Puno soportó otro día de violencia. Policías y estudiantes de la Universidad Nacional del Altiplano (UNA) se enfrentaron durante seis horas en diversos sectores de la ciudad dejando un saldo de 9 heridos -entre ellos dos niños menores de dos años- y millonarios daños materiales.
Los enfrentamientos empezaron poco después de las 9 de la mañana cuando unos tres mil alumnos se concentraron en la puerta principal de la UNA, ubicada en el norte de la ciudad, donde incendiaron una camioneta.
Alertada por los vecinos la policía llegó al lugar y lanzó bombas lacrimógenas a discreción contra los alumnos que, en una rápida reacción, dispararon una lluvia de piedras contra sus atacantes haciéndolos huir del lugar.
Luego los estudiantes, que en la víspera se declararon en huelga para exigir la reorganización de la universidad, empezaron a marchar hacia el centro de Puno siendo repelidos en la avenida El Sol donde se desató una verdadera batalla campal entre los manifestantes y los policías que nuevamente lanzaron bombas lacrimógenas, varias de las cuales cayeron en el interior de las viviendas.
Aquí resultaron heridos dos alumno cuyo diagnóstico reviste gravedad. A Feliciano Apaza le cayó una bomba lacrimógena en el rostro y a Plinio Carrillo otra bomba lacrimógena le impactó en la cabeza. Otros seis alumnos, así como un policía, resultaron heridos, aunque de menor gravedad.
El último enfrentamiento ocurrió a las 3 de la tarde frente al rectorado de la universidad.
La Compañía de Bomberos informó que socorrió a más de 150 personas, con síntomas de asfixia por inhalación de gases lacrimógenos. Dos niños, uno de cuatro meses de nacido y otro de un año y medio de edad son los más afectados, dijo.