Central de trabajadores venezolanos informa que ocuparán 800 empresas paralizadas acompañados por las comunidades

10.Sep.05    Análisis y Noticias

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Viernes 9 de septiembre de 2005

Central chavista tomará 800 empresas que están paradas en Venezuela

Hay dos de Parmalat, una planta procesadora de Heinz y silos del grupo Polar

Caracas, 8 de septiembre.
La Unión Nacional de Trabajadores (UNT), central obrera afín al gobierno del presidente Hugo Chávez, tomará 800 empresas que están paralizadas en Venezuela, entre ellas las trasnacionales Parmalat y Heinz, informó su coordinadora, Marcela Máspero.

‘’Ante los ataques del neoliberalismo y del capitalismo, nosotros utilizaremos los mecanismos de los trabajadores, y ahora acompañados por las comunidades vamos a ocupar esas empresas'’, señaló Máspero, citada por el diario local El Universal.

La líder dijo que ya los trabajadores han tomado ocho empresas, incluidos los silos del grupo Polar y una planta procesadora de tomates de la compañía estadunidense Heinz.

Entre las instalaciones que han sido tomadas, algunas declaradas de utilidad pública y entregadas a cooperativas, y otras a petición de los empresarios endeudados, están dos de Parmalat, la de acero Sideroca, el frigorífico Fribarsa, la papelera Venepal y la textilera Inveval.

Parmalat rechazó las declaraciones de Máspero y precisó que las dos usinas que la UNT asegura están tomadas realmente están ‘’bajo administración extraordinaria del gobierno italiano, se encuentran operativas y están en la fase final de venta'’.

Parmalat calificó de ‘’intimidatoria'’ y fuera de la ‘’normativa legal'’ las declaraciones de la dirigente sindical y aseguró que la venta de las dos instalaciones está prevista en el plan de restructuración de la empresa italiana desde su quiebra en 2004.

Máspero dijo que las ocupaciones que realice la central chavista contarán con protección de los militares, porque ‘’nosotros mismos no podemos hacernos cargo de la seguridad'’. Afirmó que las tomas se decidirán primero y ‘’después se resuelve el asunto de la propiedad, pues siempre hay razón para la ocupación'’.

Según la constitución venezolana, el Estado puede intervenir empresas declaradas de ‘’interés social'’ por la Asamblea Nacional, después de que los tribunales definan sentencias o indemnizaciones.

Este año el gobierno ha intervenido dos empresas privadas: una industria de tubos y una procesadora de papeles que cerraron durante y después de un paro petrolero entre 2002 y 2003, que fueron declaradas de utilidad pública y entregadas a cooperativas de trabajadores.

La multinacional Heinz dijo que espera una explicación sobre la intervención de su tomatera, al sostener que esa usina estaba ‘’en receso'’ porque los campesinos proveedores de tomates habían incumplido con sus obligaciones.

Nota de Clajadep:
Sin duda que la ocupación de 800 empresas paralizadas significa una fuerte medida, sin embargo no hay que olvidar que en Rusia fueron ocupadas todas y dio en lo que dio, o sea, nada…
Según dijo Kropotkim a Lenin (ver nota en esta página) los soviets fueron neutralizados.
Sin la dinámica asamblearia de los soviets, obviamente la conducción del procesop de dio a través del aparato del estado, lo que tendió a fortalecerlo en vez de avanzar progresivamente a su extinción como era el “plan”.

En el caso venezolano no es posible interpretar sobre la base del purismo conceptual, por lo tanto entendemos que se trata de un proceso lleno de bemoles y contradicciones, siendo la principal de ellas la tensión entre la voluntad superestructural de dirigir los avances desde arriba y la lenta dinámica de autoorganización social.
La organización social está cruzada por el activismo de los militantes y funcionarios del estado que tratan de subordinarla a las decisiones por arriba, atentando gravemente contra la autonomía necesaria que asegure estrategicamente los avances sobre la base del poder popular efectivo, esto es un contrapoder que pueda encaminarse hacia el no poder.
El poder popular chavista no es más que la base de sustentación del aparato centralizador, por lo que no tiene destino, de modo que de continuar en esa vía, sólo les espera el precipicio.

La central obrera es ciegamente incondicional a la superestrectura dirigente, por lo que no queda clara su llamada a la comunidad a acompañar las ocupaciones, a menos que se trate de otra maniobra para envolver a la población en las fiestas de aparición de papá Noel con sus paquetes de regalo.

Creemos que de todos modos hay que recoger el guante y levantar la unidad de los trabajadores de cada centro laboral con la comunidad circundante.
En segundo lugar pensamos que es necesario aumentar los niveles de autoorganización de esas comunidades donde están insertas las empresas.
En tercer lugar es posible levantar la discusión del papel dirigente de esas comunidades en torno a las tareas de producción y distribución de bienes y servicios de las empresas ocupadas, tratando de superar las limitaciones de las ocupaciones argentinas.
En cuarto lugar es también positivo discutir acerca del sujeto interlocutor:
Quién habla con quién?
Los trabajadores de esa empresa?
La comunidad circundante? Aquí se entendería que la voz de los obreros estaría participando en la construcción de la voz de la comuna.

Pensamos que es prudente analizar la relación interna entre trabajadores y miembros de la comunidad circundante, relación que configuraría estrategicamente al sujeto emancipatorio: la comunidad que se apropia de los medios de producción, no por vía de sus representantes en la operación de la máquina: los obreros, sino de manera tal que sea propiedad del pueblo de facto, y al serlo, deja de serlo, pues muere como posesión exclusiva y excluyente. Esto último se relaciona con la no necesidad del socialismo para avanzar al comunismo, con lo que la estrategia de consolidación del aparato del estado en nombre del socialismo se pondría en contradicción con el desarrollo de las fuerzas sociales, esto es, un obstáculo.

La idea no es lanzarse contra el aparato de Chávez, como hacen algunos compañeros deseosos de separar aguas para que se note el perfil de su propuesta alternativa y vengan a simpatizar detrás de ellos, a ver quien suma más fuerzas, si ellos o los otros, sino de desarrollar la práctica de la autonomía y la autoorganización social.

En este caso hay un terreno concreto: el llamado a ocupar las 800 empresas y la invitación a las comunidades a acompañarlos.

¿Hay que desechar ese llamado, criticarlo, hacerlo pedazos, para decir o conceptualizar cuál sería el llamado más apropiado?

La tarea fundamental de los revolucionarios, autónomos y libertarios no es pasarse criticando para decir con palabras lo que está mal y lo que hay que hacer, de esa manera sólo estaremos asegurando la sobrevivencia impoluta de los buenos para continuar posteriormente llorando con buenos argumentos sobre la leche derramada, sino construir la autononía.

La tarea fundamental es disputar paso a paso, asamblea a asamblea, reunión a reunión, en el interior de las dinámicas sociales, contra la práctica burocrática, haciendo otra práctica más horizontal, más asamblearia.

Para ello sirven de mucho las experiencias argentinas de asambleas autónomas, donde los compañeros se han desgastado intentando sembrar pequeñas y grandes semillas concretas con todo el peso que ha significado la presencia de la izquierda tradicional que se ha dejado caer en las asambleas para someterlas o hacerlas pedazos.

No hay otro camino.

No habrán caminos puros.

Hay que prepararse (es decir, estudiar, hacer escuelas de cuadros, intercambiar experiencias) para pasarse la vida discutiendo con el reformismo, la burrocracia, el dirigismo, el hegemonismo, etc. pero habrá que evadir las cuestiones teóricas e ideológicas, para aprender a adentrarnos en el ser de los artesanos de la cotidianeidad, la costura con hilo fino de los detalles que hacen a la prxis de la nueva sociabilidad, salir de las casas y vivir la comunidad.

Para ello sirven tremendamente las ideas de Marx de Los Manuscritos de París:

“Cuando los obreros comunistas se reúnen [a planificar su acción política revolucionaria]… se apropian… de una nueva necesidad: la necesidad de la sociedad y lo que parecía ser el medio se convierte en el fin. Fumar, beber, comer, ya no son pretextos de reunión o medios de unión. La asamblea, la asociación y la conversación… les bastan; en ellos la fraternidad no es una frase vacía, sino una verdad, y la belleza de la humanidad brilla en esos rostros endurecidos…” (Marx, f: 170).