LOS ROM (GITANOS) DE CHILE EN VOZ ALTA: REFLEXIONES ÍNTIMAS SOBRE EL RACISMO Y LA DISCRIMINACIÓN. Adiciona notas sobre el pueblo Rom en el continente

15.Feb.05    Análisis y Noticias

GINO TODOROVICH LAVALOVICH
viamultiple@hotmail.com
Tomado de Indymedia Santiago

Documento de valor testimonial en el cual un Rom de Chile reflexiona sobre las manera como la sociedad mayoritaria permanentemente esgrime actitudes abiertamente racistas y xenobóficas contra su pueblo.

Saludando afectuosamente a todos los presentes y compartiendo los propósitos que nos reúnen, permítanme presentarme:

Mi nombre es Gino Todorovich Lavalovich, algunos me conocen como Gino “El Gitano”. Hago parte de la delegación del Foro(Pueblo) Romanó de Chile, cuya organización comienza hoy aquí sus primeros pasos hacia la visibilidad:

Quisiera comenzar relatándoles una vivencia personal, la que ocurrió el año 1996, no era Tiempo de Gitanos en Chile, ni estaba la teleserie Romané:

Desde hace ya una década soy Director Artístico General del show periférico para la Teletón del área Metropolitana, Zona Sur de la ciudad de Santiago de Chile, Provincia del Maipo. Fue en uno de estos espectáculos el cual dirigía, y encontrándome en el curso del evento, en la Comuna de San Bernardo, ante un monumental escenario ubicado al aire libre, en el frontis del edificio de la Gobernación del Maipo, colindante a la Plaza de Armas, cuando algunos de mis asistentes se acercaron para avisarme que en el recinto estaba ocurriendo un hecho inesperado.

En medio de esa confusión, una de las personas a cargo de la Seguridad Civil de la Gobernación se acerca para decirme en un tono malhumorado – “ Don Gino, detrás de las barras papales”- esas que se instalan ante el escenario por motivos de seguridad, - “ ¡Hay un grupo de tres, cuatro gitanas que insisten en querer entrar al recinto y sentarse en las sillas reservadas para los invitados y las autoridades!”

Lo escucho atentamente y antes que pueda intervenir el hombre agrega:

– “Estas gitanas insisten en que fueron invitadas por usted, y por si fuera poco, ¡me quieren meter el cuento de que son sus parientes! ¡Oiga, una de ellas asegura que es su esposa!. Don Gino, ¡yo no las puedo dejar pasar si no tienen una invitación!”.

Hasta aquí el acometido de este joven Policía Civil, en cabal cumplimiento de sus funciones, era comprensible. Estaba en lo correcto el hombre. A lo más su actitud podía tratarse de “celo profesional”. Sin embargo, es justo al momento en que éste resbala pisando una cáscara de plátano, cuando el hecho toma un nuevo giro, pues levantándose del piso me dice:

–“ Voy a llamar a Seguridad y voy a ordenar que se las lleven detenidas. No puedo soportar que unas inmundas gitanas, hediondas y mentirosas, quieran hacerme creer que tengo cara de imbécil y que son parientes suyas!”

Antes que pueda responderle agrega:

“¡Púchas Don Gino, más encima una de estas asquerosas gitanas me está diciendo que es la esposa del Director! ”

En tanto, “el grupo de gitanas”, apretujadas contra las barras papales y ya al verme gritan:

¡Bré Gino o gayó gabá ní mukénamen tedén andré!

“¡Ya pues Gino, queremos entrar de una vez y este gayó no nos deja!”

Una vez repuesto de la caída y encaminándose al cumplimiento de lo que sentía como su deber exclama irónicamente:

“¡Me lo imagino a usted Don Gino casado con una gitana! ¡Hay que tener estómago para eso! Pero no se preocupe, ahora mismo hago que las metan presas.”

Recuero el asombro de aquél hombre , cuando conteniendo la rabia y en tono pausado pude decirle:

“Ellas son mis invitadas. Aquellas gitanas inmundas y hediondas - como usted las llama, son mis sobrinas. Aquella señora, no dice ser mi esposa para hacerlo pasar por imbécil. Ella es mi esposa.”

Una historia como esta es bastante más larga, en realidad. Mi intención no es agotarlos ni menos caer en el victimismo. El verdadero propósito es que ella nos sirva para reflexionar algunos puntos.

Oficialmente, y hasta ahora, la presencia de los Rom (Gitanos) en Chile se remonta al año 1890. Sin embargo, los primeros registros aparecen en El Mercurio de Valparaíso, con fecha 26 de Enero de 1914, en la página 15. En ella bajo el Título “Los Gitanos, siempre los Gitanos” se lee en cita textual la conveniencia de “impedir la entrada al territorio nacional de semejante gente”.

Ya en 1920, un grupo de familias Rom abre el paso de Mendoza a Santiago, en un hecho pionero que les valió recibir entonces, carta de ciudadanía chilena, y en un acto simbólico les fue entregada una réplica de la bandera nacional de Chile.

Ha transcurrido más de un siglo desde que nuestros tatarabuelos llegaran huyendo de persecuciones y guerras. A lo menos, cuatro a cinco generaciones de nuestro Pueblo, han crecido en esta tierra, contribuyendo desde sus pequeñas y anónimas historias, el ir también haciendo historia en Chile, país del cual también somos parte, aunque algunas veces se nos siga tildando de “apátridas” y “extranjeros”.

Durante esta larga permanencia los hombres hemos tenido por compañía permanente los estereotipos de “flojos”, “sucios”, “ladrones” y “estafadores”. “Sucias”, “hediondas”, asquerosas”, “ladronas” – entre otros insultos, no menos violentos, para las mujeres. Esta violencia persiste y no son hechos aislados.

Ante esto los Rom (Gitanos) de Chile, encontramos en la invisibilidad un refugio, pero también una forma de defensa ante la hostilidad y la exclusión. “No nos metemos con ellos, los gayó, los no-gitanos, pero tampoco queremos que ellos se metan con nosotros”, era una frase que escuchábamos y aun hoy escuchamos decir a más de un familiar nuestro.

Pero una cosa es la velación adoptada y otra la invisibilidad impuesta. Gracias a los hermanos de la PROROM de Colombia hemos ido conociendo aquellas historias no oficiales que desmienten la asignación mañosa que se nos ha dado de Pueblo advenedizo y citadino en este continente. Quienes aun así lo crean, pueden revisar las “Pragmáticas”, de Fernando VI y de Carlos III, ordenanzas cuyos imperativos involucraban la renuncia a la lengua, la vestimenta y a un estilo de vida considerado como “el más perdido en toda la república”.

Entonces fue la asimilación forzada para lograr la integración de estos “inobedientes” como súbditos productivos de la Corona. Reclusión, envío a las galeras, corte de orejas, sello en la espalda y muerte fueron los castigos de la época. Niñas y niños, traídos a suelo americano arrancados de sus familias para lograr “el exterminio de la raza”.

Pensamos que toda reflexión y debate en torno a prácticas intolerantes, racistas y/o discriminatorias debe incorporar tanto sus expresiones cotidianas, vivenciales, como también aquellas que se encubren bajo el maquillaje de la institucionalidad y la legalidad, sea esto por acción u omisión. Las velaciones históricas hacen también parte de este maquillaje, y las situaciones discriminatorias reaparecen en nuevos contextos bajo nuevos rostros y formas.

Somos una nueva generación de Rom (Gitanos) que continuamos habitando en Chile. Están también nuestros hijos, generaciones del mañana. No queremos para ellos la sobrevivencia, queremos la vida plena, como ciudadanos con deberes, pero también con derechos.

Nuestro Pueblo es un Pueblo pacífico, que por su propia historia ha aprendido a convivir en la diversidad, en la diferencia. Quienes estamos aquí, no nos arrogamos la representatividad de todos los Rom (Gitanos) de Chile, eso sería ilusorio y un abuso de confianza. Sí creemos que con nuestra presencia y participación activa, estamos dando un primer paso para superar posturas discriminatorias que no deben ser hechas ni con los Rom(Gitanos), ni con los gayó o sea los no –gitanos, dicho en lengua romané, ni con los hermanos mapuches, aymaras, rapanui, ni con los afrodescendientes, ni con los hermanos peruanos, ni con ser alguno.

En verdad pensamos que esto no puede ser hecho por el ser humano contra el ser humano. En nuestro espíritu de libertad, de amor y alegría por la vida que se nos regala cada día se encierran valores y saberes acuñados por la milenaria tradición de nuestro Pueblo. Desde aquí pensamos que podemos aportar de manera constructiva y creativa a la sociedad de la cual también hacemos parte.

Somos un Pueblo que vive aun de su memoria. Venimos de una tradición muy, muy antigua. Los Rom de Chile precisamos de espacios para incorporarnos socialmente en el respeto a nuestras especificidades culturales.

A todos ustedes queremos manifestarles que es por eso que estamos aquí, porque tenemos la disposición y la voluntad de comenzar a construir esos espacios.

Muchas Gracias.

* Rom de Chile. Portavoz del Foro Romanó de Chile

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MARGINALIDAD Y DISCRIMINACIÓN SOCIOCULTURAL EN CHILE:
EL CASO DE LAS COMUNIDADES GITANAS EN NUESTRO PAÍS

Por
VIELKA ARAYA PLAZA
ROXANA TORO BARIENTOS(*)

El siguiente documento está referido al contexto sociocultural de discriminación y marginalidad que actualmente viven las comunidades gitanas en nuestro país y, de manera particular, las nómadas. La presentación se dirige y enmarca ante una solicitud de audiencia presentada al Señor Senador de la República, Don Carlos Ominami y ha sido elaborado por las profesionales Sra.Vielka Araya Plaza, Educadora de Párvulos y Sra. Roxana Toro Barrientos, Antropóloga Social.

Por medio de él, pretendemos informarle en líneas generales sobre el tema y a la vez solicitar una audiencia, que cuente con la presencia de representantes de las comunidades gitanas y quienes suscriben este documento, a fin de que este sea referido por las propias personas afectadas y elucidar, de manera conjunta, algunas alternativas posibles de acción.

Introducción
En Chile la diversidad cultural se manifiesta no sólo a través de los grupos étnicos considerados como originarios, sino que ella se ve enriquecida por grupos diversos quienes, desde hace siglos, habitan entre nosotros. De entre ellos la comunidad gitana en su conjunto comprendería aproximadamente entre unas 5.000 a 8.000 personas, aun cuando se trata de cifras extraoficiales, manejadas por el Ministerio del Interior ya que no existe un censo oficial al respecto.

En líneas generales la población gitana actualmente existente podría ser agrupada en tres categorías con el propósito de dar cuenta de su ubicación social y de los diferentes procesos y situaciones en que se encuentran:

Gitanos relativamente integrados pero con una situación socioeconómica que les ha permitido el acceso a bienes y servicios públicos, con un grado menor de dificultades pero muchas veces velando su identidad para tales efectos.

Gitanos con acceso a viviendas sin embargo con crecientes dificultades para constituirse como ciudadanos de pleno derecho como por ej. en materias de salud y educación dado el desconocimiento que viene aparejada con una larga historia de discriminación y prejuicios. Se trata de quienes habitan en sectores de la capital como Gran Avenida, Conchalí y en regiones del Sur o Norte del país. Se trata de un grupo numeroso, afectado por crecientes procesos de transformación sociocultural buscando vías alternativas de incorporación social, pero bajo riesgos de exclusión al no contar con el apoyo directo de autoridades pertinentes, dentro de una sociedad mayoritaria que desconoce sus particularismos históricos y culturales.

Debe considerarse también la incorporación de familias gitanas provenientes de otras latitudes en condición de refugiados e inmigrantes producto de las grandes transformaciones geopolíticas en Europa y de los recientes conflictos bélicos.

Gitanos segregados en sectores periféricos o en localidades como Quilpué y Villa Alemana, quienes padecen con mayor rigor situaciones de extrema pobreza exclusión social y marginalidad.

Con relación a estos últimos, se cuenta apenas con un conocimiento vago y superficial por parte de variados sectores de nuestra comunidad nacional, especialmente de los estamentos e instituciones de Estado a quienes compete intervenir sobre problemáticas sociales de gran complejidad, como es el caso, vale decir Gobierno Central, Gobiernos Regionales, Ministerios Públicos, y Municipios.

Cada cierto tiempo podemos observar en las cercanías de los centros urbanos de ciudades y pueblos de nuestro país, la presencia de comunidades nómadas que se encuentran al margen de nuestra sociedad, debido a su estado de marginalidad étnica y social. Esto ante la imposibilidad de participar socialmente a través del “mercado de oportunidades” que benefician a la sociedad mayor, ya sea en el ámbito laboral como en el educacional y/o atención de salud. Esto nos lleva a plantear la urgente necesidad de generar un proceso de integración “intercultural” entre la cultura gitana y la sociedad chilena, para lo cual consideramos proponer algunos de los factores facilitadores y obstaculizadores presentes en un proceso de tal envergadura.

Uno de los factores que dificulta las posibilidades de actuar sobre este problema en nuestro país, es el notable vacío en materia de estudios académicos sobre el tema donde las investigaciones que se registran son escasas en materia de investigación y conocimiento sobre la cultura gitana y sus procesos de transformación social, situación que ha impedido tener una visión más acabada sobre el estado general del Pueblo Rom en su conjunto (calidad reconocida en condición de Pueblo sin Estado por organismos internacionales como la ONU) y en particular sobre las comunidades gitano-chilenas incluidas aquellas que mantienen una cierta estabilidad migratoria (nómadas)

Dicho factor ha influido en la actual carencia de propuestas concretas de incorporación social, que sugieran adecuados cursos de acción que nos permitan aminorar el impacto pauperizador y revertir los procesos de marginalidad étnica y sociocultural por la que atraviesan estas comunidades en nuestro país.

Desde la mirada que nos permite nuestra condición de profesionales de las Ciencias Sociales y Educativas, y sobre la base del conocimiento que hemos podido construir a través de nuestros respectivos trabajos profesionales, nos compete señalar la urgencia de realizar un abordaje integral, considerando que la solución a problemas como el de la pobreza extrema de una parte del pueblo gitano, es una tarea que debe en primer término ser asumida por el Estado de Chile, por cuanto los habitantes de estas comunidades son ciudadanos nacidos en nuestro país y por ende están sujetos a sus leyes, y ello implica no sólo obligaciones sino también derechos.

Es por ello, que postulamos fundamentalmente un abordaje enfocado tanto a través de la creación de un cuerpo legislativo adecuado a las características del caso, como también a través de la gestación de políticas sociales atingentes al Pueblo Rom en su totalidad, basadas en conocimientos que hoy implican estar al tanto de su historicidad y del reconocimiento mundial de sus derechos. Tal conocimiento y comprensión pueden garantizar el éxito y la sustentabilidad de proyectos a realizar en sistemas culturales alternos.

Por tanto un conocimiento real de las condiciones que hoy viven las comunidades gitanas en Chile debe involucrar además a importantes sectores de nuestra sociedad civil, la cual requiere alcanzar mayores niveles de sensibilidad y tolerancia, profundizando así y ampliando las aspiraciones democráticas, desde la promoción de cambios culturales que favorezcan un auténtico clima de interculturalidad, desde el reconocimiento y respeto mutuo, en equidad e igualdad de oportunidades.

Considerarlo así significa no sólo contribuir a favorecer a las comunidades gitanas pobres avecindadas en Chile, sino sumarse de manera concreta a preservar la culturodiversidad de nuestro país y a los esfuerzos sostenidos por estados democráticos tanto de países vecinos como a escala global. En tales casos se cuenta para ello con la colaboración de organizaciones gitanas y no-gitanas, con entidades académicas que impulsan y promueven la riqueza cultural del Pueblo Gitano aquilatando debidamente sus aportes potenciales y concretos a la sociedad en su conjunto.

Como un claro ejemplo de tales potencialidades y aportes de entre los más recientes cabe mencionar el esfuerzo realizado por el grupo musical de gitanos de Chile, Romá, quienes al haber podido contar con el Patrocinio del Ministerio de Educación de Chile y al apoyo de T.V.N lograron editar el CD “Cancionero Gitano.” Tal iniciativa les valió el reconocimiento público de la Ministra de Educación, Señora Mariana Aylwin, quien referiéndose a ello señalara que:

“El respeto a la diversidad cultural y social es una de las materias que tenemos pendiente como sociedad. Celebro, por ello, esta iniciativa de promover la música y las tradiciones del pueblo gitano, que ha sido desde sus orígenes, objeto de incomprensiones”

La Ministra al valorizar tal aporte musical reconoció que este no sólo nos permite “conocer algunos aspectos de la cultura gitana” sino que además:

“contribuye a educar a los chilenos en la tolerancia, en la justicia y en la equidad, valores que debemos estar firmemente dispuestos a defender no sólo a partir de las leyes sino con nuestra actitud”

Por tanto reiteramos que la inclusión de este tema como materia de gobierno por parte del Estado chileno, contribuiría además al logro de los objetivos propuestos por los Gobiernos de la Concertación Democrática, relacionados con la Defensa de los Derechos humanos y el desarrollo cultural y social en nuestro país entre ellos:
a)- la defensa e igualdad de los derechos humanos para todos los habitantes de nuestro país, sin excepción de origen étnico, raza, clase social, orientación sexual o religiosa
b)- la igualdad de oportunidades para todos los chilenos sin discriminación de ningún tipo
c)- la aceptación de la diversidad y el respeto a las minorías sociales
d)- la preservación de nuestro patrimonio cultural, especialmente en relación a la valoración, respeto y preservación de nuestras minorías étnicas.

Presentación del Problema.

Desde el ámbito profesional hemos tomado contacto con algunas de las comunidades de la Quinta Región, quienes nos han hecho participes de la grave pauperización que las afecta. Frente a tales constataciones nos hemos planteado - además de la necesidad de denunciar a las autoridades, representantes actuales de nuestra región frente al parlamento, la grave problemática social y cultural que enfrentan estas personas, la urgencia por solicitar un compromiso estatal sobre ella en términos legislativos, psicosociales en un marco de interculturalidad a través de una política no discriminatoria ni asimilacionista hacia esta minoría étnica.

Ahora bien, si bien es cierto que la realidad de pobreza no corresponde a la totalidad del pueblo gitano, existe una creciente proporción de sus miembros que se encuentra en condiciones de extrema pobreza y marginalidad, siendo una realidad que abarca gran parte de nuestro territorio, localidades como Quilpué, Villa Alemana, Peñablanca, Casablanca, etc. las cuentan con su permanencia gran parte del año en la V región, ya que muchas de estas personas son originarias de la zona; y aunque migran hacia regiones del norte, en época de invierno, siempre vuelven a los territorios de donde se sienten y son parte, ya sea por motivo de origen o nacimiento, como por la habituación ecológica derivada de prolongadas estadías en algunas de nuestras ciudades, especialmente las del interior.

La población relativa de estos campamentos oscila generalmente entre los 70 a 100 habitantes, entre los cuales se cuentan hombres, mujeres y niños, agrupados en familias nucleares y extendidas que migran juntas durante el año, siguiendo las estaciones cálidas e instalándose en las afueras de las ciudades, en terrenos de difícil acceso y sin los requerimientos mínimos de habitabilidad, como por ejemplo, abastecimiento de servicios básicos mínimos.

Es importante hacer presente, que en estas condiciones inhóspitas de vida se encuentran niños pequeños quienes de manera especial requieren de un nivel mínimo de protección hacia su integridad como seres humanos favoreciendo un normal desarrollo tanto físico, como psicosocial, lo que implica la seguridad del grupo familiar en su conjunto.

En un diagnóstico preliminar sobre la situación social de dos de estos campamentos, realizado en los meses de Julio y Agosto del año 1998, en Diciembre de 2000 y Enero de 2001; pudimos determinar que estos grupos sociales pertenecen a lo que se podría denominar el estrato mas bajo en la estratificación social de la “sociedad de los gitanos de Chile”, cuya situación sin lugar a dudas presenta niveles de marginalidad social conceptualizados como “pobreza dura”; es decir, aquella caracterizada por presentar elevados niveles de marginalidad social, que requieren del compromiso por parte del Estado debido: “a la imposibilidad por parte de la población que sufre este tipo de pobreza, pueda generar los recursos necesarios para sobrepasar dichos niveles de miseria debido a complejos factores socioculturales y económicos”.

Entre ellos podemos mencionar algunas características sociodemográficas y culturales privativas de los habitantes de estos campamentos, como la competencia idiomática exclusiva del romané, el analfabetismo del idioma español, lo que dificulta relaciones interétnicas, la falta de capacitación para el desempeño laboral, pérdida de los referentes valóricos tradicionales al ser marginados doblemente, primero por la sociedad dominante y a la vez por sus pares, estigmatizados bajo la denominación de “invasórure” .

Ahora bien, ¿Cuál ha sido el origen de este proceso de deterioro progresivo? Los factores que han influido en esta situación de empobrecimiento generalizado son tanto de origen sociocultural, internos y propios de un proceso de desintegración cultural; como también externos a la cultura gitana, (discriminación, prejuicio, falta de oportunidades, etc.) Estos factores han permitido no sólo la invisibilidad como grupo étnico diferenciado sino una insensibilidad social que contradice las aspiraciones de Justicia y Equidad Social para todos.

Un hecho conocido a señalar es que históricamente el pueblo gitano, otras ha sido siempre objeto de discriminación social en diversos períodos y sistemas sociopolíticos en el curso de la historia occidental.

Los antecedentes históricos ya no son un misterio para los especialistas e incluso los propios representantes del Pueblo Gitano saben que la presencia gitana en nuestro continente se constata ya en siglo XV, durante la persecución iniciada por los Reyes Católicos contra los gitanos, como parte de las “medidas estratégicas” para unificar el territorio a través la lengua y la religión. Tales medidas se concretaron en las “Pragmáticas” u ordenanzas de la época enviando “a las chicas gitanas entre 15 y 16” años de edad al continente americano a fin de “casarlas con indios y mestizos”, en tanto “los chicos”, eran enviados “a las islas donde se casarían con indígenas” (Rodríguez et al, 2000: 6-12)

Durante la II Guerra Mundial una nueva oleada de persecuciones es citada en diversas fuentes, pero ellas permanecen también en la memoria de gitanos de todo el mundo. “Al menos medio millón de gitanos” habrían sido asesinados, bajo el régimen nazi. Después de la II Guerra, el pueblo gitano iniciaría un nuevo camino tendiente a tomar una más sólida y profunda conciencia de su propia personalidad cultural, de su unicidad como pueblo, más allá de las fronteras y las distancias.

Los fuertes traumas culturales, así como la permanente intolerancia que les ha rodeado, según diversos autores, habría generado conductas de sobrevivencia que se expresarían muchas veces en un no hacerse notar, haciendo de la invisibilidad o velación identitaria, un mecanismo de refugio al prejuicio y a la discriminación. Sin embargo, esto implicaría serias dificultades para poder constituirse en una minoría conformada como sujetos de derecho, contando con muy pocos espacios para acceder y/o a demandar servicios propios de la población mayoritaria.

Por tanto y a través de siglos de indiferencia se ha generado un creciente nivel de deterioro social, cultural y económico con la gravedad hoy observada, particularmente en aquellos Estado-naciones con una marginalidad social construida desde la ausencia de Políticas de Estado, que como país nos deja a la saga con respecto a otros del Cono Sur y que a raíz de ello, hoy amenaza la vida de las comunidades de los gitanos de Chile, comprometiendo seriamente su integridad física, sicológica y espiritual, así como la preservación de su cultura gitana nómada como una de sus expresiones culturales más significativas y que aún pervive en un importante sector de la población gitana de Chile.

Tanto la situación de las comunidades pobres como el fenómeno de invisibilidad social que afecta a los gitanos de Chile en general, se debe en gran parte a factores socioculturales que lo han favorecido desde la instauración de la República. De allí que el conocimiento que sobre los gitanos tenemos sea escaso basado más en el prejuicio, en los mitos y estereotipos reproducidos en forma transgeneracional en el imaginario colectivo.

El velo del prejuicio y discriminación ha afectado así nuestra cosmovisión sobre esta minoría étnica permitiendo que incluso los sectores académicos de nuestro país no hayan hasta el momento tomada la debida atención a esta realidad haciendo que nuestro conocimiento sobre la cultura gitana permanezca en una suerte de oscurantismo. Este marco ideológico ha permitido que nos mantengamos en el desconocimiento de esta realidad cultural y de sus procesos de transformación y desintegración social.

Factores socioculturales propios de esta etnia también han afectado las relaciones interétnicas entre los habitantes de los diferentes países y de las relaciones interétnicas, tales como su rasgo cultural distintivo de pueblo nómada que privilegia la independencia por sobre la dependencia hacia una autoridad ajena a la de su pueblo.

El nomadismo implica de hecho una situación de escaso contacto con los pueblos sedentarios que conviven en los espacios o nichos ecológicos ocupados en forma intermitente por los gitanos; de esta forma el contacto Inter-étnico históricamente ha sido escaso dado el particular estilo de vida que impone. Por cierto esto ha influido en la generación de una serie de mitos sobre sus costumbres y prácticas sociales por parte de los pueblos que con ellos interactúan en forma esporádica, permitiendo que hayan surgido una gran cantidad de estereotipos y con ellos un fuerte fenómeno de estigmatización.

Al rasgo de movilidad, se suma el hecho de que el pueblo gitano se ha representado así misma como una comunidad cerrada, celosa de sus tradiciones y costumbres, situación que no podemos dejar de hipotetizar relacionándola con la discriminación de que ha sido objeto, y como una forma de protegerse del medio social externo, mostrando así un alto nivel de cohesión interna a fin de favorecer la supervivencia de la comunidad como un grupo social autónomo.

En tal sentido y acorde a lo que hemos podido constatar en terreno la marginalidad y la pobreza en que se encuentran sectores de los gitanos de Chile actualizan y atraen poderosos mecanismos externos para desatar y reproducir el prejuicio y la discriminación. Un ejemplo de ello es la frecuencia con que los campamentos son expulsados a lo largo de pueblos y ciudades de nuestro país, situación que influye enormemente sobre sus procesos normales de trashumancia, generando empobrecimiento económico, intranquilidad y un alto nivel de stress.

El deterioro sociocultural vinculado al anterior se encuentra representado por algunos indicadores sociales detectados en trabajos antropológicos de tipo exploratorio, como en el ámbito de intervención social en el área de la infancia desprotegida llevado a cabo por la Educadora de Párvulos Sra. Vielka Araya, quién desde el año 1998 viene trabajando ininterrumpidamente en las comunidades gitanas más empobrecidas de la Quinta Región, intentando en forma personal generar un proceso de integración educacional para los niños gitanos a través de la JUNJI y, un proceso de sensibilización hacia estas comunidades por parte de las instituciones locales de Salud y Asistencia vía Municipalidad de Villa Alemana.

No obstante, y aun a pesar de la importancia de estas iniciativas, un hecho cierto es que las necesidades presentes superan las voluntades individuales ya que requieren de la voluntad política y un trabajo a nivel nacional.

Desde otra perspectiva y particularmente grave nos resulta, el caso que guarda relación con interventores locales como el Señor Felix Silva Cutbill, quién a través del Consejo Nacional del Libro se adjudicara el año 1998 un proyecto titulado: “Los Gitanos leen”, concebido para incentivar la lectura; que luego de funcionar como tal, por sólo un lapso de tres meses, -y en circunstancias de que fuera aprobado para ser realizado en diez meses-, fue descontinuado sin llegar a cumplir con los objetivos estipulados, y cuyos resultados aun son desconocidos para la comunidad.

Pese a que tal situación fuera debidamente expuesta ante las autoridades pertinentes, hasta el momento no se ha dado cuenta tanto de los resultados obtenidos, como de la sustentabilidad de dicho proyecto en particular. Durante entrevistas realizadas a personas supuestamente beneficiarios de él, revelan una intervención de dudosa calidad generando un alto nivel de desconfianza por parte de las comunidades hacia nuevos “proyectos de desarrollo”.

Por lo tanto, desde la visión que permite la óptica de las disciplinas sociales, nos alerta frente a un fenómeno de desintegración cultural y social que involucra a una parte de la población gitana en Chile, pero que no deja indiferente al resto de ella, puesto que las dificultades comienzan a ser vislumbradas por sectores que comparan situaciones del Pueblo Rom en otros contextos, donde la posibilidad de constituirse en sujetos de derecho se abre en perspectivas de diálogos interculturales que potencian la participación civil y democrática, que cautela el oportunismo para con los grupos vulnerables, promoviendo y fortaleciendo sus propias dinámicas organizativas.

Consideramos que el fin de la vida nómada y la probable extinción de estas poblaciones en el mediano plazo de tres o cuatro generaciones, sería una vergüenza y una pérdida irreparable que nos comprometería como Estado y Nación al no considerar que hay un cúmulo de experiencias pasadas que nos advierten sobre las graves consecuencias de omisiones y/o acciones inadecuadas por no hacer prevalecer y salvaguardar de manera oportuna y coherente los Derechos Humanos desde todos los ámbitos.

Es nuestro deber por tanto, hacer presente que la no - legislación y apoyo concreto por parte de las autoridades ante lo ya expuesto no hace más que dilatar las posibilidades de generar un proceso intercultural que favorezca la condición de ciudadanos, tanto de los gitanos nómadas como de quienes se han sedentarizado temporal o transitoriamente..

Ahora bien, resulta necesario señalar a continuación los indicadores sociales que han permitido describir la situación expuesta. Tales indicadores no se presentan en orden de importancia o gravedad, sino más bien constituyen un listado general de los problemas más relevantes recogidos y observados en terreno por quienes suscriben este documento.

1)- Elevados índices de Analfabetismo: Un porcentaje aproximado que asciende al 85% de los habitantes de estas comunidades, no saben leer ni escribir el español. (En las restantes predomina el analfabetismo por desuso, lo cual les impide tomar conocimiento y mucho menos acceder a los canales de participación social a través de Programas Estatales, creados para enfrentar problemáticas de extrema pobreza)

2)- Elevados índices de cesantía en hombres adultos: Si bien es cierto, la sociedad gitana se caracteriza por asignar a la mujer el rol principal de proveedor de los recursos económicos y de sustento familiar, a través de su trabajo de quiromancia y cartomancia; al hombre en esa sociedad se le ha asignado una labor importante de apoyo al sustento familiar a través de la manufactura de artesanías (orfebrería de cobre, y comercio de vehículos de segunda mano, actividades presentes actualmente en Chile)

Sin embargo, salvo la orfebrería y actualmente en serio peligro de extinción, las restantes actividades económicas no corresponden a la realidad de las comunidades pobres, ya que la privación económica permanente en el tiempo, además de factores tales como procesos de empobrecimiento familiar y por ende un abrupto descenso en la escala social, ha impedido que los hombres obtengan un capital básico para iniciar una actividad económica que les permita apoyar la labor de sustento de sus familias.

En estos hombres se observa una característica sociopsicológica conocida en la extrema pobreza, como “la deseperanza aprendida”, donde a la situación económica se añade la discriminación y la falta de oportunidades laborales al no contar con capacitación laboral.

Cabe señalar además que la actividad laboral tradicional de los hombres gitanos, es decir, el oficio de orfebre, ha ido desapareciendo en las últimas décadas principalmente debido a dos fenómenos socioeconómicos: 1)-el alza internacional del metal rojo, que ha encarecido el costo de la materia prima para sus artesanías, y por lo tanto bajado el nivel de venta de los productos artesanales y, 2)- El impacto general de la industrialización y la importación de productos artesanales sobre el mercado artesanal nacional, situación que no sólo afecta a la orfebrería en cobre sino también a otras artesanías en nuestro país.

3)- Extrema pobreza material: Si bien una de las características de los pueblos nómades es la escasez de bienes materiales, -debido tanto a las condiciones que impone la movilidad, como a valores culturales propios de estos grupos sociales-, la situación económica de estas poblaciones supera los niveles normales propios de este estilo de vida. De hecho, la deprivación material de estas poblaciones es alta, sobrepasando las condiciones mínimas de sobrevivencia. Tal precariedad ha llegado a tornarse insostenible en épocas de invierno, al no contar con los más mínimos recursos para migrar a zonas más cálidas en nuestro país, sufriendo los rigores del mal tiempo en situaciones dramáticas, cuestión que ha sido denunciada por medios de comunicación social tras los recientes de temporales de lluvia e inundaciones.

4)- Satisfacción de necesidades básicas a través de la mendicidad.: La mendicidad como una forma de generar recursos económicos de subsistencia, ha sido un recurso estratégico de sobrevivencia que ha permitido a los grupos nómades mantener una economía precaria de subsistencia en tiempos de escasez. Tal situación ha sido documentada desde períodos históricos, ya sea desde la historia como desde la etnología, pero la mendicidad ha sido utilizada siempre de manera complementaria y en casos de extrema necesidad frente a la restricción o dificultades para realizar los oficios tradicionales (artesano, comerciante en caballos, o la compra y venta de vehículos motorizados, o bien el oficio de la quiromancia y cartomancia)
Sin embargo, las poblaciones nómadas que habitan estos campamentos, debido, -entre otros factores- a la precariedad económica, más las dificultadas crecientes para ejercer los antiguos oficios sin una capacitación necesaria para acceder a otras ocupaciones que ofrece el mercado, dedican grandes esfuerzos económicos par lograr su reproducción a través de la mendicidad.

De hecho, estos campamentos generan actualmente más de un 50% de sus ingresos a través de esta actividad, desarrollándola tanto hombres, mujeres y niños, principalmente estos últimos, los cuales desde escasa edad, deambulan acompañando a sus madres por las calles de nuestras ciudades en forma diaria; mendigando para generar los recursos básicos del sustento que son satisfechos generalmente una vez al día, en comidas de escaso valor nutricional lo cual compromete seriamente el desarrollo infantil.

5)- Desnutrición en menores: Las precarias condiciones de alimentación y nutrición, sumado a otros factores como las insalubres condiciones de vida y consumo de drogas, han posibilitado que los infantes y niños presenten diversos estados de desnutrición infantil.

6)- Altos niveles de drogadicción en niños, jóvenes y adultos: Uno de los problemas más complejos que presentan estos campamentos gitanos es el consumo de drogas, tanto lícitas como ilícitas; cuyos usos se encuentran diferenciados tanto a nivel etareo, como de género.

Existe gran consumo de alcohol por parte de hombres jóvenes y adultos, de neoprén en menores de edad, y de benzodiazepinas por parte de las mujeres. Cabe señalar que las mujeres llevan en este momento la mayor parte de la responsabilidad de la subsistencia para sus familias, situación que genera en ellas altos niveles de stress y que se traduce en indiscriminado consumo de analgésicos, y benzodiazepinas en general.

El consumo de neoprén, por otra parte, se encuentra normalizado en niños de escasa edad, y a veces fomentado por adultos que no teniendo cómo enfrentar la falta de alimentación, permiten el consumo de este solvente volátil. Hemos observado además que éste es vendido en forma inescrupulosa por comerciantes “chilenos” que frecuentan los campamentos, especialmente los días domingos para vender neoprén a menores de edad, a sabiendas de los efectos dañinos que esta droga provoca.

Como se encuentra ampliamente documentado en la literatura especializada, la inhalación de solventes volátiles como el neoprén, produce graves deterioros neurológicos y fisiológicos que influyen en forma dramática en la salud, calidad y expectativa de vida que quien lo consume en forma habitual.

Es importante recordar que estudios realizados en la década de los años ochenta, - cuando el consumo de neoprén se hizo en cierta forma extensivo en nuestra población infantil de escasos ingresos, demostraron que el consumo de este solvente volátil se relaciona con estados de deprivación alimentaria, al disminuir la sensación de hambre en sujetos que presentan una dieta deprivada.

Por su parte el consumo de alcohol en hombres adultos obedece principalmente a factores psicológicos y sociales, -más que culturales-, derivados de la cesantía e incapacidad de salir de una situación de deprivación socioeconómica y social que genera stress e inamovilidad.

7)- Escasez de Servicios Básicos: Uno de los principales problemas dentro de los múltiples que presentan las poblaciones gitanas nómadas, es la falta de servicios básicos para satisfacer necesidades de primer orden: luz eléctrica, agua potable falta de alcantarillado, y falta de servicio de aseo domiciliario.

Los gitanos nómades no cuentan con terrenos propios que puedan utilizar cada vez que se instalan en una localidad, por lo cual cada desplazamiento ciudad los somete a las burocracias de las autoridades locales, quienes no siempre cuentan con la preparación ni están libres de prejuicios para acoger necesidades de este tipo. Esto implica por dos meses, por lo menos una situación incierta, generando estrategias de supervivencia que incluyen desde el pedir agua a los vecinos, ya sea comprándola a elevados precios (a veces hasta $100 el litro) o pidiéndola a modo de favor. En el caso de la luz eléctrica, proceden a la sustracción de ella del alumbrado público; situación que los ubica en la transgresión a la ley, y que genera y agrava problemas tanto legales como de orden psicológico.
Otra situación importante de señalar es la falta de alcantarillado, que se soluciona utilizando los terrenos aledaños al campamento como baños públicos, generando una serie de problemáticas medioambientales como de salud pública e higiene.

La falta de servicios de aseo domiciliario produce una grave situación de contaminación medioambiental, debido a que estas poblaciones presentan una falta de hábitos de cuidado del medio ambiente, por lo que acumulan grandes cantidades de desecho en los lugares donde permanecen. Favoreciendo y reforzando la discriminación hacia ellos por parte de los vecinos que viven en las inmediaciones de los campamentos, produciendo rápidamente movilizaciones sociales que terminan en la expulsión de los gitanos de los terrenos ocupados.

8)- Graves problemas de salud mental.: Esta vida de marginalidad social y desesperanza provoca grandes problemas psicológicos para quienes la viven. Ello permite comprender un alto número de personas que presentan severo deterioro mental, siendo los gitanos pobres pacientes frecuentes en Servicios de Psiquiatría y de Salud. La presencia de problemas de tipo psicológico se observa claramente en mujeres adultas que están expuestas constantemente a la discriminación, al stress de la supervivencia tanto de ellas como de sus hijos, y a la falta de recursos para enfrentar problemas relativos al cuidado de ellos, etc.

Además, estas comunidades pobres se ven obligadas a absorber individuos que presentan discapacidad psíquica y física, debido a la imposibilidad de acceder al sistema público o privado que pueda solucionar problemáticas que necesitan de rehabilitación, ya sea a través de la internación y/o tratamiento ambulatorio.

9)- Indocumentación: Debido a factores socioculturales, existe una cantidad apreciable de personas que no poseen documentación social básica, como certificado de nacimiento, cédula de identidad, rut, etc. debido a que no han sido inscritos en los registros civiles, lo cual impide que puedan acceder a los servicios de asistencia social, a los servicios de salud, etc. Esta situación se da especialmente en el caso de niños, los cuales no son inscritos por sus padres en el registro civil a menos que sea necesario por alguna situación puntual.

Podemos prever además que la indocumentación será a mediano plazo un factor importante de marginalidad social, debido al hecho de que los gitanos, como todos los habitantes del país, deben someterse a la nueva ley del tránsito que requiere de estudios básicos para la obtención de licencia para conducir. Esta situación ciertamente discriminará a todos los gitanos que requieran de este documento y no cumplan los requisitos para obtenerlo.

Hacia una política de acercamiento intercultural: Algunas propuestas preliminares

La situación expuesta, nos encontramos frente a una compleja situación social y cultural donde la invisibilidad y la exclusión refuerzan una “automarginación defensiva”, que habla de los gitanos de Chile y por ende mucho más de nosotros los chilenos.
Habiendo internalizando el prejuicio y la discriminación como una parte integrante de su vida los mismos gitanos se restringen de acceder a los beneficios que implica la participación social, la organización que les permita constituirse en sujetos de pleno derecho.

Entre ellos hay una variada gama de capacidades y saberes ancestrales que la sociedad chilena en general desconoce. Potenciar aquellos recursos colectivos e individuales es una vía para demostrarles que el prejuicio se puede vencer desde su propia cultura, pero también desde nosotros mismos, evidenciando caminos de cambio cultural por parte de nuestra propia sociedad.

A modo de ejemplo, podemos citar algunas de sus propios discursos marcados por la desesperanza cuando ellos mismos opinan: “Me gustaría que mis hijos aprendieran a leer y fueran carabineros, doctores, algo útil a la sociedad, pero entonces pienso, quién los va a contratar, si son gitanos nadie los contrataría” (Emilio California, campamento Los Naranjos, Belloto Norte, diciembre 2000).

Y es que se trata de una “triple marginalidad”, dada una posición social en extremo desprotegida y desventajosa, donde debe enfrentar el pertenecer a una minoría étnica discriminada y estigmatizada desde tiempos históricos, vivir en condiciones de pobreza y ser pobre entre los de su propia minoría. Esto representa una carga especialmente difícil de sobrellevar, sobretodo si no se cuenta con los recursos básicos para enfrentarla, como lo podría constituir el acceso a la educación y al trabajo, elementos necesarios y mínimos para salir de aquella situación de miseria extrema. No resulta extraño las altas tasas de suicidio que las comunidades gitanas, sin excepción, han venido sufriendo.

La invisibilidad que presenta la comunidad gitana de Chile se ha entretejido en la ignorancia por parte de la gran mayoría de nuestra población, y especialmente nuestras desde nuestras autoridades y legisladores, percibiéndose como problemas locales con intentos paliativos de solución, o que se han trasladado de comuna en comuna frente a la imposibilidad de generar respuestas eficaces.
La falta de una visión integradora que contemple, no sólo un tratamiento interdisciplinario generado desde los especialistas sino desde las propias personas involucradas que han podido contar con espacios de reflexión y sensibilización con las problemáticas que los aquejan es lo que a la larga genera la sustentabilidad de los proyectos. En ellos el enfoque no debe remitirse a un apoyo de corte asistencialista que busca paliar condiciones de extrema pobreza. Tal enfoque acaba por amputar las particulares condiciones de creatividad y compromiso con sus propios valores y tradiciones, que orientan un estilo de vida del cual tenemos mucho más que aprender como sociedad y como individuos, que enjuiciar.

El ser mayoría no significa que tengamos la razón. La coexistencia con otras miradas y estilos de vida nos emplazan y constituyen una alerta para perseverar en nuestra propias identidades, e incluso para redescubrir aquellas extrañadas u olvidadas.

Objetivo primordial, es revisar tratados y convenios de corte internacional que permitan generar una legislación adecuada, por tanto acorde a la situación global del Pueblo Gitano y los gitanos de Chile. Esto permitirá erradicar posturas individuales basadas en el prejuicio y el autoritarismo heredado, que en su ignorancia imponen el desalojo y la exclusión dejándonos muy lejos del imaginario de desarrollo y modernidad que pudiéramos presentar de cara al mundo.

La permanente expulsión de los gitanos en el ámbito de comunas y localidades contribuyen a reproducir y perpetuar una discriminación histórica que desde hace tiempo viene siendo denunciada y reprobada al nivel de Organismos Internacionales como ONU. OEA. y UNESCO - entre otras.

Tal legislación acorde a los Convenios y Tratados Internacionales debería cautelar la preservación de los patrones culturales propios del Pueblo Rom desde las directrices que las comunidades chilenas construyan en diálogo con las autoridades chilenas y la sociedad civil. La movilidad nómada; comprendida como estilo o forma de vida, implica una aceptación de las diferencias sociales y una preservación de una riqueza cultural propia de la Humanidad en su conjunto, también presente en Chile.

Frente a lo anterior, cabe señalar que el respeto de la vida nómada como una forma de organización social no asegura un desarrollo social auto-sustentable en el tiempo y pone en serios aprietos nuestra autorrepresentación de Estado- Nación respetuosa de la diversidad cultural.

Cabe recordar al respecto, que una preservación del nomadismo no es sino aceptar que los posibles y bien intencionados intentos de “sedentarizar” a las poblaciones gitanas más tradicionales, no harían sino fracasar una política “de integración” en nuestro país, ya que numerosos antecedentes históricos sobre esta etnia nos señalan que este pueblo se ha mantenido nómada en el mundo occidental desde principios del siglo XIV de nuestra era; y que durante siglos han sido innumerables los intentos de sedentarización realizados por diversos países en diferentes momentos de la historia occidental, fracasando la gran mayoría de ellos; produciendo muchas veces efectos paradojales; al agravar el problema de marginalidad y la desprotección social, más que solucionar la problemática de pobreza y de la pretendida integración social.

Por otra parte, la base de una legislación acorde a lo planteado exige el reconocimiento de la comunidad gitana de Chile como minoría étnica, situación legal donde actualmente existe un vacío, a pesar de que la presencia data de siglos, que cuentan con el uso de una lengua propia (reconocida como idioma a nivel internacional y no dialecto como erróneamente se suele señalar) junto a una serie de costumbres y tradiciones que le confieren un prisma cultural propio.

Recientemente se llevó a cabo un Cónclave Continental del Pueblo Rom de las Américas. Este fue celebrado en Quito (Ecuador) entre el 12 y el 16 de marzo de 2001 en el marco del Foro de las Américas por la Diversidad y la Pluralidad. Este contó con la asistencia y participación de delegados provenientes de las más diversas organizaciones y kumpania Rom de las Américas, entre ellas la KUMPANIA ROM DE CHILE, con los delegados Juan Nicolich y Jorge Nicolich.

En documento elaborado por dichas Organizaciones y Kumpania Rom de las Américas acordaron como “misión fundamental contribuir a la consolidación del movimiento asociativo de nuestro pueblo en el continente y en todo el mundo, aportando al proceso de visibilización del pueblo Rom en el contexto de la comunidad internacional.”
Señalan en parte que: “CONSIDERANDO:
Que distintas kumpania y grupos familiares Rom se encuentran viviendo en varios países de América desde la época colonial y en ese sentido nuestra presencia como pueblo es preexistente a la conformación de muchas de las actuales Repúblicas,

Que colectivamente el pueblo Rom no es un pueblo advenedizo ni recién llegado ni extranjero sino que tiene una larga trayectoria y presencia en casi todos los países del continente americano,
Que hemos realizado inconmensurables aportes, no reconocidos por la sociedad gadye, a los procesos de conformación de las nacionalidades de distintos países del continente,

Que el pueblo Rom nunca ha pretendido dominar ni imponer su cultura a otros pueblos, y contrariamente siempre se ha caracterizado por ser respetuoso de la diversidad y la pluralidad,

Que la población Rom en América sobrepasa la cifra de los tres millones de personas y pese a esta significativa presencia demográfica se nos ha obligado a sumergirnos en la invisibilidad,

Que a través de la historia, tanto ayer como hoy, nuestro pueblo ha sido víctima privilegiada de prácticas y procederes racistas, discriminatorios, xenófobos e intolerantes que ha llevado al resto de pueblos y culturas a considerarnos con los peores y más peyorativos calificativos,

Que cuando se habla de la diversidad de pueblos y culturas del continente americano sistemáticamente se omite y silencia la existencia del pueblo Rom,”

Entre sus DEMANDAS añaden :
“1. Propugnar porque los Estados y Gobiernos de las Américas reconozcan el derecho de la libre determinación para el pueblo Rom.
2. Propender por que los Estados y Gobiernos del continente reconozcan,
promuevan y garanticen los derechos colectivos del pueblo Rom.
3. Defender, recuperar y valorar la historia y las tradiciones étnicas y culturales de nuestro pueblo así como proteger los derechos patrimoniales consuetudinarios y/o el patrimonio cultural e intelectual del pueblo Rom.
4. Evitar cualquier forma de discriminación negativa, de racismo, de xenofobia, de intolerancia y de exclusión contra el pueblo Rom.
5. Promocionar y difundir ante la sociedad gadye los conocimientos y saberes tradicionales del pueblo Rom, al igual que sus valores étnicos y culturales.
6. Propender porque los Estados y Gobiernos de las Américas apliquen taxativamente las normas jurídicas internacionales que de alguna forma protegen los derechos del pueblo Rom.
7. Luchar por la ampliación de los espacios de autonomía y autogobierno del pueblo Rom, buscando el reconocimiento de sus autoridades propias y validando la existencia y vigencia de la jurisdicción especial o Kriss.
8. Propiciar la apertura de espacios interculturales necesarios a fin de garantizar el devenir autónomo de la opción civilizatoria propia del pueblo Rom en las Américas.
9. Exigir a los Estados y Gobiernos del continente americano que consulten adecuadamente al pueblo Rom antes de la elaboración de los Planes de Desarrollo, con el fin que haga propuestas, especialmente lo que afecte sus vidas, cultura, identidad y necesidades fundamentales, y para que se puedan disponer los recursos necesarios para el pleno desarrollo de sus instituciones, su economía y para la capacitación y educación.
10. Propugnar por que los Estados y Gobiernos de la región garanticen la implementen programas de educación bilingüe e intercultural apropiadas para el pueblo Rom, así como procurar el acceso de sus jóvenes y mujeres a la educación media y superior en condiciones favorables y que garanticen su permanencia.
11. Exigir que los Estados y Gobiernos de las Américas implementen modelos alternativos de atención en salud para el pueblo Rom que garanticen un adecuado acceso a los servicios de salud que deberán ser oportunos, compatibles, autosostenibles, eficaces, eficientes, mantener la calidad y calidez, y cuyas acciones se orienten a fortalecer la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación de la salud.
12. Aportar para que los planes y programas estatales de salud tengan en cuenta los conocimientos, prácticas y usos de los distintos medios de diagnóstico y tratamiento propios del pueblo Rom.
13. Demandar que los Estados y Gobiernos promuevan y garanticen la seguridad alimentaria y el mejoramiento sustancial de la calidad de vida del pueblo Rom.
14. Propender porque los Estados y Gobiernos del continente garanticen el consentimiento libre informado del pueblo Rom, a través de sus autoridades e instituciones representativas, cada vez que se prevean proyectos de desarrollo, medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente.
15. Propiciar que el pueblo Rom tenga acceso equitativo, permanente y apropiado a los medios masivos de comunicación social.
16. Exigir el acceso de representantes del pueblo Rom a las diferentes instancias de participación creadas por las instituciones gubernamentales y poderes públicos.
17. Contribuir a la creación y consolidación de aquellas instituciones e instancias propias que el pueblo Rom requiera, para avanzar en el proceso de reconocimiento de sus derechos colectivos.
18. Viabilizar la generación de los mecanismos e instancias necesarias que propicien el establecimiento de contactos, relaciones e intercambios fluidos y permanentes entre los Rom de las Américas y entre éstos y el resto de la comunidad Rom internacional.
19. Propender porque existan las garantías necesarias para que la forma de vida nómade e itinerante que conservan muchos grupos familiares Rom de las Américas pueda ser sostenible en el tiempo, lo que se traduce en la exigencia a los Estados y Gobiernos para que adecuen lugares especiales para que se instalen los campamentos y normas especiales que faciliten el libre tránsito a través de las fronteras internacionales en el continente.
20. Instar a los Estados y Gobiernos de la región a que reconozcan el status de refugiados a los miembros del pueblo Rom y diseñen políticas públicas, programas y acciones adecuadas a fin de atender a los Rom que por razones políticas, sociales, culturales, étnicas, religiosas, económicas o de cualquier otra clase, se ven precisados a refugiarse o a inmigrar al continente americano.

Dirigiéndose A LOS ESTADOS Y GOBIERNOS DE LAS AMERICAS, solicitan QUE:
10. Reconozcan plenamente nuestra existencia como pueblo y garanticen el ejercicio de nuestros derechos colectivos y civiles. En razón de su proyección transnacional y de su amplia movilidad geográfica, el pueblo Rom debe ser reconocido explícitamente por los Gobiernos y los Estados del continente, como un pueblo que es también americano por tradición y presencia histórica.
11. Diseñen con una amplia participación y con el consentimiento libre y fundamentado previo de nuestro pueblo, instrumentos legales y normativos que garantice sus derechos colectivos y civiles, así como también su integridad étnica y cultural.
12. Los que no lo han hecho ratifiquen el Convenio 169 de 1989 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT; Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes; y los que ya lo hicieron cumplan integralmente con sus disposiciones legales teniendo en cuenta que estas igualmente se hacen extensivas a nuestro pueblo.
13. En todo el proceso referido a la Conferencia Mundial Contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y Otras Formas de Intolerancia 2001; se garantice una amplia y apropiada participación de delegados del pueblo Rom de los países del continente.
14. Acojan solidariamente en sus respectivos territorios a los refugiados pertenecientes al pueblo Rom que, huyendo de las persecusiones y guerras que se escenifican en otros lugares del planeta, llegan al continente americano buscando seguridad y garantías para rehacer sus vidas.”

Por otra parte “A LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES Y A LAS AGENCIAS DE COOPERACION A QUE:
15. En sus proyectos y programas de acción e intervención tengan en cuenta las necesidades y problemática actuales del pueblo Rom de las Américas.
16. Se comprometan con las organizaciones Rom de las Américas a apoyar, con recursos financieros y técnicos, todas aquellas iniciativas y proyectos encaminados a concretar las principales demandas de nuestro pueblo.”

Finalmente “A LOS PUEBLOS INDIGENAS Y AFRODESCENDIENTES, ASI COMO A OTROS PUEBLOS TRADICIONALES QUE SE HAN ARRAIGADO EN EL CONTINENTE:
17. Apoyen solidaria y fraternalmente las aspiraciones, demandas y reivindicaciones de nuestro pueblo, encaminadas a conseguir que salga de la invisibilidad en que ha sido sumergido y se le reconozcan y respeten, plena e integralmente, todos sus derechos colectivos.
18. En actos diversos de mutuo y recíproco conocimiento y descubrimiento; reconozcan al pueblo Rom de las Américas como el otro hijo de la Pacha Mama, es decir, como un pueblo que pese a no ser nativo ni originario de estas tierras tiene una antigua presencia y trayectoria que lo ha llevado a compartirestructuralmente los mismos problemas que enfrentan a los pueblos indígenas y afrodescendientes.
19. Reconozcan que el pueblo Rom es un actor social en las Américas que desde la invisibilidad está irrumpiendo para aportar a la construcción de sociedades diversas, plurales e inclusivas, más democráticas, libres y justas.
20. El pueblo Rom de las Américas valora profundamente las demandas y reivindicaciones enarboladas por los pueblos indígenas y afrodescendientes, así como por otros pueblos tradicionales que viven en el continente, como quiera que abrieron significativos senderos que hoy nuestro pueblo está transitando.
Es por ello que, en cierta forma, el pueblo Rom es heredero del trabajo organizativo desplegado por estos pueblos y por consiguiente también los hace suyos”;

De acuerdo a los antecedentes presentados, podemos señalar algunas propuestas preliminares para abordar el tema, tales como :

- Una audiencia donde los representantes de la Comunidad Gitana de Chile puedan expresar sus inquietudes y propuestas de manera directa.

- Creación de una comisión interdisciplinaria designada por el parlamento que realice un diagnóstico de la situación de las comunidades gitanas pobres en el país y en nuestra región.

- Propiciar un cambio cultural de la sociedad chilena a través de planes y programas que promuevan y refuerce la transmisión de imágenes positivas hacia quienes son diferentes, en este caso el Pueblo Rom y particularmente los gitanos de Chile, profundizando el tema de la tolerancia y los derechos de todas las personas que forman parte de las minorías étnicas de nuestro país.

- Elaboración de un plan de acceso a la educación que contemple estudios e implementación de enseñanza intercultural bilingüe incluida las realidades que contemplan desplazamientos migratorios.

- Generación de programas de desarrollo local que incentiven el desarrollo sociocomunitario de las comunidades (generación de liderazgo, organizaciones locales, etc.)

- Creación de fondos especiales en las diferentes instituciones estatales para la presentación de proyectos sociales, culturales y de incentivo al desarrollo socioeconómico en el pueblo gitano.

- Creación de redes de apoyo a nivel interministerial.

- Elaboración de proyectos de ley que tiendan a abolir la discriminación social y étnica, existente hoy hacia el pueblo gitano.

- Crear las facilidades para que las personas que no se encuentran inscritas en los registros civiles, puedan hacerlo sin incurrir en trámites burocráticos de tipo territorial que impide la legalización de los documentos, y además la obtención de beneficios sociales. Por ende,

- Facilitar la otorgación de beneficios sociales sin consideración a la territorialidad municipal debido a la movilidad de la población nómada.

- Finalmente, y en razón de lo anteriormente señalado, que hemos llegado a exponer respetuosamente al Señor Senador de la República Don Carlos Ominami, actual representante ante el parlamento, solicitamos que esta situación sea puesta sobre el tapete de discusión parlamentaria para poder abordarla en forma, local, regional y nacional.

Es de esperar que a través de los antecedentes aportados y de un acucioso estudio, se legisle, y se planifiquen a la brevedad políticas sociales acordes a los marcos que Estados democráticos vienen incorporando.

Como hemos podido señalar además esta propuesta de legislación es una necesidad presente en el pueblo gitano, y por lo cual se encuentra actualmente en estudio una solicitud emanada desde ellos mismos que será enviada al Señor Senador en una fecha próxima.

Junto a lo anterior se cursará una declaración que será emitida por El Colegio de Antropólogos de Chile, a fin de señalar su postura frente al tema.

(*) VIELKA ARAYA PLAZA es educadora de párvulos y ROXANA TORO BARIENTOS es antropóloga social.
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EL PUEBLO ROM (GITANO) EN NUESTRA AMÉRICA AL ENCUENTRO DE UNA HISTORIA
por Marlene Victoria Holländer Cartes
marnemar@entelchile.net

No sólo habitamos espacios físicos, también convivimos en medio de diversos horizontes de sentido. Son muchos los grupos humanos que han hecho su aporte a la densidad cultural en nuestro continente, alguno de ellos prácticamente desconocidos como es el caso del Pueblo Rom (Gitano) el cual, a partir de un emergente esfuerzo organizativo nos permite escuchar una nueva voz. Este trabajo entrega antecedentes que junto con avalar su presencia previa a la constitución de los Estados, nos invita a repasar nuestros imaginarios, a cuestionar la pretendida homogeneidad de nuestros modelos identitarios y de sociedad, a fin de repensarnos desde nuestras semejanzas, así como también desde nuestras diferencias. La urgente necesidad de favorecer climas de auténticos encuentros interculturales, por tanto, más justos y humanos, constituye la motivación central de esta propuesta.

Introducción

La posibilidad de compartir experiencias culturales afines, dentro de nuestras propias sociedades, puede hacernos ignorar la coexistencia con numerosas tradiciones culturales, las que aun siendo parte de nuestro cotidiano permanecen ajenas, extrañas, llegando a interpretar a esas otras visiones de mundo, como anacrónicas y contradictor