La empresa de cemento en Venezuela había sido privatizada y hoy le ofrecen a Chávez al precio más alto del mercado mundial. A Venezuela le saldrá más barato traer ese material de construcción desde Uruguay reinvirtiendo los 18 millones de dólares que este país pagará por el petróleo. Así la empresa cementera se verá obligada a vender solamente al mercado “libre” dentro o fuera del país. Podemos imaginar a esos capitalistas corriendo hacia Colombia o Panamá para ofrecer su cemento bajando el precio que le piden a Chávez.
Gajes del oficio.
El programa de vivienda venezolano aspira a construir 3 millones de casas por el método de mejorar o ampliar igual cantidad de “ranchos” en 20 años, es decir unas 12 mil viviendas “mejoradas” por mes. Si se saca la cuenta de que cada año surgen miles de nuevos sin casa, con este plan se llegará a estar igual o peor. ¿Cómo se explica la insuficiencia de esa planificación? Si hoy la población urbana debe rondar los 20 millones, la rural unos 3 millones y la tasa de crecimiento poblacional gira alrededor del 2% anual, ello significa un mínimo de 12 mil nuevas familias por mes. ¿Y qué sucede con las otras personas no incluidas en el plan? No podemos imaginar que solamente la mitad de la población necesite arreglar su casa. El distrito federal de Caracas cuenta con poco más de 2 millones de habitantes, siendo la ciudad más “desarrollada”, donde en las villas miseria de la periferia y regiones aledañas viven mucho más de la mitad de sus moradores, cifra que aumenta vertiginosamente en las otras ciudades del país…
Hablar de mejorar 3 millones de ranchos en 20 años cuando sólo hoy se necesitan en lo inmediato al menos unas 4 millones de casas, de las cuales la mitad deben hacerla otra vez por completo y tomando en cuenta que la cantidad de mejoras se equipara a las nuevas necesidades por mes, suena un tanto inverosímil, por lo que nos atrevemos a insinuar de que trata más de un paliativo programático que una solución real.
Gajes del oficio.
Ni el libre mercado ni la planificación estatal consiguen resolver el problema de la vivienda. Parece pertinente la constitución de comités de moradores o pobladores sin casa que se autoorganicen para la ocupación de tierras, la autoconstrucción y el aprovechamiento de materiales locales, por ejemplo… la estatización de la famosa empresa cementera y su paso a control obrero bajo la forma de autogestión combinada con los comités populares de vivienda. La ocupación de las fábricas y canteras de esa empresa y la dirección obrera pasan a ser la orden del día. Lo importante es que esos colectivos obreros se articulen con los colectivos asamblearios de la población por localidades y barrios populares.
La estrategia Chávez de extender las redes de funcionamiento del capital sólo tendrá garantía estratégica hacia la sociedad sin clases si se asienta en la autoorganización social por territorios, en este caso tanto en las regiones controladas por el estado venezolano como por el estado uruguayo, de otro modo se estará favoreciendo el capitalismo de estado y no el avance hacia el socialismo cotidiano del Che.
Profesor J
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