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El Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora había convocado un Paro para el 2 de mayo como medida de presión frente a los asesinatos, las irregularidades con las cartas agrarias, las violaciones de una parte de la Guardia Nacional, la falta de compromiso por parte de gobernantes regionales que va en contra de los lineamientos de la revolución bolivariana, la ausencia de los créditos necesarios para trabajar la tierra, los múltiples casos de impunidad frente a los crímenes del sicariato contra dirigentes del movimiento campesino, entre muchas otras denuncias. Sin embargo, después de conversaciones con el Gobierno Nacional acordaron cancelar la acción para el día 2 y realizar un encuentro en busca del diálogo con las instituciones del estado implicadas en el nuevo proceso de democratización de la tierra y en la “guerra contra el latifundio” decretada por el Presidente Chávez.
La voluntad política de los campesinos de suspender la acción y construir un puente de comunicación representado en una asamblea que debía tener un carácter vinculante fue ignorada por las instituciones que se habían comprometido a participar, ya que ninguno de ellos acudió al encuentro que reunió campesinos de los estados de Apure, Barinas, Mérida, Zulia, Yaracuy, Lara, Cojedes y Guarico.
Desde la madrugada la Guardia Nacional desplegó un plan de seguridad que militarizó la región del Alto Apure y retrasó el inicio de las actividades previstas para empezar a las 10 de la mañana, intentando impedir que se hiciera efectivo el evento. Los autobuses que se trasladaban desde el sur del lago de Maracaibo (estados Mérida y Zulia) estuvieron retenidos por más de 5 horas en la alcabala “El Cantón”, en Barinas, con el argumento que se encontraban en una zona especial fronteriza y debían ser registrados. Los campesinos responsabilizaron al comandante del Teatro de Operaciones nº 1, Oswaldo Bracho, de las dificultades que tuvieron para llegar al evento y de las violaciones de los derechos humanos que vienen sufriendo desde que el general asumió su cargo en noviembre del año pasado.
Finalmente, la acción comenzó a la 1 de la tarde con una marcha las principales calles de Guasdualito. En 4 puntos distintos del recorrido había la presencia de la Guardia Nacional con equipos antimotines. Ninguno de los manifestantes respondió a esta provocación. Algunos de los lemas que se corearon durante el recorrido fueron “Los campesinos arrechos reclaman sus derechos”, “Viva la revolución bolivariana, viva el poder popular” y “Tierras y hombres libres”, parafraseando Ezequiel Zamora. A las 2 de la tarde la movilización llegó al gimnasio. Luego de un acto cultural, distintos líderes campesinos hicieron sentir sus demandas y debatieron sobre las proximas acciones. En asamblea se tomó la decisión de realizar una acción en Caracas sin fecha determinada y se declararon en movilización permanente.
Hay que recordar que la movilización viene precedida por un comunicado que catalogaba la convocatoria del Frente Campesino como un acto insurreccional e ilegal. Este comunicado estaba firmado por el alcalde distrital del Alto Apure, Jorge Rodríguez; el comandante del Teatro de Operaciones nº 1, Oswaldo Bracho; la comisionada del Gobernador para el Distrito del Alto Apure, Livia Sequera; el presidente de la Cámara de Comercio del Alto Apure, Gabriel Montilva, y dirigentes regionales de la Central de Cooperativas, del MVR, de MIDAA, de PODEMOS, de UPV, de Gente Emergente, de MEP, de PCV, del Frente Cívico-Militar, de la Reserva y Movilización Regional y el Prefecto del Municipio de Páez.
