LA “MAJNOVCHINA” de DANIEL GUÉRIN
MAKHNO y el ejercito insurreccional en Ucrania
RUSIA Y LA MACHNOVSTCHINA
NESTOR MAKHNO : Un campesino anarquista. Cristián Vila Riquelme
LA “MAJNOVCHINA”1
DANIEL GUÉRIN
Si bien la eliminación de los grupos anarquistas urbanos, pequeños núcleos impotentes, iba a ser tarea relativamente fácil, no sucedería lo mismo con los del Sur de Ucrania, donde el campesino Néstor Majno había formado una fuerte organización anarquista rural de carácter económico y militar. Hijo de campesinos ucranianos pobres, Majno contaba apenas treinta años en 1919. Participó en la Revolución de 1905 y abrazó la idea anarquista siendo muy joven. Condenado a muerte por el zarismo, su pena fue conmutada por la de ocho años de encierro, tiempo que pasó casi siempre encadenado en la cárcel de Butirki. Esta fue su única escuela, pues allí, con la ayuda de un compañero de prisión, Piotr Arshinov, llenó, siquiera parcialmente, las lagunas de su educación.
La organización autónoma de las masas campesinas que se constituyó por su iniciativa inmediatamente después del movimiento de octubre, abarcaba una región poblada por siete millones de habitantes que formaba una suerte de círculo de 280 por 250 kilómetros. La extremidad sur de esta zona llegaba al mar de Azov, incluyendo el puerto de Berdiansk. Su centro era Guliai-Polié, pueblo que tenía entre veinte y treinta mil habitantes. Esta región era tradicionalmente rebelde. En 1905, fue teatro de violentos disturbios.
Todo comenzó con el establecimiento, en suelo ucranio, de un régimen derechista impuesto por los ejércitos de ocupación alemán y austríaco. El nuevo gobierno se apresuró a devolver a sus antiguos propietarios las tierras que los campesinos revolucionarios acababan de quitarles. Los trabajadores del suelo tomaron las armas para defender sus recientes conquistas, tanto de la reacción como de la intempestiva intrusión, en la zona rural, de los comisarios bolcheviques y de sus requisas, gravosas por demás. Esta gigantesca rebelión campesina tuvo como alma mater a un hombre justiciero, una especie de Robin Hood anarquista, a quien los campesinos llamaban “Padre” Majno. Su primer hecho de armas fue la conquista de Guliai-Polié, a mediados de septiembre de 1918. Pero el armisticio del 11 de noviembre trajo consigo la retirada de las fuerzas de ocupación germano-austríacas y brindó a Majno una ocasión única para reunir reservas de armas y materiales.
Por primera vez en la historia, en la Ucrania liberada se aplicaron los principios del comunismo libertario y, dentro de lo que la situación de guerra civil permitía, se practicó la autogestión. Los campesinos cultivaban en común las tierras disputadas a los antiguos terratenientes y se agrupaban en “comunas” o “soviets de trabajo libres”, donde reinaban la fraternidad y la igualdad. Todos –hombres, mujeres y niños– debían trabajar en la medida de sus fuerzas. Los compañeros elegidos para cumplir temporariamente las funciones administrativas volvían a sus tareas habituales, junto a los demás miembros de la comuna, una vez terminada su gestión.
Cada soviet era sólo el ejecutor de la voluntad de los campesinos de la localidad que lo había elegido. Las unidades de producción estaban federadas en distritos, y éstos, en regiones. Los soviets formaban parte de un sistema económico de conjunto, basado en la igualdad social. Debían ser absolutamente independientes de cualquier partido político y no se permitía a ningún político profesional tratar de gobernarlos amparándose tras el poder soviético. Sus miembros tenían que ser trabajadores auténticos, dedicados a servir exclusivamente los intereses de las masas laboriosas.
Siempre que los guerrilleros majnovistas entraban en una localidad, fijaban carteles que rezaban: “La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos (…). Los majnovistas sólo pueden ayudarlos dándoles consejos u opiniones (…). Pero no pueden ni quieren, en ningún caso, gobernarlos.”
Cuando, posteriormente, en el otoño de 1920, los hombres de Majno se vieron obligados a celebrar un efímero acuerdo de igual a igual con el poder bolchevique, insistieron en que se añadiera la siguiente cláusula: “En la región donde opere el ejército majnovista, la población obrera y campesina creará sus propias instituciones libres para la autoadministración económica y política; dichas instituciones serán autónomas y estarán ligadas federativamente –por pactos– con los organismos gubernamentales de las repúblicas soviéticas”. Consternados, los negociadores bolcheviques decidieron remitir esta cláusula a Moscú para su estudio; ni que decir que en la capital se la juzgó “absolutamente inadmisible”.
Uno de los puntos relativamente débiles del movimiento majnovista lo constituyó el escaso número de intelectuales libertarios que tuvieron participación directa en él. De todos modos, por momentos al menos, recibió ayuda exterior. Primero lo auxiliaron los anarquistas de Járkov y de Kursk que, a fines de 1918, se fusionaron en una alianza bautizada con el nombre de Nabat (Alarma), cuyo principal animador era Volin. En abril de 1919, celebraron un congreso donde se pronunciaron “categórica y definitivamente contra toda intervención en los soviets, convertidos en organismos puramente políticos y organizados sobre bases autoritarias, centralistas y estatistas”. El gobierno bolchevique consideró este manifiesto como una declaración de guerra, y el grupo Nabat tuvo que suspender sus actividades. En julio de ese año, Volin logró llegar al cuartel general de Majno y allí, de concierto con Piotr Arshinov, tomó a su cargo la sección de cultura y educación del movimiento. Fue también presidente de uno de los congresos majnovistas, que se reunió en octubre en la ciudad de Alexandrovsk, donde se adoptaron Tesis Generales que dejaban sentada la doctrina de los “soviets libres”.
En las reuniones del movimiento se congregaban delegados de los campesinos y de los guerrilleros, pues la organización civil era la prolongación de un ejército campesino rebelde que practicaba la táctica de las guerrillas. Esta fuerza era notablemente móvil, capaz de recorrer hasta cien kilómetros por día, no sólo merced a su caballería sino también a su infantería, que se desplazaba en ligeros vehículos suspendidos sobre flejes y tirados por caballos. Estaba organizada con arreglo a principios específicamente libertarios, tales como el servicio voluntario, la designación electiva de todos los grados y la aceptación voluntaria de la disciplina. Es de notar que todos obedecían rigurosamente las reglas disciplinarias, que eran elaboradas por comisiones de guerrilleros y luego validadas por asambleas generales.
Los cuerpos de guerrilleros de Majno dieron mucho que hacer a los ejércitos “blancos” intervencionistas. En cuanto a las unidades de los guardias rojos bolcheviques, eran bastante ineficaces. Sólo combatían junto a las vías férreas y jamás se alejaban de sus trenes blindados; al primer fracaso, se replegaban y, muchas veces, ni siquiera daban tiempo a sus propios soldados para volver a subir. Por ello inspiraban poca confianza a los campesinos que, aislados en sus villorrios y privados de armas, habrían estado a merced de los contrarrevolucionarios. “El honor de haber aniquilado la contrarrevolución de Denikin en el otoño de 1918, corresponde principalmente a los insurrectos anarquistas”, escribe Arshinov, cronista de la majnovchina.
Majno se negó en todo momento a poner su ejército bajo el mando supremo de Trotski, jefe del Ejército Rojo, después de que las unidades de los guardias rojos se fusionaron en este último. El gran revolucionario creía su deber encarnizarse contra el movimiento rebelde. El 4 de junio de 1919, dictó una orden por la cual prohibía el próximo congreso de los majnovistas, a quienes acusaba de levantarse contra el poder de los soviets en Ucrania, estigmatizaba como acto de “alta traición” cualquier participación en dicho congreso y mandaba arrestar a sus delegados. Iniciando una política imitada dieciocho años después por los stalinistas españoles en su lucha contra las brigadas anarquistas, Trotski se negó a dar armas a los guerrilleros de Majno, con lo cual eludía su deber de auxiliarlos, y luego los acusó de “traidores” y de haberse dejado vencer por las tropas blancas.
No obstante, los dos ejércitos actuaron de acuerdo en dos oportunidades, cuando la gravedad del peligro intervencionista exigió su acción conjunta. Primero, en marzo de 1919, contra Denikin, y luego, durante el verano y el otoño de 1920, momento en que las tropas blancas de Wrangel llegaron a constituir una seria amenaza, finalmente eliminada por Majno. Una vez conjurado el peligro extremo, el Ejército Rojo no tuvo reparos en reanudar las operaciones militares contra los guerrilleros de Majno, quienes le devolvían golpe por golpe.
A fines de noviembre de 1920, el gobierno, sin el menor escrúpulo, les tendió una celada. Se invitó a los oficiales del ejército majnovista de Crimea a participar en un consejo militar. Tan pronto como llegaron a la cita, fueron detenidos por la Cheka, policía política, y fusilados, previo desarme de sus guerrilleros. Simultáneamente, se lanzó una ofensiva a fondo contra Guliai-Polié. La lucha entre libertarios y “autoritarios” –lucha cada vez más desigual– duró otros nueve meses. Por último, Majno tuvo que abandonar la partida al ser puesto fuera de combate por fuerzas muy superiores en número y equipo. En agosto de 1921 logró refugiarse en Rumania, de donde pasó a París, ciudad en la que murió tiempo después, pobre y enfermo. Así terminó la epopeya de la majnovchina, que fue, según Piotr Arshinov, el prototipo de movimiento independiente de las masas laboriosas y, por ello, sería futura fuente de inspiración para los trabajadores del mundo.
MAKHNO
y el ejercito insurreccional en Ucrania2
Pocos acontecimientos históricos nos son tan desconocidos como el movimiento revolucionario que vivió Ucrania entre 1918 y 1921. No es extraño, una vez que la facción bolchevique impuso su dictadura político-militar en el área de influencia de la Rusia zarista, se dedicó a erradicar cualquier signo o memoria de los hechos que no se ajustaban a sus cánones. Así silenció los motivos e implicaciones de levantamientos revolucionarios como el de la ciudad de Cronstadt (1921) o el movimiento de masas, de inspiración anarquista, que significó la constitución del Ejército Insurreccional Ucraniano. En este último caso al silencio se unió el desprestigio de sus protagonistas, que fueron tildados de bandidos, y, en especial su líder Néstor Makhno, al que se tildó de bribón y perseguidor de judios.
Solamente los escritos y vivencias de los anarquistas que escaparon al exterminio en Rusia y que conocieron personalmente los hechos, nos dan una imagen más clara de esos acontecimientos. En especial la «historia del movimiento makhnovista» de Pedro Archinoff y «la revolución desconocida» de Volin (Vsevolod Mikaïlovitch Eichenbaum), ambos militantes del ejército makhonovista. Lo que sigue es un pequeño resumen de lo que realmente sucedió.
UCRANIA
Una de las más grandes y ricas zonas agrícolas del mundo, se la llamó «el granero de Europa». Sufrió ataques de turcos, polacos, alemanes y rusos hasta que finalmente hubo de integrarse al Impero de la Gran Rusia de los Zares. Ucrania, también llamada «la pequeña Rusia» cuenta con una población muy heterogénea etnográficamente y muy celosa de su independencia; así el control zarista nunca fue total y se producian periódicos levantamientos que fomentaron la existencia de partidas rebeldes de bandoleros (bossiaki) típica en el paisaje ucraniano.
La revolución de Octubre, que colocó a Kerensky al frente del gobierno republicano burgués en Rusia, en Ucrania se salda con el gobierno del «democrata» Petlura, líder de la burguesía nacionalista. El golpe de estado bolchevique que depone a Kerensky no se reproduce en Ucrania, fundamentalmente por la debilidad en el país del partido y su nula influencia sobre los campesinos. Naturalmente la proliferación de soviets y la expulsión de terratenientes se dan en Ucrania, pero generalizándose y expandiéndose con notable lentitud y, sobre todo, de una forma espontánea y poco organizada, resistiendo (mejor seria decir ignorando) las tentativas de infiltración y control por parte del Partido Bolchevique, a través de sus destacamentos militares. La terrible conmoción que convulsiona Ucrania tiene lugar tras la paz de Brest-Litovsk, firmada por los bolcheviques con los representantes militares austroalemanes. Lenin desea liquidar la guerra en Occidente para dedicarse a solventar los problemas internos.
Mediante este tratado se entrega Ucrania a los austriacos y alemanes, como salida al mar y depósito de víveres. El gobierno imperial alemán restablece y apoya el poder de los nobles y terratenientes, nombra un gobierno títere, el del hetman Skoropadsky, y se dedica al colosal saqueo de todo el país: materias primas, ganado, trigo, aves de corral… todo es confiscado y enviado a Alemania en cualquier modo de transporte posible.
El tratado de Brest-Litovsky, y sus terribles consecuencias para Ucrania, determinará un vasto y casi generalizado movimiento de resistencia popular; a la vez propiciará una sorda indignación contra el gobierno de la Gran Rusia y el odio hacia el Partido Bolchevique, como instrumento de la entrega del país a los alemanes y capaz de las más abyectas traiciones.
NÉSTOR MAKNO
Nació el 27 de octubre de 1889 en la aldea de Gulái-Pole distrito de Alexandrovsk del gobierno Ekaterinonslar en Ucrania.
Siendo de familia de campesinos pobres y muriéndo su padre a poco de nacer, tuvo que contribuir al mantenimiento de la familia (la madre y cuatro hermanos de corta edad) trabajando desde los 7 años como pastor de vacas y ovejas en verano y acudiendo a la escuela local en el invierno. Habiéndo conseguido una pequeña instrucción, comenzó a los 12 años a trabajar como peón en las granjas de los colonos alemanes que proliferaban en esa época en Ucrania. Compartía con un reducido grupo de peones y campesinos el odio hacia las injusticias cometidas por los señores.
Con 16 años participa en la revolución de 1905 y tras contactar con diferentes grupos políticos se organiza en el movimiento libertario realizando peligrosas misiones. En 1908 es apresado por las autoridades zaristas y condenado a la horca por asociación anarquista y participación en actos terroristas. Debido a su juventud la condena fue conmutada por la de prisión perpetua. Es trasladado a la prisión central de Moscú, allí aprovecha su gran biblioteca y traba amistad con Archinoff, también condenado a trabajos forzados. Arnichoff, mucho más culto que Makhno, le ayuda a instruirse profundamente en varias materias. Sometido a un duro régimen por su espíritu rebelde y la organización de protestas contrae una afección pulmonar. Es liberado en 1917, junto con todos los presos políticos, por la insurrección del proletariado en Moscú.
Vuelto a Gulái-Pole comenzó a desplegar una actividad militante incansable y en el verano de 1917, durante el gobierno del demócrata Keresky en Rusia, era presidente del soviet local, de la unión de campesinos regional y de la unión profesional de obreros metalúrgicos y carpinteros.
En ese momento los austroalemanes ocupan el país y el Comité clandestino revolucionario de la zona le encarga, debido a las grandes simpatías de que goza, organizar batallones de obreros y campesinos. Viaja a Moscú en junio de 1918 y se entrevista con teóricos anarquistas en busca de métodos para avanzar en la concienciación libertaria de los campesinos. Pero encuentra a los viejos anarquistas pasivos e indecisos con sus relaciones con los bolcheviques. Sólo recibe consejos estimables del anciano Kropotkin y recela de los bolchebiques tras una conversación con Lenin.
A la vuelta es apresado por los austriacos, obteniendo la libertad gracias a un judio de Gulaï-Pole que consiguió reunir una suma considerable. Ya en su región organiza con un trabajo enérgico partidas de guerrilleros voluntarios; la estrategia es apuntalar una región liberada desde la que extender la resistencia y a la vez concretar la revolución sobre bases libertarias. Sus mejores armas eran la temeridad y movilidad de sus escuadrones de caballería (más adelante organizó a la infantería en veloces carros de dos caballos típicos de la región) y, sobre todo, la complicidad de los campesinos, que lo ocultaban e informaban a pesar de las represalias y la quema de sus aldeas. Redactaba manifiestos sobre la Revolución Social, las comunas libres y organizaba reuniones continuamente.
Hay que detenerse en la leyenda negra atribuida a Makhno por los bolcheviques, leyenda que carece prácticamente de todo fundamento. Sin embargo el propio Volindestaca «debilidades de carácter de Makhno» negativas para el movimiento: su afición por la bebida que le producía rasgos autoritarios que le llevaron en alguna ocasión a decidir o imponer cosas al Consejo; reconoce que varios compañeros le señalaban a comandantes con iguales aptitudes que Makhno, en especial Kusilenco, excelente estratega, política y moralmente superior a Makhno; pero quizá por sus propias debilidades, Makhno era considerado más compañero, más digno de fiar por las masas campesinas. Más adelante veremos superficialmente las campañas organizadas contra los austro alemanes, contra las invasiones de los zaristas Denikin y Wrangel, contra los nacionalistas de Petlura y, finalmente, contra el ejército rojo dirigido por Trosky.
Es el caso que Makhno, que había recibido numerosas heridas a lo largo de los años, sufre un balazo en el vientre en marzo del 21 contra el ejército bolchevique, y, aprimeros de agosto es herido en siete ocasiones, la última en el cuello. Temiendo seriamente por su vida el Consejo resuelve su traslado al extranjero (Ucrania ya no es segura) para su curación. El 28 de agosto un destacamento logra romper el cerco bolchevique y cruza el Dniester con un nutrido grupo de heridos, entre ellos Makhno.
Una vez en Rumania la hostilidad de las autoridades le obliga a trasladarse a Polonia. Allí es arrestado, acusado de actividades antipolacas en Ucrania, y juzgado, quedando absuelto. Se traslada a Dantzing donde es otra vez detenido logrando huir a París auxiliado por los grupos anarquistas locales. Obligado a permanecer en París arrastra una existencia penosa, sin poder adaptarse al idioma y al ambiente y sufriendo terriblemente la evolución de sus heridas.
Esporádicamente procuraba mantener cierta actividad, cayendo luego en largos periodos inactivos. Intentó escribir todo lo sucedido en Ucrania pero sólo llegó al periodo de 1918 cuando llevaba tres volúmenes, que fueron editados tras su muerte en julio de 1935. Estaba casado y tenía una hija.
Durante su estancia en París Makhno demandó, mediante escritos y conversaciones , una mayor autodisciplina personal de los anarquistas y una organización capaz de dotar de efectividad y homogeneidad al movimiento. Parece que albó en una entrevista con miembros de la FAI, entre los que estaba Durruti, la capacidad organizativa del anarquismo español de esa época.
EL EJÉRCITO INSURRECIONAL Y SUS REALIZACIONES
Como es lógico no cabe hablar de un gran ejército regular sino más bien de columnas armadas compuestas principalmente por campesinos y obreros de la región dirigidos por Comandantes designados por el Consejo revolucionario, que se encargaba de su coordinación.
Este Consejo, a la vez que atendía las vicisitudes de la guerra, tenía la tarea de llevar a cabo las resoluciones de los «congresos nacionales de soviets libres». Se puedieron realizar tres congresos durante esos años, tomando una serie de medidas económicas y sociales, la mayoría de las cuales no pudo llevarse a cabo porque regiones enteras pasaban de una a otra mano en el devenir de la guerra.
Precisamente el primer congreso, el 23 de enero de 1919 en Grande Mikhaïlovka, arbitró la composición y atribuciones del Consejo revolucionario. Las decisiones que tomase tendrían carácter ejecutivo pero no autoritario. La función principal del Consejo y del Ejército Popular era la de liberar, proteger y extender zonas geográficas que quedaran en disposición de autoorganizarse en soviets y comunas agrícolas libres. Además debían velar para impedir cualquier dictadura partidista, incluida la de los diversos partidos revolucionarios de izquierda. Se confiaba así en la organización espontánea de las masas y en el carácter constructivo innato de la persona. El ejército constituyó el eje vertebrador de un vasto movimiento revolucionario y totalizador que llegó a extenderse a casi toda Ucrania. Sus efectivos no llegaron a sobrepasar los 20.000 combatientes, aunque se insiste en el hecho de que contando con los debidos medios materiales hubiese sido posible armar a 200.000 voluntarios.
Evidentemente con un ejército tan formidable como el que se podía haber formado la revolución soviética pudo haber sido distinta. Las regiones liberadas llegaron a tener nueve millones de habitantes, encontrándose entre ellas las principales ciudades de Ucrania.
Sin embargo el constante estado de movilización y de guerra determino que los esfuerzosse aplicaran en mayor medida al terreno militar y menos a las tareas constructivas. La fuerte represión zarista había impedido la consolidación de sindicatos u organizaciones campesinas. En 1918 por tanto se encontraban en un tímido proceso de constitución. Además la existencia de un ejército permanente, que como todos los ejércitos va generando una mentalidad específica autoritaria y un carácter de profesionalización, entorpeció al desarrollo del movimiento. Por último se carecía de suficientes componentes «intelectuales». Aunque cientos de militantes anarquistas lograron llegar hasta Ucrania huyendo del exterminio bolchevique, la gran mayoría eran obreros y campesinos que pasaban a engrosar el ejército. De hecho los comandantes y miembros del Consejo eran, en su mayor parte, reconocidos anarquistas. Volin al que se puede considerar uno de esos escasos intelectuales , estaba encargado de diversos cometidos, el principal de los cuales era la coordinación de los periódicos. Principalmente de los siguientes:
«Camino hacía la libertad» -diario o semanario según las posibilidades- que trataba de hacer accesibles las ideas libertarias.
«El Nabate» semanario fuertemente teórico y bastante doctrinario (no hay que olvidar que el movimiento Makhnovista mantenía estrechas relaciones con la Confederación de grupos anarquistas Nabate).
«la voz del Makhnovista» periódico más implicado en los problemas diarios y sus soluciones.
También se editaron millares de ejemplares de un grueso folleto: Tesis generales de los insurgentes revolucionarios sobre los soviets libres, que resumía los puntos de vista del movimiento sobre cuestiones diversas e importantes como la organización económica de los soviets y las regiones liberadas, las bases de la futura sociedad, las soluciones a los problemas de defensa, la administración de justicia, etc.
AVATARES DE LA GUERRA Y FIN DEL EJÉRCITO INSURRECTO
Desde la revolución de febrero de 1917, que derrocó a los Zares, la burguesía ucraniana tomó al pie de la letra la declaración sobre la libertad de los pueblos emitida por los partidos de izquierda rusos y se dedicó a organizar la independencia nacional, primero sobre una base militar (Consejo militar general) y después política (con su Rada o Parlamento). En diciembre de 1917 la Rada proclama la independencia y los bolcheviques, recién instalados en el poder en la Gran Rusia, olvidan sus antiguas proclamas y envían grandes fuerzas al país.
El movimiento independentista se bate en retirada, acosado por los bolcheviques, cuando el tratado de Brest-ditovsk abre la puerta a los austroalemanes. Los bolcheviques se retiran para dejar paso al nuevo ejército de ocupación, que proclama el gobierno títere de Skoropadsky. La tremenda reacción popular contra el nuevo gobierno, determina que cientos de miles de ucranianos se apresten expontáneamente a la revuelta contra los austroalemanes y sus aliados, la nobleza y los terratenientes ucranianos. Esta reacción es aprovechada por los nacionalistas burgueses, liderados por Petlura, que disponen de medios para armar a buena parte de los descontentos y establecen un Directorio, encabezado por el propio Petlura. Disponiendo de enormes recursos humanos los petluristas ocupan varias ciudades y obligan a Skoropadsky a huir ocupando entonces casi todo el país.
Sin embargo el sur de Ucrania no es permeable al avance petlurista, el ejército insurrecional revolucionario en formación le asesta serios reveses militares. Los bolcheviques vuelven a ocupar buena parte de Ucrania. La situación se complica todavía más cuando en diciembre del 18 se inicia la primera contraofensiva de los monárquicos, encabezada por el general Denikin. El general zarista Chkuvo penetra en el sur y entabla batalla con los makhnovistas no logrando vencer se establecen frentes sólidos durante seis meses. Se produce un acercamiento forzado bolchevique-makhnovista para afrontar la nueva amenaza hasta abril del 19 en que los bolcheviques reanudan su campaña de despretigio y declaran contrarevolucionario el Tercer Congreso de Soviets Libres.
Trosky afirma preferir una victoria de Denikin en Ucrania que permitir la expansión de los makhnovistas y la contaminación de las masas. En junio se produce una campaña militar en toda regla para impedir el desarrollo del Cuarto Congreso e intentan liquidar físicamente a Makhno. Este mes se produce la ofensiva final de Denikin y los makhnovistas denuncian que los bolcheviques han abierto el frente para permitirle el paso.
Trosky subestima a Denikin y sus formidables recursos materiales. Destacando un ejército escogido en Ucrania, Denikin cruza el país y penetra profundamente en la Gran Rusia, directamente hacía Moscú, aniquilando los regimientos rojos a su paso. Los makhnovistas retrocen lentamente, por espacio de cuatro meses, mientras se reagrupan y combaten distrayendo fuerzas de la ofensiva contra Moscú; Denikin ve peligrar su ataque con su retaguardia insegura. Finalmente, el ejército insurrecional ataca sorpresivamente el grueso del ejército de Denikin y en la batalla de Uman los aniquilan casi completamente, ocupando, también por sorpresa, las principales ciudades del país, que no estaban informadas del resultado de la batalla. Con los bolcheviques al norte y los makhnovistas al sur, Denikin se retira definitivamente a Crimea y los bolcheviques vuelven en noviembre de 1919 a irrumpir en la Ucrania makhnovista. Emplean entonces una doble táctica, avitan los enfrentamientos directos atacando y ocupando las aldeas menos defendidas para debilitar la base social del makhnovismo y emplea principalmente fuerzas letonas, chinas y siberianas para dificultar su captación por el ejército insurreccional, tal y como se había producido en la etapa de Denikin. Según afirma Volin, no menos de doscientos mil campesinos y obreros, supuestos simpatizantes de Makhno, son fusilados o mutilados por los bolcheviques; un número superior es conducido hacia Siberia en esta etapa. Estas acciones se justifican como «represión del bandolerismo». La táctica del ejército insurrecionalista es evitar la batalla definitiva con unas fuerzas abrumadoramente superiores y atacan los pequeños destacamentos, ejecutando en el acto a oficiales y comisarios, procurando atraerse a los soldados -reclutados a la fuerza-.
Pero bolcheviques y makhnovistas suspenden las hostilidades en abril de 1920, Wrangel penetra desde Crimea con las últimas reservas de los ejércitos zaristas. Se intenta el entendimiento con los bolcheviques y se inicia una campaña conjunta contra «los blancos» que son derrotados en noviembre con la entrada en Crimea de destacamentos makhnovistas que duraría nueve sangrientos meses.
El ejército insurrecional diezmado por la larga guerra, apenas disponía de 3000 combatientes activos, contra el que se cierra una tenaza de «ejércitos rojos» de 150.000 efectivos.
Maniobrando en pequeños grupos de cien combatientes el ejército insurreccional sólo puede aplicar una táctica de guerrillas en un país castigado por la sequía. Los grupos van siendo aniquilados y durante el verano de 1921 prácticamente todos los comandantes makhnovistas mueren en combate o son ejecutados. En agosto un grupo de menos de cien jinetes logra cruzar el rio Dniester, el día 28, con unos treinta heridos, entre ellos Makhno. Definitivamente aniquilado el ejército insurrecionalista, los bolcheviques dedican los meses siguientes a la «limpieza total» de Ucrania. En los años posteriores extirpan el recuerdo de lo que representó la makhnoschina y el movimiento anarquista.
RUSIA Y LA MACHNOVSTCHINA
Durante cerca de un año en toda una región la Machnovstchina, al tiempo que combatía militarmente, crearon una forma nueva de orden social sin Estado: la comuna de trabajo libre y los soviets libres de los trabajadores. La historia oficial rusa deformó y calumnió este importante episodio histórico. Constituye él una luz que sigue siendo sugerente acerca de como organizar una sociedad justa y libre.
Veamos primero el contexto general en que se gesta este movimiento revolucionario.
En la Rusia de 1904, el zarismo imponía su poder, esclavizando al campesinado pobre, que enriquecía a él y a la Iglesia, a raíz de su trabajo y rentas que cobraba.
Después de la primavera de 1905, la situación general del zarismo se hizo difícil, a causa principalmente del fracaso experimentado en la guerra con el Japón.
Aprovechando la situación tanto los liberales como los revolucionarios emprendieron una violenta campaña contra el régimen. Logran conquistas en el plano de las libertades políticas.
Los atentados políticos se suceden con progresiva frecuencia. Violentas demostraciones y aun graves revueltas, estallan en diversas ciudades. En algunos lugares, las barricadas hicieron su aparición. En muchas provincias los campesinos se sublevan, desatando verdaderas represalias, quemando castillos, apoderándose de tierras, expulsando y aun ajusticiando a los propietarios. Se creó la Unión de Campesinos cuyo programa era socialista.
La inactividad y la impotencia manifiestas del gobierno enardecieron a las fuerzas de oposición y las revolucionarias. A comienzos de octubre se comenzó a hablar de huelga general y de revolución.
A mediados de octubre se largó la huelga general, ella abarcó toda Rusia. El gobierno debilitado cedió. El 17 de octubre el zar lanzó el famoso manifiesto en el declaraba conceder libertades políticas y convocatoria de la Duma.
Con las promesas el zar pretendía calmar a las masas, cerrar el camino de la revolución. Logró parte de sus propósitos, la huelga cesó. Pero la acción revolucionaria no cayó en el engaño y siguió su labor. Los anarquistas están presentes tanto en la huelga como en muchos episodios de ese momento histórico.
En 1914, los campesinos y trabajadores vuelven, por sus medios, a la escena política, levantados contra agrarios e industriales explotadores. Es ahí cuando el partido bolchevique, analiza que para poder implantar su poder en el estado debía usar los intereses y reivindicaciones predicados por los trabajadores para dirigirlos, como “frente”, contra el régimen monárquico e imponer su proyecto.
Vino la guerra y sus efectos. Millones de vidas sacrificadas. El régimen demostraba su incapacidad, su podredumbre, su bancarrota. El hambre atroz se generalizaba. Ya en enero de 1917 la situación se hizo insostenible. En febrero se agravó hasta la desesperación e indignación popular. Las masas salían a la calle y gritaban: “Pan, pan, no tenemos que comer… ¡Que se nos alimente o fusile a todos!
Después vendrá el pueblo en la calle, la sublevación militar, la caída del zar y el gobierno provisorio.
A partir del 17 de octubre el desenlace de esta etapa se aproxima. Las masas están dispuestas para un nuevo empuje revolucionario. Hay levantamientos de pueblo y tropa en distintos puntos.
Los socialistas revolucionarios de izquierda actúan junto a los bolcheviques. Los anarcosindicalistas y anarquistas, aunque mal organizados, están muy activos.
Y la revolución de octubre se concreta. Cae Kerensky y los bolcheviques toman el poder.
Pero en muchas regiones, la victoria no fue completa. Movimientos contrarrevolucionarios se perfilaron muy pronto y se extendieron hasta una verdadera guerra civil que duró hasta fines del año 1921. Uno de esos movimientos dirigido por el general Denikin, 1919, fue peligroso para el poder constituido. Llegó hasta las puertas de Moscú. Más tarde el peligro lo constituyó el general Wrangel. La mayor parte de estos intentos contrarrevolucionarios fueron sostenidos y alimentados por intervenciones extranjeras.
El anarquismo comenzó a tener cierto desarrollo. El bolcheviquismo en el poder combatió las tendencias anarcosindicalistas y anarquistas, no en el terreno de las experiencias sociales o ideológicas sino con los mismos métodos de represión que usó para los reaccionarios. Clausura de locales libertarios, propaganda perseguida, encarcelamientos y fusilamientos. Una concepción totalizante no admitía discrepancias o enfoques distintos. En Ucrania la persecución antilibertaria y los enfrentamientos consiguientes duró dos años.
La Ucrania campesina, revolucionaria y participativa
Las luchas campesinas en Ucrania tuvieron una figura aglutinante en Néstor Machno.
Este destacado militante libertario nació el 27 de Octubre de 1889 en Ucrania, desplegó una acción trascendente en este original movimiento revolucionario. Considerado por gran parte del pueblo como “padre” del movimiento, impulsó la construcción de una organización insurreccional revolucionaria. De un pueblo ya levantado espontáneamente contra la opresión social y política sufrida.
Hijo de campesinos pobres, con solo 7 años, trabajó como pastor, luego trabajó como peón de agrarios y ricos alemanes.
Con 17 años tiene su primer contacto con el ámbito político, que con la llegada de la Revolución de 1905, con gran entusiasmo en la lucha por la libertad de los trabajadores, se plega a las filas anarquistas. En 1908, cae en manos del poder zarista, cumpliendo una condena a trabajos forzosos durante 9 años. En éste tiempo, se integra totalmente a la lectura política y económica, saliendo de la cárcel en 1917, siendo un militante firme, muy capacitado en lo político y habiendo analizado tópicos militares.
Proclamó para los pueblos de Ucrania, la organización de comunas libres, desarrolladas autónomamente siendo ésta la forma que hallaron para solucionar los problemas que a éstos acechaban.
“Vencer o morir, he aquí lo que importa para los campesinos y obreros de Ucrania en el presente momento histórico. Pero no podemos morir todos; somos muchos, somos la humanidad. Por consiguiente venceremos. Pero no para repetir el ejemplo de años pasados, para poner nuestra suerte en manos de nuevos amos, venceremos para tomar el destino en nuestras manos y organizar según la propia voluntad nuestras vidas y nuestra verdad” (De los 1eros. manifiestos de Machno).
En 1918 los bolcheviques firman con las fuerzas austro-alemanas el tratado de Berst-Litovsk, permitiendo invadir Ucrania e imponer allí su poder noble y agrario, su represión e intensiones económicas sobre los bienes campesinos. El pueblo ucraniano, organiza destacamentos de guerrilleros, que asociados con Machno, organizan una unidad insurreccional revolucionaria, combatiendo la represión empleada contra ellos, que tendía a impedir la construcción de la sociedad igualitaria comenzada por los campesinos.
La Machnovstchina
El movimiento insurreccional y revolucionario de los campesinos y de los obreros de Ukrania tenía al principio el carácter de un mar de tempestad. No ofrecía un plan claro y preciso de organización. Después de la unificación de la mayoría de las corrientes insurreccionales bajo la dirección de Machno, el movimiento halló la unidad que le faltaba. Desde entonces se convirtió en un movimiento social-político, con su ideología, con un claro plan de lucha y de organización de la vida del pueblo. Estaban contra toda forma de organización dictatorial, por organizaciones campesinas y obreras en forma de soviets libres.
En octubre y noviembre de 1918 los destacamentos de Machno iniciaron un ataque general contra la reacción del hetman. Aprovechó debilidades de las tropas austro alemanas y se armaron a sus expensas. En un combate tenaz que duró tres días, las fuerzas de Machno ocuparon definitivamente Gulai-Polé. Se afirmó allí y organizó en el lugar el cuartel general de su ejército.
Pero el hetman tenía aún a Kief. Las fuerzas de Machno se dirigieron entonces hacia el norte. Ocuparon las estaciones de cruce: Tchaplino, Grichino, Sinelnikovo, llegando a la ciudad de Pavlogrado y volviendo hacia el oeste en dirección a Ekaterinoslav.
A esta altura se encontró con una fuerza: la petlurovstchina. Había reunido una gran cantidad de destacamentos de campesinos y controlaba esta zona. Trataron de atraerse a Machno y sus fuerzas. La respuesta fue contundente, la petlurovschina era un movimiento de la burguesía nacionalista ucraniana y ningún acuerdo podía haber entre una organización de obreros y campesinos libres y esta fuerza enemiga. Machno se organizó para el enfrentamiento militar, para expulsar a las autoridades de Pletura. Un comité bolchevique local ofreció poner bajo su mando los destacamentos obreros del partido. Machno aceptó la oferta. Las tropas de Machno entraron con audacia inesperada por tren y ocuparon la estación. Se dio la batalla que acabó con la derrota de los pleturianos. Después continuaría la lucha por el control de la zona.
El peligro más grave estaba representado por la contrarrevolución de Denikin. Hacía la guerra a toda la revolución rusa. Su fin era restaurar la monarquía. Esperaban afirmarse en esta zona donde estaba la fuerza de Machno para después desplegar una acción más general. Para enfrentar esta gran fuerza contrarrevolucionaria el ejército de Machno, a esa altura contaba con 20.000 combatientes, debía reforzarse. El Congreso de campesinos decidió entonces declarar una movilización voluntaria. La respuesta de los campesinos y obreros fue formidable, tanto que no hubo armas para tantos combatientes.
Después de varias batallas los destacamentos de Denikin se batieron en retirada. Los guerrilleros machnovistas ocuparon varias estaciones de ferrocarril y dos ciudades importantes. Durante 6 meses la guerrilla machnovista detuvo a las fuerzas de la contrarrevolución.
Los bolcheviques llegaron mucho más tarde. La guerrilla ya había expulsado de la región a los denikianos. El primer encuentro de los bolcheviques con Machno se produjo en un marco de alabanzas y reconocimientos para la lucha de la guerrilla machnovista. Se realiza un acuerdo para el combate conjunto contra los enemigos contrarrevolucionarios.
Poco después los bolcheviques intentan controlar a las fuerzas machnovistas e imponer su modelo de organización social y militar. Se le quitaba toda autonomía a esta enorme fuerza. Para ello comienzan una lucha organizada contra la machnovichina, los periódicos oficiales atacan a los líderes revolucionarios y comienzan a ser arrestados muchos combatientes.
En estas condiciones el Consejo revolucionario militar convocó el tercer congreso de los campesinos, obreros y guerrilleros que se realizó el 10 de abril de 1919. Estuvieron presentes delegados de 72 distritos, que representaban a más de 2 millones de personas.
El congreso con prudencia establecía su forma de encarar la organización social en estas nuevas condiciones, una forma con autodeterminación, con socialismo y libertad, con participación efectiva y protagónica de la población.
AL final de sus tareas el congreso recibió un telegrama del comandante de la división bolchevique, Dybenko, declarando fuera de la ley a los organizadores del congreso y considerando el congreso mismo como contrarrevolucionario. El autoritarismo totalizante ahogaba en represión esa rica experiencia popular, donde los oprimidos se organizaban en libertad y teniendo control directo de su destino.
El heroísmo y la convicción revolucionaria de los machnovistas.
Hubo episodios que pintan de cuerpo entero el heroísmo de los combatientes machnovistas y del propio Machno. Se planteaban lo imposible y lo realizaban. El hecho que extraemos quizás grafique elocuentemente esta actitud que fue general.
En un suceso de lucha contra el poder austro-alemán, los 30 guerrilleros junto a Machno, se ven acorralados por las guardias militares que los agrarios disponían. Los obligan a retirarse al fuerte Dibrivik, cerca de la Gran Mikailouka. No teniendo ninguna salida libre de enemigos y portando solamente fusiles y una metralleta, los combatientes deciden luchar hasta las últimas consecuencias, llegar hasta Mikailovka y atacar al enemigo.
Los guerrilleros se dirigen hacia la aldea, comenzando el ataque, por reconocer la fuerza que el enemigo tenía. En la plaza de la aldea, una gran cantidad de militares, decenas de ametralladoras y centenares de caballos, esperaban órdenes, cuando sorpresivamente, un grupo de 6 guerrilleros irrumpe a fuerza de temperamento y fusil, contra la guardia agraria, mientras el resto del grupo junto a Machno ataca por otro flanco. Desconcertados por el inesperado ataque, los defensores de la nobleza extranjera se dan a la fuga, ocupando la región el campesinado machnovista, siendo en ésta ocasión, Machno, considerado como el “PADRE” del movimiento.
Sentían que estaban construyendo lo nuevo y lo daban todo por ese sueño. Ese sueño de socialismo y libertad que los tiempos indican como único camino para sustituir este capitalismo despiadado.
NESTOR MAKHNO:
Un campesino anarquista3
Cristián Vila Riquelme
Tal como durante los convulsionados días de la Guerra Civil española, cuando en Cataluña - a pesar de toda la violencia y las dificultades ocasionadas por aquélla - los aires libertarios mostraban ser más que simples utopías, en la agitada Ukrania de los años de la Revolución bolchevique, las comunas libres rurales, organizadas por el movimiento anarquista del campesino Néstor Makhno bajo el grito de “Tierra y Libertad”, daban paso a formas hasta ese momento inéditas de organización social. Como lo destaca Daniel Guérin en su obra El Anarquismo:
“La organización autónoma de las masas campesinas que se constituyó por su iniciativa inmediatamente después del movimiento de octubre, abarcaba una región poblada por siete millones de habitantes que formaba una suerte de círculo de 280 por 250 kilómetros. La extremidad sur de esta zona llegaba al mar de Azov, incluyendo el puerto de Brediansk. Su centro era Guliai-Polié, pueblo que tenía entre veinte y treinta mil habitantes. Esta región era tradicionalmente rebelde. En 1905, fue teatro de violentos disturbios.”
Con la “toma” definitiva de Guliai-Polié a mediados de septiembre de 1918 por parte de los guerrilleros makhnovistas, comenzaron a aplicarse los principios del comunismo libertario y los campesinos se organizaron en comunas libres - cuyas unidades de producción estaban federadas en distritos que, a su vez, se federaban en regiones - y donde cada cual trabajaba según sus capacidades y sus fuerzas; además, quienes eran elegidos para cumplir tareas administrativas, una vez terminadas sus gestiones, volvían a sus labores habituales. De ese modo, en todo ese vasto territorio, la sociedad rural se organizó según el principio de la autogestión libertaria. Este movimiento fue conocido por una derivación del nombre de su principal gestor: la makhnovitchina, sin que por eso cayera en prácticas de tipo autoritario. Tanto así que, cada vez que los guerrilleros makhnovistas entraban a alguna aldea o región, colocaban carteles con la siguiente leyenda:
“La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos […]. Los makhnovistas sólo pueden ayudarlos dándoles consejos u opiniones […]. Pero no pueden ni quieren, en ningún caso, gobernarlos.”
(en Néstor Makhno, el cosaco de la anarquía; Alexander Skirda).
Lamentablemente, y por razones parecidas al ocaso del movimiento anarquista conducido por Buenaventura Durruti en la Cataluña de los años 30, en plena Guerra Civil, el movimiento makhnovista hubo de luchar constantemente una guerra de guerrillas implacable, atacado tanto por el Ejército Rojo de los bolcheviques como por el Ejército Blanco de los zaristas de Denikin y Wrangel, que le impidió llevar a buen fin sus proyectos de organización social.
Nacido el 27 de octubre de 1889, Néstor Makhno fue el quinto hijo de una familia de campesinos pobres originarios de Guliai-Polié, y realizó todos los trabajos propios de su condición, interrumpiendo su educación escolar - impartida sólo en invierno - a los doce años. Con la revolución de 1905 adhirió a las ideas libertarias y participó en diferentes acciones en contra de la reforma de Stolipin, tales como incendios de propiedades señoriales y de campesinos ricos. Por la muerte de un comisario de policía fue arrestado en 1908 y condenado a la pena capital, pena que le fue cambiada por trabajos forzados a perpetuidad a causa de su edad. En prisión, como ha sido el caso de muchos revolucionarios a lo largo de la historia, Makhno no sólo completó su formación libertaria, gracias a un viejo anarquista, Piotr Archinov (autor, posteriormente, de un libro imprescindible: El movimiento makhnovista), sino que también aprendió gramática rusa, historia y economía política.
Pronto se destacó por su irreductible y recalcitrante rebeldía, que expresaba a través de incendiarios y casi cotidianos panfletos, lo que además lo condujo a pasar la mayor parte de su estadía en la prisión central de Moscú encadenado o incomunicado. Apenas liberado como consecuencia de la revolución de febrero de 1917, Makhno regresó a su Ukrania natal para organizar la Unión de Campesinos de Guliai-Polié, según los preceptos del comunismo libertario.
Incorporados al Soviet de campesinos y obreros de la aldea, Makhno es elegido presidente de éste, y a finales de agosto de 1917, dicho Soviet procede al “desarme de toda la burguesía y a la abolición de sus derechos sobre los bienes del pueblo”, ejemplo seguido rápidamente por los diversos Soviets ukranianos.
Luego de la revolución de octubre, la consigna bolchevique: La tierra para los campesinos, las fábricas para los obreros, produjo grandes ilusiones en los medios anarquistas, pero dichas ilusiones se vienen rápidamente por tierra al surgir el verdadero carácter del partido bolchevique y de su revolución “de arriba hacia abajo” - o a través de la Dictadura del Proletariado. Dicha impostura es denunciada también por Makhno, que se transforma por ello en “el enemigo que hay que eliminar” y es presentado por los bolcheviques como un simple y vulgar bandido, fanático y cruel. Lo que no les impide aliarse en dos oportunidades al movimiento makhnovista para luchar contra Denikine y Wrangel, y una vez establecida la victoria sobre los Ejércitos Blancos, eliminarlo, persiguiéndolo incluso más allá de su muerte en el exilio en París (por la tuberculosis adquirida en las prisiones zaristas), el 27 de julio de 1934, al tratar de minimizar su importancia histórica dentro del movimiento social y revolucionario.
Como lo destaca en esa fecha Pierre Berland, corresponsal de Le Temps - ancestro de Le Monde - en su artículo necrológico:
“Los periódicos soviéticos no encontraron un espacio para consagrar al líder anarquista un artículo necrológico, ni siquiera una línea al pie de su sexta página para anunciar su muerte… Sin embargo, es una figura bien especial este Néstor Makhno y ninguna conspiración de silencio podrá hacer olvidar el papel importante que el popular ‘Batko’ tuvo durante la revolución rusa, en particular en la lucha contra Denikine. […] ¿Su programa político? Anarquista, quiso otorgar a los campesinos la tierra, a los obreros las fábricas, con toda propiedad y les aconsejó organizarse en federaciones de comunas libres. Es decir vio sus enemigos en los generales blancos que querían el retorno de los grandes propietarios rurales. […] Se alió varias veces con los bolcheviques, que consideraba por el momento como un mal menor. […] Los actos de pillaje, de terror o de antisemitismo eran severamente castigados por Makhno y sus compañeros […] y trató de realizar algunas de sus ‘utopías’, la supresión de las prisiones, la organización de la vida comunal, las ‘comunas libres’, los ’soviets de obreros’ del cual no excluía ninguna categoría social. [Bajo ese efímero estado de cosas] la libertad de prensa fue completa, y se permitió tanto la publicación de periódicos socialistas revolucionarios de derecha y de izquierda como de órganos bolcheviques junto a publicaciones anarquistas. […] Está fuera de duda que la derrota de Denikine se explica por las insurrecciones campesinas que enarbolaban la bandera negra de Makhno, más que por los éxitos del ejército regular de Trotsky. Las bandas de partisanos del ‘Batko’ inclinaron la balanza a favor de los rojos, y si Moscú quiere hoy día olvidarlo, la historia imparcial lo tomará en cuenta”.