Wampis rescatan su medicina tradicional con nuevo centro de atención
Nación Wampis instaló centro de atención donde produce y atiende con medicina tradicional, un gran paso para introducir su medicina al sistema de salud pública.
El Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis (GTANW) ya cuenta con su propio Centro de Atención con Medicina Tradicional instalado en el corazón de su territorio, en Amazonas.
En el local, no solo se brinda atención sanitaria a los indígenas que llegan con algún malestar, sino que también se trabaja por rescatar la medicina tradicional wampis, en riesgo de perderse.
Conozca más aquí sobre este centro de atención construido gracias al Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), cuya intervención se dio en el marco de la iniciativa global de apoyo a los TICCA o Territorios de Vida.
Los inicios
Como toda iniciativa, el Centro de Atención con Medicina Tradicional de la Nación Wampis surgió ante una necesidad, explica Arnaldo Santiago Velásquez, director de Salud Intercultural del GTANW.
“Pese a que el Estado tiene el rol importante de atender a todas las ciudades del Perú sin excepción, por mucho tiempo en nuestro territorio eso no se ha visto en temas de salud”, comenta.
Frente a esa realidad, la Nación Wampis vio la necesidad urgente de reactivar y revalorar la medicina tradicional de su pueblo, que además corría el riesgo de perderse por la falta de uso.
La preocupación, acentuada por la pandemia de la COVID-19, coincidió con la aparición de un fondo de donaciones del PPD para fortalecer modelos de autogobierno como el de la Nación Wampis.
En el marco de este apoyo, se acordó que los fondos servirían para impulsar el autocuidado sanitario en el pueblo Wampis, estableciéndose como una de sus acciones principales la creación de un Centro de Atención con Medicina Tradicional.
El objetivo sería construir un centro de atención que, a diferencia de los centros de salud u hospitales públicos, promueva la producción y el uso de la medicina tradicional en la atención de pacientes.
“A partir de ahí, empezamos una serie de coordinaciones con las autoridades comunales y la población para ver dónde era el mejor lugar para instar el centro y todo lo que necesitaríamos”, cuenta Santiago.
El lugar elegido ante el interés de varias comunidades por acoger el espacio fue la sede central del GTANW, ubicada en la comunidad Soledad, distrito de Río Santiago, provincia de Condorcanqui, región Amazonas.
Los trabajos de instalación iniciaron en agosto de 2022 con dos jornadas divididas de 8:00 a. m. a 12:30 p. m. y de 1:30 a 4:00 p. m., en los que se involucraron más de 40 personas de la comunidad.
Con la ayuda de autoridades, jóvenes y mujeres wampis, finalmente en noviembre de ese año el Centro de Atención con Medicina Tradicional del Gobierno Wampis inició su funcionamiento.
Atención y laboratorio
El Centro de Atención con Medicina Tradicional del Gobierno Wampis está construido bajo un modelo de casa tradicional, con troncos extraídos de árboles que sostienen un techo cubierto con hojas de la palmera yarina.
Este local cumple dos funciones: atender los problemas de salud de la población (tópico) y elaborar productos medicinales (laboratorio) a partir de plantas e insumos originarios de la zona.
Para ello, cuenta con un personal de seis personas integrado por Arnaldo Santiago Velásquez (director de salud), Lindolfo Sebastián Noningo (laboratorio clínico), Eliot López Sijiak (asistente técnico), Bleny Yuu Huachapa (enfermera) y dos sabios del pueblo Wampis.
El tópico está a cargo de Bleny Yuu Huachapa y Lindolfo Sebastián Noningo, quien a su vez es el responsable del centro de atención, pero cumple también con asistir a los pacientes.
Entre noviembre de 2022 y enero de 2023, ellos atendieron a 40 personas por diversos males como reumatismo, diarrea, fiebre, picazón, anemia, infección urinaria, infección en la piel y COVID-19, entre otros.
La atención benefició a indígenas wampis de los distritos de Río Santiago y Morona de todas las edades: desde pequeños de apenas un mes de nacidos, pasando por jóvenes hasta adultos mayores.
Para las atenciones, emplearon medicina natural como, por ejemplo, sangre de grado (extraída de árboles) para cortar la diarrea, planta de mucura macho para la fiebre o repelente hecho a base de matico para la picazón.
En el caso de la anemia recomendaron jarabe de ugkush, ajo sacha mucura para la COVID-19, así como cúrcuma y hierba luisa para la infección urinaria, y sangre de grado para la infección en la piel. Los resultados han sido efectivos.
“Recuerdo un paciente de 10 años que tenía fiebre, baja presión y en otros centros médicos le habían dado paracetamol, ibuprofeno, ampolla, pero no se curaba”, cuenta Lindolfo Sebastián Noningo.
“Fui a verlo y vi que tenía susto, pero eso el personal de salud no sabe diagnosticar. Yo lo traté con plantas y el niño se curó”, añade Noningo dando un ejemplo de la labor que realizan.
Por otra parte, en el laboratorio, integrado por el resto del personal, se elaboran en base a plantas ancestrales una serie de medicinas tradicionales que, a su vez, sirven para la atención de pacientes o para uso personal en los hogares wampis.
Gracias a este trabajo, se ha logrado elaborar repelentes para combatir a los mosquitos y legía como desinfectante, así como jarabe de sangre de grado para la gastristis, ungüentos para reumatismos y jarabe de unkush para la anemia.
No son esfuerzos menores, pues cada medicina requiere una preparación particular, que implica conseguir los insumos, combinarlos aplicando conocimientos ancestrales, someterlos a un periodo de conservación y luego embazarlos.
Es un trabajo titánico, sin lugar a dudas, pero que viene cumpliendo el fin de mejorar la atención sanitaria de la población y revalorar el conocimiento ancestral usado por los antepasados del pueblo Wampis.
“La población está agradecida con este trabajo y nos pide que hagamos pronto elaboración de medicinas para combatir la diabetes, artritis y calculo renal, que también son muy comunes por aquí”, dice Noningo.
Revalorando los saberes
Arnaldo Santiago Velásquez, director de Salud Intercultural del GTANW, cuenta que la instalación del Centro de Atención con Medicina Tradicional es parte de una visión más grande de la Nación Wampis.
Primero, explica, pensaron en la instalación del centro de atención y luego en tener un propio laboratorio para elaborar medicinas naturales y productos medicinales utilizando plantas de la zona.
“Eso ya lo hemos logrado. Ahora queremos seguir elaborando medicinas naturales, capacitar a más compañeros en las dos cuencas (Morona y Santiago) en biomedicina, medicina ancestral, e insertar finalmente nuestra medicina en la salud pública”, añade.
Los wampis aspiran con tener acceso a centros de salud en sus comunidades que combinen la medicina occidental con la medicina tradicional de su pueblo, impulsada por sus propios especialistas.
Además, anhelan con que el personal de salud del Estado trabaje de la mano con agentes comunitarios, personas capacitadas en temas sanitarios y medicina tradicional que conocen más de cerca la realidad en las comunidades.
Con este último fin, en febrero pasado elaboraron y presentaron un módulo de capacitación a fin de fortalecer a los promotores de salud indígenas, sabios/as en medicina wampis y otros agentes comunitarios.
“Esa es nuestra visión a largo plazo, por eso para nosotros este proyecto del Centro de Atención con Medicina Tradicional nos sirve bastante, a pesar de algunas resistencias que hubo”, dice Santiago Velásquez.
En efecto, cuando se presentó la posibilidad de construir este centro, surgieron también miedos fundados en experiencias pasadas contra esta población indígena que dejaron instalado un temor en algunas personas.
Hubo quienes recordaron que, a inicios de la civilización, algunos médicos occidentales, empresas o farmacéuticos llegaron a las comunidades haciendo talleres y preguntando a los sabios cuáles eran las plantas medicinales.
El asunto es que, una vez terminada su visita, se retiraron a formular sus investigaciones que al final solo les sirvieron a ellos como académicos y empresarios. “Se aprovecharon del trabajo de los sabios”, señala Velásquez.
“Por eso fue difícil al inicio socializar con algunos sabios sobre este proyecto, pero hemos hecho entender que esto será para beneficio de nosotros, esta vez sí creemos que será así”, agrega el director wampis de Salud Intercultural.
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Los wampis son el mismo pueblo de los ashuar de Ecuador, divididos por la frontera }
Nota de Jaime Yovanovic (Profesor J)
Los wampi son el mismo pueblo de los shuar del Ecuador, separados por frontera artificial tras la guerra en que Perú asumió la región amazónica de Ecuador, como Chile asumió la parte sur de Perú y la zona costera de Bolivia, temas que no serán resueltos por los estados y gobiernos que se mantienen con los ingresos provenientes de la rapiña y del extractivismo capitalista, sino por los propios pueblos a través de la emancipación y despliegue de la potencia social autónoma de los autogobiernos que no requieren fronteras. El pueblo shuar-wampi es conocido mundialmente por su combatividad en la autodefensa contra el colonialismo, pues son los antiguos jíbaros, los famosos y temidos reducidores de cabezas, que no eran criminales ni asesinos como los ha pintado la colonización, sino simplemente orgullosos defensores de la tierra y de la vida. No se trata de que han adquirido más conciencia, sino de que las fronteras extractivas de la rapiña han avanzado aplastando sus hogares y el hábitat natural acrecentando el despojo y la expulsión hacia las ciudades donde los espera la militarización, el control y la represión en las periferias. Al igual que los mapuche de la Alianza Territorial Mapuche, la recuperación territorial y el autogobierno no sólo ayudan a defender o a sembrar en pos del cambio civilizatorio, sino también es la preparación para la vuelta a las tierras y los hogares anteriormente destruidos y hoy debidamente recuperados. Así a las políticas del despojo y la destrucción capitalista, se opone la política de recuperación territorial y los autogobiernos, dejando claro que las pugnas izquierda-derecha por la administración de los estados y gobiernos, es una pugna falsa y un volador de luces que nos desvía del cambio civilizatorio, veamos el tema y soñemos con la familia o comunidad del barrio y sus autogobiernos sin partidos políticos que nos llevarán ineluctablemente a la lucha por el poder o para su “destrucción”, lo que también es un volador de luces, pues nos saca de las tareas de la construcción cotidiana basada en la circulación de los afectos y no del odio.