La imparable expansión de las autonomías amazónicas
Raúl Zibechi
“Estamos ante un parteaguas”, dice David Fajardo, abogado de 28 años que litiga a favor del pueblo shuar arutam. Recorriendo las calles de la colonial Cuenca (Ecuador), explica de qué se trata: “Por todo lo que se está consolidando en este país. Los pueblos originarios están reivindicando la autonomía, ´déjennos ser y déjennos hacer, sabemos lo que estamos haciendo. Si nos quieran apoyar, bien, pero no nos digan lo que tenemos que hacer´. Ese es el mensaje que nos están trasmitiendo”.
Se están autonomizando del Estado, pero también de las ONGs, de los partidos y de las propias estructuras creadas por los pueblos, pero que ahora los oprimen. “Días atrás el pueblo shuar arutam decidió ser un organización autónoma de la Federación Interprovincial de Centros Shuar, porque firmó un convenio con la minera Solaris Resources, un proyecto minero a gran escala en la Amazonía, dentro de su territorio. La federación estaba invalidando lo que decidió el pueblo shuar arutam, va en contra del mandato de proteger los territorios”, señala David.
El pueblo shuar arutam habita 232 mil hectáreas en la cordillera del Cóndor, entre los ríos Kuankus y Cenepa, en el sureste de la Amazonía cerca de la frontera con Perú. Es el espacio de vida de más de 12 mil personas, organizadas en seis asociaciones y 47 comunidades, que hablan los idiomas shuar, chicham y castellano.
La creación del Consejo de Gobierno comienza en 2003, “por la necesidad de organizar y defender un territorio y una cultura que navegaba río abajo, hacia una profunda crisis de identidad y pérdida de la calidad de vida”, reza la declaración del pueblo. Una vez al mes, todos los presidentes de las asociaciones y los dirigentes que conforman el Consejo de Gobierno del Pueblo Shuar Arutam, “se reúnen durante una semana con los técnicos y dirigentes para analizar los ocho componentes básicos de la gestión y otros temas relacionados con sus políticas: territorio, buen gobierno, caza y pesca, forestal, agropecuario, salud, educación y comunicación” (https://puebloshuararutam.org/).
Y una vez al año realizan una gran asamblea en la que se elaboran los planes de vida anuales y los grandes lineamientos como pueblo. Las grandes empresas extractivas y los colonos que avanzan con sus fincas sobre el territorio shuar arutam son los grandes problemas que enfrentan.
“La colonización de la Amazonia fue impulsada por el Estado en la segunda mitad del siglo pasado, lo que fue empujando a los shuar hacia la frontera. Pero el choque cultural fue brutal. Los salesianos jugaron un papel tremendo provocando un genocidio de la cultura shuar y ellos tienen muy claro que no quieren el conflicto, porque es sinónimo de masacre”, dice Fajardo.
Son un pueblo guerrero, y en la sede del pueblo en la localidad de Maikihuantz, “puede verse la pintura de un shuar clavando una lanza a un español, porque tienen muy presente que no pudieron conquistarlos, ni los españoles, ni las multinacionales ni ahora el Estado ecuatoriano”.
En el proceso de consolidar su autonomía, no sólo enfrentan a quienes vienen de afuera, sino también a quienes desde dentro no los respetan. A la hora de elegir su gobierno autónomo, cada comunidad elige a su representante y cada una de las seis asociaciones, organizadas por geografías, eligen a los miembros de la asamblea que en definitiva nombra a sus autoridades.
Aunque se reivindican como cazadores y recolectores, empezaron a limitar estas actividades porque saben que la biodiversidad está siendo afectada. El cultivo principal es la yuca, en torno a la cual organizan cultivos complementarios similares a la chacra andina o la milpa mexicana. Tienen la lógica de cultivo en base a la yuca y otros cultivos que conforman un agrosistema como puede la chacra andina o la milpa en mesoamericana.
Arrastran problemas muy graves. Algunas familias empezaron a realizar actividades mineras con dragas y retroexcavadoras, lo que lleva a una gran diferenciación social y graves problemas ambientales. Si no se atajan, estos impactos pueden debilitar seriamente la autonomía shuar arutam.
“Pero existe una interesante relación con los wampis de Perú, que pertenecen al mismo grupo que los shuar y han formado su Gobierno Territorial Autónomo”, destaca David.
En este proceso de construcción de la autonomía como pueblo, están también peleando por recuperar las formas tradicionales de alimentación, ya que hay mucho consumo de arroz y pollo, a la vez que buscan retornar a la educación y la salud propias que fueron aplastadas por la colonización y la evangelización.
La impresión es que estamos ante la reconstrucción de las grandes naciones amazónicas que fueron divididas por los estados, con el pueblo shuar. “Estos procesos de recuperación de lo propio forman parte del parteaguas que mencionaba. Es el momento del renacimiento de los pueblos”, sentencia David.