Chávez reorienta política en el campo y lanza ofensiva de capitalismo agrario

01.Ene.06    Análisis y Noticias

Caracas, 31 dic (PL) Luego de años de marginación a la sombra de los cuantiosos ingresos petroleros, Venezuela adelantó en 2005 un amplio programa de reactivación del agro entre cuyos propósitos está garantizar la seguridad alimentaria de la nación.

El respaldo al sector, una proyección del Gobierno del presidente Hugo Chávez, va acompañada del impulso a la industria petrolera que incluye inversiones para pasar de una producción de 3,3 millones de barriles diarios a 5,5 millones en los próximos años.

De hecho, la prevista expansión agroindustrial venezolana, como otros proyectos, forma parte de lo que se ha denominado “siembra petrolera”, que consiste en la utilización de los ingresos por ventas de hidrocarburos en varias esferas económicas.

En el caso específico de la agricultura se trata de reordenar el sector, lo cual abarca la guerra al latifundio y la activación de programas para poner a producir la tierra en un país que importa del 70 al 80 por ciento de los alimentos.

Un reporte de fin de año del Ministerio de Agricultura y Tierras indicó que en 2005 se entregaron tres mil cartas agrarias en una superficie de 256 mil 386 hectáreas para beneficiar a 139 mil 831 productores.

Asimismo, otorgó 780 Declaratorias de Derecho de Permanencia en una superficie de 125 mil 23 hectáreas con beneficios para dos mil 830 personas.

Junto a ello fueron recuperadas 301 mil 873 hectáreas que se hallaban en condiciones de latifundio en 28 fincas, mediante la aplicación del método “Chaz”, un recurso aplicado por el Jefe de Estado con el propósito de impulsar la reforma agraria.

El procedimiento consiste en lograr un acuerdo entre el terrateniente y las autoridades, mediante el cual se deja en posesión del presunto dueño las tierras que tiene en explotación ganadera o agrícola y el resto pasa a propiedad del Estado.

El nombre de “Chaz” responde a los apellidos del Presidente Chávez y Azpurúa, el primero de los dueños de tierras en aceptar la propuesta, en el contexto de una fiera campaña de los medios opositores contra la reforma agraria.

El rescate agrícola incluye el apoyo a la creación de cooperativas de producción y servicios y a productores individuales, a partir de la experiencia de que no basta con entregar tierras a los agricultores si no se les respalda financiera y técnicamente.

Según el Ministerio de Agricultura y Tierras, en 2005 se crearon 786 cooperativas agrarias y se financió a 122 mil 254 familias en los sectores vegetal, pesquero, forestal, pecuario y otros por dos billones de bolívares (más de 900 millones de dólares).

Otros 45 mil 562 productores individuales recibieron mil millones de bolívares (más de 450 millones de dólares) en soporte financiero y asesoría, con lo que también se beneficiaron tres mil 920 cooperativas agrícolas.

La proyección incluyó la compra de 400 tractores y la construcción de 76 obras de infraestructura: 33 de vialidad agrícola, 23 sistemas de riego, dos saneamientos de tierra y 18 servicios básicos de apoyo a la producción, entre otras acciones.

El avance se integró en una expansión del 9,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) con una fuerte expansión del sector no petrolero, resultado de los planes de diversificación basados en la cuantiosa renta del quinto exportador mundial de hidrocarburos.

Nota de Clajadep:
El título de la noticia es nuestro.
Recordamos que la reforma agraria de Allende en Chile, hoy aplicada por el acuerdo de Chávez con el empresario Azpurúa, tuvo la misma modalidad de mantener la propiedad de las mejores tierras en manos de la burguesía agraria y distribuir al campesinado el resto. Ello causó que las contradicciones se desarrollaran de tal manera que casi de inmediato vino una oleada de ocupaciones de tierras en todas las regiones agrícolas del país, naciendo de ello los consejos comunales campesinos, el Movimiento Campesino Revolucionario, la incorporación masiva del pueblo mapuche a la recuperación de tierras, etc. así como el cuetionamiento a las cooperativas y formas empresariales de establecer las relaciones con el mercado y los bancos.

En Brasil, la limitada reforma agraria ha resultado en que los asentamientos ahora dependen de los bancos, siendo obligados a trabajar cada vez más intensamente para el mercado y no para la comunidad.

Veremos las reacciones del Frente Campesino Ezequiel Zamora ante estas medidas, que imaginamos serán prudentes y contribuirán para una mayor discusión sobre la profundización de las tareas transfoprmadoras en el campo.