Foto de arriba: Marcos
Foto del medio: Acompañado por el mayor Rolando, Marcos llega a la sexta reunión preparatoria.
Foto de abajo: Comandancia
Domingo 11 de septiembre de 2005
Dice que el EZLN se propone organizar resistencia y rebeldía y hacerlas colectivas
Las campañas electorales, simulación con profundo desprecio por la gente: Marcos
Informa que hasta el 5 de septiembre han suscrito la Sexta cientos de organizaciones nacionales y extranjeras Criticó “la vista de la ahora fatigada intelectualidad progresista”
La Jornada
Poblado autonomo zapatista Javier Hernandez, Chis. 10 de septiembre. Las campañas electorales son “ofertas de temporada”, una “simulación” y un “espectáculo” con un “profundo desprecio por la gente”, afirmó el subcomandante Marcos, quien añadió que para entenderlas hay que verlas “como un programa televisivo de venta de artículos”.
Dijo que el “sobreprecio” que se paga por el “producto” es “escandaloso”, sobre todo “si uno ve el ‘debate’ entre los aspirantes panistas, la farsa de democracia interna del Partido Revolucionario Institucional (PRI), o el vocerío histérico perredista, que grita ‘¡al ladrón, al ladrón!’ mientras se guarda las ligas”.
Agregó que con tanto “grito” y advertencias “contra la derecha, el innombrable y el populismo”, en las próximas elecciones presidenciales “tal vez algún ingenuo, que los hay, se aturda y elija el menos peor de los espots publicitarios”, aparentemente en alusión a Andrés Manuel López Obrador.
Afirmó que la otra campaña a que ha convocado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) -un “despropósito a contrapelo”- se propone organizar la resistencia y la rebeldía y hacerlas colectivas para convertirlas en un movimiento de transformación profunda y radical, con los de abajo, desde abajo y para los de abajo, porque lo que falta es “otra forma de hacer política”.
Marcos expresó lo anterior en el mensaje con que inició hoy por la mañana en este poblado zapatista la sexta y última reunión preparatoria de la otra campaña -la reunión general está programada para el 16 y 17 de septiembre-, a la que asisten representantes de más de 200 organizaciones y decenas de observadores.
En nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN, la bienvenida la dieron los comandantes Pablo y Ofelia, quienes reiteraron la exigencia de que se respeten sus derechos como indígenas.
Después tomó la palabra Marcos, quien informó que hasta el 5 de septiembre han suscrito la Sexta Declaración de la Selva Lacandona 51 organizaciones políticas, 95 indígenas, 145 sociales, 395 no gubernamentales, colectivos y grupos, mil 371 personas nacionales y 314 organizaciones y personas internacionales.
Comentó que el debate “irregular” que se ha planteado en las reuniones preparatorias celebradas hasta ahora es qué significa ser de izquierda; si el agrupamiento de la izquierda va antes, después o durante el agrupamiento de un frente más amplio; si las elecciones se afrontan con espíritu crítico o, por el contrario, al son que toquen los medios y las encuestas; si hay que construir una organización o un movimiento, una estructura vertical y centralizada o una red horizontal.
Además, agregó, está el debate de los conceptos y las consignas, y de los tiempos y los lugares. En cada mensaje el subcomandante -quien, como en ocasiones anteriores, firmó decenas de autógrafos- ha ido dando pistas de cómo se irá desarrollando la Sexta Declaración.
“Ahora queremos señalar el reto de las palabras y los modos”, explicó, porque “hemos dicho que la otra campaña se propone escuchar y construir un espacio para escuchar, y la Sexta “supone que la construcción de este oído es una etapa a la que seguirán otras”.
El mayor Rolando, ayer en Javier Hernández FOTO Víctor Camacho
Pero esta primera etapa, precisó, es también “muy otra, no sólo porque es en sí misma un despropósito a contrapelo, también porque parte de algo común y va hacia algo diferente para construir una nueva identidad colectiva aún sin definir, una ‘otra cosa’”.
En uno de los más cortos discursos que ha pronunciado durante los seis encuentros celebrados hasta ahora cada fin de semana desde el pasado 6 de agosto, Marcos se refirió nuevamente a las campañas electorales:
“Allá arriba hablan y prometen, y eso significa que hay quien escucha las promesas, cree y espera y desespera que lo prometido se cumpla”, afirmó. Añadió que el efecto que buscan producir dichas promesas es “transformar en votos las creencias primero, y en espera pasiva después. Se habla de ofertas de temporada para una clientela que, primero, debe convencerse que su única opción es comprar uno u otro producto; después, que su única participación es elegir a quien o quienes tomarán en su lugar las decisiones que la afectarán; por último, que debe administrar su estado de ánimo en dos tiempos: tres años para desilusionarse y tres años para buscar una nueva ilusión”.
Insistió en que las campañas son una “simulación” por la que paga el “cliente”, es decir, el ciudadano. “Allá arriba simulan que hay proyectos diferentes, simulan que hay competencia, simulan que hay inteligencia y conocimiento; simulan que habrá cambios; simulan que harán otra cosa además de simular”.
Sostuvo que la televisión mexicana “retribuye las jugosas ganancias que ningún programa le da, y celebra el histrionismo de la clase política”. El ridículo de arriba, enfatizó, “se viste de gala y en la pasarela desfilan Carlos Salinas de Gortari, Roberto Madrazo, (Vicente) Fox, alguien del PAN -debe tener un nombre, pero a nadie parece importarle-, los grandes dineros con apellidos de páginas de sociales y Bolsa de Valores al alza”.
En seguida criticó a los intelectuales progresistas. “La vista de la ahora fatigada intelectualidad progresista edita y borra imagen y otro nombre: Andrés Manuel López Obrador. Seguramente el dar cuenta crítica de su presencia en el más perfecto retrato de la clase política mexicana ‘moderna’ sería hacerle el juego a la derecha”.
En esta parte del discurso de cuatro hojas que llevaba escrito, Marcos agregó a mano el siguiente párrafo: “Y cuando se hace el recuento del salinismo incrustado en el PRI y el PAN, se omite señalar a sus delegados en el PRD. ¿Por qué? ¿Callando su existencia y protagonismo dejan de estar y hacer en el partido que enarbola como única diferencia su antisalinismo, puesto que no hay diferencia en programas y principios?”
Luego expresó: “que hablen las encuestas y que callen el análisis y el debate”, al tiempo de apuntar que “si algo resume la campaña de arriba es el profundo desprecio que tienen por la gente, el desprecio a su inteligencia, pero también a su dignidad”.
Arriba, subrayó el dirigente zapatista, está el espectáculo y no hay ya más lugar que el de espectadores, a los que se les pide que ni siquiera imaginen que es necesaria y posible otra cosa, es decir, “la pereza como oferta mediática: no hagas, yo hago por ti; no hables, yo hablo por ti; no decidas, yo decido por ti; no pienses, yo haré como que pienso por ti”.
Manifestó que en medio de este panorama el “nosotros” crece cada vez más porque quiere “otra cosa, otra campaña”, con la cual se pretende escuchar y organizar.
“Nada menos pero nada más. No se promete más redención que la del trabajo y la lucha, ni más recompensa que la satisfacción del deber cumplido. Acá no se ofrecen puestos ni presupuestos, sino trabajos y sacrificios; no se ofrecen palancas, recomendaciones y servilismos, sino compromiso, inteligencia e imaginación; no se obtendrán ganancias, sino chingas; no se exige comprar, sino pensar; el calendario se hará mirando, caminando, escuchando, organizando abajo y a la izquierda.”
Mencionó que la Sexta Declaración “no eligió ir con la resignación y la rendición en esta vida para recibir la recompensa en la otra vida que ofrece la derecha”, pero tampoco escogió oír con la imposible neutralidad de un poquito de allá y otro poquito de acullá, ni chicha ni limonada, que pregona el centro”, sino que eligió escuchar con la vergüenza y la indignación de la izquierda; el dolor remarcando el carácter de explotación, desprecio y despojo del responsable de ese dolor: el sistema capitalista”.
La otra campaña, prosiguió, deberá escuchar la diferencia entre el dolor y los millones que lo padecen, porque, por ejemplo, “la palabra dolor no es lo mismo que la diga un mexicano a punto de cruzar la frontera o cuando es detenido del otro lado por la Border Patrol o por los del Minuteman Project, que un indígena cuando ve cómo con trampas es despojado simultáneamente de tierra y cultura.
Aclaró que la otra campaña también deberá construir el puente entre la palabra “dolor” y los diferentes que la nombran, situación que “sólo se calma con la lucha colectiva y sólo se alivia con una nueva relación social”. Ese puente, precisó, es el Programa Nacional de Lucha, de izquierda y anticapitalista.
En resumen, concluyó Marcos, la otra campaña está en esa frase evidente: falta lo que falta, que es otra forma de hacer política.