¡Bienvenida la otra campaña!

31.Dic.05    Análisis y Noticias

La Jornada
Viernes 30 de diciembre de 2005

¡Bienvenida la otra campaña!
Gilberto López y Rivas

El primero de enero de 2006, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) iniciará una nueva etapa de su movimiento revolucionario con la salida del subcomandante insurgente Marcos como avanzada del recorrido nacional para la construcción de un programa nacional de lucha anticapitalista y de izquierda. En sendos comunicados, el EZLN recientemente ha denunciado acoso contra adherentes a la otra campaña, tanto en Chiapas como en otros estados, ha solicitado a las distintas organizaciones político-militares revolucionarias que dispongan las medidas para que esta nueva iniciativa civil y pacífica pueda llevarse a cabo sin problemas y ha informado que no vetará a ningún medio en la cobertura noticiosa de los trabajos de la Comisión Sexta.

Por su parte, numerosas organizaciones políticas y de la sociedad civil, así como miles de simpatizantes y adherentes a la otra campaña, se disponen a brindar apoyo, protección y acompañamiento a los delegados viajeros, solicitando reuniones en las que se intercambiarán ideas sobre los grandes problemas nacionales e internacionales, en un momento en que los partidos políticos institucionalizados sólo actúan en función de la mercadotecnia electoral que costará al país cuantiosos recursos públicos.

No es fácil la tarea que emprenderán el EZLN y el conjunto de organizaciones políticas, indígenas, sociales, no gubernamentales, colectivos e individuos que integran esa otra izquierda anticapitalista. Numerosos intentos fracasados, derrotas y frustraciones preceden a esta singular gesta de los desposeídos, explotados y discriminados de México. Existen obstáculos y dificultades a vencer, incluso en el propio campo de la izquierda anticapitalista: las divergencias, los protagonismos, la estrechez de miras, la cultura política que resta y divide, que no ha cambiado nada pese a que en el mundo de las utopías y los paradigmas todo ha cambiado. Organizaciones mexicanas que se consideran marxistas no van a apoyar la otra campaña por calificarla como ¡”una acción colaboracionista del EZLN con la burguesía”!

Los propios zapatistas tendrán que ir analizando el rumbo y los significados de su accionar cotidiano. Recordar que los colectivos con los que se reunirán y entrarán en contacto no poseen, en muchos de los casos, la trayectoria de lucha, compromiso, congruencia y disciplina que ellos han adquirido desde que se insurreccionaron en 1994. De todas las iniciativas del EZLN durante estos años, ésta es la que reúne el nivel más alto de complejidad y dificultad en su realización, ya que en la otra campaña no sólo arriesgan la vida de sus principales dirigentes conocidos, sino los logros democráticos alcanzados hasta la fecha, (concretados en los gobiernos autónomos municipales, las Juntas de Buen Gobierno) y la existencia misma de su organización político-militar.

También es evidente que la otra campaña se inicia en el contexto de un proceso de elecciones generales marcado por un agravamiento de las tensiones en el interior de los tres partidos políticos nacionales más importantes. Las pugnas por las candidaturas presidenciales, por la integración de las listas para los cargos de elección popular en todos los niveles, están produciendo profundas fracturas de la clase política que pueden desbordar los cauces pacíficos e institucionales, tal como ocurrió en el pasado reciente. Es un hecho que ningún partido logra despertar el entusiasmo y la participación espontánea y masiva de la población y que todo apunta hacia un abstencionismo creciente, dada la falta de credibilidad de los políticos en general y en particular del gobierno federal encabezado por Vicente Fox, que va directo hacia el abismo de la corrupción sin límites, el desprestigio total y como uno de los peores de la historia contemporánea.

La otra campaña enfrentará el problema de una politización desigual en las distintas regiones del país, con estados en los que la maquinaria del Partido Revolucionario Institucional sigue controlando los espacios públicos con los tentáculos corporativos y clientelares de sus gobernadores y de las redes de corrupción que penetran en las más recónditas áreas de la acción y participación políticas. Otros en los que la ultraderecha del Partido Acción Nacional ha logrado enquistarse en el atraso, la ignorancia y el conservadurismo de sectores populares y clases medias que pese a una realidad de miseria y graves carencias, prefieren aferrarse a las salidas individuales y a las soluciones confesionales.

Pero también la otra campaña tendrá que navegar por el mar de confusiones e incertidumbres que ha provocado entre amplios sectores sociales la acción de la izquierda agrupada en torno al Partido de la Revolución Democrática, que devino en fiasco moral, mediocridad en el ejercicio del gobierno, despolitización por la vía de las ambiciones personales y de grupos de interés, con renovadas redes de corrupción y arribismo social, sin rumbo estratégico definido, basado en programas asistencialistas y determinado, en última instancia, por la acción y decisión de un hombre providencial.

La otra campaña se inicia con estos y muchos otros retos y peligros, pero con una ventaja comparativa fundamental en la tarea de elaborar desde abajo una alternativa a la destrucción neoliberal, una opción de izquierda para México: busca reconstruir en el país otra forma de hacer política a partir de la solvencia ética; una forma de hacer política “que otra vuelta tenga el espíritu de servir a los demás, sin intereses materiales, con sacrificio, con dedicación, con honestidad…” (Sexta Declaración). ¡Sean bienvenidos hermanos zapatistas!