Venezuela: La destrucción del crédito en Venezuela, la asfixia financiera y el encaje legal más lesivo del orbe
Manuel Sutherland
Sin Permiso
04/08/2023
La trágica crisis que sufre Venezuela, parece haber tenido un repunte. Luego de que los tres primeros trimestres del año pasado (2022 coincidieran en que hubo un notable crecimiento económico, el más alto de América Latina. El primer semestre del año 2023 ha traído malas noticias. Según diversas estimaciones, los primeros seis meses del año 2023 muestran una fortísima contracción económica: -4 %[i], en relación al mismo período del 2022. Varios gremios empresariales han manifestado vertiginosas caídas en sus ventas generales: -21 % (CONSECOMERCIO) [ii] y -68 % en el importante rubro de restaurantes y hoteles[iii].
A simple vista se observa que diariamente se abren nuevos negocios, pero hay cada vez menos clientes con poder adquisitivo para realizar compras significativas. Los precios suelen ser más elevados que en los países vecinos, y los salarios, incluso en el sector privado, se han rezagado mucho. Hemos abordado en otras oportunidades cuestiones de índole estructural que ponen frenos al espectacular crecimiento que requiere la economía[iv]. En esta ocasión vamos a adentrarnos en un aspecto más específico, el encaje legal, el crédito bancario y el inexistente apalancamiento financiero que hace que las empresas trabajen: a puro pulmón, y que la población no tenga el más mínimo instrumento crediticio que le permita tan siquiera comprar una licuadora con su tarjeta de crédito.
Hiperinflación y la devastación monetaria
La hiperinflación venezolana ha roto infinidad de registros, llegando a ser la tercera más larga en la historia, detrás de las hiperinflaciones acaecidas en Nicaragua y en Grecia, hace muchos años. Como es natural en este tipo de procesos, la moneda del país se desvanece entre la mar de ceros a la derecha que le colocan a su hipertrofiado cono monetario. A la fecha, Venezuela le ha quitado ya la bicoca de catorce ceros a su familia dineraria, en poco más de diez años.
La hiperinflación, según cifras oficiales, surge en diciembre de 2017 como el primer mes en el cual el país rompe la barrera considerada como “hiperinflacionaria” (50 % intermensual). El guarismo puntual fue 55,6 %[v], aunque vale decir que otras estimaciones, menos conservadoras, decían que la hiperinflación había aparecido ya en noviembre o en octubre de aquel año. Siguiendo las cifras oficiales, podemos ver que el mayor índice mensual de inflación se observó en enero de 2019, llegando a marcar un sorprendente 196 %, casi el doble de la inflación anual más alta que había tenido nuestra república.
El proceso hiperinflacionario culminó en enero del año 2022, en ese mes se cumplieron 12 meses con inflaciones intermensuales menores a 50 %. La cifra acumulada de la hiperinflación en sus cuatro años de extensión (diciembre 2017 a diciembre de 2021) alcanza a la estremecedora cifra de 3.033.422.459,28 %. Es muy difícil dimensionar un incremento en el nivel general de precios de más de tres mil millones por ciento. Las causas de la hiperinflación y su proceso intrínseco han sido estudiadas en otros textos a profundidad[vi], por ello, nos hemos limitado a mostrar sólo algunas cifras para dar luz a lo sucedido.
Venezuela tiene el encaje legal más alto del planeta (de lejos)
Lo que acá nos compete es la devastación crediticia que ha sufrido el país. Esto último deriva de la hiperinflación, como causa matriz, pero se sostiene a través de una política monetaria ultra restrictiva con la cuasi práctica prohibición de generación de dinero FIAT, con un encaje legal, o reserva bancaria obligatoria, que impide el desarrollo crediticio más elemental.
Como algunos lo han de adivinar, Venezuela tiene el Encaje Legal Bancario (ELB) más alto del mundo. Al día de hoy, el ELB alcanza la disparatada cifra de 73 %, siendo casi el triple del segundo encaje legal más alto del planeta: Nigeria (27,5%)[vii]. Según el connotado economista Leonardo Buniak, el ELB en países como Colombia llega al 11 % y al 9 % en Chile[viii]. Si lo comparamos con Perú, el ELB venezolano es 24 veces más elevado[ix]. Se podría argumentar, con razón, que el gobierno sigue emitiendo dinero sin respaldo a una tasa extremadamente alta. El asunto es que esos saldos monetarios nominales incrementados, tienen escasa influencia sobre los saldos monetarios reales, debido a la inflación que causa la expansión monetaria. Así las cosas, las ínfimas cantidades de dinero real, se diluyen en la mar de dinero sin respaldo, sin verdadero poder adquisitivo.
La insuficiencia monetaria resultante de las políticas antes descritas, deriva en una asfixia financiera que impide el devenir financiero mínimo requerido para que la economía pueda empezar a deslastrarse de la crisis. Si hablamos de las captaciones bancarias totales del público, nos damos cuenta que el desplome ha sido de un -95,11 %, entre 2011 y 2022. Si hacemos una comparación, aún más larga, notamos que la reducción en este indicador fue de -90,58 %, entre el año 2001 y diciembre de 2022.
Si bien ha habido una llamativa expansión bursátil, el torrente de normativas farragosas frenan mucho su florecimiento y la dejan a años luz de sus mejores tiempos. La bolsa de valores de Caracas tuvo su auge a finales de los años 90, cuando se intercambiaban alrededor de unos 5 millones de dólares al día y unos 4000 millones de dólares al año[x]. Estuvo, sin embargo, casi inactiva desde que Hugo Chávez impuso coercitivos controles de cambio en 2003. Pese al llamado “renacer bursátil”, el mercado aún es minúsculo, ya q a inicios del año 2021 se movían apenas 50 mil dólares diarios, lo cual arrojaría unos microscópicos 12 millones de dólares anuales[xi]. Es menester comprender que buena parte del dinero que circula por las bolsas de valores, dimana de la banca. Si ella apenas subsiste, la bolsa apenas respira.
La asfixia financiera, corta la respiración a la economía en general
El gobierno limita en extremo, con mil reglamentos y lacerantes normas, a la actividad bancaria. La excusa para ello es que considera que cualquier creación de dinero fiduciario terminaría en un incremento de la demanda de divisas, lo cual presionaría al alza al tipo de cambio, y, por ende, incrementaría a la tasa de inflación. Tal “argumento” es realmente disparatado. Por ejemplo, en EEUU, Canadá, Reino Unido, Nueva Zelandia, Australia, Suecia y Hong Kong, entre otros, el encaje legal bancario es 0 %. Sofocar al sistema financiero para “controlar a la inflación”, es equivalente a botar el agua de la bañera del bebé, lanzando también a la criatura al río. Diversas técnicas de control de la inflación tienen más de 100 años funcionando bien. Ningún país del orbe tiene un coeficiente legal de reservas tan absurdamente alto.
Con menos del 6 % de la cartera de créditos “real” de la que se tenía en 2001, es completamente imposible apuntalar a la economía hacia ningún derrotero trascendente. Decía el viejo Marx que el crédito es la palanca más fantástica que tiene el capital para acumularse. Tan importante pértiga para el crecimiento, brilla por su ausencia en Venezuela. Por ende, no hay herramientas convencionales de financiamiento en la economía. Bancos privados y públicos llevan años sin hacer préstamos significativos, lo cual limita al extremo a la inversión, y obliga a los empresarios a tener que arriesgar su patrimonio para invertir, lo cual pocos están dispuestos a hacer. Ello desemboca en márgenes de precios muy elevados, por la urgencia de recuperar capital en plazos más breves, ya que ese capital es parte de su patrimonio o sustento personal. A eso se le suele llamar: financiación a través de precios.
El motor, de la alicaída industria venezolana era el ensamblaje de vehículos y la manufactura de autopartes. Ningún otro sector, fuera del extractivo, tenía tan elevada concentración de capitales. En la actualidad dicho rubro es una sombra de lo que fue. El presidente de FAVENPA, Omar Bautista[xii], resaltó que en lo que va de año 2023, 7 empresas han cerrado sus operaciones producto de que el mercado de reposición está muy mermado. Hasta octubre de 2022, se han ensamblado apenas 62 vehículos a los cuales se le añaden míseros 5.000 vehículos importados. Con un sistema financiero tan agobiado, es concebible que no haya préstamos para maquinarías útiles para el ensamblado de vehículos. El asunto más llamativo es que tampoco hay créditos para poder comprar carros, como en cualquier país civilizado. Para adquirir un auto, piden en efectivo (o transferencia), desde 14 mil dólares en adelante. Si vemos la estadística correlativa, la reducción en préstamos para vehículos fue de – 99,98 %, para el período 2011 a 2022. La cartera total de créditos para vehículos equivale a apenas 16 carros de 14 mil dólares cada uno.
Otro de los grandes impulsores, históricamente hablando, de la economía ha sido la construcción. Su actividad dinamiza un torrente de sectores aledaños que se benefician de su impulso. Además de ser una actividad que demanda muchos empleos, sirve para incentivar una enorme multiplicidad de rubros que le suministran insumos. Ni hablar que el derecho a poder adquirir una vivienda está consagrado en las recientes declaraciones de derechos humanos económicos y ambientales: DESCA. Pues bien, la política económica actual impide a casi la totalidad de la población adquirir una vivienda. Primero, el sector construcción no posee créditos para poder comprar los materiales más elementales, y, segundo, porque los créditos habitacionales han sido subyugados, de facto. La reducción en la cartera de créditos hipotecarios alcanzó la cifra de -99.84 %, entre 2011 y 2022. La caída de -99.22%, para 2001 a 2022, nos muestra la magnitud del retroceso que hemos sufrido en estos años.
A modo de corolario o la dualidad entre control político y popularidad
Entre el segundo y tercer trimestre del año pasado, la popularidad de Nicolás Maduro había aumentado muy considerablemente. Diversas encuestas situaban su popularidad entre el 13 % y el 18 %. Ello lo colocaba significativamente por arriba de diversos líderes de la muy fragmentada oposición. De forma directa, había capitalizado, políticamente, los frutos de un crecimiento muy desigual y de base endeble. Hoy en día, esos meses de “prosperidad” se han desvanecido. La explosión de una inflación que ronda el 500 % anual y un tipo de cambio que pasó de 5 bs. por dólar, a 28 bs. por dólar, retrotraen al país a los tragos más gruesos de la crisis. La atroz negativa gubernamental de incrementar lo que a priori, sería el cuarto salario más bajo del mundo, ha creado un descontento sin precedentes en su base más leal: los empleados públicos de menor formación profesional.
Lo anteriormente expuesto, se ha visto reflejado en una impresionante caída de la popularidad del gobierno. Informalmente se estima que apenas el 9 % estaría a favor de la continuidad de Nicolás Maduro en Miraflores. Ello podría hacer pensar al gobierno que una mejora sustancial de la economía, sería la base para relanzar la popularidad de la gestión gubernamental, de cara a las elecciones del año próximo. Sin embargo, grupos radicales del chavismo se oponen a reformas que ofrezcan mayores libertades a la sociedad civil y menores controles. Temen que el crecimiento económico sirva para fortalecer a una alianza opositora que pueda organizar a una inmensa mayoría que anhela un cambio. Por ello siguen promocionando medidas económicas completamente contrarias a las necesidades de crecimiento del país. Muchos de los problemas económicos actuales, tienen soluciones extremadamente sencillas, que el gobierno, por intereses políticos, se niega a ejecutar. El disparatado encaje legal, es una de ellas.
Notas:
[i] Efecto Cocuyo. “Caída de la economía en primer semestre de 2023 es casi de 4%, estima Oliveros”. Notica. Fecha: 06/07/23. Disponible en: https://efectococuyo.com/economia/caida-de-la-economia-en-primer-semestre-de-2023-es-casi-de-4-estima-oliveros/
[ii] Agelvis, Bárbara. “El consumo se desploma en Venezuela y crece la incertidumbre”. Artículo para: Infobae. Fecha: 16/06/23. Disponible en: https://www.infobae.com/venezuela/2023/06/16/el-consumo-se-desploma-en-venezuela-y-crece-la-incertidumbre/
[iii] Luján, Raylí. “Los comercios que experimentaron mayor caída en Venezuela tras el retroceso de la economía”. Reportaje para Bloomberg. Fecha: 15/06/23. Disponible en: https://www.bloomberglinea.com/2023/06/15/los-comercios-que-experimentaron-mayor-caida-en-venezuela-tras-el-retroceso-de-la-economia/
[iv] Sutherland, Manuel. “Las 7 peores trabas que desnudan la farsa del “Venezuela se arregló”. Artículo para: El Estímulo. Fecha: 18/08/22. Disponible en: https://elestimulo.com/elinteres/destacados/2022-08-18/las-7-peores-trabas-que-desnudan-la-farsa-del-venezuela-se-arreglo/
[v] Banco Central de Venezuela. (s.f.). BCV. Recuperado el 25 de Abril de 2021, de http://www.bcv.org.ve/
[vi] Guerra, J., & Vera, L. (2019). Inflación Alta e Hiperinflación. Miradas, lecciones y desafíos para Venezuela. Caracas: Abediciones UCAB.
[vii] Adesoji, Bamidele. “CBN raises CRR to 27.5%, holds MPR, other parameters constant”. Reportaje para: Nairametrics. Fecha: 01/05/2020. Disponible en: https://nairametrics.com/2020/01/24/breaking-cbn-raises-crr-to-27-5-holds-mpr-other-parameters-constant/
[viii] García, Ariadna. “El encaje legal de Venezuela es cinco veces más alto que el promedio de la región”. Reportaje. Fecha: 29/09/2022. Disponible en: https://cronica.uno/el-encaje-legal-de-venezuela-es-cinco-veces-mas-alto-que-el-promedio-de-la-region/
[ix] Ibíd.
[x] García Marco, D.; “Crisis en Venezuela | El inesperado renacer de la bolsa de Caracas y cómo refleja la apertura de la economía del país”.Fecha: 16/09/20. Artículo para: BBC Mundo. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-55325780
[xi] Ibid.
[xii] Bautista, Omar, “Favenpa: 62 vehículos se ensamblaron en Venezuela en lo que va de año”. Diario Tal Cual:Entrevista. Fecha: 23/12/22. Disponible en: https://talcualdigital.com/solo-se-ensamblaron-72-vehiculos-en-11-meses-de-2022-segun-camara-automotriz-venezolana/
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