Viernes 18 de noviembre de 2005
Anuncia concejo rebelde actividades en Altamirano
Inaugura auditorio municipal en Diecisiete de Noviembre
La Jornada
Municipio Autónomo Diecisiete de Noviembre, Chis., 17 de noviembre. “En este aniversario del inicio de nuestra lucha no sólo recordamos a nuestros compañeros. Analizamos todo lo que hemos cambiado. Estamos en otra etapa de la lucha, que desde un principio era armada, y ahora es también una lucha de autonomía abierta, pública, a la que invitamos a todos los que quieran participar o dar solidaridad. Hemos avanzado y seguimos avanzando”, expresa con orgullo el concejo rebelde del municipio Diecisiete de Noviembre.
A 22 años de fundado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el municipio rebelde que toma su nombre de aquel 17 de noviembre de 1983 celebra cuatro fiestas a la vez, informa el concejo autónomo en su nueva sede, unos tres kilómetros del caracol Torbellino de Nuestras Palabras cañada adentro en Altamirano.
“La primera es por el nacimiento de nuestra organización. Hoy estamos hablando de los compañeros insurgentes y milicianos. Es el día que recordamos a nuestro ejército.”
La segunda fiesta es por la inauguración del auditorio del municipio, una notable palapa de 40 metros de longitud y gran altura, producto del trabajo colectivo de unas 700 personas que lo erigieron en menos de dos semanas. El vasto cobertizo consiste en hojas de caña tejidas con finura de costurera y dureza de constructor. Lo sostiene un complejo maderamen.
“Esta es la casa para las reuniones del pueblo”, prosigue uno de los cuatro miembros del concejo que reciben al reportero. “Aquí vamos a practicar nuestra cultura. Es la casa de donde van a salir los buenos pensamientos de hombres, mujeres, ancianos y niños para ir mejorando nuestra autonomía. Un espacio para hacer acuerdos, opinar y hacer baile”.
Esperan construir las oficinas del gobierno municipal y una clínica, agregan. El lugar no es propiamente una comunidad, sino un centro colectivo autónomo. Cuando fue rancho ganadero se llamaba Buenavista, y en efecto ofrece una hermosa y amplia panorámica del municipio rebelde que se extiende en las tierras bajas, muchas de ellas recuperadas tras del levantamiento de 1994.
Aquí celebra desde ayer un millar de personas procedentes de las más de 40 comunidades tzeltales y tojolabales que componen el municipio. La sede autónoma cuenta ya con aulas, dormitorios, biblioteca y cocina de una Escuela de Nivelación en la cual convergen por tercer año consecutivo los niños que han concluido su primaria en Diecisiete de Noviembre, donde cada comunidad zapatista cuenta con primaria. Así, la tercera fiesta es el fin de cursos y la cuarta conmemora al municipio mismo.
El concejo autónomo expresa: “El mensaje hoy no es sólo en palabras, sino en lo que construimos. En este lugar se depositó la unidad, la fuerza y el sacrificio de los pueblos; también los niños, que participaron con sus padres y madres en el trabajo. Es la casa que queremos para todos. La casa donde debemos compartir nuestra alegría, nuestro pensamiento y la fuerza del pueblo. Es nuestra y de nuestros hermanos en todo el mundo. De aquí van a salir los pensamientos para ir mejorando la vida”.
En esta región los ancianos son muy importantes. “Anoche los hombres mayores de los pueblos fueron a traer a los pueblos, reunidos en una loma aquí cerca. Desfilaron en filas hombres y mujeres hasta el nuevo auditorio y lo rodearon tres veces, haciendo el caracol”, prosiguen.
“Se pusieron trece velas y cuatro veladoras. Y para darle un regalo a la tierra, se enterraron en el centro del auditorio dos cabezas de vaca, cuatro manojos de cigarro, cuatro naranjas, medio kilo de café molido, dos litros de refresco y un rollo de galletas. Las patas de las vacas se enterraron en las cuatro esquinas.” Está por demás decir que todo lo demás de los animales sacrificados sirvió para un sustancioso caldo con repollo, papa y cilantro.
Hubo cohetes, bailes tradicionales, canciones, teatro, dos días de torneos deportivos (con futbol de muy buen nivel) y dos noches de baile a la luz de la luna llena, bajo la monumental palapa que representa lo que los pueblos han conseguido en su lucha.
Las cuatro fiestas hoy son un buen compendio de los procesos que desencadenó la rebelión zapatista. Una guerra rara, que origina nuevos pueblos y municipios, centros de reunión, formas de gobierno, escuelas, servicios de salud autogestivos.
“La vida que pensamos nos debe de mejorar”, dice el concejo autónomo en este aniversario.