de los datos muestra cómo los representantes del movimiento político kurdo identifican el kurdo
como “lengua materna”. También se analiza el aspecto político-cultural del kurdo, que incluye cómo ha sido
oprimido y ha experimentado prácticas de asimilación y se ha convertido en una de las reivindicaciones
cruciales del movimiento político kurdo. Durante nuestra reunión del 21 de febrero de 2018, Día Internacional
de la Lengua Materna, el diputado İmam Taşçıer del HDP expresó su opinión sobre el kurdo como lengua
materna y las restricciones aplicadas por el Estado:
Hoy es el Día Mundial de la Lengua Materna, pero como parlamentario, no puedo hablar mi propia lengua
materna en el Parlamento. Incluso si lo hago, mi lengua se registra como ‘x’ en lugar de kurdo. Sólo pone ‘x’, ni
siquiera una lengua, cualquier lengua, sólo ‘x’ (24).
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Por tanto, ilustra cómo la reivindicación de los derechos lingüísticos es una de las reivindicaciones
fundamentales del movimiento político kurdo. Por ejemplo:
La educación en la lengua materna es un derecho fundamental para todos. Nuestro partido aspira al libre uso de
la lengua materna en la esfera pública y en todas las etapas de la educación y a prestar servicios comunitarios a
los ciudadanos en su lengua materna. (25)
En resumen, el kurdo se identifica como la lengua materna de
los kurdos y los derechos lingüísticos han sido una
reivindicación clave del movimiento político kurdo. Aunque el
creciente apoyo a los partidos políticos pro-kurdos y las
negociaciones con el Estado turco para su adhesión a la Unión
Europea a principios de la década de 2000 propiciaron un
entorno más flexible para la lengua y la cultura kurdas, esta
situación ha cambiado desde 2011.
Patria/Tierra histórica: Kurdistán como hogar histórico
La noción de patria como tema crítico del indigenismo es crucial para separar las categorías de minorías étnicas
y pueblos indígenas. Es decir, la importancia de la historia y el vínculo espiritual con la patria es el factor central
del indigenismo. El discurso de la indigeneidad surgió a partir de la reivindicación de los pueblos indígenas del
reconocimiento de su historia en el territorio concreto que los colonizadores o los Estados actuales ya no
ocupan. La percepción de este concepto varía entre las comunidades indígenas en función de las diferencias
estructurales entre los Estados actuales. Es decir, los pueblos indígenas de los Estados colonizadores (Australia,
Canadá, Estados Unidos de América y Nueva Zelanda) experimentan luchas diferentes a las de los pueblos
indígenas de América Latina, el Sudeste Asiático o África (26). Y lo que es más importante, incluso en el mismo
continente los pueblos indígenas pueden tener una experiencia diferente dependiendo del enfoque en materia
indígena del Estado de acogida.
Trabajar en ONG occidentales dentro de movimientos globales por los derechos indígenas me hizo tomar
conciencia de que el sentido de pertenencia y la conexión emocional con la tierra natal de cada uno es un
apartado vital de las luchas indígenas. Aunque las instituciones intergubernamentales (la Organización
Internacional del Trabajo [OIT] y las Naciones Unidas [ONU]) abordaron los derechos indígenas en 1957, 1989
y 2007, estando profundamente influidos por los movimientos de derechos indígenas, la mayoría de los
pueblos indígenas siguen luchando debido a reivindicaciones territoriales que provocan conflictos con los
Estados de acogida. Los Estados reconocidos ven las reivindicaciones de patria de los pueblos indígenas como
una amenaza a su soberanía, pero para los pueblos indígenas es una cuestión que va más allá del
reconocimiento jurídico. Implica el reconocimiento de raíces ancestrales y vínculos espirituales. Por ejemplo,
los aborígenes de Australia se cuentan entre los pueblos indígenas que siguen luchando por sus derechos y su
“Miedo”, de Ali Raza.
Fotografía: Saatchi
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patria, ya que: “Las comunidades de la patria conservan la lengua, la cultura” (27). Otro ejemplo de esta
percepción de la tierra es descrito por un erudito aborigen: “Ninguna palabra inglesa es lo bastante buena para
dar una idea de los vínculos entre un grupo aborigen y su tierra natal […]. Nuestra palabra ‘tierra’ es demasiado
escueta y escasa” (28)
Los representantes del movimiento político kurdo en Turquía se negaron a ser definidos como minoría étnica a pesar de
que no existe un reconocimiento constitucional de los kurdos como tal. Como ya se ha dicho, los kurdos se identifican
como uno de los pueblos autóctonos o antiguos de Mesopotamia y Anatolia.
Partiendo de la percepción de la patria para los pueblos indígenas, la percepción de una patria para los kurdos
dentro del movimiento político kurdo parece asombrosamente similar a la percepción indígena de la tierra tras
el debate sobre una identidad kurda, así como sobre la lengua y la cultura. El análisis de tres géneros de datos
indica que los lazos históricos y el reconocimiento de la unidad de todas las partes de Kurdistán son elementos
constitutivos del discurso sobre la patria por parte del movimiento político kurdo. Como continuaba la
declaración del diputado del HDP Ali Atalan:
Entre los kurdos, independientemente de la zona, existe un sentimiento independiente de “en cualquier caso,
somos kurdos” sin distinción de este, oeste, norte o sur en respuesta a incidentes esenciales y acontecimientos
importantes. Por ejemplo, en Afrin, o en Kobane, Halabja y Sinjar, es decir, los acontecimientos se han convertido
en algo que ha unido a los kurdos emocional y políticamente (29).
La diputada Sibel Yiğitalp, del HDP, también subraya la unidad de todas las partes de la patria en términos de
valores culturales e históricos compartidos:
Tenemos una lengua común y una, más correctamente, unidad común; tenemos una unidad histórica colectiva.
Es decir, las fronteras no son decisivas para nosotros en absoluto (30).
Dado que este documento ilustra la narrativa de la patria a través de un movimiento político kurdo con sede
en Turquía, se ha centrado en la parte turca de Kurdistán que también se define como Kurdistán del Norte
(Bakur en kurdo). Aunque la palabra “Kurdistán” está prohibida por el gobierno turco, los miembros del
movimiento político kurdo de Turquía siguen empeñados en utilizarla, aunque también definen la región de
otras maneras. Eso incluye la región kurda, las ciudades y los municipios kurdos, y otra forma importante es a
través de los problemas particulares a los que se han enfrentado los kurdos en la región. Entre ellos se incluyen
el estado de excepción, la asimilación, el desplazamiento forzoso y el subdesarrollo de la región, que se
sugieren como prácticas del Estado turco para oprimir y asimilar a los kurdos de la región, al igual que en el
este y el sureste de Turquía (anteriormente definida como la región kurda). Aparte del debate basado en
Turquía, una parte importante del argumento de la patria en el discurso sobre el kurdismo es la “totalidad” de
Kurdistán, en contraposición a la división posterior a la Primera Guerra Mundial por fronteras políticas.
En resumen, además de los anteriores temas de indigenismo (autoidentificación y lengua/cultura), el fuerte
sentimiento de pertenencia de los kurdos a un territorio concreto identificado como Kurdistán parece ser una
parte importante del discurso sobre el kurdismo. La identificación de Kurdistán como patria se basa en el
argumento de hechos históricos de preexistencia y reconocimiento, un vínculo emocional con la tierra y, por
último, unas relaciones de parentesco permanentes que han existido durante más tiempo que las actuales
fronteras políticas.
Reivindicación de la autodeterminación: el modelo de gobernanza de autonomía descentralizada y
democrática
La historia de la lucha por la autodeterminación de los kurdos se remonta a la etapa terminal del del Imperio
Otomano. Desde entonces, la lucha se ha manifestado de diversas formas, como rebeliones y levantamientos,
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movimientos guerrilleros y, por último, política parlamentaria. El diagrama 2, a continuación, ilustra las
principales etapas de formación de la reivindicación de autodeterminación. Aquí, el paso de un “Kurdistán
democrático unido e independiente” a un modelo de gobierno descentralizado (adem-i merkeziyetçi) de una
“nación democrática”, definido como modelo de autogobierno, se sigue desde la creación del PKK hasta el
actual partido político parlamentario pro-kurdo.
Evolución de la reivindicación de autodeterminación del movimiento político kurdo en Turquía; Fuente: datos de
investigación de la autora (2019)
El modelo de gobernanza descentralizada requiere la participación activa de los ciudadanos en el gobierno
local, y ha seguido siendo la idea central de la reivindicación de autodeterminación. Un avance fundamental
en el movimiento político kurdo fue la introducción de las ideas de “autonomía democrática” y
“confederalismo democrático” como pilares centrales de las reivindicaciones de autodeterminación. Estos
modelos, que a menudo se utilizan indistintamente (31), permiten a la población local participar en los
procesos locales de toma de decisiones y ofrecen igualdad de oportunidades a las personas de distintos
orígenes étnicos y religiosos. El sistema propuesto define la autonomía democrática como “un nuevo
fundamento del estatus político de las personas, basado en el autogobierno y no en las relaciones de los
pueblos con el Estado”. Además, “el confederalismo semocrático tiene como objetivo el fortalecimiento de las
capacidades administrativas locales organizadas en forma de consejos a nivel muy local, de calles y luego de
barrio, pasando por distrito/aldea y pueblo/ciudad hasta la región” (32). En otras palabras, el confederalismo
democrático es una forma de autogobierno en la que se organiza la autonomía.
La primera aparición de estos conceptos en un programa de partido fue en el programa del Partido de la
Sociedad Democrática (DTP), seguido del Partido de la Paz y la Democracia (BDP) y, por último, del Partido
Democrático de los Pueblos (HDP). Los conceptos de “confederalismo democrático” y “autonomía
democrática” del modelo de gobernanza propuesto se basan en el principio de descentralización.
Considerando que la reivindicación de la autodeterminación por parte de los pueblos indígenas sigue siendo
una de las nociones más debatidas, no sólo en el mundo académico y el derecho internacional, sino también
en el movimiento político kurdo de Turquía, analizaré cómo se expresa esta noción en el movimiento político
kurdo. Mis datos indican dos reivindicaciones centrales de autodeterminación: en primer lugar, un Kurdistán
democrático, unido e independiente; y, en segundo lugar, un modelo de gobierno descentralizado que también
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se ha denominado “confederalismo democrático”. La primera reivindicación se presentó en el manifiesto
fundacional del PKK (Programa del Partido de los Trabajadores del Kurdistán) que surgió en 1978. En él, la
visión ideológica del PKK coincidía con la de otros movimientos de liberación nacional de todo el mundo (33).
Respecto al segundo modelo de autodeterminación, analicé los programas, declaraciones y entrevistas de los
partidos políticos pro-kurdos.
Mis conclusiones indican que, en la década de 1990, la reivindicación de autodeterminación de los partidos
políticos pro-kurdos se alejó de una forma de movimiento nacionalista. Aunque la reivindicación de
autodeterminación del movimiento político kurdo ha evolucionado durante las últimas cuatro décadas, dos
reivindicaciones principales del movimiento, el reconocimiento constitucional (igualdad de ciudadanía) y los
derechos culturales (educación en la lengua materna en particular), han permanecido sacrosantas. Así, la
nueva reivindicación de autodeterminación se ha caracterizado por una nueva agenda política preocupada por
reforzar el gobierno local. Según esta última reivindicación de autodeterminación, que se ha reconocido
anteriormente como un modelo de gobierno descentralizado, se abolirá el control del Estado sobre el gobierno
local y los cargos electos, y la autoridad se asignará a la población local. Este modelo, durante la década de
2000, evolucionó hacia la autonomía democrática/confederalismo, que fue introducido por el líder
encarcelado del PKK tras leer sobre el modelo de gobierno de Murray Bookchin basado en la participación
ciudadana activa.
El diputado Alican Önlü del HDP comentó la interdiscursividad entre los discursos del indigenismo y el
kurdismo:
¿Qué es el autogobierno local? Quieren autogestionarse con su propia localidad, historia, lengua. No decimos
que sea del todo correcto, puede que sea muy atrasado, puede que sea muy incompleto y puede que no sea
apropiado para los siglos XX o XXI, pero eso es asunto suyo (34).
Tanto en términos de reivindicaciones como de definición, el movimiento kurdo y los movimientos indígenas
tienen mucho en común. Ninguno de los dos quiere ser identificado como minoría étnica, identificando su
identidad única, su cultura, su lengua y su conexión espiritual con sus tierras ancestrales. Además, han estado
luchando por la autodeterminación a pesar de la opresión, la marginación y las negativas que han sufrido por
parte de los países anfitriones.
El diputado Ahmet Yıldırım, del HDP, también aclaró su posición sobre el modelo de gobernanza sugerido:
Nosotros, como partido, hemos incluido la autonomía democrática y la descentralización en el programa y las
normas del partido. Nosotros, como partido, defendemos la autonomía democrática de los parlamentos y las
administraciones locales. (35).
Además, este modelo de gobernanza propuesto defiende los derechos de otros pueblos olvidados o negados
en los estados-nación de la región y allana el camino para que participen en el proceso de toma de decisiones.
Una interpretación del modelo defendido es la siguiente:
El modelo de democracia radical o democracia directa me recuerda un poco a un panal. Si observas un panal,
verás miles de poros diminutos. Cada poro está lleno de néctar de una flor diferente. Es importante señalar que
todos los poros son horizontales, lo que no implica una jerarquía. (36)
Mis conclusiones indican claramente que los representantes del movimiento político kurdo en Turquía se
niegan a ser definidos como minoría étnica a pesar de que no existe un reconocimiento constitucional de los
kurdos como tal. Como ya se ha comentado, los kurdos se identifican a sí mismos como uno de los pueblos
autóctonos o antiguos de Mesopotamia y Anatolia. Los partidos políticos pro-kurdos de Turquía reconocen la
naturaleza multiétnica, multicultural y multirreligiosa de Turquía en sus programas y en su política activa. El
actual partido pro-kurdo electo fundado como “Partido Democrático de los Pueblos (HDP)” es el primer partido
de la política turca que hace referencia a la naturaleza multiétnica de Turquía. Al proponer el modelo de
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autogobierno (autonomía democrática y confederalismo democrático), también protege los derechos y las
reivindicaciones de los kurdos y otros pueblos antiguos, cuya presencia en Anatolia y Mesopotamia se remonta
a antes de la creación de la República de Turquía. Al hacer hincapié en los conceptos de autogobierno, patria
y vínculos históricos y espirituales con la tierra, este punto contribuye a la importante distinción entre minorías
étnicas y pueblos indígenas clarificada en el Derecho internacional.
Katabasis II, Nurettin Erkan. Imagen: Saatchi
Conclusión
Las investigaciones indican que los principios del indigenismo constituyen las reivindicaciones centrales del
movimiento político kurdo en Turquía. Y lo que es más importante, se identifican a sí mismos como kadim halk,
haciendo hincapié en su identidad étnica, su lengua y cultura únicas, su patria histórica y sus demandas de
autodeterminación. El movimiento kurdo no sólo defiende los derechos de los kurdos, sino también los de
otros pueblos no reconocidos de Anatolia y Mesopotamia. El actual partido pro-kurdo del Parlamento turco es
el único partido político que se refiere oficialmente a los “pueblos” en lugar de al “pueblo” de Turquía. El
partido no sólo incluye este pluralismo en su título, sino también en la práctica en lo que respecta a la
autorrepresentación en los intercambios con diputados asirios, yezidíes, armenios, turcos, árabes y mhallami.
Tanto en términos de reivindicaciones como de definición, el movimiento kurdo y los movimientos indígenas
tienen mucho en común. Ninguno de los dos quiere ser identificado como minoría étnica, identificando su
identidad única, su cultura, su lengua y su conexión espiritual con sus tierras ancestrales. Además, han estado
luchando por la autodeterminación a pesar de la opresión, la marginación y las negativas que han sufrido por
parte de los países titulares.
No cabe duda de que estos derechos recogidos en el derecho internacional son muy importantes para los
pueblos indígenas de todo el mundo, igual que para los kurdos, que llevan luchando por su autodeterminación
desde hace un siglo.