Presionan para detener papeleras en Uruguay
GUALEGUAYCHU, Argentina, 9 (Reuters). Gualeguaychú solía ser una tranquila ciudad argentina. Eso era antes de que dos empresas europeas decidieran construir una de las mayores fábricas de papel del mundo a solo 45 kilómetros de allí, en el vecino Uruguay.
Ahora es un lugar con permanentes protestas de granjeros, ecologistas y políticos que temen que las plantas puedan traer lluvia ácida y un hedor a huevo podrido, y han salido a las calles para intentar bloquear el proyecto.
Su oposición a las plantas, que Uruguay espera puedan ayudar a su economía, ya generó roces diplomáticos entre los países.
“Nadie puede contener este pueblo en esta lucha. No vamos a ceder”, dijo Edgardo Moreyra, dirigente de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú, mientras en las puertas de la alcaldía de la ciudad estudiantes cantaban: “Aire limpio, agua limpia, !No a las papeleras!”.
Pero no es esta una típica batalla de David versus Goliath, de ciudadanos comunes contra grandes corporaciones.
Los manifestantes son respaldados por el Gobierno argentino, que quiere que los proyectos sean detenidos, y apuntan sus armas contra su pequeño vecino Uruguay, una nación de 3,4 millones de habitantes más conocido por sus pintorescos paisajes de campo que por humo de chimeneas.
Con las papeleras, el presidente izquierdista de Uruguay, Tabaré Vázquez, está lanzando el mayor proyecto industrial en la historia del país.
El ex presidente Jorge Batlle aprobó la inversión de ambas empresas por 1.700 millones de dólares para producir 1,5 millón de toneladas de pulpa de madera en la orilla del río Uruguay, una frontera natural entre Uruguay y la provincia argentina de Entre Ríos, donde viven los 80.000 residentes de Gualeguaychú.
Las plantas serán construidas con una separación de unos cinco kilómetros por la finlandesa Metsa-Botnia, la segunda productora de pulpa de Europa, y la española Ence ENC.MC.
La construcción de la planta de Metsa-Botnia comenzó en abril y se espera que la de la otra comience en octubre.
Funcionarios uruguayos esperan que las plantas quintupliquen las exportaciones forestales y que hagan subir un 8,0 por ciento las exportaciones totales.