Seduciendo al capital
Los integrantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de La Matanza son unos verdaderos osados. Comenzaron a cortar rutas en la provincia de Buenos Aires cuando el comתn de los bonaerenses no sabםa quי era un piquete. “Por entonces, para parar el trבnsito habםa que tirar un cana de culo, no es como ahora que se acuerda todo y los patrulleros desvםan los autos 200 metros antes de la manifestaciףn”, suele recordar Hיctor Toti Flores, uno de los referentes de la organizaciףn. Aסos despuיs, cuando esa medida de protesta se transformף en una acciףn cotidiana para reclamar planes sociales, el MTD los rechazף por considerarlos “una herramienta de dominaciףn del sistema”. Y ahora, que empieza a ser un hבbito la toma y el escrache de compaסםas multinacionales, la agrupaciףn matancera se anima a realizar alianzas con algunos sectores empresarios.
En lo que va del aסo, el MTD de La Matanza estableciף alianzas con el diseסador Martםn Churba y empresas como Arciel y Casa Quintבs. Ahora se relacionף con la Confederaciףn General Econףmica. Carlos Giardino, ex gerente de Fate y antiguo negociador de la deuda externa, asesora a los piqueteros en el managment de su taller textil.
“Se abre una estrategia de recomposiciףn de los lazos sociales y nosotros aprovechamos la coyuntura. El MTD tiene una necesidad de un salto cualitativo, de recomposiciףn como trabajadores”, dice Hיctor Toti Flores, uno de sus referentes.
“La nuestra -agrega Flores- es una funcionalidad a conciencia, determinada por la relaciףn de fuerza actual y por la necesidad de recomponer una fuerza social que juegue un rol activo en la toma del poder, que hoy no lo tenemos. El 19 y el 20 terminף siendo una derrota: ahora hay mבs planes que nunca”.
El MTD rompiף la alianza con Casa Quintבs porque sentםa que perdםa autonomםa y que la empresa les imponםa a los militantes las reglas capitalistas que el movimiento rechaza. “Si nosotros pudiיramos trabajar de acuerdo a las formas de producciףn del capitalismo, cuatro horas y que eso alcance serםa genial. El tema es que te hacen trabajar 12 horas para que otros vivan mejor. Nosotros confiamos en no correr ese peligro, confiamos en la capacidad colectiva de rechazar lo que no nos parezca”, dice Flores.
Estas nuevas alianzas sirvieron al MTD para ser, segתn sus propias palabras, mבs confiables. Flores pone como ejemplo el jardםn de infantes que inauguraron este aסo. “Es muy difםcil que la gente te entregue su niסo para que lo cuides y lo desarrolles. Si lo hace es porque creen en vos”.
Los integrantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de La Matanza son unos verdaderos osados. Comenzaron a cortar rutas en la provincia de Buenos Aires cuando el comתn de los bonaerenses no sabםa quי era un piquete. “Por entonces, para parar el trבnsito habםa que tirar un cana de culo, no es como ahora que se acuerda todo y los patrulleros desvםan los autos 200 metros antes de la manifestaciףn”, suele recordar Hיctor Toti Flores, uno de los referentes de la organizaciףn. Aסos despuיs, cuando esa medida de protesta se transformף en una acciףn cotidiana para reclamar planes sociales, el MTD los rechazף por considerarlos “una herramienta de dominaciףn del sistema”. Y ahora, que empieza a ser un hבbito la toma y el escrache de compaסםas multinacionales, la agrupaciףn matancera se anima a realizar alianzas con algunos sectores empresarios.
En marzo de este aסo, el MTD participף de un emprendimiento textil junto al diseסador Martםn Churba y las empresas Arciel y Casa Quintבs. Lanzaron una lםnea de guardapolvos bajo el slogan “pongamos el trabajo de moda”. Las prendas tenםan una estיtica propia de Palermo Holywood y las presentaron en la feria Buenos Aires Fashion. Hace poco mבs de un mes, el taller de costura que el movimiento de desocupados tiene en el barrio La Juanita, de Laferrere, comenzף a trabajar con Carlos Giardino, un empresario de la Confederaciףn General Econףmica (CGE), quien los asesora en el managment del emprendimiento. Mientras el MTD se declara anticapitalista, Giardino se asume liberal. El empresario, a quien los piquetes le parecen un abuso, fue negociador de la deuda externa bonaerense durante la gobernaciףn del radical Alejandro Armendבriz, gerente de Fate electrףnica y no dudף en despedir personal cuando considerף que era mבs rentable reconvertir tecnolףgicamente su compaסםa. ” Esta es una alianza muy empםrica -explica Flores-. Venםamos tratando de desarrollar emprendimientos desde un lugar pequeסo: vendםamos lo que producםamos en la feria, tenםamos un fuerte rechazo a trabajar a la faחon y no querםamos revendedores que sacaran ganancias con nuestra producciףn. Pero nos dimos cuenta de que eso tenםa un lםmite, sobre todo para el largo plazo. Este aסo inauguramos nuestro jardםn de infantes y para sostenerlo necesitבbamos obtener excedentes: la escala de trabajo que tenםamos no servםa. Por eso combinamos con otros sectores sociales, como Churba y la CGE. Se abre una estrategia de recomposiciףn de los lazos sociales y nosotros aprovechamos la coyuntura. El MTD tiene una necesidad de un salto cualitativo, de recomposiciףn como trabajadores. Claro, es una manera distinta de trabajar de la que tenםamos hace diez aסos. Hay un sector muy grande que empieza a ver en la autogestiףn y el cooperativismo una salida distinta. Por ahם pasa nuestra postura, nos estamos insertando en el proceso de economםa social”.
- Mבs de un movimiento con los que compartםan los cortes de ruta los va a acusar de reformistas o funcionales.
Cuando te acusan de reformista y uno no sabe que lo es, se hace difםcil. Pero saberlo es bueno porque asם no pueden trabajar sobre nuestra culpa. La nuestra es una funcionalidad a conciencia, determinada por la relaciףn de fuerza actual y por la necesidad de recomponer una fuerza social que juegue un rol activo en la toma del poder, que hoy no lo tenemos. Hoy, desde el movimiento piquetero se puede generar un gran escבndalo, pero no polםticas. Para distintas lecturas, el 19 y 20 de diciembre parecםa que comenzaba la mayor ofensiva, para nosotros fue una gran derrota: hubo mבs planes sociales que nunca. No logramos quebrar la polםtica de dominaciףn porque no tenםamos polםtica ni poder para influir en las decisiones mבs generales. Esa experiencia nos lleva a construir organizaciףn y lazos. Nosotros discutimos todo el tiempo las modalidades de nuestro taller, y no queremos cambiarlas, aתn con estas nuevas relaciones. A lo mejor genera desconfianza en ellos y eso es un riesgo.
- Pero al final del recorrido, ¿la CGE habrב vuelto capitalista al MTD o los desocupados habrבn convertido en revolucionarios a los empresarios?
Nos parece que hay un tiempo de construcciףn conjunta, donde todavםa no estב planteada la toma del poder ni la revoluciףn. Es muy importante generar espacios de conocimientos. Nuestra estrategia es aprender como se gerencia emprendimientos para una mayor de calidad de vida de nuestros compaסeros.
-¿No se trata de aprender a gerenciar con pautas capitalistas?
- En ningתn momento queremos convertirnos en una empresa capitalista, para generar acumulaciףn. Queremos una polםtica de transformaciףn de la vida de los compaסeros. El desafםo es que no nos fagociten. Intuimos que la economםa social es un negocio para muchos. En este momento somos funcionales a ellos pero lo aceptamos porque no tenemos posibilidad de otra cosa.
-El MTD rechaza los planes sociales porque, dice, genera dependencia. ¿Estas alianzas no generan dependencia del capital?
Es relativa, depende de la postura que vayamos teniendo. Si Churba o la CGE nos marcara lo que tenemos que hacer, dependerםamos. Pero nosotros nos manejamos con absoluta automomםa en las decisiones. Por eso ya hubo tensiones
-¿Cuבles?
- Se planteף una situaciףn de dependencia con Casa Quintבs y decidimos no seguir adelante. Eso nos atrasף bastante. Su forma de plantear el trabajo y sus precios era capitalista y nos coartaba nuestra autonomםa. La relaciףn se planteף de tal manera que volvםamos a depender, a ser empleados, con pautas organizativas impuestas por la empresa. Casa Quintas nos ofrecםa la entrega de prendas para confecciףn, pero exigםan horarios de trabajo, una determinada cantidad de horas trabajadas, querםan que hiciיramos una capacitaciףn de cuatro o cinco meses sin cobrar nada o que la pagבramos con la guita que obtuvimos de los guardapolvos. Nos pareciף exagerado. Primero, porque no nos salםan tan mal las prendas. Despuיs, por ahם sם tenםamos que aprender a organizar la forma del trabajo, pero esa forma no es la que querםamos nosotros. Tal vez nos hayamos perdido un gran negocio. Pero no nos interesaba. Ahora esto no implicף que se lesione nuestra relaciףn con Churba. No tuvo efectos de ruptura, si se congelף una posibilidad de hacer cosas. Churba nos ofreciף capacitaciףn, el sigue vendiendo nuestros guardapolvos. Para nosotros fue importante para encontrar lםmites. Ahora trabajamos con la CGE para ver si podemos vender los guardapolvos que hacemos directamente a algunas empresas.
¿Cףmo se sintieron exponiendo en Buenos Aires Fashion, un mundo totalmente ajeno a ustedes?
En ese momento estuvimos en la consideraciףn de otros sectores, repercutiף mucho mediבticamente. Aprovechamos para propagandizar la propuesta del MTD, mבs allב de si conseguimos trabajo o no. Nosotros siempre lo vemos desde la integralidad del proyecto. Aunque, es verdad, nos sentimos un poco sapo de otro pozo. El mundo de la moda no es nuestro mundo, ni nos sedujo. Fuimos un solo dםa, hubo propuestas para ir a otras ferias de moda, pero no fuimos. No es nuestro lugar, no es por donde podםamos construir el taller. Mבs allב de que somos artistas: para sobrevivir hay que tener mucha creatividad. Aunque el balance fue positivo, no es esa nuestra aspiraciףn.
-¿Y cףmo es la convivencia con Giardina, el asesor de la CGE?
- Es muy divertido trabajar en el taller con יl, por la diferencia. Es como un juego de ajedrez, donde todos tratamos de mover las piezas lo mבs ordenadamente posible. Como acב no hay quien gana sobre el otro, es bueno. Queremos lo que tiene el mundo empresario para ser sustentable el proyecto.
- Insisto, ¿eso no implica adoptar sus valores?
Creemos que no es la forma del capitalismo, sino la apropiaciףn del capitalismo lo que hace daסo. Si nosotros pudiיramos trabajar de acuerdo a las formas de producciףn del capitalismo, cuatro horas y que eso alcance serםa genial. El tema es que te hacen trabajar 12 horas para que otros vivan mejor. Nosotros confiamos en no correr ese peligro, confiamos en la capacidad colectiva de rechazar lo que no nos parezca, porque pasa que a veces uno solo se embala y entra en el juego. Los domingos hacemos rondas para evaluar proyectos y la horizontalidad garantiza tener claros los lםmites. Es muy difםcil trabajar con nosotros, porque todo lo tenemos consultar. Para ellos es terrible.
- ¿Cףmo impactaron estas nuevas alianzas al interior del movimiento?
Como venםamos conversando hace mucho tiempo esta necesidad de bתsqueda en distintos sectores, no causף confusiףn al interior y potenciף enormemente el trabajo de base. En verdad, reciיn estamos cayendo. Al principio hubo mucha desconfianza. Nos preguntבbamos que habםa detrבs, por quי nos lo proponםan. Tambiיn hubo elucubraciones paranoicas. Algunos nos dijeron sinceramente que se trataba de marketing social, que con esta alianza ganaba empresario y nosotros podםamos sacarle provecho. Eso nos tranquilizo. Tambiיn entendimos que en una polםtica de alianzas ganan todos: la alianza es para potenciar a todos sus componentes. Es distinto que una coaliciףn, que se realiza contra un enemigo comתn y revienta al dia siguiente de lograr el objetivo. Aunque claro, tambiיn es verdad que no todos se potencian de la misma manea. Pero acב no hay obsesiףn para sacar ventajas.
-¿Y en el barrio?
- Empezamos a ser creםbles. Aunque la gente viene con ideas confusas, algunos se acercan a buscar trabajo. Pero el jardםn de infantes es el ejemplo mבs claro: es muy difםcil que la gente te entregue su niסo para que lo cuides y lo desarrolles. Eso ocurre porque confםan en vos. Al principio, nosotros pensבbamos que el jardםn iba a ser para los hijos y los nietos de la gente del movimiento. Pero nos dimos cuenta que la distancia a veces era grande para muchos chicos de las familias de los militantes. Resulta que el 60 por ciento de los chicos que vienen al jardםn son del barrio, la realidad nos modificף la idea que tenםamos.
- ¿Recibieron crםticas de otros movimientos?
Hasta ahora no recibimos muchas crםticas serias, argumentadas. Otros movimientos no creen que esto se pueda desarrollar. Algunos estarבn pensando que nos van a coptar y que vamos a volvernos reformistas. Algunos nos dijo: “Lo que ustedes hicieron hasta aquם es heroico, quי le vamos a decir” Como si hubiera un respeto por el camino recorrido pero lo de ahora se tratara de un nuevo rumbo. Pero la necesidad de una bתsqueda propositiva estב planteada como necesidad social. Si no, generaciones enteras estarבn condenadas a la exclusiףn y la desapariciףn. Si sos un grupo marginal, si no tenיs ningתn tipo de influencia, dependיs de la polםtica de otro. El movimiento piquetero si no elabora propuestas va a ser una mera correa de transmisiףn.
De lavaca.org