Sábado 3 de septiembre de 2005
Desaloja la policía parisina 2 edificios ocupados ilegalmente
París, 2 de septiembre. Cuatro días después de una serie de incendios en edificios ruinosos de la capital francesa -con saldo de 24 personas muertas-, la policía local desalojó hoy por la fuerza dos immuebles ocupados ilegalmente por 140 inmigrantes y extranjeros que demandan asilo político en Francia, lo que suscitó críticas de las organizaciones defensoras del derecho a la vivienda.
Las expulsiones ocurrieron un día después de que el primer ministro, Dominique de Villepin, prometió a las comunidades pobres de París la inmediata construcción de 28 mil hogares, algunos de los cuales estarán ubicados en los predios que la administración local destinaría para construir las instalaciones de la Olimpiada de 2012, cuya sede perdió esta ciudad.
El martes pasado, luego de los incendios del 26 y 29 de agosto, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, anunció la clausura de todos los inmuebles ocupados ilegalmente e insalubres.
Los ocupantes de las viviendas -conocidos por la palabra inglesa squatters- abandonaron pacíficamente los edificios situados en los distritos parisinos 14 y 19 -en el sur de la ciudad-, pero expresaron su inconformidad con el hecho de que los desalojos hayan ocurrido el mismo día del comienzo de actividades escolares en Francia.
La mayoría de los moradores de los inmuebles son originarios de Costa de Marfil, que de inmediato recibieron la solidaridad de agrupaciones promotoras de vivienda para familias pobres, y también de partidos políticos.
“Estamos de acuerdo en erradicar los squats, pero en dignas condiciones”, estimó Patrick Dutreligne, responsable de la Fundación del Abad Pierre.
Una decena de personas, entre ellas un senador y un diputado del opositor partido de los Verdes, intentaron oponerse en vano a este desalojo.
“Sarkozy ha pasado del discurso al acto en las peores condiciones e hizo desalojar por la fuerza, sin aviso previo”, denunció un responsable del Partido Socialista Francés, Patrick Bloche.
En Rouen, al noroeste de París, una camerunesa de 41 años prendió fuego a una funcionaria y se inmoló para expresar su descontento con una decisión judicial.