España: Apuntes para la resaca electoral: organizarse

Frente a la lógica imperante que cree que los problemas que surgen del sistema racista, clasista y patriarcal se resuelven o se contienen de manera individual y puntual, cobra fuerza la invitación zapatista a organizarnos para resolverlos colectivamente. Porque en el presente este sistema “chorrea sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies”. Tomando las palabras de subcomandante Moisés más allá del voto, lo más urgente es organizarnos.



En las últimas semanas hemos escuchado con frecuencia que el futuro dependía de nuestro voto. Nos decían que era indispensable participar en las elecciones ante la amenaza del fascismo y se apelaba a la responsabilidad individual como respuesta a un sistema que no para de moverse hacia la extrema derecha.

Estas advertencias no son infundadas. En Italia el Gobierno de Meloni ha ordenado a los Ayuntamientos que no inscriban a las criaturas de parejas del mismo sexo y varias fiscalías pretenden modificar las actas de nacimiento de criaturas de parejas lesbianas para eliminar las referencias a las madres no gestantes. Así, frente al avance la extrema derecha cualquiera que no encaje en el estrecho molde de hombre blanco heterosexual burgués se encuentra en peligro.

Si bien pareciera que tras la jornada electoral del 23J se ha logrado, al menos, “contener” la posibilidad de un gobierno de derechas, los resultados de las elecciones muestran que más de tres millones de personas votaron a un partido abiertamente fascista y más de ocho millones a uno de derechas. Cifras para nada alentadoras pese al triunfalismo reinante de los partidos de “izquierda”.

Basta analizar el presente para advertir que ya es bastante desolador para personas y comunidades migrantes que habitan o intentan llegar a estas tierras. Hace unos días se identificó el cuerpo de una bebe de ocho meses encontrado en una playa de Tarragona. Se llamaba Lilia y era la tripulante de una embarcación que naufragó a 10 kilómetros de la costa de Denia, en marzo. Los cuerpos de la madre y el padre ya habían sido encontrados semanas antes en otras partes de la costa mediterránea.

También ha sido noticia la existencia del Bibby Stockholm, una especie de CIE flotante que se pondrá en funcionamiento en la costa de Portland, Reino Unido. Tiene una capacidad para 506 personas y serán detenidos “hombres solteros” que hayan entrado de manera irregular al territorio inglés. Esto en un contexto de reformas legales que criminalizan aún más la migración y priva de derechos básicos a quienes solicitan asilo.

Una investigación realizada por Corporate Watch revela que las empresas vinculadas con el Bibby Stockholm reciben contratos millonarios, de fondos públicos, que alimentan el complejo industrial migratorio. La empresa propietaria del buque, Bibby Line Group Limited, genera unos beneficios anuales de 35,5 millones de libras esterlinas (más de 40 millones de euros) y sus fundadores están vinculados con la esclavización de personas. Así, sigue intacta la antigua fórmula colonial de violencia y muerte hacia determinadas poblaciones para generar riqueza y bienestar a otras. Todo ello en el marco de las democracias liberales.

 

En este contexto, surge la inquietud de que si participar en “la fiesta de la democracia” nos ayuda a desandar, o al menos contener, este recorrido o si por lo contrario termina por fortalecer las instituciones coloniales que lo posibilitan y lo reproducen. Esta duda no resuelta, toma la reflexión lanzada por la investigadora Breny Mendoza al señalar que no solo Occidente redobla sus esfuerzos por imponerse a través de la violencia y de la guerra, sino que muchas veces los pueblos oprimidos continúan apostando a un modelo democrático que, en esencia, depende de su exclusión, eliminación y opresión.

En este sentido, años atrás cuando el zapatismo era acusado de llamar a la abstención en las elecciones presidenciales en México, el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) emitió un comunicado explicando su posición. Señalaban que como zapatistas no llamaban a la gente ni a votar ni a no votar. Les decían que se organizaran colectivamente para resistir, para luchar y para tener lo que se necesita porque tenían claro que la situación se pondría peor.

Frente a la lógica imperante que cree que los problemas que surgen del sistema racista, clasista y patriarcal se resuelven o se contienen de manera individual y puntual, cobra fuerza la invitación zapatista a organizarnos para resolverlos colectivamente. Porque en el presente este sistema “chorrea sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies”. Tomando las palabras de subcomandante Moisés más allá del voto, lo más urgente es organizarnos.

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') .  clean_pre('Una versión de este texto fue publicada inicialmente en La Directa en catalán.

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