La Unión de Colonos de Tlapala

13.Ene.06    Análisis y Noticias

La tierra en disputa
posteado por belascoaran_mx en ene 11, 2006 [23:30]
Indymedia México

Y los mariachis no callaron

Pidiendo apoyo para su campaña, el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al gobierno municipal de Chalco para las elecciones municipales de 2003, Jaime Espejel Lazcano, se acercó a la comunidad de La Candelaria Tlapala, reconocida internacionalmente por su música de mariachi, y fueron varios fueron los grupos que, como suele decirse, cambiaron de bando. Y es que, a pesar de que Tlapala se caracterizó durante muchos años por ser priísta, vieron en Espejel una oportunidad de ser apoyados frente a los proyectos de urbanización que amenazaban con devorar la pequeña comunidad rural y convertirla en parte de la mancha urbana. A partir de entonces la música lo acompañó en muchos de sus mítines. Su triunfo le debe mucho más a los malos gobiernos anteriores que a la música, pero deberá registrarse en la historia cívica de Chalco que hubo un día en que los mariachis de Tlapala, cansados de los gobiernos priístas, callaron sus cantos y luego tocaron otro son, el del apoyo a Espejel. Y ganó.

Dos años después del triunfo de Jaime Espejel, la comunidad de Tlapala vive un momento de incertidumbre pues, según dice uno de aquellos mariachis que apoyaron su campaña, “Se nos voltio. Nos decía que a él todo el tiempo lo había perseguido por sus ideas y ahora, cuando nosotros no hacemos otra cosa que defender nuestra agua, nos avienta a los policías”.

El problema con Tlapala comenzó hace poco tiempo, cuando la empresa constructora Inmuebles de Chalco y grupo SEDASI comenzaron los trabajos para su unidad habitacional Los Álamos, que representa 3500 casas más a las que se tendrán que dotar de servicios como luz, drenaje y agua. Este último recurso, escaso de por sí, es lo que provoca el descontento de esta tierra de mariachis.

-El agua escasea ya bastante en el pueblo. -cuenta José Rivera, habitante del pueblo y uno de los lideres de la oposición a la unidad habitacional-Ahora, está el hecho de que hay un acuerdo del gobierno, de los diputados y senadores, de que aquí en la zona, no se pueden explotar más los pozos; ¿Entonces de dónde va a salir el agua para Los Álamos?, pues de esa misma que a nosotros nos falta.

Y es que en efecto, según Agustín Félix Villavicencio, gerente de Administración del Agua de Gravamex, por la sobreexplotación de los mantos acuíferos en la cuenca del valle de México, el gobierno federal impuso en 1954 una veda para la perforación de más pozos en esta zona del país. Aunque existe la prohibición, las constructoras aprovechan los resquicios legales para hacerse con la propiedad de los pozos de agua de varias comunidades y aprovecharlas en su beneficio. Un pozo de agua en el Estado de México puede cotizarse hasta en 4 millones de pesos, que las empresas pagan gustosas para garantizar este recurso en sus obras.

Versiones periodísticas hablan de la compra de un predio de 36 hectáreas que el consorcio constructor ARA hizo en 2004 hizo a ejidatarios de la Candelaria Tlapala para el desarrollo habitacional Rancho La Guadalupana, Chalco II, y que al mismo tiempo incluía los derechos para la explotación de un pozo de agua de 360 mil metros cúbicos.
Es de todos conocido que muchos municipios del oriente del Estado de México tienen problemas de agua. En Tlalmanalco, por ejemplo, colonias como el Magisterio reciben apenas un poco de líquido, algunos días de la semana y esta tiene que ser obtenida de llaves en la calle a la que se conectan los vecinos con mangueras.

Lo que ha puesto a Tlapala en la prensa nacional es el problema relacionado con la conexión de Los Álamos a la red de drenaje del pueblo. Esto ha traído como consecuencia un par de enfrentamientos entre los vecinos y la policía estatal, el encarcelamiento de personas y varias demandas penales en contra de los líderes de la comunidad que defienden lo que creen que es su derecho.

-Antes de hacer esto que están haciendo (la construcción de la unidad habitacional) debieron consultar al pueblo. Está en la ley y no lo hicieron –exige otro habitante de Tlapala y concluye- porque saben que la gente está en contra.

Sin embargo, para el secretario del ayuntamiento Reyes Carrillo Alcántara, la autorización para construir Los Álamos no tenía la obligación de ser consultada con las comunidades, “pues ninguna ley lo estipula como obligación para permitir estos desarrollos”. Y si el problema ya es grave, la construcción de los proyectos ya aprobados traerá más problemas para las autoridades. Actualmente en Chalco se contempla la construcción otros tres conjuntos habitacionales además de Los Álamos: Villas Portales Volcanes, El Portal de Chalco, y una más en San Martín Cuautlalpan. Tres de las anteriores ya se encuentran en proceso de construcción.

La oposición a estos desarrollos se tornó más activa luego de la intervención del abogado Raúl Carrancá y Rivas, quien comenzó a asesorar al grupo hace cerca de un año.
-El doctor Carrancá nos dijo que, para que nos hicieran caso, teníamos que hacer presión, ¿y cómo lo íbamos a hacer? Pues no nos quedó de otra, tuvimos que cerrar la carretera – comenta otro de los representantes del pueblo.

Y si hasta ese momento nadie los había tomado en cuenta, el día que decidieron cerrar la carretera federal México-Chalco a la altura de un paraje conocido como El Cedral en Tlapala, las autoridades del Estado de México llegaron ahí, dialogaron con los inconformes y hasta ofrecieron que se revisarían los permisos de las constructoras a cambio de la promesa de que no se volviera a bloquear la carretera.

Una semana después el gobierno del estado ejerció acción penal en contra de dos activistas que estuvieron presos hasta que obtuvieron un amparo.

-Por eso la gente decidió formar La Unión de Colonos. Aquí hay gente de varios pueblos, están los de Cocotitlán, Temamatla, San Martín Cuautlalpan, San Gregorio Cuautzingo y otros – cuenta orgulloso Miguel Lorenzo, habitante de Cocotitlán y se ufana de que la mayoría de la comunidad apoya a la organización- Como en todas partes hay gente que está en contra, pero aquí en Tlapala y en Cocotitlán digamos que hay un 80% de la gente que está a favor. No se puede ver en las marchas, porque desgraciadamente hay gente que no puede asistir, porque trabajan, pero en las asambleas se ve el apoyo.

A pesar de que en septiembre de 2004, en una reunión entre ejidatarios de la Unión de Colonos y autoridades, habían recibido la promesa de que no se avanzaría en la conexión de la unidad habitacional a la red de drenaje local, hace dos meses los habitantes de Tlapala vieron llegar maquinaria de excavación.

-El lugar a donde se quieren conectar es la zona escolar del pueblo, -reclama otro de los activistas de la Unión de Colonos- está la primaria y el jardín de niños, y ahí es donde está la zanja. Nuestro hijos son como mexicanos ya no de tercera, sino como de quinta. ¿Por qué no construyen mejor áreas verdes o escuelas, campos deportivos para los jóvenes? No, el drenaje les ponen junto a sus escuelas.

Ante ese escenario los habitantes de Tlapala llamaron a la movilización y se dirigieron preguntar para qué se utilizaría la maquinaria. Protestaron por lo que veían como otro más de los incumplidos compromisos de su gobierno y exigieron que se retirara la maquinaria. Unas horas después, camiones de la Central de Trabajadores de México (CTM), llegaron repletos de albañiles, algunos de los cuales laboran en Los Álamos, y empezó un enfrentamiento con palos y piedras entre quienes defienden sus tierras y los que dicen estar por el progreso de Chalco, la generación de empleos, el desarrollo y más.
Este enfrentamiento lo recuerdan algunos como una de esas escenas de la guerra de Irak y es que la tierra, esa que se defiende, también ofende cuando se levanta en polvareda. El saldo en esa ocasión fue de 7 lesionados y varios activistas con orden de aprensión por delitos como secuestro, lesiones y amenazas.
Tras este enfrentamiento, el edil Jaime Espejel ordenó que la seguridad pública estuviera ahí, en los terrenos en los que se pretendía excavar, para prevenir nuevos enfrentamientos.

Un mes más tarde, la constructora volvería a intentar conectar el drenaje de Los Alamos. Esta vez lo logró.

-Los policías que había mandado el presidente municipal decían: “estamos aquí para protegerlos”, y el día que se conectó la empresa al drenaje esos mismos policías, gente de aquí de Chalco, se unió con los granaderos y se nos vinieron encima todos juntos. Había mujeres y niños, y no le importó, comenzaron a golpear a la gente.
Luego de estos hechos, en conferencia de prensa, Espejel Lazcano, denunció que grupos externos intimidan a la comunidad y la llaman a generar violencia. Además agregó que “enviamos la fuerza policíaca para que estuviera pendiente y salvaguardara la integridad física de los habitantes de la comunidad, para ello acudieron 80 elementos, mismos que estuvieron a la expectativa, vigilando el orden, nosotros no estamos protegiendo a los constructores, ya que la obligación es estar con el pueblo que fue agredido”.

Pero los vecinos de Tlapala se sienten agredidos y nadie está con ellos. Esperaban, entre otras cosas, tener acceso a la información que les pudiera ayudar a su causa y les ha sido negada. Han solicitado al gobierno del estado que se les permita revisar el Plan de Desarrollo Urbano municipal y no ha sido posible. Dicen que algunos compañeros han revisado el documento en Toluca pero no les han permitido sacar copias del mismo, y “no es posible revisar un documento tan amplio en un tiempo tan corto como el que nos dan. No les cuesta nada mandar a alguien a que le saque fotocopias, pero yo creo que algo ocultan, ¿por qué no lo muestran? ¿de qué sirve entonces la mentada Ley de Transparencia?”

El edil afirma que todos los permisos de la constructora están en regla y que además no le corresponde a él hacer nada, puesto que los permisos fueron otorgados en el gobierno anterior, el del priista Elulalio Esparza Nieto quien, por cierto, está prófugo; la compañía alega que hay un documento firmado por 26 ejidatarios (de 146) en el que autorizan que la línea del drenaje pasé por sus parcelas, pero eso es otra afrenta de la Unión de Colonos.

“Una de las ejidatarias dijo en asamblea, mostrando el supuesto acuerdo, que el comisariado ejidal la había amenazado con expropiarle su parcela si no aceptaba el acuerdo con la compañía”

La Unión de Colonos afirma que cada uno de los 26 ejidatarios que aceptaron el acuerdo con la constructora de Los Álamos recibió 100 mil pesos y, por otro lado, reclaman porque “ese tipo de acuerdo tuvo que ser consultado por toda la asamblea de ejidatarios y votada por mayoría, cosa que jamás se hizo. Lo manejaron todo de forma particular, y eso, en el asunto de tierras ejidales, no es posible”

Hace unos días el edil chalquense Jaime Espejel Lazcano afirmó que ha recibido amenazas telefónicas de muerte; de esto responsabilizó, indirectamente, a los habitantes de Tlapala, pues dijo que coincidentemente estas amenazas comenzaron a raíz del conflicto que predomina en el poblado de La Candelaria Tlapala que, dijo, está manipulado por pseudolíderes.
Al final los pobladores de Tlapala dicen que “si se respeta la ley esas casas no pueden seguir, se tienen que quedar ahí a que se sequen. Es que no es posible que esto se pueble así como lo están pensando. De por sí, salir al distrito por la autopista ya es imposible en las mañanas, hay cola desde aquí al distrito, no hay servicios se salud que puedan atender a tanta gente que se va a venir, dónde la van a poner a trabajar y el agua para toda esa gente nos la van a quitar a nosotros que ya de por sí no tenemos”
Al momento de escribir esta nota, Los Álamos reporta un 80% de avance en las obras. Y los mariachis de Tlapala cuestionan a todos los partidos políticos “ellos sólo están para ver qué sacan, y la gente no les interesa; no es cosa de partidos, ni el PRI, el PAN o el PRD nos va a solucionar nada, es cosa de querer trabajar para la gente o para los que tienen dinero”

Tlapala, tierra de marichis que defiende su tierra y con ella una forma de vida, la que de la tierra depende “Somos campesinos, muchos aquí nos dedicamos a la tierra, La nuestra es la mejor que hay por aquí y, antes que ayudarnos a producir, nos ponen casas para volvernos parte de la ciudad”.
Hace 5 años el terreno que hoy ocupa el conjunto habitacional Los Álamos estaba ocupado por un rancho bardado con una canaleta muy antigua por la que corría agua. La gente de Tlapala y Cocotitlán lavaba ahí los domingos, además era punto de encuentro de muchos niños que iban ahí a mojarse. Hace muy poco, un par de años apenas, había una tierra de riego muy fértil y productiva de la que se levantó una buena cosecha de lechugas. Luego el terreno se cercó con malla de alambre, la canaleta fue secada y finalmente se derrumbó cuando SEDASI inició las obras.
Esa es la estrategia de las constructoras en el Estado de México. Ante la imposibilidad de negociar con asambleas de ejidatarios las compañías compran los viejos cascos de hacienda que constituyen una buena extensión de terreno para urbanizar.

Tlapala es otro botón en la mercería del progreso del gobierno del Estado de México que por un lado se enfrenta al Distrito Federal con el discurso de no querer seguir siendo su basurero y, por otro, acepta gustoso convertirse en su dormitorio. Para hacerlo se enfrenta, divide y avanza con proyectos desordenados de urbanización; amenazando con aeropuertos en tierra comprada a precios miserables; regateando el desarrollo sustentable a la comunidad mazahua de la que explota su agua y aceptando gustoso la instalación de tiendas Walmart en espacios históricos como Teotihucan y Amecameca.

El del Estado de México es un tejido social frágil que amenaza con tomar en sus manos ese poder arrebatado con promesas de campaña que al ocupar los cargos se olvidan y que, de no atender sus demandas, las demandas de los que ahí viven, terminarán por ser un dolor de cabeza muy fuerte para quienes gobiernan el Estodo de México.

Postdata: En estos momentos, Jaime Espejel Lazcano, actual presidente municipal del Chalco juega por la diputación federal del PRD, por el distrito de Chalco…

Noticia anterior:
Marzo del 2005

‘Dispuestos a morir por defender tierras’. (El Universal, Ma. De los Ángeles Velasco, p. web).

Chalco, Méx. Habitantes del poblado de Tlapala marcharon por las principales calles del municipio, en contra de la construcción del fraccionamiento Los Álamos, cuyo drenaje pasaría por terrenos ejidales de esta comunidad.

Los inconformes expresaron estar dispuestos a todo “para no permitir que pase el drenaje por nuestras tierras”.

La mañana de este martes, un grupo de pobladores se reunió en la plaza principal de su comunidad, en donde se leyó el documento que Juan Manuel Ríos, secretario particular del alcalde Jaime Espejel Lazcano, les envió en el que les informa que el alcalde no asistiría a la reunión que tenía prevista a las 7 de la mañana de este 22 de marzo.

Esta situación causó malestar entre los habitantes, quienes habían llegado a un acuerdo con las autoridades de que el edil se presentaría en el lugar para dialogar y evitar que la empresa Sadasi pase su drenaje por el ejido de Llano de Guadalupe, por lo que al no presentarse el edil, decidieron llevar a cabo una marcha hacia el palacio municipal.

Ante esto, las autoridades cerraron las instalaciones de la presidencia municipal, para evitar que penetraran los inconformes.

Raymundo Carvajal, uno de los pobladores, manifestó su temor de que en estos días la inmobiliaria Sadasi trate, por medio de los trabajadores de la CTM, de penetrar a su comunidad, y continuar las excavaciones sin que haya ninguna autoridad para intervenir.

Ante ello, advirtieron que están dispuestos a “perder la vida” para defender sus tierras, “pues no estamos dispuestos a dejar que pase el drenaje”.