Organizaciones Sociales del Cauca: Resistencia Popular a la Invasión y la Tiranía

17.Oct.05    Análisis y Noticias

JUNTOS RECORDANDO LA MEMORIA Y CAMINANDO LA PALABRA

La historia se repite. Los invasores persisten en reducir la vida, mientras los pueblos, comunidades y sectores sociales caminamos la palabra y seguimos con dignidad la huella de la historia popular en busca de la vida y libertad. Mientras el poder hace crecer la miseria, el despojo y la violencia, los pueblos, comunidades y sectores sociales sembramos ideales y tejemos mecanismos de solidaridad.

Estamos en tiempo de resistencia. La invasión debe detenerse y los pueblos debemos retomar el curso de la historia, no se puede permitir que la vergüenza de los siglos continúe reinando en nuestra América. Hace cientos de años un sistema posó sus garras en nuestra tierra y desde entonces la diversidad ha sido perseguida y masacrada; la mentira es la voz del poder y la violencia la verdad de los poderosos.

Hoy, en este espacio vamos a recordar la memoria:

De un territorio que albergaba pueblos diversos, con infinidad de lenguas, donde no se conocía de hambrunas, ni las enfermedades atormentaban a las sociedades, donde la riqueza era una expresión de bienestar y no de vanidad o señorío, hoy nos encontramos en territorios disgregados, obligados al silencio o reproducir lenguas invasoras; a reemplazar los saberes ancestrales por una forma de vida basada en la competencia, la envidia y la delación; a vivir lejos de la naturaleza en medio de zonas deprimidas y contaminadas; en últimas a cambiar los valores y formas culturales por las que impone la sociedad de consumo:

No es gratuito: Que en el Macizo colombiano se experimenten nuevas formas de invasión con los batallones de alta montaña que superan en número a la población que por siglos habita estos territorios. Tampoco lo es que allí mismo se use la guerra química bajo el pretexto de combatir los mal llamados cultivos ilícitos; ni los continuos señalamientos de ser colaboradores de ejércitos que se compiten el control territorial o las detenciones masivas que se hacen bajo los mismos argumentos. Este nuevo modelo de colonización privilegia la presencia de sus fuerzas armadas que actúan como ejércitos de invasión en sus propios países, violando mujeres, controlando alimentos, saqueando propiedades, usando a los niños como informantes, obligando a los comuneros a avanzar sobre terrenos minados, situándose cerca y dentro de escuelas, centros de salud, iglesias y acampando en los alrededores de las casas de los pobladores y en general en los espacios de la comunidad.

No es gratuito que este mismo comportamiento se aplique con otros pueblos del planeta como Irak, Afganistán, Cuba y Palestina entre muchos.

No es gratuito: Que mientras las comunidades construyen planes de vida, defienden la biodiversidad y ejercen su derecho a la autonomía los agentes del estado expresen de forma irresponsable que líderes, comunidades y alcaldes populares hacen cogobierno con los grupos armados o que las movilizaciones están infiltradas por grupos terroristas. Estos argumentos son los que usan los organismos de investigación para abrir procesos a líderes y personas de los movimientos sociales, sindicales, afrodescendientes, o para criminalizar la protesta y disparar en las marchas contra quienes asumen la movilización ciudadana para denunciar las políticas de seguridad democrática, rechazar la firma del Tratado de Libre Comercio, TLC, denunciar la contrarreforma constitucional que desarrolla el congreso de la República, o reclamar una verdadera reforma agraria y demás derechos democráticos, como sucedió con Jhonny Silva Aranguren, estudiante de la universidad del Valle y Marcos Soto, en la Minga indígena adelantada en el eje cafetero.

No es gratuito: Que el poder económico en el norte del Cauca haya fundado su grandeza en la explotación de las comunidades negras y la expropiación de territorios, donde el Estado, con base en la desgracia de las comunidades de Tierradentro, brindó garantías al poder económico, por medio de la ley Páez, en detrimento de los pueblos y comunidades; a cambio de imponer un régimen laboral degradante, que se asimila con la esclavitud, como la que viven los corteros de caña quienes sufren explotación inmisericorde sin alcanzar medio salario mínimo con jornadas de sol a sol, situación que se repite con otros sectores de la producción. Allí mismo los efectos de la concentración del capital han generado situaciones de degradación social, indigencia y pobreza absoluta que aumenta los índices de violencia, desnutrición, el analfabetismo y los hogares cuya cabeza de familia son madres solteras o abandonadas.

No es gratuito que mientras el gobierno nacional favorece el mercado internacional, como en el caso de EPPSA - Unión FENOSA – para incrementar el caudal de la Salvajina a través del trasvase del Río Ovejas garantizando mayores ganancias a las multinacionales en detrimento de la vida económica, social, ambiental y cultural de las comunidades, obligando su desplazamiento. O se liquidan empresas de servicios públicos que han demostrado rentabilidad como Telecom, Cedelca, Emtel y Acueductos, para ser vendido el patrimonio de los colombianos al capital extranjero conduciendo a la quiebran a miles de pequeñas y medianas empresas como las industrias del calzado, los textiles y otras, se incrementan las tarifas de los servicios públicos, la gasolina lo cual conlleva a que se incrementen los costos del transporte y de la canasta familiar.

No es gratuito que en el sector agropecuario, mientras el Plan Colombia, promueve los paquetes tecnológicos y las cadenas productivas que enfatizan la siembra de la palma africana y las semillas transgénicas, el gobierno viene importando 260.000 sacos de café para golpear a los caficultores colombianos; se expiden normas en contra de los productores de panela, arroz, cereales entre otros y se liberan los precios de la leche para dar vía libre a las importaciones y quebrar a nuestros campesinos lecheros, lo cual conduce la pérdida de las semillas, cultivos y dietas tradicionales y por ende la pérdida de la soberanía alimentaria.

No es gratuito que el Estado haya privatizado los derechos fundamentales convirtiendo en mercancía la vida y todo lo que la humanidad históricamente ha descubierto para garantizarla; por eso el nuevo modelo educativo niega el acceso de los sectores mayoritarios al conocimiento, la salud solo puede accederse por quien cuente con recursos para comprarla, situación por la cual los hospitales están en quiebra, los medicamentos son controlados por los laboratorios internacionales y hasta la medicina tradicional corre el riesgo de ser cooptada por las leyes del mercado.

No es gratuito que el departamento del Cauca solo haya estado en la mira de las fumigaciones y ahora sea territorio estratégico para la apropiación de recursos como los páramos, los bosques, el agua, la biodiversidad por parte de las empresas trasnacionales.

No es gratuito que bajo el pretexto de la eficiencia institucional y el achicamiento del Estado se incremente el desempleo y las instituciones no puedan cumplir con sus obligaciones constitucionales.

Las nuevas formas de invasión nos muestran modelos que hacen prelación al control violento de los territorios, lo cual ha causado en Colombia cerca de 5 millones de desplazados y destechados, 28 millones de pobres, 12 millones de indigentes en este comienzo de siglo. Esta nueva invasión se oficializa bajo la implementación el monocultivo, los paquetes tecnológicos, sustituyendo así las comunidades ancestrales por los nuevos colonos, los saberes colectivos por el pensamiento individual y el uso de las semillas tradicionales por las semillas transgénicas.

No es gratuito que el ordenamiento internacional de la justicia se este fundamentando en las normas de la Organización mundial del comercio y no por las instituciones nacionales que deben velar por la garantía de los derechos humanos y los derechos democráticos de la ciudadanía.

No es gratuito que el gobierno Colombia en contravía del querer de los colombianos acepte la imposición de Estados Unidos de firmar el tratado de libre comercio con el fin de garantizar la hegemonía y el lucro del capital que representa el imperialismo en el mundo.

Por eso, en rechazo a todas las formas de invasión, caminamos la palabra con acciones como:

1. Las comunidades y sectores sociales, étnicos, sindicales, urbanos y políticos avanzamos en resistencia buscando entre todos recomponer los valores y derechos que fundamentan la vida, la naturaleza, la libertad y la soberanía, en el eje cafetero con la Minga Embera, en el paro nacional sindical, y en Cauca con los procesos de liberación de la madre tierra y las diversas movilizaciones y acciones que realizan los sectores estudiantiles, campesinos, indígenas, afrodescedientes y viviendistas.

2. Adelantamos una consulta popular, que en el Cauca superó el promedio de elecciones de mandatarios departamentales, proceso que nos ha permitido analizar el tema de la soberanía nacional y exigir del gobierno nacional que ponga a disposición de los colombianos el texto del Tratado de Libre comercio con los Estados Unidos y se convoque una consulta nacional para que sea el pueblo quien decida sobre la firma del TLC

3. Reclamamos de forma enérgica que el Congreso de la República detenga la contrarreforma constitucional y la emisión de normas nocivas para los pueblos y para la vida como las leyes de Bosques, Páramos, Aguas y las de protección a la inversión extranjera.

4. Apoyamos de forma decidida el comportamiento de la Corte Constitucional en defensa de los postulados democráticos de la Carta Magna.

5. Nos oponemos a la implementación y desarrollo de megaproyectos que apropian nuestros recursos naturales, generando violencia destruyendo culturas y produciendo desplazamiento de pueblos y comunidades como ha sucedido y está sucediendo en el Chocó, Antioquia, Arauca, Putumayo, Cauca, Risaralda y en general en todo el país, ejemplos de ello son las represas de Urrá y Salvajina y la explotación de Oro y Petróleo en diversos territorios del país.

6. Continuamos en la defensa del Derecho a la Vida, uniéndonos a la exigencia popular de verdad, justicia y reparación con lo cual objetamos las medidas autoritarias del Gobierno Uribe y su “Seguridad Democrática”, especialmente la Ley de Impunidad para criminales, mal llamada Ley de Justicia y Paz.

7. Demandamos una verdadera Reforma Agraria que solucione la problemática de tierras de campesinos, indígenas y afrodescendientes, y recomponga las vida cultural, social y económica de millones de colombianos que fueron desplazados por el gran capital y su agente el paramilitarismo

8. Mantenemos nuestro firme propósito de continuar en Minga por la construcción de la región suroccidente y la reconstrucción del tejido social, la recomposición de los territorios y la consolidación de un Estado democrático de Derecho.

9. Trabajamos por la consolidación de una gran cumbre de organizaciones sociales, étnicas y sectores populares por la vida, la dignidad, la alegría, la justicia, la libertad y la autonomía, en donde se de continuidad y operatividad al Mandato Agrario y al Mandato indígena y popular.

En virtud de lo anterior, hoy caminamos la palabra y avanzamos juntos para que nuestras voces resuenen en los oídos de los tiranos, nuestras exigencias se conviertan en realidad y la unidad se convierta en la más valiosa herramienta de lucha y en la fuerza que contrarreste la imposición y la barbarie.

ORGANIZACIONES INDÍGENAS, URBANAS, CAMPESINAS, ESTUDIANTILES, COMUNALES AFRODESCENDIENTES, SINDICALES, USUARIOS DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y RED POR LA VIDA Y LOS DERECHOS HUMANOS DEL CAUCA

Cauca, suroccidente colombiano, 12 de octubre de 2005