ENTREVISTA / LÍDER DEL TERCER CAMINO DE VENEZUELA
Autor/a Oscar Perdomo Marín
“El referéndum revocatorio es una ridiculez”
Douglas Bravo, máximo jefe guerrillero de los años sesenta, es hoy el líder de Tercer Camino, “proyecto revolucionario que no es un partido político”, y mantiene a sus setenta años una renovada vocación por el cambio que trasciende la concepción marxista. No pacta, salvo con lo que cree; piensa que la confrontación es inevitable, que el problema del país no es el revocatorio, que hay una política petrolera complaciente con EEUU, y que entre Altamira y Miraflores existe el cordón umbilical del neoliberalismo.
¿Qué es el Tercer Camino?
Es la opción que surgió en su momento frente a la bipolaridad entre el capitalismo mundial, bajo el liderazgo de EEUU, y el capitalismo de Estado que encarnó la hoy desaparecida URSS. Eso se expresa actualmente en Venezuela en el fascismo encarnado en Altamira, por un lado, y en Miraflores, por otro. Entre ambos extremos que comparten la misma concepción neoliberal y comunes posiciones pronorteamericanas, está para las mayorías el Tercer Camino, un bloque que va a adquirir solidez, programa e ideas, que están en el propio seno del Gobierno y no se expresan en cuotas de poder.
¿Están en el Gobierno y no tienen poder?
Estoy hablando de dos corrientes plenamente definidas. La más numerosa, el 80 por ciento, integrada por militares patriotas, sacerdotes de la teoría de la liberación, marginados de Caracas y de las principales ciudades, indígenas, campesinos pobres; esa inmensa mayoría que quiere una revolución de verdad y la otra, el 20 por ciento que posee en sus manos los factores reales de poder, cito Pdvsa, ministerios de Energía, Defensa, Finanzas, Cordiplan y las principales embajadas.
La corriente minoritaria que ejerce el poder en el gobierno de Chávez está negociando nuestro petróleo, sacrificando la soberanía venezolana y aupando la teoría de Luis Giusti de desnacionalización total. Es evidente que existe un cordón umbilical entre Pdvsa-Giusti, Pdvsa-Juan Fernández y Pdvsa-Alí Rodríguez.
A la tendencia mayoritaria le tocará jugar un papel en el proceso revolucionario y puede darse lo que pasó con el MIR, que rompió con AD al enfrentarse a un Betancourt, parcializado con EEUU y salió a hacer la revolución. Lo mismo pasó con URD y la ruptura de Fabricio Ojeda.
Ojeda está muerto y buena parte de los líderes de aquellas rupturas comparten hoy el plato del sistema, ¿entonces? AD, Copei y Convergencia no han tenido la capacidad de producir teóricos líderes de la globalización como lo ha producido la gente que pasó por la guerrilla ¡Es impresionante!
¿Usted cree realmente que Tercer Camino tiene vigencia?
Sí, pero no somos un partido político ni nos inscribimos en el CNE. Somos un proyecto revolucionario, una fuerza social auxiliar de las luchas sociales de indígenas, obreros, campesinos, marginados.
¿No cree entonces en un partido vanguardia de la revolución, de acuerdo a la argumentación marxista?
El partido fue, es y será una verdadera célula estructurada del capitalismo. Transmite valores que están en la civilización capitalista.
¿Qué pasa si el referéndum lo gana Chávez?
Si lo gana Chávez, yo diría que dado el estado de confrontación Miraflores-Altamira, se va a levantar la clase media que responde a Altamira, diciendo que hay fraude, y si el referéndum lo gana la CD, los marginados también se alzarán.
En esa confrontación no está presente la verdadera fuerza revolucionaria, la que nosotros estamos representando y debería estarlo. Lo importante no es el revocatorio, sino que aparezca la fuerza revolucionaria para disputarle el poder al sector neoliberal, fascista y globalizador que está en Altamira y al sector neoliberal que está en Miraflores. El revocatorio no lo quiere AD ni tampoco EEUU, pero lo está utilizando como chantaje para que le firmen el Plan Colombia. Por eso sostengo que el referéndum es una ridiculez.
Si es una ridiculez, dónde está la cuestión de fondo?
Está en la lucha entre la globalización y la emancipación. No fue casual el estallido del 27-F, la revuelta popular de mayor base social en Venezuela en cinco siglos ¡Fue la primera hazaña mundial espontánea contra la globalización!
De la inestabilidad generada por el 27-F surgió por primera vez el proceso constituyente como proyecto, un cuestionamiento severo a todo el poder constituido y despertamos a un período de transición no superado todavía, que significa inestabilidad institucional, pero también una tremenda esperanza porque vivimos en un momento estelar. Nunca hubo un chance como este en Venezuela, ni siquiera cuando fuimos guerrilla; porque si entonces hubiésemos triunfado, hubiéramos salido de ser colonia de EEUU a enclave colonial soviético.
Parece presuponer grandes confrontaciones. ¿Es esa la señal que debe alentarnos?
La confrontación es inevitable, salvo que la revolución tuviera un espacio total en los países de América Latina. El gobierno estadounidense está ejecutando el viejo proyecto de hace 20 años de apoderarse militarmente de todos los centros energéticos del planeta y las grandes reservas de biodiversidad. Carece de suficiente petróleo, gas y de biodiversidad no tiene nada. Dentro de dos décadas estará importando casi todo, y eso está en Venezuela, Brasil, hasta Bolivia.
En cambio, aquí tú no escuchas una sola crítica de la CD Altamira a medidas gubernamentales como el contrato firmado en marzo de este año con la compañía norteamericana Free Market para suministrar a las reservas petroleras de EEUU, durante tres años, 54 millones 750 mil barriles de crudo. Tampoco hay una sola palabra de cuestionamiento al contrato de la Plataforma Deltana en el marco de la apertura que inició Caldera.
Si la inició Caldera, ¿dónde está el problema?
Es bueno recordar que Alí Rodríguez y Chávez firmaron el documento de demanda contra Caldera por la apertura petrolera lesiva a la soberanía nacional, y ahora ellos -Gobierno- desarrollan la apertura en grado superior. La Coordinadora no ha criticado eso ni tampoco la venta del gas de Paria y los bloques que quedan por entregar en la Plataforma Deltana.
Venezuela no ha firmado el Plan Colombia. ¿Qué pudiera suponer eso para nuestro país?
El Plan Colombia es la gran amenaza para Venezuela, es el brazo militar del Alca y de la Carta Democrática firmada en Perú, que es lo más antidemocrático del planeta porque garantiza la intervención militar en toda América Latina y el Caribe en nombre de la democracia, la libertad de expresión y el voto. Está planteada la recolonización no sólo de los países al sur del río Bravo, sino del planeta. Si Chávez firma el Plan Colombia se pone al lado de Bush y Uribe. Si no lo hace va a enfrentarse a ambos, y Bush dirá que aquí están los guerrilleros y el narcotráfico.
Si firma o no, la confrontación será inevitable. No olvidemos que después del Medio Oriente la zona de Venezuela hasta Bolivia es la principal faja energética de gas y petróleo de la Tierra. Firmar es la entrega no sólo de fuentes energéticas sino de parte del territorio venezolano.
Si en Venezuela no se ha tocado ningún interés estratégico de EEUU, por qué las tensiones en las relaciones bilaterales?
Responden a un detalle: la oficialidad de los ejércitos de Colombia, Argentina o Chile es aristócrata de cuatro apellidos formada en el “pentagonismo”, pero la nuestra es de extracción popular básicamente; muchos de sus integrantes son hijos naturales y la gran mayoría tiene parientes en el cerro. Lo que más le preocupa a Washington en América Latina es que este es el único ejército que con Chávez o sin Chávez va a hacer resistencia al Plan Colombia, a las fuerzas norteamericanas que se metan directamente aquí.
Otra preocupación quizá más puntual para EEUU, es la próxima realización en Maracay, del “Primer Congreso de Trabajadores, Fuerzas Armadas Nacionales y Comunidades Petroleras”, promovido por quienes están criticando la política neoliberal de Giordani, Alí Rodríguez, Ramírez y Bernardo Álvarez en Washington.
El general Baduel es el presidente honorario de ese congreso.
Dos momentos: la insurgencia de los años sesenta y la actual situación. ¿Papel de las FAN ayer y hoy?
Cuando fundamos el Partido de la Revolución Venezolana (PRV) en 1964, la mitad de su dirigencia estaba integrada por oficiales de nuestras fuerzas armadas; hubo cuadros militares en la guerrilla, pero aquella era otra situación. Hoy en el seno de las FAN existe una fracción chavista y otra que no conspira contra el Gobierno porque está enfrentada a los fascistas de Altamira y al Pentágono y es mayoritaria y va a ser actor sustancial en la política venezolana junto con los marginados, los campesinos sin tierra, los indígenas.
¿Su visión de América Latina?
El proceso histórico por la emancipación continúa su marcha con una particularidad hoy: la entrada en escena de una fuerza social como los campesinos pobres que no participaron en los movimientos guerrilleros del pasado y que hoy son los actores principales de la lucha social. Ejemplo: las legiones campesinas que protestan hoy en Bolivia, los sin tierra del Brasil, los zapatistas en México.
¿Eso rompe el esquema marxista de la clase obrera como vanguardia?
Completamente. Junto a los campesinos, están los indios y otra fuerza social que son los marginados. En el escenario del subcontinente están también los militares, particularmente en Venezuela. Estamos ante hechos inéditos en la historia de las luchas sociales en todo el mundo.
SUS FRASES
— La confrontación es inevitable
— El Plan Colombia es la gran amenaza para Venezuela
— El problema está entre globalización y emancipación
— La izquierda de los 60 en su mayoría ya no es de izquierda
PERFIL
Nació: Cabure, Falcón, 11 de marzo de 1932 .
Formación: Estudió sin concluir Derecho y Economía.
Trayectoria: fue alto dirigente del viejo Partido Comunista, estuvo dos años y medio preso durante el régimen de Pérez Jiménez; fue Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (Faln), fundador del Partido de la Revolución Venezolana junto con Fabricio Ojeda, autor de varios libros, es líder de “Tercer Camino” y crítico frontal del actual gobierno.
Característica personal: afable, campechano, frontal, sólida cultura política
Confesión: “Le tengo miedo al chisme”
¿QUÉ PASA CON LA IZQUIERDA VENEZOLANA?
Esta es la respuesta de Douglas Bravo: “En Venezuela, la izquierda de los años 60 en su mayoría ya no es de izquierda. Son globalizadores, teóricos del neoliberalismo, han sido gobierno y son burócratas.
Existe otro sector revolucionario que no tiene nada que ver con ese: los indígenas, los campesinos que están tomando tierras; los marginados. Está surgiendo un nuevo movimiento revolucionario, eso se puede observar en el seno de la Fuerza Armada. Hay allí una generación que supera a los viejos líderes del Carupanazo, el Porteñazo, el 4 de febrero y el 27 de noviembre. Hay una generación que nos supera a quienes nos alzamos en los años 60, y a escala mundial ocurre el mismo fenómeno: no existe la vieja izquierda. Está surgiendo un nuevo movimiento en el planeta. Las luchas antiglobalizadoras no las dirigen los partidos comunistas; las dirigen los ecologistas, utópicos, anarquistas y religiosos de las diversas iglesias y credos.
En América Latina hay que ver lo que significa un movimiento campesino como el boliviano, los sin tierra de Brasil y un indígena zapatista alzado en México. Eso no está en el viejo cálculo de los marxistas tradicionales”
MENSAJE DEL TERCER CAMINO AL PUEBLO REVOLUCIONARIO DE VENEZUELA
Autor/a TERCER CAMINO
NO MAS CONCESIONES ENERGÉTICAS!
DECLARACIÓN DE PUERTO CABELLO
El Presidente Hugo Chávez ha dicho que el Proceso Revolucionario Bolivariano entró en una etapa anti-imperialista y que por esa razón es fundamental entre otras cosas, fortalecer la unidad cívico-militar para la defensa de la Soberanía Nacional.
Nosotros decimos que, efectivamente, desde hace más de ochenta (80) años el imperialismo norteamericano ha venido saqueando y apropiándose de nuestra riqueza petrolera, ha violentado nuestra soberanía económica e impone sus valores tecnológicos, educativos, políticos, militares y culturales. Pero no ha hecho eso por su sola cuenta, sino que para ello ha contado con la complicidad de las burocracias partidistas, la burguesía venezolana y las élites culturales vendidas y desnacionalizadas. Una cadena de acuerdos y pactos jurídicos y políticos, abiertos y secretos, ha permitido la presencia del Imperio en nuestros asuntos. Tal y como hoy se expresa en la presencia de los llamados observadores del Centro CARTER y de la OEA. Pero también en los acuerdos petroleros y energéticos y el Tratado de la Doble Tributación, firmados por el Gobierno. Igualmente, el Presidente Hugo Chávez ha señalado reiteradas veces al señor Cisneros como uno de los representantes de la burguesía golpista aliada del Imperialismo. Eso es correcto; pero dentro del Gobierno hay todavía mucha gente ocupando puestos claves, que son aliados de esa burguesía. Ahora bien, si esos son los enemigos naturales e irreconciliables de la revolución; si ellos siguen conspirando para derrotar el proceso y evitar que el pueblo avance en su organización y participación hasta lograr el ejercicio directo del poder y la soberanía, si ellos son la verdadera contrarrevolución, resulta demasiado preocupante que el propio Presidente Hugo Chávez haya aceptado que venga Jimmy Cárter e imponga una reunión con Gustavo Cisneros, de manera intempestiva y casi secreta, en momentos en que se ha convocado al pueblo para la Batalla de Santa Inés.
Tal situación plantea un dilema evidente: o avanza resueltamente la revolución más allá de la Batalla de Santa Inés, o con esa Batalla se le impone al pueblo un nuevo pacto con la burguesía y el Imperio (especie de reedición del Pacto de Coche o del Puntofijismo). Pues el señor Cárter y su Centro no son ningunos oficiantes de buena voluntad, respetuoso de nuestra soberanía. Ellos son agentes del imperialismo, son unos vulgares intervencionistas disfrazados de observadores que sólo buscan imponer la trampa para que se cumpla la voluntad del Imperio. Cárter es tan imperialista como Bush, la mano suave y negociadora tal vez, pero imperialista al fin, y por esta razón es enemigo de nuestra Patria, al igual que Gustavo Cisneros.
Expresamos responsablemente ante el pueblo revolucionario que cualquier pacto o negociación con ellos, significa la entrega y la derrota de la REVOLUCIÓN BOLIVARIANA. Los revolucionarios de TERCER CAMINO respetamos y amamos al pueblo. Por esta razón es nuestra responsabilidad decir la verdad y alertar acerca del curso de los acontecimientos históricos. Antes del 4 de febrero del 92 mantuvimos una estrecha alianza entre Tercer Camino y el grupo de oficiales encabezados por Hugo Chávez Frías, posteriormente vinieron las diferencias políticas e ideológicas que jamás hemos ocultado, puesto que es nuestro deber señalar permanentemente los peligros. Al pueblo le respetamos su confianza y adhesión a Hugo Chávez a quien consideran su líder, pero le hacemos a Hugo Chávez un llamado, una invitación para que no caiga definitiva y absolutamente en la triste repetición de esa historia de claudicaciones, pactos y entregas que desde la presidencia de Páez hasta la segunda presidencia de Caldera ha marcado a la República con una cadena de frustración y desengaño para el pueblo.
Hoy la Revolución Bolivariana vive un momento decisivo y estelar para avanzar sin miedo y convertirse en la gran esperanza no sólo para Venezuela sino para América Latina y el mundo, tal y como ocurrió bajo la égida del Libertador. Fortalecer el proceso revolucionario implica necesariamente analizar la situación interna de lo que se llama chavismo o las fuerzas del cambio, allí se pueden distinguir hoy cuatro (4) vertientes:
1.- El pueblo revolucionario que quiere y está dispuesto a pelear por el cambio, por la consolidación de su propio poder a través de la acción directa de los civiles y militares patriotas, para mejorar sus condiciones de vida.
2.- La burocracia chavista partidista, agrupada en el reciente ensayo del Comando Ayacucho, cuya política autoritaria, centralista y anti-popular ha quedado evidenciada en el proceso de selección de candidatos a las Gobernaciones, Alcaldías y Asamblea.
3.- La burguesía chavista que pugna por desplazar a la vieja burguesía antichavista y convertirse así en la nueva clase dominante, y
4.- El propio Chávez que ejerce un liderazgo supremo y de equilibrio entre las tres fuerzas anteriores.
Entre la burocracia y la burguesía chavista hay indicios de una soterrada alianza para imponer en el momento apropiado para ello el llamado chavismo sin Chávez, es decir, el pacto de conciliación, entrega y paz con el imperialismo y la burguesía en su versión más ignominiosa y vergonzosa. De igual manera hay suficientes indicios de que este sector proseguirá llevando a cabo la entrega del país como hasta ahora lo ha hecho con el propio Chávez de Presidente. En ese marco de contradicciones se celebrará el Referendo Revocatorio y la Batalla de Santa Inés. El pueblo revolucionario debe estar claro en que no sólo es necesario derrotar una vez más a la oposición fascista y entreguista, sino también a esas corrientes traidoras dentro del chavismo, consolida la organización y la acción que permita asegurar y garantizar la marcha de la verdadera REVOLUCIÓN BOLIVARIANA fundada en la alianza cívico-militar, religiosa-popular, tal y como funcionó durante el 12 y 13 de abril del 2002. Ese es el verdadero camino y no otro.
¡LAS ELECCIONES PASAN Y EL COMBATE Y LA REVOLUCIÓN SIGUEN!
¡NO AL PACTO, SI A LA REVOLUCIÓN! ¡POR LA SOBERANÍA DE LA PATRIA!
¡POR LA UNIDAD CIVICO-MILITAR-RELIGIOSA! ¡NO MAS CONCESIONES ENERGÉTICAS!
¡ NI SI, NI NO, REVOLUCIÓN BOLIVARIANA! ¡LUCHAR HASTA VENCER!
Francisco Prada, Gustavo Martínez, Rosa Pérez, Osear Orta, José Toro, Vicente Mara, José Antonio Marcano, Carlos Yongue, Cristian Parías, Víctor González, José Antonio Páez, Douglas Bravo, Ramón González, J. Alcedo, Enrique Contreras.
PRV – TERCER CAMINO A LA NACION VENEZOLANA
En reiteradas oportunidades, desde el PRV – Tercer Camino hemos denunciado la instauración en Venezuela, a través de un proceso de recolonización, del modelo económico neoliberal. También hemos sostenido que la industria petrolera nacional constituye el objetivo central de las fuerzas recolonizadoras.
Ello, porque Venezuela posee en el subsuelo la reserva energética mas grande del mundo. Aunado al hecho que los países industrializados dependen para su producción de la energía generada por los hidrocarburos (petróleo y gas) que ellos no poseen.
En palabras del profesor Elie Habalian, los países industrializados “necesitan buscar la energía allí donde está… ”. Por tal razón Habalian considera que “el Plan Colombia no busca combatir la droga o la guerrilla, busca controlar los yacimientos petroleros venezolanos. Y el mayor riesgo que corremos es que Estados Unidos con todo su poderío está sencillamente interesado en el subsuelo venezolano”.
En este marco, desde el último gobierno de Rafael Caldera, se inició un grave proceso de desnacionalización de la señalada industria. LA APERTURA PETROLERA, llevada a cabo en dicho gobierno, significó la entrega a grandes empresas multinacionales de la exploración y explotación de hidrocarburos en diez (10) grandes áreas del territorio nacional.
En estas asociaciones “estratégicas”, con el capital extranjero en el negocio petrolero venezolano, se traducen en una considerable merma del aporte que la empresa estatal PDVSA debe realizar al fisco nacional, como consecuencia de la participación de las multinacionales en las ganancias de la explotación del petróleo venezolano.
Esta política petrolera antinacional pretende ser justificada, fundamentalmente desde la alta gerencia de PDVSA, en razones de orden tecnológico y en la supuesta necesidad de elevar el nivel de producción. Sin embargo, a pesar del mayor nivel de producción el aporte de la referida empresa al fisco nacional es cada dia menor. En primer lugar, porque como ya lo dijimos, gran parte de dicha producción ahora pertenece a los “socios extranjeros”, por vía de la apertura petrolera.
En segundo lugar, porque la voraz y multimillonaria burocracia de PDVSA, se ha convertido en un muro de contención que impide que las grandes mayorías puedan beneficiarse de los ingresos petroleros. Sobre este punto, también tomaremos las palabras de profesor Elie Habalian: “Entre los años 2000 – 2001 PDVSA facturó 50 mil millones de dólares, de los cuales solo le correspondían al
Estado Venezolano 10 Mil millones de dólares que junto a los 10 mil que recaudaba por impuesto hacían un total de 20 mil millones de dólares que eran utilizados para sustentar a 24 millones de venezolanos; mientras PDVSA se quedaba con 40 mil millones de dólares para mantener
una nómina de 40 mil empleados”.
Es necesario destacar, que si bien tal política petrolera colide con la constitución de 1961 y con la ley de Nacionalización Petrolera de 1975, el gobierno de Hugo Chávez y la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, se encargaron de darle a la misma rango constitucional, no solo al establecer en el artículo 113 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que la explotación de los recursos naturales puede ser otorgada en concesión, norma ésta que según la disposición transitoria décimo octava de la carta magna, priva sobre el artículo 302 eiusdem, según el cual el Estado se reserva la actividad petrolera, sino, y lo que es peor aún, al permitir en su artículo 303 la venta de las empresas filiales de PDVSA.
Con este nuevo marco jurídico – constitucional, el proceso privatizador de la actividad petrolera tiende a profundizarse, ya no bajo la figura de “asociaciones estratégicas”, como en la apertura petrolera del gobierno calderista, sino que ahora es totalmente posible volver a la figura de las concesiones y de la venta directa de nuestra empresa petrolera.
La privatización petrolera, produce un severo efecto negativo en la renta que el Estado Venezolano percibe de tal actividad, más aún cuando la globalización y el neoliberalismo liberan absolutamente a las empresas multinacionales de las obligaciones impositivas.
Indudablemente, que la disminución de los ingresos petroleros agrava drásticamente la situación socio – económica de las inmensas mayorías populares. Los servicios de salud, educación, vivienda, justicia, electricidad, transporte, agua potable; y las necesidades de alimentación, vestido, medicina, etc., serán prácticamente insatisfechas. A esto hay que agregarle la congelación de sueldos y salarios.
Además, los grandes grupos económicos nacionales (entre ellos la Organización Cisneros y el Grupo Polar ) que han crecido incalculablemente gracias al privilegiado disfrute que han hecho de gran parte del ingreso petrolero nacional, verán reducida tan importante actividad lucrativa.
Esta situación ha colocado a dichos grupos en la disyuntiva de tener que pelear por el efectivo y seguro control de la cada vez más exigua renta petrolera del Estado Venezolano, y es esta la razón de la grave crisis política que vive actualmente la sociedad venezolana.
Oposición y el sector hegemónico oficialista y sus respectivos grupos económicos, ambos neoliberales y recolonizadores, no pueden convivir pacíficamente como años atrás, por un motivo muy concreto: en virtud del proceso privatizador la renta petrolera no alcanza para todos, particularmente por el alto costo del servicio de la deuda.
De allí la cruenta confrontación que protagonizan las dos corrientes del neoliberalismo venezolano. Esta crisis política, a pesar de ser generada por el señalado proceso recolonizador que recorre al mundo, no tiene la característica de ser un enfrentamiento entre la globalización y la emancipación, ya que cualquiera de las dos corrientes que triunfe asumirá la política petrolera privatizadora a favor de la fuerza de la recolonización, y en general todo el modelo económico neoliberal expresado en la constitución de 1999, que consagra la privatización de la seguridad social (artículo 86), la privatización de la salud, educación, vivienda y en general de todos los servicios públicos y de la explotación de todos los recursos naturales (artículo 113), la eliminación del privilegio de los campesinos para la obtención de tierras (artículo 307); el libre mercado como principio económico (artículo 299), etc.
CARACTERÍSTICAS DE LA ACTUAL CRISIS POLÍTICA
El conflicto entre la Coordinadora Democrática y el Gobierno Nacional, presenta, de ambos lados, características muy alejadas de las grandes gestas patrióticas populares libradas por el pueblo venezolano.
Durante la resistencia indígena a la colonización europea, la guerra de independencia, la guerra federal, el 23 de enero de 1958, el carupanazo, el
porteñazo, la guerrilla de los años 60, el 27 de febrero de 1989, etc., cada
acción social o militar, o cívico – militar, significó un enfrentamiento directo
con los factores de poder enemigos.
El pueblo indígena libró heroicas batallas contra el ejército invasor europeo. Simón Bolívar, Sucre, Miranda, Urdaneta, Piar, etc., conformaron abiertamente a la Corona Española, protagonizando durante 30 años una férrea guerra contra su ejército.
Ezequiel Zamora fue directamente a las haciendas de los latifundistas y terratenientes que acaparaban la tierra en perjuicio de los campesinos pobres.
De igual manera actuaron los protagonistas de los otros episodio históricos señalados.
Hoy, por primera vez, presenciamos un movimiento “por la democracia y la libertad” que arremete vulgarmente contra los intereses de la nación y el pueblo venezolano, a la par que evita una confrontación directa con su enemigo.
Sólo en el terreno de una multimillonaria publicidad, Chávez constituye el objeto directo de su accionar social y militar, mientras que Miraflores, muy a pesar de ser el objetivo deseado, nunca ha estado realmente en la agenda de su “batalla por la libertad”, aunque en diversas oportunidades han realizados multitudinarias movilizaciones de calles con el apoyo de los cuerpos armados de la Gobernación del Estado Miranda y de los Municipios Metropolitano, Chacao, Baruta, etc.
Aquí apreciamos una notable diferencia con el 13 de abril del año 2002, cuando las barriadas caraqueñas y los militares patriotas actuando contra el alto mando militar que 48 horas antes había derrocado a Chávez, desalojó ipso facto del Palacio de Gobierno a Pedro Carmona Estanga, derrotando al nacer la tendencia fascista de la derecha venezolana.
Muy al contrario, la Organización Cisneros, el Grupo Polar, Alberto Federico Ravel, Gente del Petróleo, FEDECAMARAS, La CTV, Primero Justicia, AD, COPEI, La causa R, Bandera Roja, etc., prefirieron acaparar los alimentos de la cesta básica (leche, harina pan, pasta, etc.) y sabotear criminalmente nuestra industria petrolera, inclusive incurriendo en daños ecológicos, para de esa manera poder hilvanar una ofensiva política contra el actual régimen.
Otra notoria diferencia entre el actual movimiento oposicionista, aglutinado en la Coordinadora Democrática, y los procesos históricos ya señalados, es que desde la resistencia indígena a la conquista europea, hasta el 27 de noviembre de 1992, se mantuvieron en alto las banderas de la liberación nacional.
Históricamente el pueblo venezolano ha rechazado heroicamente todo intento de cualquier potencia extranjera por violar nuestra soberanía territorial, política, militar y económica. Guaicaipuro y Bolívar, ambos antiimperialistas, son nuestro mayor orgullo.
Por el contrario, en la presente confrontación entre el Gobierno Nacional y la Coordinadora Democrática, ambos sectores claman por la intervención de fuerzas extranjeras. Constantemente, tanto representantes del Gobierno como de la oposición se dirigen a Washington para rogar por la aplicación en nuestro país de la Carta Democrática Interamericana.
Este instrumento jurídico dictado por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en Lima – Perú, el 11 de septiembre de 2001, legaliza y enmascara la política exterior invasora de Estados Unidos.
En su artículo 20 establece, que cuando se produzca “la alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático” en un Estado miembro de la OEA, el Secretario General de esa organización internacional u otro Estado miembro de ella “podrá solicitar la convocatoria inmediata del consejo permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime convenientes.”
De tal manera, que queda en manos de dicha instancia internacional, controlada absolutamente por Estados Unidos, adoptar las decisiones que estime conveniente para “resolver” la crisis política venezolana.
Indudablemente, que Estados Unidos puede considerar “conveniente” intervenir militarmente a Venezuela, instalar bases militares en nuestro territorio, controlar nuestros yacimientos petroleros, atentar contra los derechos humanos de la población venezolana, etc.
La Coordinadora Democrática y el gobierno del Presidente Chávez, están dispuestos, cada uno por su lado, a convalidar semejante violación de la soberanía venezolana, a cambio de ser considerados por Estados Unidos como los representantes de la “constitucionalidad y la democracia”, y en tal sentido permitirles ejercer el gobierno en Venezuela, eso si, con estricto acatamiento a las “decisiones convenientes” tomadas por el Consejo General de la OEA.
Es necesario destacar que ambos sectores ofrecen todo nuestro petróleo y la importancia geopolítica del país, a cambio de ser ellos los escogidos por la OEA para gobernar, en las condiciones ya señaladas, a Venezuela.
En este sentido es importante señalar que el gobierno de Chávez, suscribe un pacto con Estados Unidos para suministrarle ininterrumpidamente durante veinte años, elevadas cantidades de hidrocarburos. Además, acaba de otorgar en concesión a cuatro empresas multinacionales, la explotación de importantes yacimientos de gas en el Estado Sucre.
LA ETICA MILITAR DE LA OPOSICIÓN
En este aspecto, la conducta del movimiento “por la democracia y la libertad”, ha denotado orientaciones fascistas, incurriendo en hechos que mas que acciones militares constituyen verdaderos asesinatos a sangre fria. Las masacres del 11 de abril y de la Plaza Francia, ambas atribuibles a la conspiración militar de derecha encabezada por los Generales Enrique Medina Gómez, Néstor González González y Carlos Alfonso Martínez, resultan la antitesis de nuestro glorioso pasado militar.
La guerra de independencia que Ezequiel Zamora desarrolló durante la guerra federal, aún son estudiadas en las academias europeas. Los guerrilleros de los años 60, con toda valentía y las armas en las manos, intentaron tomar “el cielo por asalto”.
De tal manera, que la ética de los militares de la Plaza Altamira, se distancia enormemente de la dignidad de todos nuestros genios militares y en general de la dignidad del pueblo venezolano.
CONFRONTACIÓN NECESARIA: EMANCIPACIÓN vs GLOBALIZACIÓN
Como ya lo dijimos, la lucha Política entre la Coordinadora Democrática y el gobierno del Presidente Chávez, constituye un enfrentamiento entre dos corrientes del neoliberalismo y la globalización, por lo tanto los intereses sociales, económicos, culturales y políticos de las inmensas mayorías nacionales, y la dignidad y soberanía de la patria venezolana, no se encuentran representados en ninguno de los sectores mencionados.
Amplios sectores populares que siguen al Presidente Chávez se mantienen confundidos en cuanto al verdadero carácter del “proceso” por él liderato. Entre ellos sigue siendo firme la creencia que ciertamente es antineoliberal, antiglobalizador y que conduce una autentica revolución popular, aún cuando sus ejecutorias, como lo son la Constitución de 1.999, la continuidad de la política petrolera privatizadora, el apego a la carta democrática interamericana, el apoyo al Plan Colombia y al ALCA, la política impositiva que afecta la economía de los sectores populares, demuestran todo lo contrario.
La referida confusión evita que esos sectores populares enfrenten realmente a las fuerzas recolonizadoras que atentan contra derechos sociales y económicos de la población y contra la soberanía de la República. En ese sentido es necesario hacer un llamado a los Círculos Bolivarianos, a los sectores patrióticos de las Fuerzas Armadas y al movimiento popular en general, en cuanto a la necesidad de generar un amplio movimiento cívico – militar que enfrente a las fuerzas recolonizadoras y a sus aliados venezolanos, representados tanto en la Coordinadora Democrática como en el gobierno de Hugo Chávez.
Sólo con la consolidación de este movimiento popular, nacionalista y antifascista, surgiría en venezuela una poderosa confrontación a la globalización y al neoliberalismo, y a la vez evitaría la instauración en Venezuela de una dictadura de derecha pro norteamericana, que indudablemente aplastaría al movimiento popular en nuestro país.
Este movimiento emancipatorio, retomaría con fuerza el proceso constituyente originario, iniciado el 27 de febrero de 1.989 y protagonizaría trascendentales hechos sociales y militares en defensa de nuestra industria petrolera y de todos los recursos naturales propiedad de los venezolanos, así como en defensa de los derechos sociales y económicos del pueblo en general.
EL CONFLICTO EEUU. IRAQ Y LA SITUACIÓN VENEZOLANA
La decisión del gobierno de Bush de asumir el control, no solo político y militar, sino inclusive territorial de los países petroleros, lo ha llevado a declarar la guerra, a todas las naciones productoras de hidrocarburos. Sus objetivos inmediatos son Iraq y Venezuela.
Sin embargo, la declaración de guerra de Iraq es inmediata e inminente, lo que obliga a la potencia norteamericana a pacificar la situación política en nuestro país, mientras desarrolla la guerra contra el señalado país árabe. Esta situación indica que la oposición venezolana deberá aceptar una negociación con el gobierno de Chávez, de claro carácter electoral, que se mantendrá hasta tanto
concluya la guerra contra Iraq, momento en el cual se definirá desde la perspectiva norteamericana el conflicto oposición gobierno.
Momento para el cual debe haber surgido con fuerza un movimiento cívico – militar – religioso, de contenido nacionalista, popular y patriótico que defienda la soberanía de la República venezolana y los derechos de su población.
POR UNA CONSTITUYENTE ORIGINARIA Y POPULAR !!
RESISTENCIA POPULAR Y PATRIOTICA A LA RECOLONIZACIÓN!!
LUCHAR HASTA VENCER!!
Douglas Bravo, Francisco Prada, Enrique Contreras, Rosa Pérez, Enrique González, Gustavo Martinez, Oscar Montilla, Laura Pérez……….
PRV - TERCER CAMINO
Caracas, 30/01/03
tercercamino@hotmail.com
Declaración nacional: PROYECTO UTOPIA TERCER CAMINO - VENEZUELA
——————————————————————————–
INVOQUEMOS EL VUELO DE LOS PÁJAROS EN ESTE TIEMPO DE RETOS Y DESAFÍOS
Si los libertadores y las muchedumbres mestizas que protagonizaron la gesta de la independencia, despertaran de sus santos lugares, seguramente enarbolarían de nuevo sus banderas para proseguir la marcha hasta la emancipación definitiva de la América meridional. A más de ciento cincuenta años de la independencia, el sistema capitalista, explorador y generador de pobreza y miseria, se ha afianzado en nuestros territorios. La historia pone en evidencia que las Repúblicas que nacieron de ese proceso no han sido ni serán el mejor sistema de vida para nuestras comunidades porque con ellas se nos ha sometido a los mecanismos internacionales de dominación y opresión, controlados hoy por los Estados Unidos y las empresas transnacionales.
En nuestro país y en todos los pueblos de Latinoamérica, vivimos en crisis sucesivas, crónicas, eternas, insoportables. En lo que fue nuestra tierra de amor y gracia, ahora campea la destrucción ambiental, material y espiritual; la pobreza crítica, el desalojo de campesinos e indígenas de sus territorios ancestrales para favorecer a empresas capitalistas agrícolas y mineras, destructoras de nuestros suelos. Nos han impuesto las privatizaciones de los servicios fundamentales de salud, educación, vivienda, comunicación; deudas externas impagables que los gobiernos se empeñan en pagar sumergiéndonos en la ruina financiera que imposibilita la implementación eficaz de políticas y planes de desarrollo alternativos de nuestras comunidades. En definitiva, la brecha entre pobres y ricos se ha hecho más práctica y odiosa, la soberanía ha desaparecido a causa de convenios y tratados indignos, la política se ha convertido en un torneo asqueroso de mercaderes sin escrúpulos y el desarrollo es un espejismo que convierte a unos en idiotas encantados y a otros en excluidos sociales. Todo ello ha ocurrido y ocurre bajo los auspicios de los sistemas republicanos de democracia representativa que hemos tenido. Estamos en la Quinta República, y el rostro del capitalismo globalizado (las trasnacionales saqueadoras y sus agente corruptos y negociadores de la soberanía popular) nos sigue mostrando su desdeñosa mueca de vampiro.
La posibilidad de un verdadero cambio revolucionario en Venezuela se inició con la rebelión popular del 27 de febrero de 1989 porque produjo la deslegitimación definitiva del poder constituido junto a sus viejos partidos políticos, creó las bases de nuevas formas de lucha y de organización del pueblo, conmocionó a las Fuerzas Armadas Nacionales generando los dos alzamientos de la oficialidad patriótica. En fin, ese HECHO DE FUERZA POPULAR SOBERANA no fue otra cosa sino la CONSTITUYENTE ORIGINARIA que abrió un nuevo ciclo histórico, inédito, que aún no ha concluido. Lamentablemente, el comandante Hugo Chávez aprovecha esta circunstancia de manera muy hábil para desviarla electoralmente, llegar al poder y convertirse en el nuevo representante del capitalismo.
En el momento del ascenso de Hugo Chávez hacia el poder, cuatro voces se dibujan en el panorama político venezolano: la del viejo liderazgo adeco-copeyano que se esfuerza por destruirlo; la de densos sectores del pueblo que lo quieren como patriota y revolucionario; la de las trasnacionales norteamericanas y el embajador yanqui que lo aprecian como el nuevo líder útil a los planes del capitalismo globalizante; y la de los revolucionarios que lo visualizamos como un hombre desviado de su compromiso inicial y en caminado hacia la tracción. Hoy, los hechos son más poderosos que las ilusiones. La gran labor de Hugo Chávez ha sido desviar el proceso constituyente originario hacia una constituyente derivada para relegitimar el viejo poder constituido, lo cual resulta dramático y terrible, pues, sin violencia, ni lucha, se viene modificando la estructura del capitalismo estatal venezolano, rentista y populista, hacia un capitalismo globalizado, trasnacional. La política económica de Hugo Chávez es una profundización de los planes iniciados por Carlos Andrés Pérez y aplicados por Caldera. Pero, más allá de una simple continuidad, se trata de una decisión firme para instaurar la globalización capitalista en nombre de la revolución, utilizando para ello las energías, el ánimo, la generosidad y la inocencia del movimiento popular.
El nuevo Presidente de la República, lejos de fortalecer la organización y el poder real del pueblo, repite la vieja política betancourista al fortalecer el MVR, convirtiéndolo en un partido igual o peor que Acción Democrática y COPEI, desmonta las iniciativas populares y convoca al referendo para una Constituyente derivada, cuya base comicial 8 establece el respeto de todos los convenios y acuerdos internacionales celebrados por el Estado venezolano, “pequeño detalle” a través del cual se consagran “las nuevas cadenas jurídicas de la globalización”, es decir, aquellos acuerdos y convenios firmados por Caldera que, por lesionar la soberanía del país, habían sido impugnados ante la Corte Suprema de Justicia para su nulidad. Esta jugada habilidosa le permite al Comandante mantener su imagen frente al pueblo y sellar el nuevo pacto de la dominación que ata por completo nuestro país a los designios del capitalismo trasnacional globalizado. Por esa razón, y no por otra, la mal llamada revolución bolivariana no termina de cuajar ni convencer, sino que se ha convertido en un nuevo semillero de frustración y tristeza ya que murió al nacer porque ha desconocido y se ha divorciado de su fuente primordial como lo es la Constituyente Originaria surgida de la rebelión del 27 de febrero del 89. En cambio, persisten y florecen alrededor y en el seno mismo del Presidente, la corrupción, las componendas y demás latres del viejo poder.
Ese nuevo pacto con las trasnacionales y los Estados Unidos es la razón por la cual el gobierno no rechaza firmemente el Plan Colombia ni el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA); sino que ha comprometido la firma de nuestro país en ambos planes. El Plan Colombia es el componente militar de un vasto proyecto para la recolonización de América Latina que significa no solamente enfrentar a la guerrilla colombiana y, supuestamente, al narcotráfico, sino la implantación de bases militares norteamericanas para asegurarse el aprovechamiento del petróleo, la explotación del carbón en toda la sierra de Perijá y la apropiación de las reservas de oxigeno y agua de la Amazonia. Dentro de esta perspectiva se viene transformando al ejército colombiano en una fuerza militar desnacionalizada con más de 350 mil hombres preparados técnica y militarmente para ejecutar servilmente los planes de exterminio y dominación dirigidos por el Departamento de Estado. Asimismo, el ALCA es el instrumento económico con el que se pretende convertir el conjunto de naciones latinoamericanas en un solo mercado libre, bajo el dominio absoluto de las grandes corporaciones de Estados Unidos. La consecuencia inmediata de estos planes imperialistas es la eliminación de todos los sistemas subregionales de integración de las burguesías locales (Comunidad Andina, MERCOSUR), pues a los poderosos no les interesa mantener vivas las esperanzas de los socios menores. Igualmente, el ALCA generaría lo que muchos especialistas han llamado la africanización de las condiciones de vida de nuestros pueblos. De tal manera que estamos en presencia de un avance económico, político y militar del nuevo plan de denominación del viejo imperio Yanki, frente al cual el Presidente Chávez se doblega y acepta, aunque en algunos momentos su discurso siga cargado de aparente patriotismo que en verdad es retórica endeble, incoherente, tremendista y populachera.
Nuestra denuncia no puede ser confundida como un juego al puntofijismo, sino entendida como una clara, inequívoca y firme posición revolucionaria, sostenida a lo largo de toda una trayectoria de lucha irreductible al lado del pueblo y por la soberanía de la patria.
El puntofijismo ya no existe. Lo liquidó el pueblo con la rebelión de febrero-89 y los alzamientos militares del 92. Hoy, el enemigo principal, fundamental, irreconciliable, de nuestro pueblo y de todos los pueblos del mundo, es la globalización capitalista trasnacional. Y eso no es una abstracción ni un anacronismo, sino una realidad concreta que se manifiesta en leyes, decretos, inversiones, privatizaciones, desalojos, apropiaciones de territorios, bases militares, créditos que incrementan las deudas, tendidos eléctricos que alteran y destruyen el ambiente y las culturas autóctonas, tecnologías destructivas, pobreza crítica, etc., etc., que nuestro Presidente no se atreve a enfrentar, apoyándose en las fuerzas y los poderes creadores del pueblo, sino que favorece con una política de relegitimación del sistema dominante del en nombre de la revolución bolivariana o del llamado “proceso” que es un término encubridor, pues, lo fundamental son los contenidos del proceso y no el proceso como abstracción. La política se mide por los resultados y por eso la mejor palabra es la conducta. Nosotros no jugamos tampoco a la derrota de Chávez como persona. Estamos y arriesgamos nuestras vidas por el triunfo del pueblo, de los oprimidos y excluidos.
Vivimos un tiempo de dilemas y encrucijadas en donde dos revoluciones posibles se disputan los espacios y la continuidad de la historia. Una es la revolución del capitalismo, fundada en la supremacía de la tecnología y el mercado, de las telecomunicaciones y la competitividad que masifican, mediatizan y anulan al hombre en su inteligencia y sensibilidad al convertirlo en un simple objeto consumista o en pieza del megasistema. Para esta revolución la máquina y la empresa tienen más valor que la persona. La otra es la revolución alternativa y emancipadora, fundada en la supremacía de la condición humana y la dignidad de la persona, capaz de inventar nuevas tecnologías no contaminantes, no centralizadas ni destructoras, recuperar la armonía con la naturaleza y la convivencialidad basada en firmes relaciones de igualdad y soberanía. Esta revolución si tiene que enfrentar a los capitalistas explotadores, eliminar ese sistema de organización y producción de la sociedad porque es la única forma de acabar con la pobreza. Esta revolución alternativa ya está presente en la lucha del pueblo indígena zapatista de México, en los levantamientos de los campesinos sin tierra de Brasil, Ecuador, Bolivia. En la nueva psicología y espiritualidad de la mayoría de nuestros pueblos, en los intelectuales sensibles y honestos y en la disposición de militares y religiosos identificados con la mejor tradición moral, libertadora y revolucionaria de nuestro continente.
La revolución alternativa es la confrontación de los valores de la civilización capitalista occidental y los valores de la nueva civilización fundada en el rescate del contenido poético de la vida y el rescate de nuestro pasado histórico-cultural donde la visión indígena de armonía cósmica constituye la base de una sensibilidad que nos permite cuidar la vida para seguir viviendo. Es de allí, precisamente, de donde ha surgido la verdadera resistencia a la globalización. La primera clarinada la dio el glorioso pueblo de Venezuela con el alzamiento popular del 27 de febrero del 89 cuando se inició el liberalismo económico con Carlos Andrés Pérez. Luego vino el alzamiento zapatista el 1 de enero del 94 como respuesta inmediata a los acuerdos globalizadores de las burguesías mexicana, estadounidense y canadiense. Ese es el verdadero proceso que han emprendido nuestros pueblos. No ser consecuente con eso es transitar los derroteros de la traición y la estafa ideológica y política.
Estas reflexiones representan una reafirmación de un proyecto, un alerta más cerca del devenir, una confesión pública de amor a la revolución y al pueblo ante los desvíos y agravios de un caudillo embaucador. Queremos y aspiramos que la frustración no queme las esperanzas, sino que abra vuelo de los pájaros en este tiempo de retos y desafíos.
¡¡ EL CAPITALISMO GLOBALIZADO ES TU ENEMIGO. CÓMBATELO ¡!
¡¡ EL PLAN COLOMBIA Y EL ALCA SON IMPOSICIONES GRINGAS. RECHÁZALAS ¡!
¡¡EL PROCESO DE LA V REPÚBLICA ES EL REACOMODO DEL VIEJO CAPITALISMO ¡!
¡¡ LA REVOLUCIÓN VERDADERA LA HACEN LAS COMUNIDADES ORGANIZADAS ¡!
¡¡ LUCHAR HASTA VENCER ¡!
Mérida. Julio 2001