El departamento Cauca y sus poblaciones enfrentan un proceso de agudización de emergencia humanitaria por causa de la violencia como en tiempos pasados, ya son más de 12 intentos de alcanzar la paz, estamos cansados de esta absurda guerra prolongada por más de sesenta años, seguimos viviendo la misma historia por cuenta de las acciones bélicas y de terror de quienes plantean dialogar pero a cambio ofrecen terror y dolor al Pueblo Colombiano, sus acciones reviven la memoria colectiva del desastre asociado al conflicto armado, y nos exige concretar la política de paz desde los territorios.

Estamos sufriendo un repunte en las violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario compuesto por asesinatos selectivos, hostigamientos y combates en medio de la población civil, junto a la proliferación de amenazas y aumento en las cifras de reclutamiento, así como la detonación de artefactos explosivos en importantes centros poblados de la región. Este repertorio de violencias resulta inconcebible en un momento histórico para la búsqueda de alternativas a la conflictividad armada. Entre el 01 de enero de 2023 al 31 de julio registramos el asesinato de 77 personas, 66 pertenecientes a territorios indígenas en el departamento del Cauca, 10 se desempeñaban como sabedores ancestrales. En cuanto a los hostigamientos, se tiene información de un número superior a 19, lo cual expresa una preocupante intensidad en el tránsito y ocupación militar. El incremento en las amenazas y los atentados con artefactos explosivos, dan cuenta de una estrategia para socavar la tranquilidad e instalar el terror en la región.

El movimiento indígena en reiteradas ocasiones hemos venido participando y proponiendo caminos para contribuir a la Paz desde el suroccidente, se ha hecho continuos llamamientos a los grupos armados y al gobierno nacional para que aceleren el cese al fuego y de hostilidades con acciones concretas, donde se deje a la población civil por fuera de las armas, es urgente que se sienten a dialogar. Por eso apoyamos al Gobierno Nacional en cabeza del Señor Presidente Gustavo Petro Urrego, La instalación de la Mesa de Diálogo con el EMC, de manera inmediata. No podemos ceder en este propósito y es hora de materializar la voluntad de negociación de todos los actores. Hacemos nuevamente el llamado a Mostrar avances en ambos sentidos, tanto en el cese, como en la instalación de la mesa, contribuye a superar la emergencia humanitaria y  la salvaguarda de la vida y el territorio. Es por eso que ofrecemos abrir los escenarios necesarios para avanzar en la construcción de la Paz desde los territorios, manifestamos que desde las autoridades indígenas y comunidades no aguantamos un hecho más. Es la vida de nuestros familiares, son nuestros hijos, es la vida de nuestro territorio puesta en juego por lo que no cedemos y reafirmamos el llamado a toda la sociedad civil a rodear la política del derecho a la vida y la paz. Debemos exigir a todas las entidades del estado garantizar el desarrollo de la negociación, pero sobre todo a los actores armados gestos de paz y no de guerra.

Es por lo anterior que exigimos:

  1. la Declaratoria de emergencia humanitaria en el departamento del Cauca, formalmente desde el Gobierno
  2. la instalación de la mesa de negociación con los actores armados, con el respaldo social para dichos diálogos multilaterales, solicitamos se reactive en el territorio ancestral de Kwet Kina municipio de Caldono para este propósito, rechazando categóricamente el incremento dramático de los hechos de violación de los DDHH que están sufriendo nuestras comunidades en este momento.
  3. en defensa de la vida convocamos a las organizaciones sociales a la preparatoria de la movilización por la vida, que nos lleve a construir un gran pacto por la convivencia y la paz en el departamento del cauca con perspectiva nacional, en el marco de la coordinación de procesos y organizaciones sociales.

Seguimos en resistencia, preparados siempre para la paz y no para la guerra.