PARIS BAJO LAS BOMBAS
La chusma quiere incendiar el cielo.
Por: llavors@nodo50.org
“Paris bajo las bombas” es el título de un álbum del grupo rapero “Nique ta
Mere” (Jode a tu Madre: NTM). Es un álbum un tanto antiguo, de 1995, de los
comienzos del grupo ya desaparecido. Lo que sigue es un fragmento de una de sus
rimas, del tema “plus jamais ça”.
“La juventud ha de llegar a tiempo a la cita fijada
En efecto: para mearse sobre la bandera tricolor,
El puto estandarte del partido de los cerdos.
¿¿Soy muy hardcore?? ¡¡Pero si me gustaría verles a todos muertos!!
Sueño a veces verles victimizados, mártires en un film gore…”
Lo significativo de las rimas es que los dos integrantes de NTM crecieron en
Saint Denís, en el meollo de la actual insurrección y sus rimas de hace 10 años
nos pueden dar una idea de los sentimientos de los jóvenes de estos barrios
(aunque ahora son adinerados cantantes). Al fin y al cabo, esta revuelta es
muchísimo más Hip-hop que Rai.
Este mes de noviembre se ha abierto la caja de los truenos, primero en Paris y
luego en casi toda Francia. La revuelta se generaliza y contradice cualquier
esquema anterior. Ya no es la vieja lucha de clases, ya no es el saqueo para
sobrevivir como en New Orleáns, ni siquiera es el saqueo oportunista como en
Cancún. Porque, aunque en Paris hay también saqueo, este no es nada comparado
con la destrucción pura y simple de todo aquello que es el consumo y las
instituciones, de todo aquello que representa nuestro moderno mundo civilizado.
En tiempos recientes ha habido otras revueltas extensas y vigorosas: el
Carachazo de 1898 saldado con más de 1000 muertos, el Miércoles Negro de los
Ángeles
de 1992 con 58 muertos y más de mil millones de dólares en pérdidas y sofocado
por el ejército de los EUA, el Argentinazo de diciembre del 2001 a febrero
del 2002… Todas guardan algún parecido entre ellas, pero el caso francés de
estos días destaca como algo totalmente diferente.
LA CHISPA QUE ENCIENDE LA MECHA.
Si en manos del estado, a la fuerza de le llama derecho, en manos del individuo
se le llama acción. En estos momentos es necesario actuar… Las comisarías,
prefecturas, comercios, deben arder, para que el capitalismo –y todos los…. De
la carrera de los beneficios- dejen de afectarnos, y para que el Estado no
intervenga más en nuestra vida cotidiana. (Comentario IMC Paris 1-11-05).
Como ocurre casi siempre, un hecho casual se convierte en un tsunami inesperado
(¿el efecto mariposa?). No es nada extraño que la policía francesa elimine a
algún chaval (a veces niños chicos) en su celosa defensa de la ley republicana y
del orden ilustrado. Casi cada mes hay un muerto por disparos policiales, y
casi siempre los muertos son de los mismos barrios. Tampoco es una novedad que a
cada muerte le siga una algarada violenta como respuesta.
Así que era de esperar algún tipo de reacción a la muerte de los dos chicos en
el transformador de alta tensión de Clichy-sous-Bois. Para este tipo de
reacción las instituciones de la república francesa estaban preparadas (CRS,
alcaldes, ONG’s, grupos “comunitaristas”, autoridades religiosas). Pero para lo
que no estaban preparadas es para lo que le siguió, imagino que porqué nadie se
había planteado que pudiese pasar.
Al principio fueron los disturbios clásicos, acompañados de coches incendiados.
La quema de coches es toda una tradición en las cités de Francia, desde los
primeros “rodeos” en Lyón, o las quemas masivas de año nuevo en Strasburgo, cada
año se producen 28.000 incendios intencionados de coches. Todo muy normal…
Pero es que a partir de la tercera noche la cosa cambia y se extiende, los
ataques cambian cualitativa y cuantitativamente. Por eso los sectores más duros
del ministerio de interior ya hablan de guerrilla y de guerra civil: se han
producido emboscadas con armas de fuego y hay decenas de policías heridos.
¿QUE ES LO QUE HACE DIFERENTES LOS DISTURBIOS DE AHORA DE LOS DE OTRAS VECES?
“Espero que hayas captado la idea:
todos juntos, todos juntos, todos juntos.
Esta vez no habrá una Charles Martel”
Rap del album “Tours ensemble” de “IV my people” 2001.
1.-Lo primero a destacar es la juventud de los actores: los detenidos se mueven
entre los 13 y los 18 años (algunos de sólo 10), los mayores de edad son
minoría. Por tanto, son jóvenes en paro o con malos empleos (uno de los
condenados trabajaba en un Burguer King), muchos con antecedentes policiales y
judiciales, fracasados escolares, terceras e incluso cuarta generación post
inmigración…
2.-Además no hay un pliego de quejas y demandas; los jóvenes insurrectos no
tienen un programa, ni tienen un discurso teórico, ni unas
demandas “razonables”. Por no tener no tienen ni el objetivo central del saqueo;
lo único que une los diferentes incidentes es la destrucción, metódica y
eficaz.
3.-Los insurrectos no tienen interlocutores para negociar con la autoridad, de
hecho no plantean ningún diálogo con ella. Ni los grupos de jóvenes sensatos
que se han reunido con el primer ministro, ni los alcaldes, ni los grupos
políticos, ni las ONG, ni los imanes de las mezquitas pueden atribuirse su
representación. Es más, sus intervenciones parecen haber añadido leña al fuego.
4.-No se respetan instituciones y bienes que antes eran intocables; se ataca a
los bomberos, se queman escuelas, iglesias cristianas… una sinagoga ya ha
sido blanco de los cócteles -ya sólo falta que quemen alguna mezquita.
5.-No tiene una base étnica o religiosa (como por ejemplo los disturbios de
Perpinyà de este verano). Entre los detenidos hay jóvenes de familia musulmana,
de familia cristiana y muchos descreídos; la mayoría son de origen africano (del
norte o del sur), pero también los hay de origen español y portugués (los
apellidos de los primeros condenados mayores de edad corrobora este dato, por
ejemplo hay un Claude Furtado) y probablemente muchos son sencillamente
franceses.
De hecho en las ciudades y barrios donde el integrismo islámico está bien
estructurado no ha habido incendios; las rondas de voluntarios musulmanes
pacificadores (con birrete y vestidos de blanco a la moda “salafista”) no han
sido obedecidas por los insurrectos. Es más, en algunos casos han sido
rechazados incluso violentamente.
¿UNA REVUELTA CONTRA LA POLICÍA Y EL ESTADO?
“Si un día nos organizamos, tendremos granadas, explosivos, kalachnikovs ….
llevaremos la dawa a la Bastilla y esto será la guerra”. La bande de la rue
Hélène-Cochennec, cité HLM, noviembre del 2005.
Ciertamente sí, se ha buscado el enfrentamiento con las compañías de CRS,
atacándoles incluso con armas de fuego, los alcaldes, concejales e incluso
ministros han sido apedreados. Y con los políticos locales se han dado casos de
destrucción de sus bienes.
Los establecimientos estatales o paraestatales como ayuntamientos, comisarías,
estafetas de correo, oficinas diversas…han sido el blanco preferido de los
disturbios. También los sistemas de transporte público -estaciones de tren,
paradas de autobuses, cabinas telefónicas- han sido dañados con más o menos
gravedad.
Pero no es solamente una revuelta contra las instituciones estatales, aunque la
izquierda bienpensante y los radicales de los movimientos sociales prefieran
convertir el conflicto en una campaña de santurronería anti-Sarkozi (ministro
del interior). Una campaña que podría dar buenos réditos electorales cara a
las próximas elecciones presidenciales pero que nos aleja de los hechos
concretos. Sin Sarkozi todo el odio acumulado seguiría existiendo a punto de
estallar.
¿UNA REVUELTA PROLETARIA?
Dada la condición de la mayoría de actores no sólo de parados indefinidos, sino
de expulsados indefinidamente del mundo laboral, no parece que la cosa vaya
por este lado. O al menos no va sòlo ya por este lado, a pesar de que los
“gauchistes” llamen a la unión entre los trabajadores y los barrios.
El carácter que indudablemente tiene es el de anticomercialista. Almacenes y
centros comerciales de diversas calañas han sido ya pasto de las llamas (y
también del saqueo claro…), desde los multicentros donde las familias pueden
pasar el fin de semana, hasta tiendas de deportes, concesionarios de coches,
cadenas de fast-food, tiendas de barrio. ¿No lo puedo tener? ¡Pues lo quemo!…
¿QUÉ ES LO QUE DA CARÁCTER A ESTA INSURRECCIÓN?
« ¡¡Están quemando los coches de los pobres, de los que no podemos meterlo en un
garaje ni tenemos un seguro a todo riesgo que nos pague el dinero que aún
debemos!! » Un afectado por las quemas en El País 4-11-05
Lo que está pasando ahora es muy diferente de lo de otras veces en Francia,
diferente del “glorioso” mayo del 68, de las luchas de los bachilleres de los
80, de la marcha de los “beurs” del 83 (de ahí nació SOS Racisme), de las luchas
de los parados de principio de los 90…. Y la diferencia es,
precisamente, que se trata de una insurrección: no hay ideólogos, no hay
programa… Realmente lo quieren todo y lo quieren ahora, y lo dicen, no con
palabras sino con la acción.
De hecho se ha declarado el estado de emergencia, con una limitación muy seria
de las libertades y un aumento de las prerrogativas de la policía y de los
prefectos. Hay que recordar que esta ley sólo se ha aplicado tres veces en
Francia, y siempre en situaciones muy especiales: se aplicó a la revolución
Argelina, a la atípica insurrección Kanaki y a la actual revuelta. Ni en ninguna
huelga, ni en el litúrgico mayo del 68 se llegaron a tomar tales medidas de
excepción. ¿Será quizás que el sistema nunca había se había sentido tan en
peligro como en estas 3 ocasiones?
Esta insurrección tiene dos caras, una contra las instituciones que dan sentido
al concepto de civilización moderna y democrática. La otra contra el resto
de habitantes del barrio (adultos, padres, madres, hermanos mayores…), sumisos
usuarios de servicios sociales o aplicados trabajadores de baja calificación
o inestables y al mismo tiempo autoritarios padres de familia, fervorosos
creyentes, violentos, posesivos y patriarcales (circuncisión, boda concertada,
virginidad…)
Es repetitivo y llamativo el ataque a las guarderías (primer escalón del sistema
educativo), escuelas primarias, institutos, centros sociales, centros de
asistencia social, hogares del jubilado, ambulatorios e incluso bibliotecas
(sagrado altar del pensamiento progresista tradicional).
Todo aquello que contribuye a la instrucción pública, a la asistencia social, a
la salud (como tratamiento de enfermedades físicas y mentales) es blanco de
un odio que nos debería hacer reflexionar sobre su verdadero carácter. Sobre
estos hechos pasa de puntillas la izquierda, los “altermundistas”, los
ciudadanistas y los obreristas de todo tipo. Prefieren considerar solo la faceta
anti-Sarkozi, que permite el buen-rollo antifascista unitario, o hablar de
exclusión social (piden planes de integración) y dejar de lado el malestar
profundo contra la civilizada e ilustrada sociedad francesa.
El segundo aspecto es importantísimo, sobre todo si se quiere comprender algo de
lo que está pasando, y es el hecho de que los insurrectos no atacan
solamente los intereses del estado, del gran capital y de la red de servicios
“sociales”. También atacan el símbolo de “triunfo social”, el instrumento de
afirmación del “pater familia” y… el mismísimo presupuesto familiar; EL COCHE.
Destruir los humildes vehículos de vecinos, padres y hermanos mayores es un
enfrentamiento de una audacia pocas veces vista. Desde luego, es quemar los
apoyos que puedes tener en tu entorno más cercano; es cuestionar -no con
palabras, sino con hechos- todos los valores del trabajador-aplicado, del
comunitarismo patriarcal familiar… y de la integración en la civilización
ilustrada occidental que supone pagar cada mes las letras del coche.
Y quemar el coche no es sólo el ataque a todo esto sino también un torpedo al
presupuesto familiar. Si el seguro no cubre el incendio intencionado (que no
lo cubre nunca), la situación económica de la familia queda gravemente
comprometida.
LOS RECUPERADORES LO TIENEN CRUDO.
Esta vez no hay literatos situacionistas que pongan letra a la música y
seguramente el estilo no sería de su agrado. Mal lo tienen los recuperadores,
quizás
puedan rascar algo los salafistas. Y cuando todo acabe muchos sacaran tajada con
del diseño de programas de compensación, con los estudios sociológicos y
algunos sacaran libros sobre el tema… pero poco más.
Los insurrectos son demasiado “diferentes” y la diferencia se paga muy cara. No
tienen buenas intenciones como los de la marcha de los Beurs, no tienen
expectativas como los estudiantes (que quieren ser historiadores, sociólogos,
biólogos o economistas), ni buen rollito étnico como el de los “motivées”
(candidatura electoral asamblearia, intercultural, verde/violeta/rosa…) y de
los “altermunistas”.
Hay demasiadas diferencias; ni los jóvenes de los barrios adquirirán “cultura”
(por mucha escuela taller que se monte) ni los organizadores de izquierdas la
facilidad de “agir”, de actuar de ellos. No cambiaran los gustos musicales, pues
los primeros seguirán prefiriendo el hip hop gangsta y machista y los
segundos una música más fina. Ellos corren detrás de los Keufs los otros delante
de los Flics (keufs y flics són policías en dos argots diferentes, el
actual de los barrios y el de “toda la vida”).
¿Y DESPUÉS QUE?
Probablemente la insurrección cesará, al menos temporalmente, y una legión de
educadores, psicólogos, mediadores interculturales, especialistas en salud
mental y… policías de proximidad invadirán los barrios. Y los insurrectos serán
inundados de ofertas de “formación”, de trabajo “protegido”, de terapias, de
pastillas psicoactivas…Y para los más refractarios pues la cárcel, el
reformatorio, el psiquiátrico y el cementerio a corto plazo (a largo plazo todos
tendremos esta solución definitiva a nuestras penas).
¿No quedará nada?, ¿ningún rastro?, ¿ningún residuo?… Muchas insurrecciones,
como la de los ludditas ingleses (con la que guardan mucho parecido) han pasado
sin dejar un rastro aparente. Pero algo se mueve bajo la superficie, quizás un
topo eternamente joven (no el viejo y apolillado topo de la literatura
social); un topo que excava su galería en los cimientos de la civilización y de
vez en cuando saca el hocico a la luz del día… De la memoria oculta de
cada alzamiento, de lo subterráneo, de lo que mina día a día las bases
civilizadas, esperamos que surjan nuevas insurrecciones, nuevos conflictos,
nuevas
situaciones… hasta ser libres y salvajes.
Y en mi sueño con mi gris empeño
por salir por creer por vivir, vi,
a todos marcados, usados como ganado
comprados por el poder
y siento que han estao mintiendo
y han comprao mi tiempo por un trozo de papel,
yo con mi duro futuro
y los de fuera del muro riendo contando sus duros
Yamal, rapero de Madrid, de su album “y el cielo por encontrar”, 2003
Barcelona a 7 de noviembre de 2005.