Hardy Peña escribe desde la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago

01.Ene.06    Análisis y Noticias

COMUNICADO PÚBLICO

Quien suscribe, Hardy Peña Trujillo, prisionero político, da a conocer a los distintos ámbitos del mundo social y popular, lo siguiente:

1. El día miércoles 21 de diciembre, a las 23:50 hrs., Al proceder a cumplir normalmente con la reclusión nocturna, en el C.R.A. Manuel Rodríguez, se procedió a mi detención por parte de personal especializado de gendarmería, el cual se encontraba armado.
Esta situación se produjo en la oficina del jefe de unidad, quien señaló que se me revocaba el derecho de la libertad diaria y de fin de semana, y, que por dicho motivo sería conducido al C.A.S. En ningún momento presentó documentación que avalara esa medida.

2. En el C.A.S. se intentó someterme a un allanamiento vejatorio por parte del jefe interno y otros funcionarios. Defendí con dignidad mi condición de prisionero político: no lograron ponerme desnudo y contra la pared.
Al ser conducido a enfermería para un control de ingreso, a cargo de un paramédico, me negué a ese procedimiento, señalando que a partir de ese momento (entrada al C.A.S.) iniciaba una Huelga de Hambre Líquida Indefinida, hasta recuperar los derechos conculcados.
Posteriormente, fui conducido a una celda de aislamiento en el sector “F”.

3. Al día siguiente, jueves 22 de diciembre, inicié los controles médicos propios de una huelga de hambre, y fui trasladado al 2° H Norte, en condición de aislado. Señalo, a modo de complemento, que en este lugar se encuentra castigado un grupo significativo de presos sociales.
Se ha pretendido que acepte el régimen interno y de visitas que rige para los presos sociales de esta unidad. Al negarme, han optado por mantenerme encerrado todo el día.

4. Preciso enfatizar que esta es una medida arbitraria de la institución penitenciaria, emanada de su alto mando y de la denominada “área técnica”, o sea, asistentes sociales y psicólogos al servicio del poder, quienes implementan el llamado “plan de seguimiento”

5. Desde el viernes 4 de noviembre cuento con el derecho de libertad diaria y de fin de semana (que ha sido conculcado), logrado tras arduas movilizaciones de los prisioneros políticos y su entorno de apoyo. Desde esa fecha, sólo dos faltas a la reclusión nocturna, no justificadas según sus criterios, están señaladas en los controles penitenciarios, registradas en el llamado “libro de rematados” (jueves 10 de noviembre y jueves 8 de diciembre).

6. Sin duda, reitero, esta medida ha sido tomada en mi contra, por parte de la autoridad penitenciaria y los cientistas sociales que le sirven, al ser considerado poco permeable a la reinserción social (negándome, por ejemplo a ser coaptado por los dineros de la institución penitenciaria); refractario a la continuidad de la razón punitiva y el control carcelario; distante a las políticas de intervención psicosocial de sus profesionales; buscándose, de esta manera, estigmatizarme como un sujeto conflictivo y más idóneo para seguir encarcelado.

7. En el quinto día de mi huelga de hambre por la libertad, con varios kilos menos, y con el riesgo cierto de poner una vez más mi vida y salud en el empeño de ser libre, señalo con firmeza que esta decisión es hasta lograr revertir un nuevo intento represivo por parte de quienes quieren mantenerme en esta víscera palpitante del sistema: la cárcel.

8. “Soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie… Resistiré”.

¡¡¡ ABAJO LOS MUROS DE TODAS LAS PRISIONES !!!

Hardy Peña Trujillo, 26 de Dic., 2005.-