Palabras del Subcomandante Insurgente Marcos, Delegado Zero, durante la Asamblea Plenaria de la Otra Campaña, Región Altos de Chiapas 2 enero 2006

06.Ene.06    Análisis y Noticias

San Cristóbal de las Casas, Chiapas
(versión estenográfica)

Buenas tardes.
Es nomás para desquiciar a los de la prensa que ya estaban amontonados ahí. Compañeros y compañeras de las Sextas Coletas. Ya aprendí a decirlo en plural porque se enojaban si decía nada más “La Sexta”. Dicen que los estoy homogenizando, y si a algo se han resistido de esa parte del poder es a ser homogéneos. Hemos seguido más o menos lo que nos han dejado ver de sus reuniones en las relatorías que nos mandaron, y algo que eventualmente nos platique alguno o alguna que hemos topado en algún camino o en algún pueblo de cómo va la Otra Campaña en los Altos y, más en concreto, aquí en San Cristóbal de las Casas. A muchos de ustedes los conocimos desde 1994 y nos han acompañado de una u otra forma durante estos doce años. Cuando nosotros estamos discutiendo hace tres años lo que tres años después iba a ser la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, estábamos haciendo las cuentas, sumando y restando. Lo que pensábamos que iba a pasar es que muchos de ustedes que ahora están aquí con nosotros, a diferencia de hace doce años que estaban como simpatizantes o que veían, pues, bien la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, sus demandas, muchos no sus formas de lucha, ahora estamos aquí como compañeros. Pensábamos que no iban a estar. Que de una u otra forma se había cargado tanto en estos doce años sobre los derechos y la cultura indígena que al momento en que el EZLN diera un paso más adelante y definiera ya claramente que es necesario para este reconocimiento de nuestros derechos el incorporarnos en un movimiento anticapitalista y de izquierda nacional, algunos se iban a sentir excluidos, desilusionados o, de plano, que los íbamos a echar a patadas.

Afortunadamente, creo que el proceso que sufrimos nosotros, que fue un sufrimiento realmente, como dijo la compañera de Centroamérica, en realidad para nosotros el que ahora se estén concentrando las cámaras, los micrófonos en mi persona, nosotros nunca hemos perdido de vista que somos lo que somos por las comunidades que nos dieron vida y que fueron nuestros maestros en estos doce años y veinte años… veintiún años ya de que yo llegué a las montañas. Lo hemos insistido una y otras veces. En estos doce años se marcó tanto nuestro discurso y nuestro accionar sobre los derechos de los pueblos indios que pensamos que no iba a ser entendible, en primera instancia, este cambio. Vemos con gusto que este proceso que sufrimos nosotros, también lo sufrieron muchos de ustedes y de una u otra forma hemos entendido que no podemos resolver nuestros problemas de grupo o de sector. Toda esta bandera de los excluidos que se levantó en ’94 de manera visible, aunque ya muchos de ustedes la tenían levantada desde hace tiempo, previo al ’94, como las demandas de lesbianas, homosexuales, mujeres, otros grupos marginados o excluidos, iba a llegar este momento en que íbamos a entender que el enemigo es un sistema, como dice, pues, Elías Contreras, el enemigo es la escena del crimen; es este sistema político y este sistema social en el que estamos viviendo.

Afortunadamente llegamos al 2005 en esa Alerta Roja que tan nerviosos los puso a ustedes… También a nosotros pero no lo decimos. Tenemos que mantener nuestro prestigio. Bueno… íbamos a coincidir y a encontrar en las reuniones preparatorias que estuvo habiendo allá en la Selva Lacandona otra vez los rostros que habíamos conocido en ’94, en ’95 y en todas las iniciativas que se fueron dando. Afortunadamente, aparte de los viejos rostros… Ni modo. El tiempo pasa. ¿Qué le vamos a hacer? Yo cambié de pasamontañas. Ustedes, no sé. Pero en la foto salieron medio movidos. Aparecen nuevos rostros jóvenes que, como dijo Zebedeo ayer, eran niños cuando nos alzamos en armas o algunos no habían nacido, como mi tocayo que anda por ahí. Tocayo.

El problema que vemos nosotros es que es necesario que la Otra Campaña sea asumida realmente por sus miembros como su campaña, como una tarea de su organización, de su grupo, de su colectivo, o de su persona en el caso de individuos e individuas. De una u otra forma el peso se carga por el convocante: el Ejército Zapatista en este caso. Y tenemos que tomar realmente en nuestras manos esta campaña e irle dando la forma y la característica no del EZLN, que sería una forma de homogenizarla, ni tampoco sólo de uno de los grupos o de tendencias de lucha de mujeres, de homosexuales, de lesbianas o de pueblos indios, por mencionar algunos. Lo mismo podría decir de organizaciones políticas. Creo que lo que nos convocó como nuevo movimiento está definido básicamente en la Sexta. Pensamos, nosotros los zapatistas, que más definiciones van a empezar a excluir y a reducir más el horizonte de la Otra Campaña. Creemos que, cada quien, como grupo, o como persona, ha encontrado en la Sexta y en la Otra Campaña su lugar. La pregunta que nosotros decíamos que debía contestar la Sexta, que cada persona o cada grupo se iba a hacer de “¿hay un lugar aquí para mí?” está contestada en lo fundamental. Pensamos, sin embargo, que la salud interna de la Otra Campaña es que todos se manifiesten sobre todo. Eso nos va a hacer caminar más despacio, muy despacio. Casi como empezamos la marcha ayer. En la oscuridad, sin nadie que nos haga caso.

Buena parte de las damas y caballeros de la prensa que están aquí, están esperando la declaración contra el PRD, básicamente. La van a tener después. Pero ahorita tenemos el trabajo éste que tenemos que hacer. Creemos que es saludable y necesario que sí se discutan todas las ideas sobre los seis puntos que dijo la Plenaria. Pero de ninguna manera deben forzarse a buscar consensos o a tratar de convencer. Tienen la garantía que en la generalidad que plantea la Sexta, su pensamiento tiene un lugar y va a ser respetado. Eso es importante porque deben evitar, según nuestra propuesta, a toda costa llegar a una votación en el caso de las seis características. Simplemente deberían decir: “Hay tantos que dicen que sí, tantos que dicen que no, tantos que no saben” y que así se vaya la propuesta. Porque si ustedes definen que las Sextas Coletas dicen “la mayoría dijo tal cosa” están excluyendo una parte que tal vez pueda voltear la balanza a nivel nacional. Entonces vamos a ser injustos. Vamos a repetir el esquema éste de las encuestas, que es el que ahora decide, según esto, la vida democrática de este país, y no vamos a tomar en cuenta… no vamos a cumplir la palabra que dijimos que a cada quién se le va a tomar en cuenta y va a tener un lugar su pensamiento y su palabra sobre una línea común, anticapitalista y de izquierda, que define a grandes rasgos la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Entonces les pedimos que cuando discutan esto, lo discutan sin la necesidad de que tienen que convencer a la asamblea o a cada uno de los integrantes de su idea. Expónganla con toda libertad, pero expónganla públicamente, porque el debate y la discusión política hacen más grande nuestro pensamiento. No sólo nos ayuda a entender otras ideas sino incluso a enriquecer y hacer más grandes las posiciones propias.

Pero una cosa es eso, que escuchemos a todos, sus propuestas, y otra cosa es a ver quién ganó y quién perdió. Si en la Otra Campaña alguien siente que perdió una posición, perdió la Otra Campaña. Entonces vamos a ser un partido político, una organización o lo peor que hay en este mundo: una cámara de diputados o senadores. Entonces lo que nosotros les pedimos es eso. Cada quién dice: “Bueno, quinientos dijeron que no pero yo dije que sí. Y mi “sí” va a contar junto con otro “sí” en otras partes de la República”. Y ahí se va a ir definiendo lo que es la Otra Campaña. Pensamos que en lo básico estamos de acuerdo. Que, en todo caso, habrá algunas diferencias o matices o agregados sobre lo que va a haber consenso o no. Y hay otros sobre los que sí hay diferencias radicales. En ésos yo les pido, pues, que no se angustien. Que expongan con toda libertad y que, como Sextas Coletas, en los espacios que abran, garanticen en todo momento que cada quién va a tener su palabra y que cada quién va a respetar que esa palabra sea expuesta, exactamente como nosotros hicimos en las preparatorias. En las preparatorias habló el que quiso y habló el tiempo que quiso y además habló de lo que quiso. A veces no tenía nada que ver con la Otra Campaña ni con la Sexta. Pensamos que este espacio tiene que defenderse, no sólo para los miembros de la Otra Campaña sino para todos aquellos con los que queremos hablar y construir el Programa Nacional de Lucha. Creo sinceramente, creemos pues los zapatistas de la Comisión Sexta, que es necesario que las Otras Campañas, las Sextas en cada lado, estén abriendo continuamente espacios para que la gente hable y que siempre tengan la garantía que alguien los va a escuchar. Así como ustedes en las preparatorias, los que tuvieron la pesadilla de asistir a ellas, tenían la garantía de que había un grupo de encapuchados que los estaban escuchando, aunque los demás iban y venían, se salían, iban al baño, comían o lo que sea, sí había alguien que los estaba escuchando. Esto del micrófono abierto y de saber que alguien nos está escuchando, “alguien nos está tomando en cuenta”, eso es lo que la gente no va a encontrar en ningún partido político institucional, en ninguna estructura de gobierno a menos que haya una elección de por medio. Y evidentemente van a escuchar, o a oír lo que se va a decir, pero no lo van a tomar en cuenta.

Si nosotros logramos construir en la Otra Campaña un espacio para la palabra, para escuchar la palabra de los excluidos, aunque no sean de la Otra Campaña, vamos a adquirir la autoridad moral que nadie tiene en este país. La autoridad moral del que ofrece, generoso y noble, su oído para el hermano o la hermana de lucha, esperando que algún día, como nosotros los esperamos doce años, vamos a poder decirles: “compañero, compañera”. Doce años es poco si eran quinientos antes para que se dieran cuenta que existiéramos. No ustedes. Ustedes tienen mucho trabajo atrás. Nosotros les pedimos que esto de los Seis Puntos lo discutan con calma pero sí nos hagan saber —que a nosotros nos ha tocado este trabajo— qué es lo que piensan uno y otro. Nosotros les pedimos el apoyo a las Sextas Coletas para que hagan esa sistematización y nos hagan llegar aquí esos resultados. No quién ganó y quién perdió, sino cuál es el pensamiento de unos y otros sobre esos puntos. Hasta ahora, desde el 16 de septiembre que quedó esa tarea, es muy poco lo que ha llegado de opiniones de adherentes. Difícilmente rebasamos el diez por ciento de los adherentes que ya han dicho qué piensan de las seis definiciones que pedía la Plenaria. Entonces, que con toda calma se reúnan para esto y que expongan sus ideas, discutan y simplemente se tome lo que piensa uno y otro, lo sistematicen las comisiones que formen y nos lo hagan saber. Y así no van a empezar con divisiones y quién ganó y quién perdió, que (inaudible) es la sobremesa, ¿no? “¿Te acuerdas como estuvo en la asamblea?, y que (inaudible) dijo, y ¡no hombre, qué babosada!”, etcétera. Hasta que empecemos a lastimarnos entre nosotros. Si empezamos la Otra Campaña así vamos a empezar mal.

Y entonces que cualquiera pueda llegar y decir: “Ahí te escuchan y te toman en cuenta. No es así de que te apabullan o te derrotan por mayoría simple o abrumadora. O te botan. Simplemente toman en cuenta porque saben que estás en un canal común que es el anticapitalista de izquierda que marca la Sexta Declaración de la Selva Lacandona”. Entonces ésa es la chamba que les estamos pidiendo como Sexta Coleta. Que se organice… o Sextas Coletas. Que se organicen para exponer sus puntos de vista sobre esos seis puntos y nos lo hagan saber sin llegar a ver quién ganó y quién perdió. Ése es un punto. El otro problema que vemos es que debiera evitarse a toda costa que la Otra Campaña en los Altos, en concreto en San Cristóbal de las Casas, aunque les estamos pidiendo que sea el centro agitador de la Otra Campaña y de la Sexta en todos los Altos de Chiapas, no esté atada a lo que haga o deje de hacer la Comisión Sexta. En concreto nos preocupa que la Otra Campaña en San Cristóbal termine en Moisés Gandhi el día nueve cuando salimos a Yucatán. Debiera haber esta inquietud y este empeño entre todos los que somos de la Otra en seguir haciendo actividades a las que nos comprometimos cuando nos adherimos a la Sexta. En concreto, difundirla y promover su adherencia.

Queremos, también, reprocharles fraternalmente, el hecho de que en sus reuniones de los Altos, o de las Sextas Coletas, no tomen en cuenta a las bases de apoyo zapatistas para las actividades que hacen. Odio decirlo pero les recuerdo que el EZLN también firmó la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y es su compañero. No el mejor pero el más simpático. ¡No, no es cierto! Sería tomarlo en cuenta en las actividades. Dirigirse a la Junta de Buen Gobierno de los Altos, invitarlos a participar a los compañeros y con mucho gusto compañeros van a participar. En el caso de la celebración del Día de Muertos, nos quedamos esperando la invitación y no llegó. Tómennos en cuenta en sus actividades. Le vamos a entrar con mucho gusto y lo vamos a hacer lo mejor que lo podamos hacer, como siempre que hacemos cosas entre compañeros.

Entonces nosotros les pedimos también, como otro trabajo, que mantengan el nivel de discusión política. También tienen la discusión personal, ¿verdad? Pero fundamentalmente la discusión política, nuevamente —les insisto— sin tratar de llegar a consensos. Simplemente para enriquecer el debate, porque tiene que ser en todo momento la Otra Campaña un punto de discusión y de debate, de cualquier cosa. Pero también de muchas cosas de las que nos van a dar identidad como Otra Campaña se van a construir en el trabajo, no en la discusión. Difícilmente van a encontrar aquí, en esta reunión, o si se reúnen todas las Sextas Coletas, me imagino que faltan algunos, alguien que diga que está mal que se vaya en contra de la violencia a las mujeres, o a la exclusión a las mujeres. Si hacen pronunciamiento público todos van a firmar. O el que no, no va a decir claro que no está de acuerdo, que sí hay que ejercer violencia con las mujeres, o que son inferiores, etcétera. Pero en el quehacer cotidiano ahí no va a ser lo mismo porque todo este problema, igual que hablamos de lesbianas, de homosexuales, de los pueblos indios, de todos los excluidos, a nivel de la palabra el modo ciudadano es que se puede decir una cosa y hacer completamente lo contrario. Y ni siquiera les duele la panza. Tampoco es que se van a poner comisarios de vigilancia que estén viendo ahí si cumple o no cumple, ¿no? Pero sí creemos que debe haber actividades, trabajos. Por ejemplo, en este caso de las compañeras que hacen el trabajo por los derechos de las mujeres, que estén insistiendo una y otra vez, en todo momento, no sólo en las reuniones, en que estos acuerdos o este punto en común que nos une, por ejemplo el respeto a la identidad de género, estén machacándose en todo momento en la vida cotidiana de los adherentes. Porque de una o de otra forma, al rato todos vamos a llevar, como nosotros llevamos el pasamontañas, algo que nos identifique como de la Otra. “Ése es de la Otra. Y así como es su modo, así son los de la Otra”. Pero no vamos a poder decir: “No. Es que yo soy el malo de la Otra y los buenos están en otra parte”. De una u otra forma nos vamos a convertir en el referente de nuestro movimiento. Y no vamos a poder mantener mucho —lamento decírselos— no vamos a poder mantener mucho el tener una posición en una asamblea general, delante de las cámaras y los micrófonos y otra en la vida cotidiana. De una u otra forma la gente va a aprender que su voz se escucha, pero les va a decir, en todo momento, que estamos siendo inconsecuentes.

La Otra Campaña, junto con las giras ostentosas que son… Perdón. El ser inconsecuente, junto con las giras ostentosas, son lujos que la Otra Campaña no se puede permitir, porque entonces sí van a pagar unos por otros. Entonces yo les pido que los grupos que tienen trabajo, individuos que se sienten convocados por trabajos específicos, sea sobre derechos de mujeres, sea sobre derechos de pueblos indios, sea sobre derechos humanos, sea sobre derechos de lo que nosotros decimos “otros afectos” o cada quién que sea, que insista continuamente en hacer actividades, discusiones, trabajos que abran ese espacio, no sólo para quienes son adherentes en la Otra sino también para quienes pensamos que van a ser nuestros interlocutores cuando salgamos a construir el Programa Nacional de Lucha. Parece que les estoy dando chamba, pero como veo que nadie apunta, entonces no me preocupo de que vayan a pensar que es una imposición.

Entonces, lo que nosotros les queremos decir es eso. Primero: un trabajo de la Otra en cada lado es asegurar, para sus miembros, el espacio para la palabra y para el oído. En todo momento deben defender que en el espacio de los adherentes de la Otra, siempre la palabra de cualquiera se escuche nos guste o no nos guste lo que vaya a decir porque es nuestro compañero, no nuestro amigo. Tenemos que aprender a hacer esa diferencia. No estamos aquí porque simpaticemos. Si hubiera que vamos a convocar la Sexta nada más con los que nos caen bien, yo creo que ni yo le entraba, pues. Ni yo mismo me aceptaba como adherente, pues. Lo que nos está uniendo es otra causa, pues. Y en este caso, lo hermoso de este reto es que la causa no está definida; tenemos que hacerla nosotros. Ya no lo que diga el EZLN. Tampoco lo que digan ustedes sino lo que acordemos entre todos los que somos la Otra. Vamos a construir esta causa. Vamos a darle color a esa bandera. Vamos a meterle figuras si se nos da la gana meterle figuras. O no. Pero finalmente, al paso de los años, cuando la Otra Campaña ya tenga rostro y tenga una palabra definida, cada uno va a poder decir: “Es mi palabra. Es mi rostro. Es mi color. Y nunca dejé de ser yo. Nunca me traicioné a mí mismo ni traicioné mis ideales ni mi forma de pensar. Encontré un punto común que me unía con otros”. Eso es lo que tenemos que hacer primero dentro de nuestros compañeros. Por eso la prioridad para nosotros en esta vuelta es hablar con los compañeros y evitar otros actos. A menos que ya terminemos de hablar con los compañeros, entonces ya podemos hacer otras cosas.

Hasta donde tengo entendido, ya escuchamos a todos los de la Otra en San Cristóbal y parte de los Altos. Algunos en las reuniones preparatorias, otros en las reuniones plenarias y algunos más aquí. Debe haber más que van a entrar, o más que entraron y que no pudieron venir. O que todavía no le hallan el modo a subir aquí y a decir qué cosa, pensando que allá abajo hay un tribunal que le va a aplaudir o le va a abuchear, o le va a poner palomita o tache a lo que diga. Tenemos que construir que el que suba no esté esperando ser enjuiciado por lo que va a decir, sino que tenga la seguridad de que va a ser escuchado. Bueno, entonces, el otro trabajo que tenemos, al que nos comprometimos cuando nos adherimos a la Sexta es a la difusión y promoción de la adherencia. Es nuestro deber, como parte de un movimiento, explicar qué es a más gente e invitar a más a que entren. Creemos que es necesario que se realicen actos públicos no del tipo de la vieja política. El mitin, los acarreados, los demás aplauden o se duermen o se toman la torta. Lo que sea que les tocó a cada quién. Es importante hacer esto porque es importante que, en este periodo, la Otra Campaña sí contraste con las campañas electorales. No dudo que tengan iniciativa, ingenio y creatividad para hacer cosas como las que hicieron el Día de Muertos. Pienso que pueden hacer actos públicos muy ricos en imaginación, muy participativos en la gente, y darle a la Otra Campaña, para la gente que está allá afuera y que no es adherente todavía, Otra Campaña. Un espacio donde las mujeres encuentren su lugar, los homosexuales su lugar, las lesbianas su lugar, los pueblos indios su lugar, los niños su lugar, los jóvenes su lugar, los viejos su lugar, los intelectuales su lugar, los artistas su lugar, cada quién su lugar y que diga ya el que no es adherente: “Aquí hay un espacio para mí. Y no se trata de que llega alguien y me tira un rollo y el que oyó, oyó, y el que no se… molestó.

Entonces, nosotros lo que les estamos pidiendo ahora, y más o menos acabamos esta parte de escuchar la palabra de todos, que se diera un siguiente paso sin perder sus reuniones de discusión política y debate, a que empiecen a bajar formas concretas de trabajo donde se respete en todo momento la independencia y autonomía de grupos, organizaciones y de individuos. Que cada quién pueda hacer, dentro de la Otra, su propia campaña, pero también pueda coincidir con otros en actividades o en trabajos. Entonces, que vean con toda calma, pero no se cuelguen… Se supone que los colgados somos nosotros. Por eso le dicen “la rebelión de los colgados”. Y no. Ustedes nos dan una y las cuatro. Ya llevan más de cuatro meses discutiendo eso. Ya empiecen a definir eso. Su posición como individuo, grupo, colectivo, organización sobre esos Seis Puntos. Es decir: “Yo pienso esto, lo otro”. Nadie va a hacer… Los únicos que vamos a hacer caras somos nosotros, pero como tenemos pasamontañas, no se nota. Entonces háganlo con toda confianza. Digan: “Yo pienso que está así, que está asá, que mejor quiten eso, que pongan eso o que quede como está”. Para ya nosotros saber cuál es el pensamiento de la mayoría y poder empezar a dar buenas cuentas de decir: “La Otra Campaña sí se toma en cuenta a sí misma”. Ése es uno de los puntos.

Y entonces les vamos a pedir que programen, que organicen y que realicen una gran jornada el día 4. Es plan con maña porque es cuando yo voy a estar acá, ¿no? Puede ser cualquier otro día, pero yo creo que si empieza la Otra Campaña también de otro modo, ya con todos, no nada más como fue ayer —aunque en realidad la Otra Campaña empieza hoy, no ayer— con un evento que también sea diferente, y empiezan a contrastar todos los adherentes, todos los compañeros y compañeras de todo el país, la gente que no es adherente, que sí se trata de otro modo de hacer las cosas, podríamos dar una señal muy clara y muy buena de lo que va a ser la Otra Campaña de aquí en adelante. Nosotros estamos pidiendo que se organicen para hacer actividades como una feria, un festival, no sé cómo, pues, se llame, donde haya espacio para todas las actividades y para todos los grupos que están en la Otra y a los que pensamos dirigirnos. Que cualquier indígena que pase por San Cristóbal encuentre una actividad a la que se siente convocado. Que cada mujer, sin importar si es indígena o no indígena, o su extracción social, haya un espacio que la convoca. Homosexuales, lesbianas, intelectuales, artistas. Que todos digan: “Ahí hay algo para mí”, sea o no adherente. Y entonces podamos estar haciendo al interior lo que queremos hacer al exterior.

Yo creo que así nos vamos a construir, como Otra Campaña, una autoridad moral que nos va a permitir llegar a más gente para entonces sí decirle, por los hechos, “nosotros sí te vamos a escuchar y sí vamos a tomar en cuenta, pues, tu palabra”. Eso es lo que les estamos pidiendo ahorita que están descuidados y con hambre. Y les estamos pidiendo que saquen esa chamba. Que mantengan su nivel de discusión pero que empiecen a aterrizar en instancias de trabajo. Yo sé que cuando se forman comisiones siempre vienen los celos y las rivalidades. “¿Por qué está ése y no estoy yo?”, y entonces la grilla y todo eso. Creo, como sea, que es posible llegar a alguna forma en el momento en que cualquier organización o grupo no se sienta atado a esa estructura, sino se sienta apoyado por esa estructura que se designa. Eventualmente si un grupo dice “yo voy a hacer otra cosa pero la comisión no me la aprueba, no importa. La puedo hacer porque la Otra me garantiza ese espacio”. Pero si un grupo quiere hacer una actividad y una comisión le puede ayudar a hacerla, no veo porqué no hacer esa comisión. No tenemos porqué empezar a construir una cultura de jerarquías sobre comisiones que son de trabajo. Yo creo que si se define bien esto en las discusiones, si se aclara bien qué es lo que van a hacer esas comisiones, no tiene porqué adquirir un carácter jerárquico o de toma de decisiones. Y eventualmente en el caso de que alguien tenga tendencias autoritarias, como quiera cada grupo o individuo tiene el privilegio de hacer lo que se le dé la gana dentro de la Otra Campaña, que ya sabemos cuáles son los límites que tiene.

El otro punto es que se discuta y cada quién se manifieste, de todos los miembros de la Otra en los Altos, o cuando menos de aquí de San Cristóbal, sobre los Seis Puntos de la Plenaria. Y tercero, si es posible hacer para este día 4 que nosotros regresamos de Palenque, una serie de actividades o una gran actividad con muchas partes que sea de promoción, difusión y adhesión a la Sexta. Que cualquiera que pase se sienta convocado, explique, pregunte, haya quién le explique, quién responda sus preguntas, quién lo escuche, y vea que lo único que tiene que perder, si entra a la Otra Campaña, es el tiempo en las plenarias. Tampoco va a ganar nada, ¿eh? No, va a ganar la satisfacción de que está construyendo algo junto con otros. No que alguien le está diciendo que le entre a otra cosa.

Y también queremos pedirles, ya borrachos, que se sigan, que planeen actividades para después del 9 de enero. Y de ser posible, que los seis meses que estamos recorriendo, siempre haya un referente de la Otra Campaña en los Altos de Chiapas. Y que el nombre de San Cristóbal no salga nada más cuando se roba el presidente municipal los cerros. Que ya no se los roba porque ya no hay. ¿O todavía hay cerros? Sí, tienen uno todavía. O porque hubo una marcha o algo. Sino que los otros compañeros de otros estados encuentren la información y las actividades y, sobre todo, las ideas de lo que se está haciendo en otro lado. Ahí está la página. Agárrenla. Hagan su sección coleta o como le quieran llamar. Y retáquenla de noticias, bromas, chismes y broncas personales que tienen, que son muy divertidas… (inaudible). Sí, es como la sección cómica de un periódico. No sé porqué volteo para este lado. Es para abarcar el auditorio. No es ninguna alusión personal.

Bueno. Eso es lo que les queríamos pedir. Los compañeros de la revista Rebeldía están ofreciendo dar un taller sobre la Sexta, donde se expliquen sus principales objetivos, así con imágenes y todo eso. Y yo creo que los compañeros que tienen ese modo de explicar las cosas y, a veces, que se entienda, podían hacer un acto, o una serie de actos, o mesas redondas de discusión, donde se explique más y más lo que es la Sexta, lo que es la Otra Campaña y las características que se están definiendo. Si en todo momento se convierte esto en un centro de agitación política, que es lo que debe ser cada núcleo de la Otra Campaña, vamos a darle a este movimiento una característica que tenían los movimientos hace muchos años. No sólo que luchaban por demandas, sino que la discusión era muy rica y la gente era muy chingona. Ahorita tenemos la gente muy chingona. Falta que la discusión sea rica. Pero nosotros pensamos que ustedes lo pueden hacer. Han levantado cosas antes más difíciles de hacer. Sobre todo nosotros las vimos, pues, cuando nadie sabía de nosotros y ya los vimos que se ponían de nuestro lado cuando todavía estaban las balas en contra nuestra y las bombas. Ahora que es su movimiento, nuestro movimiento junto con nosotros, con más razón hay que entrarle.

Entonces eran tres y ahora son cuatro las chambas que les pedimos. Que garanticen dentro de la otra el espacio para que hablen y discutan todos. O que lo mantengan todavía porque lo que alcanzamos a ver es que sí existe. Dos, que expresen su opinión sobre los Seis Puntos de la Plenaria. Tres, que se realice un gran acto o un festival o una jornada el día 4. Y cuatro, que se hagan más actividades, se programen en sus reuniones ya no sólo las discusiones del qué somos, adónde vamos, de dónde venimos, sino también ya qué vamos a hacer. Les recuerdo también que les estamos pidiendo dentro de estos trabajos de (inaudible) y comisiones que, desgraciadamente tengo que decírselos, no es la única vez que vamos a venir. Que pasando el circo éste de las elecciones de julio, en septiembre volvemos a salir otra vez a cada parte y ahí ya vamos a tardar, no dos días sino meses. Y ahí se supone que ya tenemos que hacer acuerdos con ustedes para ir a hablar con las mujeres que no son adherentes, para ir construyendo las características del Programa Nacional de Lucha en la cuestión de género. Para hablar con los niños, con los homosexuales, con las lesbianas, con los pueblos indios. Ahí va a ser ya chamba, como dicen luego, de práctica de campo. Y es necesario también que las Sextas Coletas den esas estructuras de trabajo. Porque ya no nada más voy a venir yo. Se van a venir varios compañeros y compañeras con ese trabajo específico. Que ya van a ir con ustedes adonde se hace esa chamba para hablar y escuchar y para ir tomando el apunte e ir construyendo, ora sí, desde abajo, el Programa Nacional de Lucha. Eso es lo que les estamos pidiendo que empiecen a avanzar.

Por último, si pudiera ser que hubiera un mecanismo de contacto directo entre ustedes y nosotros, o sea con la Comisión Sexta… Porque es un desmadre que se manda el correo por un lado y por otro y luego, si a alguien se le da, “¿por qué a él? A ver, ¿por qué no yo?” Todos están diciendo: “Sí, de por sí así es”. Entonces, algo que hagan de común acuerdo, alguien que nadie odie… ¿Hay alguien que nadie odie? ¿No hay? Yo me ofrezco como su enlace con la Comisión Sexta. No porque yo sí soy unánime. No sé. Busquen algún mecanismo para que ya nosotros digamos: “Bueno. Tal compa o tal compañera, como quiera puede ser una comisión de mil, pero con uno hay que entregar el papel y de uno hay que recibir. Ni modo. Puede ser que se rote entre grupos, colectivos, entre individuos, pero que siempre haya una forma de comunicarnos. Y sobre todo que la forma de comunicación no implique en su… —¿cómo se dice en psicología? ¿En su complejo? ¡En su ego, ah!— que se está privilegiando a alguien, que ya está señalado, que tiene el teléfono rojo, que ése trae la línea y que no sé qué. Que no repitamos lo que se ha hecho (risas)… sí. Lo que se ha hecho otras veces. Entonces, si queda esto claro y se maneja de forma transparente, no veo porqué tengamos que alentar resquemores sobre esta estructura. O, la otra opción es que si hay alguien sobre el que hay unanimidad de que cae mal a todos, pónganlo a ése. Entonces ya le pueden tirar, ¿sí? Entonces ya sacan su gana ahí contra él.

Bueno, compañeras y compañeros. Pues ésta es nuestra palabra. Este… Queremos pedirles que ahora ya se abra la lista para todos, o sea los que ya habían hablado y los que (inaudible) van a hablar y les pedimos que se enfoque sobre eso. Si podemos aterrizar eso, entonces yo podría… Ya llevo la foto porque tengo que informar yo. Ni modo. Por eso les tomé la foto de que sí estuve aquí, si no van a decir que (inaudible). Este… Poder decirles: “Bueno, ya con esos compañeros ya avanzamos en esto. Ya se pueden hacer esos trabajos. Ya están preparando otras cosas”. Y entonces ya poder decirles a los compañeros, para que se comuniquen con las Juntas de Buen Gobierno, que estén atentos para que si los invitan a actividades pues puedan participar. ¿Me pasé de los tres minutos?