Entre tanto chapucero, al fin ladrones serios
Por ALEJANDRO CASTAÑEDA - Monday, Jan. 16, 2006 at 11:30 AM
En el reino de la chapuza y la improvisación, los delincuentes de Acassuso vinieron a dar cátedra de profesionalismo y trabajo en equipo. Más que un asalto fue una puesta en escena: precisa, sincronizada, ensayada hasta en los mínimos detalles, dueña de un libreto bien aprendido y mejor ejecutado.
El mundo hace tiempo que está loco y de vez en cuando los malos son los que dan los mejores ejemplos. Entre tanto espontáneo peligroso, entre tanto ladrón sorpresivo que sale a cazar al voleo, entre tanto loquito violento y antojadizo que pega y mata porque sí, sorprende abrir el diario y encontrarse con una banda tan rigurosa y precisa, que no dejó nada librado al azar, limpia en su aparición, inteligente en la negociación y fascinante en el desenlace. El final fue para el aplauso: mientras la policía pertrechada como para una guerra negociaba con nadie y sólo cercaba a los rehenes, bajo sus pies, con las alforjas llenas, se escapaban gateando y dichosos los ladrones.
La manía conspirativa que siempre ronda por la calle 6, creyó ver al principio que el super robo tenía un propósito desestabilizador. ¿Empezaron hacer un túnel hace tres meses porque sabían que el ministro Arslanián iba a dar cifras en enero sobre mejores índices delictivos? En ese caso, saludemos a la banda de los profetas. Pero la verdad es que a los delincuentes nunca les preocupa quién es el ministro. Su objetivo es robar lo más que pueden, sin mezclar su faena en otros aconteceres.
El de Acassuso fue un golpe de película, de ésos que ahora mismo los guionistas de Hollywood habrán puesto en la agenda. Por lo que se ve, trabajaron albañiles, ingenieros, gente de explosivos y expertos en alarmas y cajas de seguridad. Un verdadero equipo multipartidario, de ésos que más de una dependencia oficial quisiera para sí. Un golpe maestro que vino a demostrar que el circulo de ladrones también tiene su elite. Un asalto que ha venido a mejorar el nivel general de la delincuencia criolla, tan rastrero, últimamente. Un robo cinco estrellas que no generó sangre ni malos tratos, que puso a toda la gente (incluso a la de seguridad) fuera de todo riesgo y que tuvo como damnificado principal a un ser tan simbólico como es un banco. Unos capos los tipos.
Hoy, cuando se mata a un jubilado para robarle 40 pesos, cuando se balea a un taxista por un vuelto, cuando la droga, la desesperación y las armas han terminado por teñir de crueldad las calles, hoy, entonces, habrá que reconocer el proceder de estos ladrones, tan estudiosos, tan inspirados y tan perfectos. Por los métodos utilizados, por su riguroso proceder, por la eficacia demostrada y por haber reivindicado a la sociedad con las ventajas de la planificación. Porque los cortés no quita lo delincuente.
¿Caerán pronto? Mientas tanto, tienen derecho a festejar la faena cumplida: atendieron a la clientela mejor que los empleados, no descuidaron un detalle, estudiaron al centímetro el proceder de la policía negociadora, jugaron al poliladron entre millones de dólares y por única vez utilizaron un túnel no para entrar sino para salir. Ni un lastimado ni una lágrima ni una billetera saqueada.
En un país demasiado acosado por tanto atracador de poca monta y ladronzuelos de guantes blancos y sin guantes, en un país donde los espontáneos y los improvisados complican bastante, en un país así, la banda de Acassuso invita a pensar que hoy por hoy sólo los delincuentes parecen tener buenos planes.
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Muy buena la nota y muy bueno el choreo
Por Rubén Bocasucia (((i))) - Monday, Jan. 16, 2006 at 12:45 PM
autroja@hotmail.com
El maravilloso afano al banco merecía unas líneas tan excelentes como estas.
Seguro que esta nota, no va a estar publicada en alguno de los diarios-pasquines que se la pasaron haciendo especulaciones sobre crisis en la Bonaerense, entregadores entre los empleados, delincuentes camuflados de rehenes, y otras burradas con las que llenaron metros y metros de papel inservible.
Y ni hablar de la TV, que saturó todo el día y la noche con giladas del tipo: son profesinales, no pidieron alcohol con las pizzas, pidieron gaseosas. Este afano también sirvió para desnudar la mediocridad de los medios.
Ahora en los reportajes, le veo la cara a los funcionarios, a los policías y a los garcas que tenían cajas de seguridad y no puedo dejar de alegrarme enormemente pensando en la cara de los chorros justicieros mirando lo mismo por la TV. Los envidio.
Esta noche brindaré con gaseosa por aquellos Robinjudes que todavía nos emocionan y hasta nos hacen reír de las instituciones, simplemente con su inteligencia.
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los necesitamos
Por revolú - Monday, Jan. 16, 2006 at 12:53 PM
los vamos a necesitar para la revoluta
hay q afanar pila de bancos
igual me parece q en ese caso la mejor tactica seria cholear en las provincias vecinas q esta menos heavy de canas
lo q no se cuanto nos van a cobrar x sus servicios
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Algunos riesgos
Por Profesor J - Monday, Jan. 16, 2006 at 2:57 PM
profesor_j@yahoo.com
Independientemente de quien lo hizo, no es posible estar alabando la técnica y la precisión, la audacia y la inteligencia, etc. en contraposición a la llamada delincuencia menor o marginal.
Algunas expresiones usadas por los compas parecen valorar más de la cuenta esas diferencias, llegando casi a una concepción clasista pequeñoburguesa de apreciar la existencia de la delincuencia cotidiana.
El sistema siempre ha divulgado y simpatizado con los ladrones buenos tipo Robin Hood, mal que mal evitan que la gente asuma sus propios caminos y hacen que se queden siguiendo al líder, así Robin Hood luchaba contra un gobierno para poner otro, canalizó la rebeldía en su propio beneficio.
Lo mismo sucede con los ladrones de la literatura francesa como el viejo y simpático Escaramouche, enemigo mortal de reyes y ricos, y así en adelante. Pero poco se dice de los bucaneros, comunidades de ladrones que se instalaban en territorios alejados a trabajar la tierra en común.
Para la pequeña burguesía romántica que profita del status quo, esta acción heroica se anota como un hito de que los escogidos o los listos son los que deben mostrar caminos. De ahí surgen las vanguardias rebeldes o reformistas, sembrando la idea de que hay un espacio donde se instalan los mejores.
Por eso es muy importante rebajar a los lumpen, a los marginales, a los ladrones pobres, es decir, a nuestros compañeros de lucha, a los habitantes de los barrios donde se organiza la autogestión y la autonomía, a los parias de la sociedad capitalista.
Por mi parte me congratulo por el asalto y su calidad, me da exactamente lo mismo que lo hayan hecho los paramilitares para financiar estructuras o guerrilleros para solventar los gastos de la “revolución” o algún aparato del estado en una movida que no me explico o en fin, una banda muy preparada. Ya sabremos quienes fueron y podrán hacerse una buena propaganda.
Sin enojarse, pero por mi parte prefiero la autoorganización de lo pequeño, la cotidianeidad de la vida en común y pienso que hay que hacer algo para sacar a los miles de presos encerrados en las cárceles por averse atrevido a violar la sacrosanta propiedad desde la modestia de su pobreza e incapacidad de hacer asaltos de película.
Ambos son válidos. Creo que es bueno y necesario ir a por los dineros guardados en los bancos y otros lugares, pero si no se construye autogestión y autogobierno local, sólo estaremos jugando al Robin Hood.
Abrazos
Profesor J
Clajadep
clajadep.lahaine.org