Vigencia del movimiento zapatista. Seminario destaca que los caracoles son una democracia comunitaria

17.Feb.05    Análisis y Noticias

Miércoles 16 de febrero de 2005

González Casanova pide actuar contra la recolonización
Destacan la vigencia del movimiento zapatista

Los caracoles, esperanza de transformación: Luis Villoro

¿El Ejército Zapatista de Liberación Nacional quedó en el pasado? La respuesta de Pablo González Casanova fue clara: “Es un grave error pensar que ya se acabó la historia y que no hay alternativas”. Luis Villoro reforzó: los caracoles zapatistas son un microcosmos, pero también una esperanza de proyectos de transformación de la sociedad. Son muestra de un proyecto de nación construido desde la sociedad, abundó Gilberto López y Rivas.

Durante el seminario México y el mundo actual, organizado por La Jornada y la Casa Lamm, González Casanova invitó al público a reflexionar sobre el legado de los movimientos revolucionarios, que forman parte de la memoria colectiva, pero también en las nuevas formas de lucha que algunos piensan que son regresiones al pasado.

El movimiento zapatista, asentó, pretende el poder del pueblo, “es una alternativa extraordinariamente originaria pero no única”. La cubana, acotó, marcó el nuevo tipo de revolución en el continente americano y sigue siendo un ejemplo en la historia de la humanidad porque busca resolver los problemas con la sociedad.

Dijo que en América se están construyendo las bases del poder social, y a manera de ejemplo mencionó los gobiernos de Brasil, Argentina y Venezuela, y el movimiento zapatista está haciendo eso, agregó.

Afirmó que se debe actuar contra la recolonización que los grandes capitales financieros están haciendo en los pueblos indios, y acabar con “la democracia de los mercaderes que ya no encuentran qué vender”.

Antes, Villoro habló de la esperanza que ha renacido con los autogobiernos zapatistas que “nacen del México profundo”, del lado del México sano, real y no corrompido. “Los caracoles zapatistas son un indicio pequeño de que es posible transformar esta nación, porque provienen del pueblo y son una democracia comunitaria. Son un proyecto que produce delirio porque escapa al poder, y el microcosmos de las juntas de buen gobierno puede reflejarse en el macrocosmos nacional”, asentó. Los caracoles, agregó, son lo más cercano a la democracia participativa, y rompen con los intereses de la democracia representativa, pero no pueden construirse sin resistencia, advirtió.

López y Rivas recordó que el gobierno incumplió sus compromisos con los pueblos indios al dejar congelados los acuerdos de San Andrés, y ahora pretende reducir el impacto de la permanencia del zapatismo en el tema indígena. No quiere asumir que ese movimiento constituye una nueva visión del mundo, de la política y de la transformación social.

Su exigencia de dignidad y búsqueda de un Estado y nación diferentes basada en el diálogo, que no descansa en los políticos sino en la sociedad, no fue entendida por el gobierno y por quienes les es imposible imaginar un gobierno diferente al actual.

La permanencia del movimiento zapatista descansa en la integridad moral de sus integrantes, su consistencia en sus posturas y en sus decisiones que no están basadas en intereses de grupo o de un sector de la sociedad. “El zapatismo está presente en la conciencia popular de los mexicanos.”

Pidió seguir acompañando a los zapatistas y no abandonarlos, como sucedió con los cinturones civiles de seguridad durante el diálogo en San Andrés, en los que después de algunas semanas sólo quedaron los indígenas.

En la sesión de preguntas y respuestas, Gonzalo Yáñez destacó el esfuerzo de los zapatistas por reconstruir al ser humano. Las juntas de buen gobierno son un proyecto adelantado a su tiempo, consideró.

El zapatismo, expuso Martí Batres, revivió la discusión acerca de la sociedad, cambio y transformación que busca la población y que muchos han olvidado, por la lucha de las libertades y la igualdad, por el combate a la pobreza. “El zapatismo ha logrado conjugar en su pensamiento esos dos elementos, ya que junto con la demanda de techo, justicia y dignidad ha presentado también el de respeto a la diversidad, a la libertades, la igualdad social y en los bienes materiales para todos.”