Crónicas desde la cárcel mexicana. Comandante Antonio y Coronel Aurora, del ERPI

20.Dic.05    Análisis y Noticias

CRONOLOGÍA DE SUCESOS AL INTERIOR DE “LA PALMA” RESUMEN)

POR: JACOBO SILVA NOGALES
(Comandante Antonio)
Preso político
Resumen de: Gloria Arenas Agis
(Coronel Aurora)
Presa Política

Viernes
14 de enero de 2005

¡Hay guachos afuera! Exclama un compañero, asomándose por una ventana del segundo piso del dormitorio del módulo uno. Todos se apresuran a mirar por las ventanas, subiéndose a las camas para ver mejor. Algunos piensan que los soldados ya están en el patio pues a raíz de los asesinatos que se han realizado aquí en “La palma”, se vislumbra esa posibilidad, y desde aún antes, con la cada vez mayor presencia de la Policía Federal Preventiva (PFP) en el interior del penal.
Además está fresco que hace dos días custodios que llegaron de los penales Federales de Matamoros, Puente Grande y el Rincón, en Tamaulipas, Jalisco y Nayarit respectivamente, al querer maltratar a los compañeros del módulo siete, como están acostumbrados a hacerlo en aquellos penales, recibieron por respuesta una golpiza.
Algo está por pasar y es que en los últimos meses viene ocurriendo lo que no había sucedido en doce años: asesinatos de presos. Bueno, eso para los compañeros que están presos aquí desde hace mucho tiempo es algo novedoso en realidad. Cuentan que algunos presos han muerto al ser torturados por los custodios. Muchos compañeros, y tú mismo han sido testigos de golpizas, a veces sin poder verlas, pero oyéndolas o viendo después a los compañeros golpeados con moretones en el rostro o con los ojos semicerrados y han escuchado de viva voz la narración de los que han pasado por esa experiencia a manos de los custodios.
Una vez te tocó saber del que murió por la golpiza que le dieron al entrar, y eso te lo platicaron los compañeros de causa del muerto, agentes de la Policía Judicial Federal todos. En otras ocasiones se sabe de presos que se “suicidan” luego de algún castigo, pero tienen golpes en todo el cuerpo.

Pero esta vez se trata de algo totalmente diferente; de homicidios realizados por los presos mismos y con arma de fuego ¡Sí, armas de fuego aquí!
Esto ha causado conmoción, pues entre los presos lo más que había eran peleas a puñetazos, o cuando mucho uno que otro picado con alguna “punta” hechiza. Hace varios años un preso hirió a otro con unas tijeras que le arrebató al peluquero en el preciso momento que éste le cortaba el cabello.
Pero lo que sucedió en los últimos meses fue diferente: tres homicidios, el primero con un cable, para provocar ahorcamiento. Y los dos siguientes con arma de fuego. A partir de ese momento ¿quién está seguro? Incluso entre los custodios se nota la zozobra.
Así pues, hace días que se viene suponiendo que algo debe ocurrir pues es previsible que el Estado realice alguna acción. La Policía Federal Preventiva, formada en su mayor parte por militares, ya controla las torres de vigilancia, los accesos y los diamantes, desde los cuales accionan todas las puertas de las celdas y de los pasillos. Pero tiene una mayor militarización con el consiguiente endurecimiento de las restricciones y de la represión.

Muchos pensamientos se aglomeran en tu cabeza, cuando vez lo que ocurre afuera y lo mismo sucede, seguramente, con los demás. Un compañero piensa que ha ocurrido un golpe de estado en el país; otro piensa que los cañones de los tanques de guerra que se ven desde las ventanas apuntan hacia donde estamos los presos, cree que en cualquier momento dispararán contra la cárcel . Tú, por tu parte, piensas que si no han entrado, están por hacerlo. Se escuchan carreras a lo largo de los pasillos, como las que los de la PFP dan cuando realizan alguna revisión, a paso veloz. Eso se escuchará durante todo el día.
A nadie bajan al comedor, el desayuno lo suben a las celdas. Conforme las horas pasan notamos que las actividades normales se han interrumpido totalmente pues no viene la enfermera a dar el medicamento después del desayuno. Parece como si fuera a realizarse una de esa revisiones de las últimas semanas, muy rigurosas, pero poco a poco se va notando que es algo más pues tampoco hay bajada a comer al comedor. Tampoco subieron la comida a las celdas, ni vino la enfermera a dar el medicamento de después de la comida. Nadie fue llamado a locutorios para ver a su abogado o a su persona de confianza, y lo inaudito; nadie fue llevado al área de juzgados para desahogar las diligencias programadas para hoy.

Los tanques siguen en su lugar, se ven siete desde tu ventana. Puede observarse que por cada uno hay dos soldados, uno sentado en la tortea y otro caminando cerca del tanque. Todos los compañeros hacen suposiciones acerca de cuántos podrán ser los tanques que rodean el penal. Tú dices que deben ser cuando menos treinta. Varios días después te enterarás que en esos momentos los medios de comunicación dan la noticia de que diecisiete tanques de guerra rodean la palma y que setecientos efectivos del ejército, PFP y de la Procuraduría General de Justicia (PGR) tomaron el control de la prisión. Pero en esos momentos no sabes nada. ¿Qué es lo que está ocurriendo? La única ocasión en que ha pasado algo parecido fue el 31 de diciembre, fue hasta el día siguiente que todos se enteraron de la muerte de Arturo Guzmán Loera, “el Pollo”, hermano del “Chapo Guzmán”. Dos de los compañeros de tu pasillo vieron la noticia en la televisión, Pancho fue testigo presencial de los hechos y confirmó la noticia, se encontraba totalmente impactado por lo que presenció.
¿Qué es lo que está ocurriendo? Era la pregunta generalizada en aquellos momentos como lo es ahora. En las noticias seguramente estarán informando de cuál es la situación, pero no alcanzamos a enterarnos pues antes del mediodía llega “la zorra”, la revisión, y que es ahora más ruda que nunca.
A tu pasillo llegan cerca de 15 agentes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), los protegen 30 o 40 policías de la PFP, todos encapuchados. Luego de una revisión corporal en la que primero palpan bruscamente por todo el cuerpo estando tú frente a la pared en posición de revisión, es decir, de espaldas, con las piernas abiertas y los brazos en alto y extendidos a los lados, ordenan que te despojes de cada una de tus prendas, puedes ver que lo mismo hacen con tus compañeros de pasillo. Revisan las prendas “¡Bájese la trusa hasta las rodillas!”, ¡“Haga tres sentadillas!” “¡Súbase la trusa!”. Luego te ordenan ponerte la ropa y colocarte frente a la reja de tu celda para observar la revisión, se llevan la televisión, los audífonos, el adaptador de corriente y la lámpara de mesa y se retiran tan prepotentemente como llegaron. No hay después manera de saber lo que está ocurriendo afuera. Es más, tampoco hay manera de saber lo que está ocurriendo aquí mismo en los otros módulos porque nadie sale en todo el día a ningún lado en el que pudieran enterarse de lo que pasa más allá de este pasillo en el que se encuentran siete presos.
La mayoría ha obedecido sin decir nada, guardando la indignación para descargarla cuando termina todo. Después te enterarías que en otro módulo dos compañeros hicieron como si estuvieran en un “Chipendale” cuando los agentes que los revisaban les ordenaban “¡Bájese la trusa!” en lo que se la bajaban se contoneaban y cantaban “la mesa que más aplauda”, la canción en honor al table dance que dice: “¡za, za, za, yacuzá, yacuzá!”; de inmediato se los llevaron castigados al área de conductas especiales. Tu primero te negaste a bajarte la trusa, pero de nada sirvió que dijeras a los agentes de la Agencia Federal de Investigaciones y de la PFP que bajarse la trusa y hacer sentadillas es denigrante y violatorio de tus derechos; ante la rigidez de ellos y su posición de fuerza tuviste que obedecer.
La tensión disminuye luego de la revisión pues piensan que eso era todo, pero se reanuda por la tarde al no haber salida al patio, ni a locutorios, ni a las audiencias programadas en los juzgados. Los tropeles en las escaleras y los pasillos se siguen escuchando de tanto en tanto. Los soldados siguen allá afuera.
Es hasta la noche cuando al fin pueden comer, pero nada es normal, grupos de agentes a paso veloz por los pasillos como túneles continúan escuchándose y tú no puedes conciliar el sueño sino hasta muy tarde.

Sábado
15 de enero de 2005
Amanece, es sábado, pero no un sábado común. Sin bajar al patio ni, al comedor, sin poder ver las películas de fin de semana el día se hace muy aburrido. Como todos fueron despojados de su televisioncita nadie se entera de las noticias. Te indigna esa burla a tu derecho a la información. Este día tampoco hay acceso a la visita de personas de confianza, ni de los abogados. Ni siquiera se realiza ninguna de las llamadas telefónicas programadas que son las de casi la mitad de la población del penal, es decir, más de 250 presos; tampoco las hubo el día anterior que le correspondía llamar a la otra mitad, tampoco tuvieron visita familiar e íntima los módulos a los que les correspondía ayer y hoy.
Te das cuenta de lo que en realidad está sucediendo, están completamente incomunicados y aunque esto está prohibido por la ley, a ustedes no les queda más que la indignación y la impotencia. Como una ironía a tu mente llega el recuerdo del artículo 16 constitucional que garantiza tu derecho a la comunicación libre y privada, y el 22 que prohíbe la incomunicación.
Todo el sábado pasa en la más pura zozobra porque nadie sabe nada y nada se puede decir a la familia, ni siquiera que te encuentras bien. Supones acertadamente la angustia que los familiares están sufriendo. Afortunadamente ellos se comunican entre sí, la zozobra los une y empiezan a presionar a las autoridades aglomerándose afuera del penal y exigiendo se les informe de sus presos y poder visitarlos.
Adentro la tensión puede palparse, en las conversaciones de celda a celda se hacen toda clase de suposiciones y preguntas. A estas alturas es claro que sus garantías individuales fueron suspendidas y tal cosa solo puede darse por un golpe de estado o por una perturbación grave de la paz pública o un desastre natural, pero para ello se requiere de un decreto Presidencial y la autorización del Congreso De la Unión. No pueden creer que haya sucedido algo así. Repentinamente recuerdas que ayer Pedro olvidó en el comedor el libro “Garantías Individuales” de Burgoa Orihuela y que tú lo subiste y lo tienes ahí, entre tus libros. Así que rápidamente lo consultas y confirmas que es cierto que sólo pueden suspenderse las garantías individuales en una zona o en todo el país bajo las condiciones que ustedes habían comentado. Poco a poco te invade la sensación de que ya nada será como antes.

Domingo
16 de enero de 2005
El domingo por la mañana se realiza una revisión tan denigrante como la de hace dos días.¡Bájese la trusa! ¡Haga tres sentadillas! ¡Súbase la trusa! Otra vez la indignación. Esta vez se llevan los productos que has comprado en la tienda, los cuadernos, los libros, los periódicos, las revistas, las leyes, los expedientes, cartas, fotografías familiares, medicamentos, tubos de pintura al óleo, los frasquitos de pintura acrílica, los cuadros que ya habías terminado y que estaban secándose, lienzos, recortes de periódicos y revistas con fotografías que coleccionabas para usarlos como modelos, las plumas y lápices, la regla de plástico, una loción, un enjuague bucal, sobres vacíos, tarjetas postales…

¡Nada que leer y nada con qué escribir! ¿De qué se trata todo esto, pues? ¡Les han decomisado todas sus pertenencias personales, así no más, sin orden judicial! Algunos como Pedro, tienen amparos que les permiten conservar en sus celdas los libros de derecho y otras materias pues estudian una carrera profesional. Otros tienen amparos que protege su derecho atener ciertos medicamentos en sus celdas, pues padecen alguna enfermedad que los requiere pero, ¡hasta los mismos amparos se llevaron! De nada valen las autorizaciones del mismo penal para tenis y zapatos, todo se llevaron. Lo peor de todo tal vez sea que al llevarse los expedientes, leyes y tratados, dejaron en indefensión a los que se defienden por su propio derecho, como tú. Te han anulado, de hecho, esa opción. Pronto se dan cuenta que la atención médica ha quedado totalmente suspendida. No hay consultas, no se realizaron las operaciones quirúrgicas programadas, no se administra ningún medicamento a tus compañeros enfermos. No pueden creer que el Congreso haya dado su autorización para la suspensión de garantías. No pueden creer tampoco que la Secretaría de Seguridad Pública las haya suspendido sin autorización, fuera de toda legalidad. Pues los hechos les muestran que todo es posible aquí en México.
Se escucha un helicóptero y la tensión aumenta ¿Habrá traslados? ¿A quienes se llevarán? Cualquiera puede ser víctima de un traslado arbitrario así como están las cosas. La zozobra aumenta ante el temor a ser trasladados a Matamoros, Puente Grande o el Rincón, pues muchos presos saben que allá , por la enorme distancia, no podrían ser visitados por sus familiares. Todo el día transcurre en ese estado y durante la noche cualquier ruido los despierta, porque el traslado puede ser a cualquier hora, como el de Rafa, que fue a las dos de la mañana .
En la soledad de tu celda te pones a pensar que si tú y tus compañeros están siendo víctima de disposiciones ilegales, entonces los que las ordenaron son unos delincuentes ¿Algún día habrá castigo para ellos? Podrán alegar en su defensa que lo hicieron para que imperara la ley. Argumento nada válido, pero recuerdas que en su momento ese fue el que esgrimieron los gobernantes responsables de las masacres de estudiantes en 1968 y 1971, y también los responsables de la Guerra Sucia. Tu mente sigue haciendo suposiciones, en este caso es más fácil que los responsables de esta situación ilegal se justifiquen, pues podrán alegar que ustedes, las víctimas, “ se lo merecían” pues son delincuentes que han hecho mucho daño a la sociedad. Así como en su tiempo se intentó justificar la Guerra Sucia alegando que los estudiantes eran “agitadores” y los campesinos “subversivos y roba vacas”. En la soledad de tu celda ignoras que precisamente esos argumentos que has supuesto son los que está utilizando la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para actuar ilegalmente con ustedes. Ignoras también que lo peor está por venir pues en México todo se vale.

Lunes
17 de enero de 2005
Este día hay un leve respiro, pues el personal de “Derechos Humanos” pasa por el módulo uno, en el que estás . Y se supone que también estarán pasando por los otros módulos. Ustedes lo ignoran, pero esto se debe a que sus familiares están afuera y quieren saber como se encuentra su preso. En el pasillo donde está tu celda son visitados por este personal el June, Pedro y Pancho, les permiten escribir una breve nota para que sus familiares y abogados, reconociendo su letra, supongan que están bien, La trampa continúa los días siguientes, uno de estos días vendrán a verte a ti. Ustedes ignoran que allá afuera, a la entrada del penal, este personal de “Derechos Humanos “ han instalado una mesa de atención a los familiares, les piden que vayan ahí a presentar queja o a pedir información de los presos. Tu familia a acudido ahí sin saber que esos que se dicen de derechos humanos son trabajadores del penal y otros son personal de la misma AFI, por tanto ninguna queja servirá de algo. Hacen esto porque afuera hay rumores de que adentro hay muertos y heridos y los familiares están sumamente preocupados y presionando para entrar a visita, y con los recados que reciben de su preso se tranquilizan. Afortunadamente para tu familia, un compañero de pasillo escribe: “Aquí en nuestro módulo todos estamos bien”
La C N D H guarda silencio, permanece al margen. Cuando tu familia va ahí a presentar una queja le dicen que las autoridades afirman que esto es únicamente un operativo de revisión y que todo volverá a la normalidad en unos días. Lo mismo te dicen a ti cuando al fin va un visitador a verte.

Ese lunes se escucha el tropel por todo el penal, se mira a los agentes de la AFI recorrer las áreas verdes, el exterior de los módulos, las azoteas, los andadores que hay arriba en los muros exteriores, la parte superior de las torres de vigilancia. Destapan todas las cavidades, las calderas; entran a los registros de drenaje. Todo lo revisan minuciosamente con perros y filmándolo todo también.

Martes
18 de enero de 2005
Después del desayuno, luego de ratos de relativa calma alternados con tropeles, se escucha un bullicio y un tropel más fuerte que nunca, se oye que recorren el cerrojo de la puerta del patio, lo que quiere decir que van a salir los que hacen todo ese ruido. Algunos piensan que se trata de otra revisión porque lo primero que hacen en estos casos es que algunos custodios salen al patio para ver quien lanza hacia allá, por la ventana, las cosas de que se quiere deshacer por ser prohibidas. Todos corren a asomarse a las ventanas y miran que empiezan a entrar a paso veloz muchos elementos de la PFP con equipo antimotines y pasamontañas y se van formando a lo largo de los muros del patio, todos viendo hacia el centro. Tú cuentas cerca de 130, detrás de ellos entran aproximadamente 20 agentes de la AFI, todos con pasamontañas, uniformados de negro, con guantes y chalecos antibalas con las siglas AFI a la espalda. Entran también algunos individuos de civil, pero eso si, con pasamontañas, varios fotógrafos, algunos con pequeñas cámaras de video, todos ellos con pasamontañas.
¿De que se trata ahora? ¡Ya qué, a lo que venga! No tienes de otra. Los nervios se calman un poco cuando observan que salen al patio cerca de doce de los presos de la otra sección, esposados y agarrados por dos elementos de la AFI cada uno. Son formados mirando hacia las celdas de tu pasillo. Un tipo uniformado de azul marino y encapuchado se dirije a ellos en un discurso que lee de unas hojas que lleva en una mano. No alcanzas a escuchar lo que dice porque entonces entran a tu pasillo cerca de veinte agentes de la AFI, y 40 de la PFP, y ordenan ¡Manos a las rejas! Así que hay que estar frente a la reja como si fueran a hacer una revisión. Abren las rejas y comienzan a revisar a cada uno, otra vez las sentadillas casi desnudos, pero ahora no revisan la celda sino que esposan a todos con las manos hacia atrás. Luego conducen a todos hacia fuera del pasillo y ves que está lleno de agentes de la AFI, algunos con cámara de video o fotográfica, tratando de captar todo. Tomándote uno por cada brazo, dos agentes de la AFI te conducen escaleras abajo, igual que a los demás; primero Pedro, luego Marcos, Miguel Ángel, Don Neto, Pancho, tú y el June. Salen al patio en donde los conducen al mismo lugar en que estuvieron colocados los anteriores presos. Ahí mientras los dos agentes de la AFI continúan agarrándolos de los brazos, el custodio del discurso ordena que cada uno diga su nombre, la causa de su encarcelamiento y la sentencia recibida. Luego nos lanza el siguiente discurso “Ustedes son los causantes de que tuviera que implementarse este operativo por las indisciplinas. De aquí en adelante todo va a cambiar, pues habrá disciplina y será severamente sancionado el que la infrinja y podrá ser trasladado cualquiera”. Agrega que tienen autorización para todo eso, que poco a poco se irán reanudando las actividades normales, que se acabarán los privilegios y que en la tienda únicamente se podrá gastar trescientos pesos mensuales porque el penal se encargará de dotarnos de agua para beber, papel de baño, pasta y cepillo dental, jabón y rastrillo. Que habrá dos horas de patio, que las televisiones se devolverán en unos días.

Al regresar a sus celdas todos piensan ¡Se acabó la zozobra! Todo se va a normalizar, bueno, más o menos porque esos trescientos pesos al mes no alcanzan para casi nada. Continúan subiéndoles las tres comidas a las celdas, no hay salida al comedor ni a patio, no entra ningún abogado el resto del día, ni personas de confianza, no hay actividad en los juzgados, ni siquiera notificaciones. Todos los días han estado viniendo helicópteros. Se sigue escuchando tropeles a diferentes hora.
Aunque la inmensa mayoría de los presos no cometieron falta alguna, te enteras que todos pasaron por la misma ceremonia de regaño y amenaza. Días después te enterarás que parte de eso fue transmitido por televisión, que fue todo un show montado por la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF). Tú bien sabes que solo algunos de tus compañeros presos han cometido faltas a la disciplina y son aún menos los que cometieron delitos, como los homicidios. Los custodios y las autoridades del penal también lo saben, incluso saben quienes fueron.
¿A quien se le puede ocurrir, entonces, castigar a todos? No te cabe duda de que el ejército tomó el control del penal y que ha trasladado las normas de la vida militar al ámbito civil. Los principios y reglas mínimas para el tratamiento de los presos, promulgadas por la ONU, no se aplican aquí, han quedado en el olvido.

Miércoles
19 de enero de 2005
A partir de ese día hay cambios que hacen pensar que en realidad se irán normalizando las cosas porque ya entran a notificar algunos actuarios acerca de los amparos interpuestos, pero cosa curiosa, pareciera que las resoluciones las emitiera Cantinflas y no un magistrado, porque están llenas de cosas tan raras y contradictorias como la siguiente: En la primera parte de la resolución se concede el amparo contra la incomunicación asentándose “Se decreta de plano la suspensión para el efecto de que no se le incomunique”. Pero más adelante dice “Por cuanto al acto reclamado por el quejoso consistente en la prohibición de recibir visita familiar, íntima y de abogado y de realizar llamadas telefónicas serán materia de incidente de suspensión que se llegue a formar si ratifica la demanda promovida en su favor y si se admite dicha demanda” ¿Qué acaso la incomunicación no consiste en la prohibición de recibir visitas familiar e íntima y de abogado y de realizar llamadas telefónicas? Se concede, pero no se concede, curioso amparo. Así te llegan dos resoluciones en el mes de abril. Todos saben que los jueces de amparo no son incapaces, así que esto los hace pensar en un acuerdo extralegal para dejar manos libres a la SSPF en la Palma ¿Dónde queda la independencia de poderes? Los días siguientes continúan negándose el paso a los abogados pese a los amparos que interponen por la obstaculización de la defensa. Dejar a los presos sin poder ver a su abogado transgrede el artículo 20 constitucional.
No les cabe duda ya de que hay consigna de negar los amparos, pues mientras la SSPF viola día tras día cuando menos nueve artículos de la constitución aquí en la Palma, el poder judicial permite que esto suceda, pese a que ya son más de cuatrocientos los amparos interpuestos por presos de todos los módulos, todos llegan resueltos de manera parecida. Lo mismo sucede con los amparos en los que se reclama la devolución de los expedientes o de las leyes decomisadas.
Porque la mayoría de los presos procesados y aunque los ya sentenciados tienen procesos pendientes o recursos que interponer no se permite la entrada de los abogados sino hasta días después. El primer día que se les permitió pasar tuvieron que estar desde las nueve de la mañana para entrar a las doce de la noche, y solo se autorizó a diez de ellos. Esto se repitió durante varios días, luego se permitió la entrada a quince abogados. Todos los demás presos no pueden ver a su abogado. Las autoridades han llegado al atrevimiento de impedir la entrada y afirmar que sí la permiten, por eso los abogados necesitan traer notarios para que den fe de la negativa de las autoridades. Dicha fe de un notario público de la negativa de las autoridades podría acarrear sanciones legales al director o a los responsables del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS), así es como los primeros abogados pueden pasar, a través de ellos llegan las primeras noticias de cómo están las cosas en realidad. De pasillo en pasillo y de módulo a módulo se corre la voz de que no ha habido ningún decreto presidencial, ni un acuerdo del Congreso para dejar a los presos de la Palma sin garantías individuales; se enteran que lo que hay es un encubrimiento de funciones de primer nivel como los Secretarios de Seguridad Pública Federal y el de Gobernación. Te enteras que estos funcionarios dicen que solo se trata de un operativo no de una suspensión de garantías, que el gobierno está retomando el control de la prisión porque estaba en manos de los delincuentes. Ese es el decir de las autoridades, la voz de ustedes no puede salir.
Se trata de un operativo dicen la autoridades de más alto nivel, un operativo, no una suspensión de garantías con todas las de la ley, dicen los abogados, un operativo dijo el custodio de la ceremonia-regaño-amenaza, solo es un operativo dice la CNDH. Pero un operativo debe tardar sólo unos pocos días y aquí pasa un día tras otro y nada cambia.
Las familias hacen presión allá afuera con lo único que tienen, su presencia y su exigencia a grito limpio. Desde tu celda puedes escuchar los gritos, de mujeres sobre todo, que increpan a las autoridades. Ya para entonces todos saben que ha renunciado el director de la prisión, Guillermo Montoya Salazar, y su lugar lo ocupa una señora que ha sido directora del CEFEREPSI, la cárcel de máxima seguridad para delincuentes siquiátricos, en Morelos. Se dice que trae gente de allá, de Matamoros y de Puente Grande, pues todo el personal va a ser sustituido. Ciertamente que para que hubiera armas de fuego en el penal más seguro del país se necesita que algunos custodios o directivos las hayan introducido, ellos son los únicos que pueden hacerlo, así es como por lo que algunos de ellos hicieron culpar a todos los trabajadores. Debido a eso hay una protesta de los trabajadores administrativos y de las áreas educativa, terapia ocupacional y otras, también de seguridad. Ustedes se dan cuenta porque no entra la nueva guardia y la del día anterior tuvo que doblar turno. Exigieron que Carlos Tornero Díaz, director del OADPRS se retractara de unas declaraciones a la televisión en la que dijo que “los trabajadores de la Palma son unos corruptos”. Ante la protesta Tornero tuvo que aclarar que no se refería a todos.
La nueva directora de la prisión suspendió el suministro de agua en las regaderas, la cual era caliente por las mañanas. Durante varios días tuviste que bañarte con agua helada del lavabo, en el ambiente siempre frío de la Palma y en pleno invierno. Algunos presos preferían no bañarse. Día tras día permanecieron encerrados en sus celdas las 24 horas, los días se hicieron semanas.

Los familiares continúan protestando, se hacen también constantes denuncias ante la CNDH, los abogados hacen lo suyo desde el ámbito legal, no se logra mucho, pero al menos reconectan el agua para bañarse, permiten la entrada de quince abogados de las 20 a las 21 horas, y que las autoridades se comprometan a reanudar pronto las visitas.
Diez días después de que se inició el operativo se permite la entrada a las primeras visitas familiares, pero sin razón alguna no se reanuda la visita conyugal o íntima.

Martes
1 de febrero de 2005
Han transcurrido quince días, hoy empiezan a regresar las televisioncitas a un módulo, estos compañeros tienen suerte porque otros tardan 40 días, otros 60. En otros luego de cuatro meses no tendrán ni siquiera la menor esperanza de que les sea devuelta.

Sábado
9 de abril de 2005
A casi tres meses de iniciado el “operativo” ustedes continúan encerrados en sus celdas 23 horas y media al día, sin poder realizar ninguna actividad. Este sábado en una nueva revisión retiran las televisiones a todos los presos que las tenían ya. Empezarán a devolverlas cuarenta días después, el 19 de mayo. El retiro de las televisiones coincide con la libertad de Nahum Acosta, el funcionario de la Presidencia acusado injustamente de pasar información confidencial a los cárteles del narcotráfico. Estuvo aquí en la Palma tres o cuatro días, fue absuelto y al salir hizo declaraciones a los medios de comunicación sobre las vejaciones que él sufrió aquí y de las que fue testigo, fortaleciendo así las denuncias que venían haciendo ustedes y sus familiares. Si ustedes hubiesen visto los noticieros se les habría levantado el ánimo a todos.
En esta revisión procedieron a llevarse los colchones, cosa que nunca había ocurrido aquí antes pues se acostumbraba palparlos en la misma celda delante de la mirada del preso al que le correspondía; y cuando traía perros, alguno lo olfateaba por todos lados y luego lo dejaban en su lugar. Sin embargo ahora, después de la revisión referida se los llevaron, según dijeron para ser revisados por rayos X .
Después de varios días fueron regresando los colchones, aunque cambiados; El tuyo, marcado con el número 911 quién sabe a quien le quedaría, a ti te trajeron el 1426 que corresponde al compañero del mismo número. Antes de colocarlos en su lugar todos procedieron a revisarlo por temor a que les hubiesen sembrado algún objeto o substancia prohibida para inculparlos en la próxima revisión.
Tuvieron razón en proceder así pues hasta ustedes llegó la versión de que un compañero se negó a entrar a su celda y a recibir el colchón hasta que no fuese revisado por los custodios en su presencia. No fue fácil, pero luego de una firme insistencia lo hicieron así y encontraron ¡tres teléfonos celulares! Por suerte para el compañero, el colchón no había sido suyo, sino que venía cambiado.

Jueves
21 de abril de 2005
El 21 y 22 de abril en una nueva revisión en todo el penal se volvieron a llevar los colchones para checarlos con rayos X, luego de que el perro los olfateara y los custodios los palparan. Nuevamente todos procedieron a revisar el colchón cuando se fueron los que los trajeron. Nada había en tu colchón ni en los demás de tu pasillo, pero en el módulo tres se repitió lo del día nueve. Un compañero que ya sabía esa versión insistió en que los custodios revisaran su colchó delante de él esta vez había un teléfono celular sembrado ahí.

Durante un mes no hubo repuestos para bolígrafo en la tienda, de esa forma es como impidieron que ese tiempo hubiera reclamos o denuncias escritas para ustedes de lo que sucedía ahí, tampoco pudieron escribir algo para defenderse en sus procesos, ni cualquier otra cosa que les sirviera de distracción en esas largas horas y días de aislamiento y soledad. Cuando al fin conseguiste con qué escribir utilizaste el tiempo en escribir una narración detallada desde el momento en que te sacaron del lugar de tortura para traerte a esta prisión que hoy se llama la Palma y entonces se conocía como Almoloya, hasta el momento previo a que se te dicta sentencia tres años después. Tu abogado te lo ha pedido para empaparse de lo sucedido en cada momento y pueda conocer las violaciones constitucionales que sufriste ese tiempo. Tú sabes que el artículo 20 constitucional te da derecho a defenderte. Has terminado el escrito y hoy 22 de abril se lo has entregado al empleado del área jurídica para que sea entregado de manera expedita mañana al abogado o a más tardar el 26 que viene tu familia a visitarte, pero no sucederá así, este testimonio o denuncia de hechos será bloqueado por las autoridades del penal y no se lo entregan ni a la familia, ni al abogado. Es más, el área jurídica niega haber recibido un escrito tuyo. Así es como afectan gravemente tu derecho a la defensa.

A más de cuatro meses de iniciado el “operativo de revisión” no han permitido pasar ni un periódico, ni una revista, ni un solo libro. Además la biblioteca ya no da servicio desde entonces (14 de enero). Muchos compañeros tuyos están estudiando ya sea la primaria, secundaria o preparatoria y algunos otros una carrera universitaria, tú mismo ibas a iniciar una precisamente este año, pero todos llevan cuatro meses perdidos y no saben cuanto tiempo más les harán perder impidiéndoles reanudar sus estudios.
Los pocos libros de derecho y leyes impresas que aún había en manos de algunos presos ya han sido totalmente decomisados calificándolos de “objetos prohibidos”. En la sección 2-A del módulo uno, el módulo en el que está tu celda decomisaron una Agenda de Amparo con tal argumento ¿Desde cuándo se prohíbe en México poseer algún ejemplar de una ley?

Más de cuatro meses y continúa prohibida la entrada a las personas de confianza, escudando tal atropello en simples órdenes administrativas ¿Desde cuándo una orden de este tipo puede estar por encima de la Constitución? Continúa también limitándose y entorpeciendo la entrevista con los abogados.
La atención médica se ha reducido al mínimo indispensable para justificar que sí existe el servicio médico. En cuatro meses la mayoría ha visto al médico una sola vez y en visita rápida. Menos mal que tú estás sano en general, pero aquellos como Don Neto o el June que tienen enfermedades crónicas o crónico degenerativas tienen que pasar semanas completas sin medicamento, y luego se les proporciona durante dos o tres días solo para volvérselos a interrumpir intempestivamente. “No hay medicamentos” es la única respuesta que reciben a pesar de que la nueva dirección dijo que ellos se harían cargo de suministrárselos, así como los artículos ortopédicos prescritos por enfermedad y que quedaba prohibido que los familiares los depositaran. Tú has visto al June pasar noches enteras en vela por los dolores que le provoca la artritis reumatoide y te preguntas cuántos más estarán en una situación semejante. Conoces bien el caso del June porque han sido vecinos de celda durante años. El tenía una operación programada para el 18 de enero, la cual se había pospuesto desde diciembre por diversas causas. Las operaciones se pospusieron porque el quirófano estaba contaminado por la revisión, al menos eso le dijeron mientras era directora una sicóloga. Ahora, con el nuevo director Martín Porfirio Reyes Magdaleno se pospuso indefinidamente y ya ni siquiera le dan fecha tentativa. Últimamente le han dicho que tiene que ser personal médico de la prisión quien lo opere pese a que ellos no tienen conocimientos de microcirugía, que es la que se requiere. “Ahí le damos una “hojalateada” fue la expresión de uno de estos médicos. Otro vecino tuyo, Don Neto, frecuentemente se queda sin recibir las dos aspirinas que requiere para su enfermedad del corazón.
Muchos presos, incluido tú mismo, sufren ahora de presión alta, esto indica que la presión nerviosa constante a que están sometidos ya se manifiesta provocándoles daños físicos incluso. Aunque tú reportabas la posibilidad de tener la presión alta tardaron tres meses en checártela, y eso por casualidad. Nadie tiene ni una pomada para infecciones de la piel, ni para hongos aunque los padezcan. El área médica está sucia porque los custodios no permiten al personal del área mantener limpio el lugar.

A los enfermos se les ata con cadenas a sus camas en servicio médico, tú mismo te has enterado de dos casos de estos, uno fue Enrique Harari Garduño, quien finalmente falleció atendido deficientemente. Otro preso de recién ingreso también estuvo encadenado.

Han despojado a todos de la ropa térmica, que debido a las bajas temperaturas que imperan en esta prisión es necesario utilizar debajo del uniforme. Ahora sufren frío. Especialmente a los ancianos y a los reumáticos se les a añadido un sufrimiento más. Aún no sabes que tres meses después también te despojarían de la chamarra reglamentaria del uniforme.

Cuando se te acaba el papel y la tinta tienes que esperar a que haya en la tienda pues no te permiten almacenar más de uno en tu celda. Esto puede significar un largo periodo sin poder escribir pues en la tienda a veces no hay estos artículos, o simplemente se suspende su venta. Esto es terrible para quien se defiende por su propio derecho; o para quienes tienen que realizar trámites en relación a un amparo, como tú, o solicitudes oficiales. Bloquea los lazos de comunicación con la familia, ya de por sí muy escasos y débiles por las condiciones actuales de la prisión. Impiden que expresen en papel y tinta los sentimientos y pensamientos de la soledad. Es una forma de añadir stress a su situación porque nunca saben si podrán continuar su escrito, su carta, su poema o su cuento cuando se les termina el Blok de papel y la tinta. Cuando al fin terminas de escribir, el penal puede retrasar indefinidamente la salida de tus escritos o de plano impedirla.

Jueves
19 de mayo de 2005

Desde hace varios días el abogado de Don Neto, le depositó copias de unos documentos, pero no se los han entregado. Por eso el abogado había pedido que le explicaran la razón. Hoy, cuando se retiraba, después de visitar a su cliente por locutorios; dos custodios lo obligaron a regresar, supuestamente para ver al director. Finalmente lo llevaron a una oficina donde un tipo prepotente lo recibió preguntando su nombre y si era abogado de Fonseca, a lo que contestó que sí. Fonseca tuvo suerte dijo el funcionario, refiriéndose al parecer a que estuvo a punto de recibir una golpiza de parte de los custodios. Después de que el abogado preguntara a que se refería con eso y de no recibir respuesta, preguntó qué es lo que pasaba con los documentos que había depositado hace días para su defendido. El tipo prepotente respondió que ahí los tenía y que iba a valorar qué hacía con ellos ¡Como si la ley no dejara claro que lo único que debe hacer es entregarlos al destinatario y no estorbar el intercambio de documentos jurídicos entre abogado y cliente!

Ahora que sabes esto piensas que seguramente aquel tipo “valoró” que tu narración no debe salir de la Palma y por eso se la niegan a tu familia.

Aquí no se aplica el reglamento de los CEFERESOS (Centros Federales de Readaptación Social), El único legal. En cambio se aplica un “reglamento” desconocido, que cambia cada vez que las autoridades quieren. De un día para otro se convierte en prohibido lo que ayer era permitido, y al revés. Cualquier custodio puede aplicar sanciones a su arbitrio sin comunicar al preso las razones del castigo. A veces ni siquiera se le dice el tiempo que habrá de permanecer castigado. No hay consejo técnico aunque debiera haberlo, por eso ningún preso tiene la oportunidad de defenderse, o cuando menos de explicar su versión de los hechos. Tú fuiste castigado de esta manera ya dos veces, te segregaron y te dejaron sin visita y sin llamada telefónica porque te negaste a bajar la trusa hasta los tobillos y a enseñarle las nalgas al custodio. Este, al imponerte el castigo te dijo que por estar en un penal de Máxima Seguridad no tenías derechos humanos.

Después de cuatro meses siguen sin devolverles los artículos indispensables que les incautaron. Te sientes despojado y eso te indigna, como indigna y enoja a todos. Aún no saben que pronto vendrá otra revisión y esta vez les quitarán los peines de bolsillo de plástico, por esta razón pasarán semanas despeinados, como vagabundos; y como ya no les devolverán el peine, cuando venga el peluquero los pelará casi a rape, entonces parecerán pacientes psiquiátricos, se verán unos a otros y se sentirán así.

Todo lo que te es permitido hacer es permanecer encerrado en tu celda veintitrés horas y media diariamente, y eso cuando te permiten bajar a patio porque sucede que repentinamente los custodios dicen que no hay bajada y ni modo, no te queda más que la más pura inactividad sin tu material de pintura, sin libros, sin televisión, sin periódicos, sin revistas y a veces sin siquiera poder escribir. Al comedor bajan, pero se les exige que terminen de comer en diez o quince minutos cuando mucho, según el humor de los custodios. Esto sucede en tu pasillo porque, según dicen los custodios, son pocos y no deben tardar más. Otras secciones, las más numerosas, no pueden tardar más de media hora para recibir y tomar sus alimentos.
De esta forma el tratamiento de “readaptación”, que reciben consiste en mirar el techo y las paredes y en permanecer siempre tensos, inseguros y enojados.
Muchos presos pintaban como tú, y algunos sostenían a sus familias con esa actividad. Ahora han transcurrido cuatro meses sin poder hacerlo, tú has denunciado todo esto ante la CNDH, tu familia te ha ayudado a difundir la realidad de lo que vives aquí adentro, para que se sepa allá afuera. Tal vez por eso el 20 de junio cuando tu hermana regresó a su casa encontró en la contestadora telefónica la grabación del sonido de varios balazos, misma forma de hostigamiento que ya había recibido en octubre del año pasado. Siguen sin guardar silencio, sin rendirse. El Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad manifiesta a las autoridades su preocupación por lo que sucede al interior de la Palma y por ti en especial. Y como respuesta esta ONG recibe en julio un escrito firmado por el Lic. José Luis Lagunes López, Comisionado del Órgano Desconcentrado Prevención y Readaptación Social. En el dice que en la Palma se respetan los derechos humanos de todos los presos, incluido tú. Dice además que puedes pintar, estudiar y realizar todas las actividades que hay en la prisión con entera libertad y cuando tú lo desees . ¡Que burla! A nadie engaña con esa mentira, con pleno conocimiento de lo que realmente sucede. Pues él es precisamente el encargado de supervisar y dirigir las acciones en las cárceles de Máxima Seguridad del país, habla de las actividades que podías realizar antes del “operativo”. Las actividades que llevan seis meses suspendidas por orden suya. Tu familia al enterarse del cinismo de este funcionario siente que se topa con un muro: el de la impunidad.

Ahora ya han pasado seis meses de iniciado el “operativo” y siguen igual, sin derechos, sin actividades, sin lo más indispensable. Ahora la han emprendido contra la correspondencia, tanto la que recibes por correo, como la que se te deposita en oficialía de partes de la prisión. No pueden enviarte más de diez hojas, no se te pueden enviar fotos, para eso necesitas autorización. Seis meses sin pintar, sin estudiar, sin leer, sólo te han devuelto la televisioncita de 5 pulgadas.

Los custodios buscan mil formas de mantenerlos bajo presión nerviosa constante, ahora, además de apresurarlos para que terminen de comer en diez minutos, no pueden dar de comer a los gatos y a los pájaros porque se les ha prohibido terminantemente. Tienes que comer bajo la mirada atenta de varios custodios, quienes ni siquiera les permiten asear el lugar de la mesa en el que van a comer; así que tienes que colocar la charola sobre la inmundicia pues no han permitido tampoco que personal de limpieza del penal lo haga. A veces, si el custodio se descuida, rápidamente medio limpiarás el lugar para sentirte un poco humano, para no comer sobre la suciedad acumulada sobre las mesas del comedor.

Hay tensión y recelo contra las autoridades y custodios por las golpizas, por el uso de las esposas como instrumento de tortura, por los retos de algún custodio para liarse a golpes con algunos de los presos; la hay porque un abogado que encabezaba protestas de familiares y defensores fue asesinado en Toluca. Porque cuando algún preso gana un amparo contra la segregación y la incomunicación, como te ocurrió a ti, los custodios dicen “ya sabe que aquí no valen los amparos”, la hay porque no se sabe en que momento sembrarán algún objeto o substancia prohibida en los colchones o dentro de las televisiones cuando se las llevan para devolverlas después. La hay porque el lunes dieciséis de mayo un custodio intentó chantajear a Don Neto con diez mil pesos y al no lograrlo quiso sembrar una pastilla en su chamarra ¡luego de haberla revisado dos veces él mismo! Solo la actitud firme del preso evitó que prosiguiera con su chantaje.

Seis meses de suspensión de garantías individuales de forma totalmente ilegal, de violar los amparos, de violación masiva de derechos humanos y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) no dice nada, no ha hecho ningún pronunciamiento, únicamente se limita a escuchar y recibe las quejas de ustedes y de sus familiares.
En un principio eran obligados a bajarse la trusa los días de visita y al ir a locutorios y la CNDH no dijo nada. Ahora, además de la trusa en los tobillos deben hacer sentadillas cuatro veces al día y la CNDH no dice nada. Hay gente enferma que no recibe sus medicamentos, la CNDH pregunta a las autoridades y se da por satisfecha con un papel que le enseñan en el que dice que a tal preso se le prescribió tal medicamento ¡Pero la queja es porque no se le suministran los medicamentos! A presos de más de 75 años se les obliga a hacer sentadillas, e incluso a uno de ellos que está enfermo del corazón. Y la CNDH escucha y no dice nada.

Presos golpeados han denunciado los casos, y la CNDH no dice nada. Ya no pueden enviar cartas por correo pues ya no se venden sobres ni estampillas ni permiten que se les depositen; puedes recibirlas pero no enviarlas, y la CNDH no dice nada.
Las Reglas Mínimas Para el Tratamiento de los Presos, de la ONU, establecen que el sistema de prisión no debe agravar el sufrimiento que ya de por sí implica el encarcelamiento. Y la CNDH no dice nada después de seis meses que se viene haciendo esto y a pesar de que no todos los presos pusieron en riesgo la seguridad de la prisión. La afectación sicológica en todos ya es notoria, en unos más, en otros menos, pero nadie está saliendo ileso.
La zozobra es constante, todo puede ser quitado, en cualquier momento puedes ser castigado bajo cualquier pretexto, nunca estás seguro de recibir tu correspondencia ni de que tu familia la reciba ¿Y si han sembrado algo en tu televisión y no lo sabes pues viene sellada y está prohibido que intentes abrirla?. Cada media hora hay rondines por los pasillos, no hay noche que puedas dormir tranquilo. Nunca puedes estar seguro de que no le negarán la entrada a tu visita con cualquier pretexto. Para un simple cambio de celda, dentro del mismo pasillo se arma un operativo en el que atan a todos con las manos atrás ¿Qué cerebro puede resistir la constante zozobra sin sufrir daño?
El stress se ha acumulado, la neurosis y el insomnio han hecho presa de todos, al igual que la colitis nerviosa, la presión alta y trastornos digestivos causados por la tensión nerviosa. En otros la alteración se manifiesta en que ahora tienen apetito constante, mientras en otros más ha disminuido considerablemente. A veces, algún preso ya no resiste más, explota y arremete al custodio que le ha dicho o a hecho algo que en otras circunstancias hubiera tomado como algo sin importancia. Y entonces las autoridades aprietan otro poco más la tuerca del hostigamiento, formando un círculo vicioso. “Ya no aguantamos más” es la expresión que intercambian dos viejos conocidos en vez de saludo cuando llegan a encontrarse en algún pasillo.
¿Oyes, que será ese tropel? ¿Ese movimiento será por un traslado? ¿Porqué vendrían tantos custodios por fulano? son preguntas recurrentes y tu pulso se acelera y te inquietas, y eso mismo les pasa a todos. Y tú tratas de tranquilizarte y de tranquilizarlos diciendo que solo pasará lo que tenga que pasar, y de nada sirve porque la tranquilidad hace mucho que se ha ido de este lugar.
Han perdido la noción de su propia imagen, porque les decomisan los espejos de bolsillo. Han perdido la noción del tiempo porque les impiden adquirir pilas de reloj y también impiden que les depositen relojes automáticos. Uno a uno los relojes se han ido quedando parados.

El carcelazo, como aquí se conoce a la depresión profunda, se ha apoderado de muchos. Entre los pocos compañeros de tu pasillo no has escuchado aún el “No vale la pena vivir” o “Me quiero morir, pero sí escuchas cada vez con más frecuencia “¡Chingada madre ya me cansé de pelear jurídicamente! ¡No sirve para nada!” que es otra forma de suicidio.
Desde tu ventana puedes ver a algunos compañeros, notas que los más sociables y alegres ahora se ven tristes y buscan la soledad. Sabes que la mayoría duerme todo el día o permanecen acostados por la depresión, pero el ser humano es maravilloso y aún en estas condiciones hay quienes tratan de levantar el ánimo de los demás.

¿Cómo te afecta a ti todo esto?. Te preguntas ¿Qué otro cambio habrás tenido sin notarlo además de padecer presión alta con frecuencia? ¡Tú que siempre gozabas de buena salud! Nada depende del propio individuo, nada le pertenece, nada de lo que haga servirá para algo, nada de lo que diga servirá de algo. No solo se les ha despojado de su libertad de movimientos, ahora también se les despoja de los atributos del ser humano ¿Podrá alguien no sufrir daño psicológico en estas condiciones?.

Don Neto narra lo ocurrido hace cerca de seis años, cuando notó después del último pase de lista, el de las diez de la noche, pasó un custodio que discretamente le dijo “No se duerma, se lo quieren chingar”. El se acercó a la reja y con pavor notó que estaba abierta, es decir solamente emparejada sin candado y sin cerrojo recorrido, que era lo que se usaba entonces. Todo estaba listo para que alguien pudiera entrar cuando estuviera dormido y ahorcarlo y simular así un suicidio. Después supo quien fue el comandante que planeo eso, pero en ese momento lo único que pudo hacer es ir a ver las demás celdas, las cuales estaban perfectamente cerradas, pasó la noche en vela, junto a la reja. A partir de entonces adquirió la costumbre de checar la reja todas las noches, una de ellas notó que su reja nuevamente había sido emparejada y dejada sin cerrojo ni candado. Salió entonces al pasillo y a gritos al aire insultaba al comandante en cuestión y le decía que si era hombre fuera a matarlo ahí, en ese momento y no cuando estuviera dormido. Al otro día habló con el director y despidieron al comandante. Ahora todos saben que están a merced de los custodios y otras autoridades de mayor nivel, que fácilmente podrían asesinarlos y simular después un suicidio. Ahora nadie se siente seguro pues ahora están indefensos.
Ahora que no hay otra cosa que hacer, que te impiden lo que más te apasionaba: la pintura. Te ha dado la obsesión de escribir, así que escribes y escribes aunque no estás seguro que tus escritos saldrán de estos muros. Desde hace cuatro días te permiten salir al patio una hora, y la aprovechas, haces ejercicio hasta quedar extenuado. En las largas horas de la soledad de tu celda lees y relees los poemas que has hecho a tu hija y a tu esposa y piensas en ellas como nunca antes; y te sientes bien, crees que estás bien a pesar de todo. Quien sabe que diría si te viera alguien de allá afuera, de esos que si están bien de verdad.

Vea las pinturas hechas por los dos presos políticos

Sitio de apoyo a las presas y presos políticos de México