Incesante, el trabajo indígena en comisiones, cursos, reuniones o encuentros
Salud, educación, mujeres y producción, ejes del avance en la autonomía zapatista
Diario La Jornada
Ejido Morelia, Chis. 17 de abril. En el caracol Torbellino de nuestras palabras se trabaja sin cesar y sin aspavientos. Decenas de indígenas, miembros del gobierno autónomo regional o municipal, o bien de las diversas comisiones, se la pasan en cursos, reuniones, discusiones, encuentros con otros campesinos y a veces recibiendo visitantes de distintas partes del mundo. Hoy por ejemplo llega un grupo de dentistas que impartirá cursos y dará consultas. Según la junta de buen gobierno (JBG) Corazón del arcoiris de la esperanza, los “ejes” más importantes para el desarrollo de la autonomía han sido la salud, la educación, la producción y las mujeres. Y ellos hacen “lo que pueden” por avanzar en esos aspectos de gobierno.
El horario de labores de la JBG se especifica en un muro de su oficina, una habitación dotada de archiveros, una computadora viejita, un par de ventanas, una mesa redonda cubierta de papeles, muchas bancas y algunas sillas: “6-7, deportes; 7-8, trabajo; 8-9, desayuno; 9-12 trabajo; 12-1, posol; 1-3, trabajo; 4-7, trabajo; 7-8, cena; 8, descanso”. Un día entero, sin remuneración y con muchas responsabilidades.
Del mismo modo, los miembros de los diferentes concejos autónomos, y los delegados de las comisiones y los grupos de trabajo, se reparten cada día de la semana el servicio de la cocina, de manera que uno puede ver la escena, poco habitual en otras partes, de un presidente municipal sirviendo frijoles o lavando platos para sus compañeros.
En una entrevista inédita con la Red de Solidaridad con Chiapas, de Buenos Aires, Argentina, esta misma JBG explicaba hace poco su funcionamiento y las ideas que alimentan el peculiar gobierno autónomo: “La importancia de la autonomía en la lucha zapatista es que nace del pueblo, que el mismo pueblo se organiza para elegir sus autoridades, el mismo pueblo, junto con sus autoridades, ejerce sus planes de trabajo.
“No hacemos el mismo trabajo que hace el gobierno oficial. Allí manda uno o un grupo especializado. En la autonomía zapatista todos mandan. Aquí te das cuenta de que todos se mueven, nadie se queda en su escritorio sentadito escribiendo. Todos leen, todos escriben, todos juegan. Todas las actividades todos las realizan. No es igual que un gobierno oficial donde el presidente es el que manda, ‘Ustedes vayan para allá. Ustedes para el otro lado’ y ya.”
Quizás éste sea caracol zapatista donde resulta más numerosa y significativa la participación de las mujeres (tzeltales y tojolabales) en funciones de gobierno dentro de la JBG, la comisión de vigilancia o los concejos autónomos. Como expresa un miembro de la junta, “estamos viendo una ganancia en esta forma de gobierno, porque es en colectivo, aquí todos actuamos, todos hablamos y entre todos tomamos las decisiones”.
La propia JBG ha dicho: “El pueblo vio la necesidad. De no darse cuenta, todo seguiría igual. Por ejemplo, de la salud están formadas comisiones. Toman cursos sobre los conocimientos de nuestros antepasados y rescatan las medicinas tradicionales. Las parteras también. Se estaba olvidando todo eso. ¿Por qué tiene que rescatarse la sabiduría de los antepasados? Porque no hay alternativa, porque si vas a un centro de salud oficial, lo que recibes es el desprecio. Entonces, el pueblo, ¿para que va a ir a morir allá? Prefiere morir aquí dignamente con su medicina. Entonces con base en eso el pueblo se organiza, se preocupa en nombrar su comisión. ¿Qué es su trabajo? Coordinar los promotores de salud de esos pueblos. ¿Cómo se capacitan? Entre todos. Además, ya hay más posibilidad de que llegue alguien de otro país o nacional, ‘yo soy médico y quiero colaborar’, y le decimos adelante, échanos la mano”.
De manera expresa, las juntas zapatistas se presentan como una alternativa de gobierno regional basado en el servicio a los demás, en condiciones permanentes de resistencia. Desde 1994 algunos avances, como la creación de poblados y el establecimiento de clínicas, son notables. Hoy existe una secundaria en cada municipio y una primaria en cada comunidad. Las JBG buscan el equilibrio entre los municipios autónomos, han impartido justicia y resuelto conflictos agrarios. Todo esto bajo cerco militar y costosa contrainsurgencia.
“No distinguimos a nadie si es priísta o no, no sólo resolvemos problemas entre zapatistas y con no zapatistas. Resolvemos problemas entre priístas también, porque son muy oficialistas, pero la corrupción es tan grande en el gobierno oficial que a veces ya ni ellos lo soportan, entonces aquí se vienen a entender. Simplemente les damos nuestra palabra de razón. Les decimos que queremos la armonía, y no pedimos nada.”
En esta ocasión, la JBG de Morelia habla poco con el enviado, pero le permite presenciar las actividades cotidianas de un caracol donde todo sucede a la vista. Un día en la vida de un gobierno colectivo es muchas vidas y no basta, se necesitan más días. Sus trabajos son una constante necesidad de pensar y decidir.
“Vimos lo necesario de que los niños cambien de mentalidad porque si seguimos dando libros de la misma idiotología del gobierno, vamos a salir más idiotas. Dicen los abuelos: ‘Si nosotros somos inteligentes’.¿Qué es lo que nos ha hecho vivir hasta hoy en día a pesar de tanta injusticia? Sobre eso hablaron nuestros sabios. ¿Qué van a ir a aprender allá adentro? Es sólo maquillaje y aquí es vida. Allá se muere el espíritu de nosotros. En cambio, en los pueblos se aprende el amor, se aprende a compartir, a convivir”.
En la entrevista-mensaje dada a los grupos solidarios de Argentina, esta JBG aclara: “No rechazamos la ciencia, pero la aplicamos desde nuestra historia. Aquí vamos a formar un pensamiento más humanitario. No sólo estamos produciendo en lo individual, sino tenemos colectivos de hombres y mujeres en los pueblos. Igual cada municipio autónomo tiene sus trabajos. Mayoritariamente lo que producimos lo utilizamos para cubrir las necesidades de nuestros municipios. Trabajamos en lo que podemos, no somos una guía, pues. Nosotros simplemente hacemos nuestra realidad”.