Informe del FMI manifiesta preocupación por la frustración en América Latina

23.Dic.05    Análisis y Noticias

Jueves 22 de diciembre de 2005

El ciclo electoral definirá la agenda política y el rumbo de la región, afirma el FMI

La frustración económica en AL y México se reflejará en elecciones

Reconoce un creciente sentimiento en muchos países de que los beneficios de la integración global se distribuyeron de manera desigual, concentrándose en estratos de mayor ingreso

La Jornada

Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que las elecciones presidenciales en varios países de América Latina el año próximo, entre ellos México, ocurrirán en un ambiente de frustración de los pueblos de la región con las políticas económicas de las últimas dos décadas, pero también con el ánimo en contra de inversionistas descontentos con un ‘’alto nivel de corrupción'’ en la región.

‘’Los habitantes de América Latina continúan expresando un alto grado de frustración con unos resultados económicos que han estado debajo de las expectativas'’, indicó el informe enfocado a analizar el entorno en que se celebrarán una serie de elecciones presidenciales en la región a partir de enero.

La región, agrega el reporte escrito por Anoop Singh y Charles Collyns, director y subdirector, respectivamente, del Departamento de América Latina del FMI, se encuentra en medio de un ciclo electoral que definirá la agenda de políticas y el rumbo del continente en los años por venir.

Después de la elección del domingo pasado en Bolivia, en la que triunfó el líder del Movimiento al Socialismo, Evo Morales, en enero se realizará la segunda ronda de la votación presidencial en Chile, un proceso en el que hasta ahora aventaja la izquierda.

Además, el calendario para renovar la presidencia en distintos países de América Latina sigue: el 8 de enero en Haití; Costa Rica, 5 de febrero; Perú, 9 de abril; Colombia en mayo; México, 2 de julio; Brasil, el primero de octubre; en ese mismo mes, en Ecuador; el 5 de noviembre en Nicaragua y también en noviembre en Venezuela.

El reporte del FMI aseguró que la región ha logrado retomar un impulso en el crecimiento de la economía en los últimos dos años, aunque el persistente bajo ingreso per cápita, el alto e incluso creciente nivel de pobreza y las tasas de inequidad, que son de las más altas del mundo, ‘’constituyen un riesgo que puede minar el apoyo a los programas de reforma económica instrumentados a partir de la década de los 90, que se hicieron bajo grandes promesas pero que a menudo han dado resultados decepcionantes, especialmente si se comparan con otras regiones en desarrollo'’.

El domingo pasado, el candidato Evo Morales se alzó con la victoria en la elección presidencial de Bolivia, que ganó en la primera vuelta contra todo pronóstico, con una propuesta a sus votantes orientada a cambiar el modelo económico aplicado en su país impuesto, como en la mayoría de la región, por gobiernos fieles al FMI.

El reporte del organismo no habla de ningún caso en específico, pero se da en el contexto de un vuelco de las preferencias electorales en Latinoamérica, donde los votantes se identifican cada vez menos con los candidatos de derecha alineados con el modelo económico imperante en las últimas dos décadas.

En este marco, el reporte del FMI titulado El resurgimiento de América Latina, plantea: ‘’existe un creciente sentimiento en muchos países de la región de que los beneficios de la integración a la economía global han sido distribuidos de manera desigual, que se han dirigido sobre todo a los estratos de mayor ingreso, mientras los costos han sido asumidos por la mayoría de menos ingreso'’.

Aunque ahora existen mejores condiciones económicas que hace una década, añade, los latinoamericanos continúan expresando un alto grado de frustración con resultados que han estado por debajo de las expectativas. ‘’La gente está insatisfecha con el nivel de avance económico, la privatización de servicios públicos y el grado de corrupción. Muchos latinoamericanos sienten que su país ha sido gobernado en función de satisfacer el interés de un grupo pequeño de poderosos'’.