Nuevas-viejas discusiones sobre Cuba

18.Oct.05    Análisis y Noticias

Tanto marxistas tradicionales como anarquistas ídem se enfrentan nuevamente y se encuentran enfrascados en una discusión sobre Cuba. Valga la oportunidad para hacer algunas colocaciones.

Vea el debate en Kaos en la Red, La Haine y Clajadep http://clajadep.lahaine.org

Allí un militante de Corriente Roja lanza una apología a Cuba y entre otros responde un movimiento libertario cubano.

Anotemos, pues, algunas reflexiones:

Sobre la transición socialista:
Ya está suficientemente discutido en diferentes lugares y foros que la transición socialista hacia el comunismo no es posible en esta época en que el capital no necesita de los estados para continuar acrecentando su circulación y reproducción ampliada, base sobre la cual las propuestas socialistas se asentaban en la forma de capitalismo de estado. Ello hace que los remanentes socialistas actualmente sean híbridos, algunos como China con un predominio absoluto del mercado con una ausencia total de democracia y una fuerte explotación de la mano de obra en beneficio de la nomenclatura, otros como Cuba con una fuerte actividad democrática y beneficios reales a los trabajadores basados en un férreo control del mercado desde el aparato del estado, lo que ha impedido que la expansión capitalista en su interior sea a costa de la población. Idealizar o atacar a Cuba hoy es hacer un flaco servicio al desarrollo de la organización y lucha general contra el capital. Ya no existen modelos a seguir. A Cuba se la apoya a sabiendas de que se trata de un capitalismo de estado, de otra manera pecamos de ilusos o de engañadores. Su gobierno es lo más avanzado posible dentro de las posibilidades que pueden rasguñarse del estado y de la democracia. Dentro del actual estado de cosas internacionales es poco razonable pedir a los cubanos que implementen desde esa estructura las medidas de extinción del estado para establecer el comunismo. Será un proceso que la propia población irá descubriendo y resolviendo en conjunto con sus gobiernos que respeten la construcción de la autonomía de las comunas, proceso que hoy no se va a dar, no por ausencia de voluntad de sus principales dirigentes, sino por las limitaciones reales en lo económico y en lo internacional.

Sobre la libertad:
Todo estado capitalista, incluyendo a Cuba, funciona en base a la verticalidad y el autoritarismo, es decir los viejos conceptos de la representación, de la soberanía delegada, donde la población cede, por voluntad, convicción o dominio, parte de su libertad para el llamado bien común, que en el caso cubano es el beneficio de la población y la disposición de avanzar a la sociedad sin clases. Una cosa es criticar a Cuba por represiones y presos y otra muy diferente es emitir declaraciones o realizar acciones para que caiga el gobierno. Personalmente me consta que en ese país se aplica la legalidad con el máximo rigor, de modo que todos tienen la oportunidad de defenderse y ser sometidos a juicio regular.

Sobre el avance de Cuba hacia el comunismo:
Está claro que Cuba no va a avanzar un pelo hacia el comunismo en la misma proporción que está obligada a organizar a la población en función de administrar el capitalismo para sobrevivir. Sólo dos elementos podrán asegurar dicho avance: El primero dice con la organización interna basada en la disposición de los dirigentes y la autoorganización de la población para el ejercicio futuro del autogobierno de las comunas libres, esto es, una transferencia del poder central a las regiones y comunidades, la construcción progresiva de los interlocutores en las comunas que se asuman como sujetos del poder local, no sólo como plataforma o extensión del poder central. El segundo se apoya en el desarrollo del poder popular en el resto del continente, donde la experiencia cubana debe ser estudiada en todos sus matices para evitar caer en dogmatismos de copiar el modelo, cuestión que muchos izquierdistas hacen para establecerse como clase dominante en sus países en la vieja idea derivada de la Urss y de la interpretación inadecuada de los textos de Marx. Hoy es la época de la comuna y no del estado.

Sobre población y gobiernos:
Si bien una cosa es el autogobierno local y otra el gobierno central, no es posible dedicarse sólo a cuestionar los gobiernos sin contar con el desarrollo de capacidades locales. Los zapatistas pueden hacerlo porque cuentan con la autonomía y el contrapoder, mientras otros sólo invierten sus energías en discutir proyectos futuros y tácticas que lleven a ello, sin dedicar esfuerzos a la construcción cotidiana. No es suficiente criticar los gobiernos para que la población no sea absorbida por las ilusiones y miren hacia nosotros, eso es una variante de vanguardismo: yo tengo la razón y no los otros, mi idea o proyecto es el bueno, descalificando a los otros me escuchan a mí. Sin trabajo local, el resto es discurso tendiente a ganar espacios nacionales, con lo que se diluye el objetivo de las comunas.

Sobre Venezuela:
En este país es posible el desarrollo potente de capacidades locales coordinadas o intercambiando horizontalmente con el desarrollo de la autoorganización en otras regiones del continente. Se pueden apoyar las medidas de gobierno que refuercen esta tendencia de base, sin necesidad de atacar a la dirigencia. De ello se encargará la organización social donde podamos practicar la autonomía, de otra forma quedamos como analistas críticos infecundos, observadores distantes llenos de opiniones y propuestas “mejores”, el Pepe Grillo de Pinocho.

Abrazos

Profesor J