Felipe Quispe y Álvaro García: Razones y sinrazones de un nuevo protagonismo popular

20.Dic.05    Análisis y Noticias

FELIPE QUISPE Y ALVARO GARCÍA: RAZONES Y SINRAZONES DE UN NUEVO PROTAGONISMO POPULAR
Juan Carlos Pinto Quintanilla
15/12/2005
Publicado en Indymedia Bolivia

Punto de partida.-

En realidad no sé si existe un momento fundante del protagonismo social de las personas, de sus encuentros y tejidos colectivos realizados en procura de dejar su huella en el mundo… esos espacios de encuentro son en realidad casualidades que toman sentido, inscritos en el contexto de una sociedad y un mundo que genera relaciones de confrontación, explotación y competencia; pero también como parte de otro mundo posible donde existen solidaridades creadas y sueños que se acercan a la posibilidad de ser el sentido de la realidad de muchos…

El sentido organizativo contestatario y revolucionario del encuentro de los diversos, presente a lo largo de nuestra historia, en momentos diferentes y con intensidad cambiante, también se hizo posible en los 80s, que tenía como marco de fondo la dictadura y la transición democrática. En un marco reflexivo y retrospectivo de la transición, encontramos una profunda interpelación a lo que hasta entonces había hecho la clase dirigente pero también la izquierda de entonces, acunada por los hijos de patrón que tenían alguna sensibilidad para democratizar sin cambiar demasiado, hasta que la propia Democracia les dio pega y acomodo.

Pero en realidad la verdadera fuerza del movimiento social tenía su base en la gran tradición obrera y minera que expresaba la voz de los explotados y el sueño socialista de los trabajadores. Sin embargo ambos espacios de interpelación del sistema, no asumían a los indios como parte del cambio sino como cola del furgón revolucionario; y es que el racismo y la exclusión no eran parte del debate político, y sin embargo eran la esencia perversa de la historia y la cotidianidad en Bolivia.

La historia de Felipe.-

Felipe Quispe, formaba parte de esa historia diferente y olvidada que se hacía en los márgenes del “mundo de los civilizados”. Integrante del grupo fundador del Movimiento Indio Tupak Katari (MITKA), muy joven, era consciente de ser parte de una herencia que tenía raíces más hondas que las que se desenvolvían entre obreros y militares en ese tiempo. El manifiesto de Tiahuanacu junto a las enseñanzas del gran indianista Fausto Reinaga, fueron el eje ideológico de aquellos aymaras que clandestinamente empezaron a reflexionar de que a su mundo indio de pueblos originarios invadido por los kharas, se le había negado la posibilidad de ser ellos mismos, con la colonia y con la república.

Esos primeros indianistas, pioneros de la ideología y de la acción, que se vinculaban y tenían relaciones solidarias con los grupos clandestinos, no habían pensado otra estrategia que la del levantamiento katarista. Sin embargo las corrientes bullían de forma diferente en su interior, y con la apertura democrática banzerista, la apuesta electoral llevó por primera vez a indios al parlamento, que no tardaron en ser absorbidos por la dinámica de exclusión primero, y de cooptación económica, y política después.

Además del aprendizaje de ese momento, la división y el enfrentamiento se hizo parte del naciente movimiento indianista y surgieron los emuladores kataristas que en su gran mayoría buscaron ser parte de la gran movilización por la democracia. Los Movimientos Kataristas de todo apellido, encabezados por la naciente intelectualidad aymara que provenía de las universidades, había unido la memoria corta y larga de la historia aymara pero en su gran mayoría optaron por un rápido acomodo en procura de la democratización de sus posibilidades personales.

Felipe Quispe fue parte de otra tradición, de aquella que sin haber llegado a las universidades y habiendo realizado un proceso de disciplinada autoformación, mantuvo su relación con las comunidades, con los sectores más reivindicativos y politizados de las mismas, en procura de que la ideología india-aymara se convirtiera en razón fundamental de construir una sociedad que tomara en cuenta a los dueños originarios de este país.

Alvaro García y el compromiso diferente.-

Alvaro García venía de otra vertiente, de aquella de una clase media que con ciertas oportunidades tuvo acceso al estudio pero particularmente a una opción política que ligada al marxismo lo empujaba a una relación fundamental con los sectores obreros y mineros, vanguardia histórica de los sectores populares. El junto a un puñado de estudiantes de la clase media, entablaron una nueva forma de relación y compromiso con los trabajadores, acompañando y potenciando los sectores más revolucionarios sin asumir el protagonismo ni la dirección.

El testimonio de lucha, compromiso y entrega fueron elementos que permitieron encontrar puentes de encuentro entre ambas corrientes y otras más que junto a revolucionarios anarquistas y cristianos comprometidos; crearon un espacio político de la diversidad en procura de un nuevo país. Ambos liderazgos y otros que aún son anónimos son los que apuntalaron la superación reduccionista de partido, de jefes o de subordinación política.

Un movimiento colectivo, que se basaba en la autoridad ético-moral de quienes caminaban por las minas, las comunidades o los barrios de las ciudades. Una organización que no reclutaba sino que sumaba voluntades y que en el camino fue atizando el concepto de la diversidad a partir de dos herencias populares fundamentales: la comunaria aymara unida a la de los pueblos indios en Bolivia; y la lucha proletaria socialista que habían hecho parte de la historia popular de las últimas décadas.

Al margen de la construcción colectiva, existía una verdadera hermandad entre los diversos que se sumaban en el compromiso colectivo de trabajar y soñar en que era posible hacer un cambio en el país. En definitiva, la organización acunaba en su interior, el propio sueño de diversidad que el país debía ser, con la hegemonía manifiesta de quienes tienen un proyecto de país para los demás: los indios aymaras y los proletarios mineros.

La cárcel y el después.-

La cárcel fue la consecuencia del fracaso cuando la realidad y los sueños se confrontaron, cuando intentaron que la democracia y la guerra convivieran. Encierro que duró más de 5 años, sin que decayeran los ánimos por seguir luchando por un mundo mejor; escribiendo u organizando, los vínculos se mantuvieron indemnes, pues eran más fuertes que los barrotes que los encerraban.

Salir provisionalmente de la cárcel, significó dispersión, impavidez y sobrevivencia. Sin embargo, el río siguió su curso y las aguas se volvieron a encontrar; desde la dirección sindical, desde el carismático liderazgo que puso de manifiesto a las dos Bolivias, desde el indio alzado y prepotente que habla de igual a igual a los gobernantes, desde aquel que paraliza el país por sobre cualquier amenaza o represión y es capaz de imponer a los gobiernos su propia agenda.

Y también desde las aulas universitarias y los medios de comunicación, donde un Alvaro analista, descarnaba el discurso oficial, desenmascaraba a los izquierdistas que endulzaron el neoliberalismo o se vendieron para hacer más potable la explotación democrática. Ese analista que para muchos no era quien describía los procesos impulsados por los movimientos sociales, sino que también orientaba y proponía, imponiendo un nuevo estilo de análisis político con compromiso social.

Nuevo protagonismo colectivo.-

Ambos liderazgos bregaban por las mismas aguas y recibieron los consiguientes ataques. Más aún Felipe Quispe que impulsó un movimiento político propio junto a dirigentes y comunarios aymaras, que capitalizó electoralmente en forma mínima el caudal de liderazgo que se había logrado acumular desde el año 2000 en la dirección sindical.

A eso siguieron los ataques públicos y de los medios de comunicación, principalmente en las ciudades; unos premeditados, otros ocasionados y unos más provocados por la impericia de Felipe en los ardides políticos de quienes practican la política cipaya. La tónica principal sin duda era el racismo tras el discurso político, que escondía el horror que sentían las clases dominantes y medias del país de sentir que “un indio” a nombre de miles de ellos, tomaba la palabra y la imponía a quienes siempre heredaron el poder en el país.

Ese protagonismo indio, fue acompañado por espacios intelectuales como “Comuna” donde el propio Álvaro García era su impulsor o el programa el “Pentágono” de PAT donde el carismático analista descolló en argumentos frente a muchos polemistas que sólo querían poner parches al viejo orden neoliberal y colonial. Este espacio es el que le permitió a García Linera hacerse parte de la reflexión popular e impulsar su imagen política. El MAS y Evo Morales asumieron que a más de captar una representación de las clases medias, lograban con Álvaro candidato un sustento teórico fundamental para mostrarse como izquierda viable con capacidad de gestión respecto a los problemas nacionales. Era este capital simbólico acumulado por Álvaro García el que le permitió volver a los espacios políticos públicos.

Las razones del desencuentro.-

Ahora bien, porque lo que tenía una misma raíz ideológica se convierte en camino paralelo? Porqué Álvaro García está con Evo Morales y no con Felipe Quispe con quien posee una historia conjunta? No es por razones ideológicas, pues la perspectiva de ambos tiene que ver con que la identidad propia de este país es la de los pueblos originarios, y que ello tiene que ver con una forma diferente de ver y participar en la Democracia, es una forma diferente de organizar el mundo, para hacerlo más justo, de convivencia humana y con la naturaleza.

En realidad Álvaro García nunca fue parte del proyecto MIP de Felipe Quispe, que asumió este proyecto como suyo, y que si bien resultó exitoso como referencia político sindical en las comunidades, fue un fracaso completo en la representación político parlamentaria, con diputados indios peleados entre ellos, vendidos al mejor postor e hipotecados al poder por las dietas de las que nunca rindieron cuentas a las comunidades que los nombraron. El mismo Felipe cercado por las denuncias opositoras y las presiones sindicales de las comunidades tuvo que renunciar a la diputación, espacio político que en realidad nunca le redituó créditos políticos y si económicos, con las que logró sostener al MIP y el propio trabajo de la dirigencia sindical en la CSUTCB.

Álvaro García, por opción propia, en la cresta de la ola de los levantamientos sociales se convirtió en un referente importante de las trasformaciones y la interpelación social; y en ese sentido asume la determinación de la candidatura propuesta por el MAS; no sólo porque electoralmente existe una posibilidad real de ser gobierno y asumir el gran reto de hacer transformaciones sociales desde el poder que haga viable históricamente a la nueva izquierda en el concierto nacional y latinoamericano, sino también porque quienes son cabeza principal de esta representación política son parte de los Pueblos Originarios, que mayoritariamente buscan su propia representación política.

Liderazgos caciques o las sinrazones de la dispersión .-

Los Pueblos Originarios a través de Felipe Quispe y el MIP, tendrán una participación testimonial en el campo electoral, y lograrán una representación política real en el MAS con Evo Morales. Ambos Líderes tienen conflictos que los enfrentan principalmente en el altiplano paceño, y que han provocado en casos mayores enfrentamientos que con los mismos partidos tradicionales. Ello tiene que ver con las características de los líderes y partidos que ambos han creado, que se encuentran centrados en sus perfiles de liderazgo que han traducido sus diferencias políticas como diferencias casi personales que rondan el cacicazgo dirigencial donde la última palabra la tiene El dirigente, sobre cualquier estructura interna; y sin embargo ambas organizaciones contienen grandes contingentes de dirigentes políticos populares que se identifican con el contenido y la propuesta, aunque mantengan grandes desacuerdos con la forma orgánica de conducción de las organizaciones.

Felipe califica de traidor a Alvaro García, no porque cambió de posición ideológica sino porque se fue con un indio como él pero protagonista de otro liderazgo paralelo al suyo. No existen diferencias fundamentales y ambos conocen las limitaciones y la fragilidad de un proceso democrático conducido bajo la aún hegemonía de los grupos de poder del país y de la dependencia internacional del norte. Más aún ambos son conscientes, junto a los movimientos sociales protagonistas de los cambios, de que la lucha de los últimos años inscrita en las condiciones creadas por el propio desgaste del modelo económico y el desengaño ideológico dominante, tuvo un impulso fundamental en dirigencias fundantes como la de Felipe Quispe y un respaldo ideológico en el sentido orientador de la movilización a través de García Linera. Quizás ambos liderazgos, junto a Evo deberán entender que sólo la unidad de esa diversidad que somos podrá cambiar el sentido de la historia, u otra vez llegaremos tarde para mostrar que los sueños de los pobres son posibles si creemos en ellos, pero juntos.

Para finalizar, el país.-

Los momentos que el país se apresta a vivir, después de las elecciones, se convierta o no el MAS en una opción de gobierno; serán determinantes para el futuro, y por ello el accionar de sus dirigentes será fundamental. Seremos capaces de enfrentar el reto de construir un nuevo país? será posible desde el ejercicio democrático liberal cambiar las condiciones de quienes sufren las condiciones impuestas por el capitalismo salvaje, colonial y dependiente?
Quizás el mayor enemigo que atenta contra la posibilidad no sean los sectores conservadores, sino las propias inseguridades de quienes tienen la posibilidad de ser gobierno, y de quienes siendo sus mejores aliados apuntalan las sinrazones del desconcierto.

Como hacemos entonces para que el cause transformador de los movimientos sociales no se choque con la frustración y el consiguiente retroceso de lo avanzado politicamente? Que hacemos para que una vez más no sean sólo las cabezas dirigentes las que nos alejen de la posibilidad de ser democracia participante y seamos pueblo fundante y constituyente?

Quizás la Asamblea Constituyente previa, nos hubiera dado mayores certezas, aquellas que aún debemos caminar construyendo para que tengamos el plano diseñado de nuestros sueños de encuentros y democracia; sin embargo hoy tenemos que vivir el ejercicio de la confrontación electoral, que una vez más quiere individualizarnos como diferentes y enfrentados; y no como es en realidad, un mismo pueblo diverso en su identidad pero con las mismas carencias y abandonos, con una historia de explotación y colonialismo; que en definitiva quiere un futuro diferente y no más de lo mismo, y ello no pasa por una sinrazón electoral, sino por las razones que nos inventemos para que las razones de nuestra rabia y confrontación con los dueños del poder de este país, se conviertan en propuestas y acción transformadora de una democracia que se hinche de pueblo.

Estamos seguros que Felipe, Alvaro y Evo saben de esas razones y que conocen que más allá de sus protagonismos están las razones de quienes han hecho esta historia posible; y por tanto cargan con la gran responsabilidad de expresar la unidad posible junto a los sueños reales de un nuevo país que será posible más allá de la confrontación electoral y sí en la democracia de las decisiones y responsabilidades de todo un pueblo movilizado que quiere sentirse orgulloso y digno todos los días, pero sobre todo protagonista y actuante en una democracia que se construye todos los días con las certezas de una mejor vida para todos y todas…