Godard: imagen y salvación

Contribución de Giorgio Agamben en una mesa redonda (en el Locarno Film Festival, 1995) organizada por Bernard Eisenschitz y presidida por Jean-Michel Frodon, en la que también participaron Ruth Beckerman, Florence Delay, Shigehiko Hasumi, Ademir Kenovic, Naoum Kleiman, André S. Labarthe, Daniel Lindenberg, Marie-José Mondzain, Jean Narboni, Jacques Rancière, Jonathan Rosenbaum y el propio Godard. La mayoría de los participantes también pudieron viajar a Suiza poco antes del acto, invitados por Godard.



Godard: imagen y salvación

Giorgio Agamben

Contribución de Giorgio Agamben en una mesa redonda (en el Locarno Film Festival, 1995) organizada por Bernard Eisenschitz y presidida por Jean-Michel Frodon, en la que también participaron Ruth Beckerman, Florence Delay, Shigehiko Hasumi, Ademir Kenovic, Naoum Kleiman, André S. Labarthe, Daniel Lindenberg, Marie-José Mondzain, Jean Narboni, Jacques Rancière, Jonathan Rosenbaum y el propio Godard. La mayoría de los participantes también pudieron viajar a Suiza poco antes del acto, invitados por Godard, para ver los borradores de los capítulos 3A y 3B de Historia(s) del cine. Una transcripción parcial de los debates (donde se incluye la contribución de Agamben) se publicó como «Face au cinéma et à l’histoire, à propos de Jean-Luc Godard. Cinq des contributions aux tables rondes organisées durant le Festival de Locarno à propos d’Histoire(s) du cinéma explorent différentes pistes ouvertes par l’œuvre du cinéaste», en Le Monde, 6 de octubre de 1995, supplément Livres, pp. X-XI.

 

Una de las principales tesis del trabajo de Godard me parece que se refiere al vínculo esencial y constitutivo entre la historia y el cine. ¿Qué carga histórica pertenece al cine como tal? Ésta es también la cuestión que interesaba a Guy Debord en el cine, y que fue el primero en plantearse. Y en primer lugar, ¿de qué tipo de historia estamos hablando? Un tipo de historia muy particular, una historia mesiánica. No una historia cronológica, sino una historia que tiene que ver con la salvación. Algo tiene que ser salvado.
En su película, Godard dice: «La imagen llegará en el momento de la Resurrección». Se trata de una tesis clásica de las gnosis cristiana, judía y maniquea, todas las cuales conciben la imagen como el elemento mismo de la Resurrección. Lo que resurge es eidos, es la imagen. Es a través de la imagen como seremos salvados, y ver la propia imagen significa ser salvado. Historia(s) del cine es un apocalipsis del cine, en las diversas acepciones del término. El primer sentido de la palabra es el de catástrofe. En la tradición judía, el día de la llegada del Mesías es a la vez lo más deseado y lo más temido. Pero también es un apocalipsis del cine en el otro sentido más literal de la palabra: una revelación. El trabajo de Godard funciona como un desvelamiento del cine por el cine.
¿Cómo adquiere la imagen esta fuerza mesiánica? La respuesta de Serge Daney: por el montaje. En su opinión, la tesis de Godard en Historia(s) del cine es que el cine sólo ha buscado una cosa, el montaje, y que el hombre del siglo XX tenía una terrible necesidad de esta cosa. Pero, desde este punto de vista, ¿qué es el montaje? O mejor dicho, ¿cuáles son las condiciones de posibilidad del montaje? Esto es lo que Godard pone de relieve. Estas condiciones son al menos dos: la repetición y la detención.
La modernidad cuenta con cuatro grandes pensadores de la repetición: Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger y Deleuze. Todos ellos mostraron que la repetición no es el retorno de lo idéntico, sino el retorno de la posibilidad de lo que ha sido. Lo que vuelve, vuelve como posible. De ahí la proximidad de la repetición a la memoria: un recuerdo es el retorno de lo que ha sido, como posibilidad. La repetición, por su parte, es el recuerdo de lo que no ha sido. Ésta es también una definición del cine: el recuerdo de lo que no ha sido. Es decir, lo contrario de lo que hacen los medios de comunicación, que utilizan los mismos medios pero dan siempre el hecho sin su posibilidad. Dan el hecho que no podemos repetir, frente al cual somos impotentes: la tiranía mediática ama a los ciudadanos indignados pero impotentes.