Comunarios Wiwas esperan que cesen los combates para volver a sus tierras sagradas

07.Abr.05    Análisis y Noticias

Para salvar sus vidas y no ser víctimas de las balas perdidas por los enfrentamientos entre grupos irregulares que se registran en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, veinticuatro familias Wiwas, prefirieron bajar a la Troncal del Caribe.

“Suena y suena tiro, a veces pegan en ranchos y cerca onde tamos”, dijo en las pocas palabras que en español pudo pronunciar, uno de los indígenas desplazados.

Esté nuevo grupo de indígenas afectados por la disputa territorial, que se registra en la Sierra Nevada, entre las guerrillas de las Farc y el Eln, contra las Autodefensas, se encuentran en el corregimiento de Campana, área rural del municipio de Dibulla.

Para calmar el hambre y la sed de los indígenas desplazados, los labriegos y habitantes de esa zona de la Troncal del Caribe, les han suministrado agua potable, alimentos, leche y panelas.

“Nosotros pasamos por lo mismo hace algunos años, pero nos podemos comunicar y tenemos más facilidad para encontrar trabajo en las fincas, pero a ellos los miran como bichos raros”, manifestó a El Heraldo, Ana Sepulveda, dueña de una pequeña parcela, donde junto a su familia siembran pancoger.

Las familias Wiwas, donde se encuentran alrededor de cuarenta niños, se establecieron en una vieja y abandonada residencia, donde temerosos y hacinados, solicitan ayuda humanitaria a la administración municipal de Dibulla y la gobernación de La Guajira.
Ajenos a lo que ocurre a su alrededor los pequeños Wiwas, con botellas y otros desechos, corretean y ríen por el lugar.

Juegos que finalizaron al ver las luces de las cámaras de televisión y fotografía, al huir despavoridos, como si se tratará de armas de fuego, con las que se les apuntaba para asesinarlos.

En su poco español, los Wiwas que residen en el pie de monte de la Sierra Nevada, en la zona rural conocida como “El coral”, solo esperan que los combates cesen, para volver a sus tierras sagradas.