Con una huelga de hambre iniciada ayer por catorce comunitarios que exigen la renuncia de los siete concejales de Cotoca y del alcalde, René Calvimontes, recientemente posesionado, se inició una nueva semana de conflictos en el municipio cotoqueño.
La extrema medida fue asumida en principio por siete personas, que alrededor de las 17:45 de la jornada pasada instalaron el piquete de protesta en la plaza principal. Por la noche se sumaron los otros siete integrantes, que se quedarán sin probar alimento alguno hasta que las autoridades ediles dejen sus cargos.
Estas protestas que mantienen en tensión a la ciudad donde está la imagen de la Purísima, comenzaron a principios de enero, cuando seis de los siete ediles cotoqueños decidieron quitarle su apoyo político al ex burgomaestre, Roque Ruiz, que intentó mantenerse en el cargo asegurando que el pueblo estaba de su lado. Sin embargo, el proceso de censura a su gestión concluyó la semana pasada y fue obligado a retirarse de sus funciones administrativas el miércoles de la semana pasada.
Ayer Calvimontes, nueva autoridad municipal, tuvo que esperar toda la mañana la confirmación de la Corte Departamental Electoral que respalda la decisión que asumieron los integrantes del órgano deliberante en Cotoca, cuando lo eligieron alcalde.
El fiscal José Tarqui Flores ratificó la determinación del órgano electoral y aseveró: “Aquí la ley se cumple, si las instituciones sociales quieren hacer algún reclamo que sea por la vía legal y no por la violencia”.
El nuevo burgomaestre fue custodiado por cerca de un centenar de seguidores, que lo acompañaron en su espera, desde las 8:30 bajo el fuerte sol, para ocupar su oficina porque la Policía no tenía la orden oficial para dejarlo ingresar al edificio de la comuna.
Mientras transcurría la mañana, los habitantes de diferentes comunidades y las personas que apoyan al alcalde continuaron enfrentados en medio de cánticos, insultos, cohetes y banderas blancas.
A las 15:10 Calvimontes salió de las instalaciones de la Alcaldía de Cotoca y en medio de gritos de rechazo de los comunitarios, que no se retiraron del lugar, informó de que esta semana encarará dos desafíos: pacificar el santuario y reducir la planilla de funcionarios de 150 a 90. Se trasladó a la plazuela 21 de Mayo y festejó su ascenso junto a los concejales y a otras personas que lo apoyaron .
No obstante, los comunitarios se reunieron a las 16:00 en el restaurante La Tapera, y después de una hora determinaron el inicio de la huelga de hambre en la plaza principal, el desconocimiento de autoridades cruceñas, el bloqueo de caminos y la búsqueda de apoyo de otros municipios a nivel nacional. “Las autoridades de Santa Cruz se han parcializado, ya no confiamos en la Fiscalía ni en la Corte Departamental Electoral”, dijo Guillermo Camacho, miembro del Comité Interinstitucional que lidera estas movilizaciones.
Según Calvimontes, trabajará hoy con 10 funcionarios y con escolta policial. Sin embargo, no lo podrá hacer si los vecinos continúan con las protestas. Camacho aseguró que no dejarán ingresar a los empleados municipales y que la vigilia continuará.
Por otro lado, el comandante de la Policía de Cotoca, Hugo Tórrez, indicó que no puede acceder al pedido del Alcalde y que dependerá de las negociaciones que Calvimontes haga con las comunidades para que se resuelva el conflicto.
Mientras esta pugna continúa, las arcas ediles cotoqueñas dejan de percibir alrededor de Bs 10.000 desde el 13 de enero pasado, según lo que había manifestado el ex alcalde Roque Ruiz. Es decir, que hasta ayer la cifra asciende aproximadamente a Bs 130.000 hasta el 30 de enero.
El presidente de la Asociación de Artesanos de Cotoca, César Morón, admitió que su sector y otros gremios no han cuantificado los diversos daños desde que paralizaron las actividades durante la semana. Pese a las pérdidas, a las 21:00 decidieron que los puestos del mercado continuarán cerrados.
La gente no quiere más conflictos
Pese a que ayer se observó aproximadamente a más de 100 seguidores del alcalde René Calvimontes y alrededor de 300 vecinos que piden su renuncia, también hubo grupos dispersos que los observaban y que solicitan el final de estos conflictos.
Gregorio Pedraza Alba, nacido hace 64 años en Cotoca, dijo que desea que los problemas se acaben de una vez. “No respetan ni a la Mamita. Ojalá y pongan a nuevas autoridades para que se acabe este lío”, aseguró Pedraza.
Por otro lado, una gremialista, que no quiso dar su nombre por temor a represalias, dijo que pierde cerca a Bs 300 entre semana y Bs 500 los sábados y domingos en su venta de abarrotes. “He cerrado porque hubo saqueos. Pero igual quiero que se vayan las autoridades porque no hacen nada, quiero que esto se acabe”, comentó la comerciante.
Por otro lado, el párroco Félix Serrudo, propuso que el alcalde René Calvimontes, como los vecinos que piden su renuncia, se sienten en una mesa y empiecen el diálogo para que terminen los desentendidos.
“La Iglesia no ha intervenido; sin embargo, el Arzobispado sigue los hechos. Se deben solucionar los problemas para evitar que haya sangre y división”, indicó el sacerdote, al señalar que Cotoca se caracteriza por ser un pueblo tranquilo. Mientras tanto, la Iglesia no intervendrá.